viernes, 23 de febrero de 2007

Viaje a Roma

Como sabéis ando buscando fondos para la construcción de una nueva parroquia en Arcos. Debido a ello, he organizado una peregrinación a Roma que me va a tener ocupado esta semana. He tenido suerte y se ha llenado el cupo, ahora a ver como se porta el tiempo... El blog queda en suspenso de nuevo una semana, prometo volver con fuerza... rezaré por vosotros delante de la tumba de San Pedro, corazón simbólico de la Iglesia.

¡Hasta pronto!

miércoles, 21 de febrero de 2007

Miércoles de Ceniza

A pesar de lo apretado de mi calendario (como el de todos vosotros, supongo...) no puedo dejar pasar este día sin al menos una breve reflexión. 

¿Habéis visto alguna vez esa imagen de una carrera de atletismo de velocidad corta (100 metros o 400 metros) en el que los atletas están en tensión esperando el pistoletazo de salida? Pues esa es la mejor imagen que se me ocurre para definir este día. El cuerpo rígido, los pies y manos en el suelo y la mirada fija en la meta al frente. esa es la actitud cristiana de estos días. Estar alerta para que la carrera de la vida llegue a buen término.

Si me permitís otro símil, la Iglesia nos compara a poderosos guerreros. Nuestra batalla no es contra nadie excepto contra el maligno. Y nuestras armas; ayuno, limosna y oración. Ayuno como moderación del propio cuerpo, limosna como apertura a las necesidades de los otros y oración como relación indispensable con Dios.

Que aprovechemos esta Cuaresma, ya iremos comentando más cosas estos días...

lunes, 19 de febrero de 2007

Quedarnos con lo esencial

Una de las primeras ambientaciones para lor Ejercicios Espirituales recibidos la semana pasada fueron unas palabras de Benedicto XVI en el Ángelus del 20 de agosto pasado en Castelgandolfo. En él se recogía a su vez un consejo de San Bernardo al Papa Eugenio III. Lo copio literal: "Es necesario prestar atención a los peligros de una actividad excesiva, independientemente de la condición y el oficio que se desempeña, pues las numerosas ocupaciones llevan con frecuencia a la dureza del corazón, no son más que sufrimiento para el espíritu, pérdida de la inteligencia, dispersión de la gracia»".

Sabias palabras que ademas de denunciar el hiperactivismo al que tendemos todos, nos hacen ver lo esencial: ¿De qué nos van a juzgar en el último día?, ¿De qué estaremos orgullosos y satisfechos en nuestros últimos días?... ¿De las distracciones? No. ¿De los afanes cotidianos? No. ¿De las horas perdidas en estupideces? No. ¿De la oración? Si. ¿De la caridad? Si. Ahí están los dos pilares, ahí estan los dos mandamientos en los que Jesucristo redujo los miles de preceptos judíos... "Amar a Dios sobre todas las cosas (Fe-oración) y al prójimo como a uno mismo (Caridad)" (Mt. 22, 37-39).

Ahora que está cercana la Cuaresma, vamos a responder sinceramente a esta pregunta para situarnos lúcidamente en ella: ¿Qué tiempo le dedico a estos dos pilares -oración y caridad- en las 24 horas del día...? Recordemos que sólo eso importará en el momento clave de nuestra existencia...

domingo, 11 de febrero de 2007

Ejercicios Espirituales

Esta semana dejamos descansar el Blog, ya que me voy de Ejercicios Espirituales a El Puerto de Santa María. A la vuelta ya os comento la experiencia...

Espero volver con las pilas espirituales cargadas...

Rezaré por vosotros, para que Dios os bendiga en vuestras vidas.

viernes, 9 de febrero de 2007

Clarificando términos

Soy consciente de que no se puede agotar este tema en unas líneas, e incluso que puedo caer en un simplismo, pero me propongo hoy clarificar algunos términos que están en la boca de todos y que a menudo se utilizan indiscriminadamente. Lo voy a hacer en un lenguaje accesible a todos (creo…) consciente también de que eso lleva a generalizar en exceso… de todos modos, ahí va lo que espero que os ayude a clarificar el panorama religioso actual:

Creyentes: Son aquellos que atribuyen la creación y la vida a un Ser Superior creador, sostenedor y juez de todo. Los judíos lo llaman Yahvé. Los cristianos creen en la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Los Musulmanes lo llaman Aláh. Los hinduistas creen en otra “trinidad” (Visnú, Shiva y Krishna) y los budistas en un Ente superior indefinido, más un estado que una persona, a la que se puede llamar Nirvana. El sentido ético de la vida radica en los libros sagrados de cada religión. Se puede ser más o menos practicante, pero se adopta una postura de que la vida tiene sentido y que hay una recompensa eterna en el más allá.

Ateos: Son aquellos que niegan tajantemente la existencia de Dios. Piensan que el mundo es fruto del azar y se rige por leyes matemáticas que lo crearon y lo conservan. El hombre es fruto de esa casualidad evolutiva y a nadie hay que pedirle cuentas ni de lo bueno ni de lo malo. La muerte es el fin último de la existencia, donde el hombre se integra en la nada de la que había salido. Lejos del pesimismo, el ateo suele aprovechar la vida “Carpe Diem” sin más horizonte ético que su propia autosatisfacción.

