lunes, 4 de diciembre de 2006

Las monjitas bailonas

Tengo la suerte de ser capellán de un Convento de clausura. Para mi son un estímulo en mi fe esas 9 mujeres que han entregado su vida a la oración y al silencio como espacio de encuentro con Dios. Además de obligarme a levantarme temprano (la misa comienza a las 8:30) me ayudan con su testimonio de fe y, sobre todo, con su alegría.

Podría hablar de cualquiera de ellas, pero me voy a centrar en tres, las jóvenes keniatas Mary, Rosalía e Isabel, quienes han sido noticia a nivel nacional la semana pasada. Han editado un disco junto a otras 7 compatriotas para recaudar fondos para los niños de su país a través de la ONG "SOS África". El disco se llama "Cantos de Contento" y en la portada aparecen sus 10 caras sonrientes. Os puedo asegurar que su sonrisa no responde a una operación de marketing para vender más discos. Esa sonrisa es perenne en sus rostros. Cuando las han entrevistado, no se han cortado un pelo a la hora de cantar y bailar para las cámaras de Andalucía o España Directo. Y lo hacen porque para ellas bailar es expresión de alegría. Rezan cantando y cantan bailando. Y son extraordinariamente felices.

Algunos pueden pensar que no hay nada más triste que un convento de clausura. Yo os puedo asegurar que no hay nadie más felices que mis monjitas Mercedarias. Cada una tiene su carácter, su manera de ser y de expresarse, pero todas coinciden es rebosar y transmitir paz interior, que es la fuente de la alegría (acordaros del cuento de ayer...).

No entiendo como pueden estar tan faltas de vocaciones. Hoy en día se han estabilizado las vocaciones al seminario; sin embargo, para la vida contemplativa persiste una crisis preocupante. Quizás es que no las conozcan lo suficiente, o que la exigencia de una vida así resulta poco atractiva para muchachas de nuestra sociedad, más apegadas a lo material que a lo espiritual. Lo que sí se es que son imprescindibles para la Iglesia, y que el bien que hacen a traves de la oración es incalculable. Por ello, muchas órdenes tienen que importar vocaciones de África o de Sudamérica, Iglesias menos desarrolladas económicamente pero más pujantes en compromiso y autenticidad evangélicas. Ellas vienen a evangelizar a esta Europa adormecida y enquistada en la rutina. Y lo hacen trayéndonos su manera de entender la religión, más viva, más apasionada, más alegre como demuestran sus boitos bailes y cantes.

Por cierto, el disco vale 15 €, lo pedéis adquirir en el convento o en la Parroquia de San Pedro, haréis una obra de caridad y contribuiréis a hacer sonreir a algún niño de Kenia. Que Dios os lo pague.

1 comentario :

  1. Estoy seguro que lo compreré, pero haré lo posible para que me lo firmen y me pongan un mensaje de solidaridad. Haber como me las apaño, creo que lo conseguiré y si no pues lo compro y a disfrutar y colaborar con los mas necesitados. Lo del mensaje solo es por leerlo para recapacitar de vez en cuando y pensar que en la vida hay gente que tienen mas problemas y despues son mas felices que cualquiera, pues con paciencia tendrán su recompensa un dia no muy lejano. Un saludo y suerte a estas siervas del Señor.

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