domingo, 17 de diciembre de 2006

San Juan Bautista

Los dos últimos Evangelios de este tiempo de Adviento han tenido un mismo protagonista: Juan Bautista, el hijo de Zacarías e Isabel. El primo de Jesús se considera como la "bisagra" entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Es el último de los profetas de la antigua Alianza y el precursor de la nueva.

Su espirirualidad encaja perfectamente en este tiempo de preparación a la Navidad. Por ello, hoy quiero apuntar algunas de sus actitudes que seguro nos ayudarán a ir disponiendo nuestro corazón a la llegada del Niño-Dios.

- Vive en el desierto: El lugar del silencio, de la aridez, lejos del mundanal ruido... nos invita a buscar momentos de silencio y de encuentro íntimo con Dios a través de la oración.

- Se alimenta de saltamontes y miel silvestre: ¿Nos denuncia nuestras comilonas navideñas...?

- Predica la conversión y anuncia el perdón de los pecados: Dispone nuestros corazones "molestando" nuestra pasividad, denunciando nuestras infidelidades ante Dios, arremetiendo contra el orgullo de los que nos sentimos dioses de nuestras propias vidas (Por ello terminara con la cabeza cortada en una bandeja...)

- Emplea respuestas personalizadas y diversas ante la pregunta que le hacen "¿Qué tenemos que hacer?" Unos deben compartir, otros no extorsionar, otros no usar la violencia...:Nos enseña que no somos clones, que cada uno tenemos que descubrir PERSONALMENTE cómo agradar a Dios.

- Dice abiertamente: "Yo no soy el Salvador": Nos enseña a ponernos en nuestro sitio, nos da una cura de humildad; sólo Dios salva, sólo Él puede dar un sentido a nuestras vidas, sólo el puede mostrarnos el camino de la felicidad...

Espero que estas pistas os ayuden a ir encauzando, reflexionando y contemplando el Evangelio que nos prepara a la llegada de la Navidad.

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