Agnósticos: Frente a creyentes o ateos, los agnósticos piensan que no podemos saber si existe un Dios o no. Hay motivos para creerlo y motivos para rechazarlo. Por ello se mantienen neutros en esta cuestión. Es el sistema que más angustia provoca, pues no se tiene nunca ninguna seguridad de ir por el camino correcto. Su concepción ética suele derivar de una mera filantropía o de un consenso convivencial. Lo bueno o lo malo es lo que piensa la mayoría.

Sincretistas: Cada vez proliferan más. Son aquellos que tienen la fe “del supermercado”. Van cogiendo a su antojo lo que más les gusta de cada religión: Jesús como modelo ético, la espiritualidad oriental, la magia o la superstición de las religiones primitivas… etc. Se da por ejemplo que alguien se llame cristiano y niegue la resurrección, creyendo por el contrario en la reencarnación budista… En fin, un “gazpacho” espiritual donde todo (o nada) vale.

Apóstatas: De moda también últimamente, son aquellos que por discrepancias con la jerarquía eclesiástica o por cambio de religión renuncian a su bautismo y a su pertenencia eclesial. Deben firmar un documento formal que acredite oficialmente su renuncia a sus derechos y deberes como cristianos.

Sectarios: Son aquellos que no pertenecen a una religión oficial, sino a algún conjunto de ritos y normas que proceden de alguna escisión de una de las religiones oficiales. En América se cuentan por miles, en España proliferan también cada vez más. Cito solo algunas: Iglesia de la Cienciología, Mormones, Testigos de Jehová, Pentecostales, Sikhs, Meditación Trascendental, Gnósticos, Teosofía, Nueva Acrópolis, Nueva Era En muchas de ellas el factor religioso suele ser una tapadera que oculta otros fines económicos o sexuales.

martes, 6 de febrero de 2007

Un dilema

Ayer se presentó un hombre en mi archivo con muy mala pinta. Estaba extremadamente delgado, tenía las muñecas tatuadas y presentaba un aire medio agresivo medio histérico, que hacía presagiar un “mono” galopante. Los peores pronósticos se confirmaron. Enseñando un papel en el que demostraba ser portador del VIH, me pedía dinero para ir a un viaje. Creo que en el fondo no me engañó, porque el viaje alucinógeno que se pegaría a mi costa sería de aupa… En fin, que le dije que no podía ayudarle siempre, pero que por esta vez le pagaría su “viaje”.

A la noche, con el silencio y la soledad es cuando llegan las preguntas. ¿Hice bien en darle dinero aún a sabiendas de que seguramente era para droga?; pero, ¿No hubiera sido peor que lo hubiera robado?; y mañana, ¿Cómo conseguirá su dosis?; aunque, ¿No tiene ya bastante desgracia con su “condena a muerte” como para negarle uno de sus últimos caprichos...?; por otro lado, ¿No he colaborado cómodamente a mantener una situación de dependencia?...

Las preguntas no son fáciles de responder. Sí es mas sencillo presagiar que este hombre terminará sus días mal. Es una víctima de la sociedad que lo ha engendrado. Ha actuado y ha caído en la droga libremente, de eso no cabe duda; pero seguramente condicionado por una penosa vida familiar y educacional. Ahora, rechazado y estigmatizado por esa misma sociedad, apura sus días pordioseando unos cuantos Euros para sus “picos” diarios. Si tiene suerte no terminará sus días en la calle, sino en la casa de acogida “Siloé” (la única casa para enfermos terminales de Sida en toda la provincia, “curiosamente” gestionada por la Iglesia…).

No se si lo volveré a ver más, pero ahora que lo pienso fríamente ese hombre puede ser la experiencia más cercana que he tenido del rostro de Cristo sufriente. Enfermo, abandonado, sentenciado a muerte y menesteroso pasa su particular calvario físico y espiritual. Yo me acostaba calentito y bien cenadito mientras él, ¿Dónde estaría…?

En fin, que no se si practiqué la caridad o fui un imbécil, sólo me pregunto que habría hecho Jesucristo en mi lugar…

sábado, 3 de febrero de 2007

El naúfrago

He encontrado en Internet una bella historia de algo que comentábamos el otro día. Aquello de que Dios escribe con renglones torcidos y que sus caminos no son nuestros caminos. Es un cuento corto, pero muy bonito. Ahí os lo copio.

Cuentan que un gran crucero se hundió en medio de la noche mientras todos dormían. El único superviviente de ese naufragio consiguió llegar hasta una pequeña e inhabitada isla. Todos los días oraba fervientemente, pidiéndole a Dios que lo rescatara de aquella soledad. Cada mañana revisaba el horizonte buscando un barco, pero éste nunca llegaba. Cansado, poco a poco empezó a construir una cabañita para poder protegerse, e ir guardando sus pocas posesiones. Al tiempo seguía rezando a Dios, aunque cada vez se encontraba más a gusto en su pequeña isla.
Un día, después de andar buscando comida, regresó y encontró la pequeña choza en llamas, el humo subía hacia el cielo. Había perdido su choza y sus pertenencias.
El naufrago estaba confundido y enojado con Dios y llorando le decía: "¿Cómo pudiste hacerme esto?, ¿Por qué me has quitado lo único que me quedaba?". Desesperado, ya sólo quería morir, y se quedó dormido sobre la arena.
Cuando se despertó al siguiente día le pareció escuchar el sonido de un barco que se acercaba a la isla. En efecto, al ponerse en pie vio un gran navío que se acercaba.
Por fin venían a liberarlo, y cuando subió a bordo les preguntó a sus rescatadores: "¿Cómo sabían que yo estaba aquí?".
Y ellos le contestaron: "Vimos las señales de humo que nos hiciste............".