viernes, 30 de marzo de 2007

El Sermón de las 7 palabras (y VII)

7. Padre, a tus manos encomiendo mi Espíritu (Lc. 23,46)

Tus últimas palabras son de nuevo una oración al Padre. Todo está cumplido y le devuelves el Espíritu. Ese espíritu que es el hálito vital que te dio la primera respiración, la primera palabra, la primera sonrisa, el primer llanto. Pero también el Espíritu Santo que penetró ya el vientre de tu madre María. Ese Espíritu que te ha acompañado a lo largo de toda tu vida, que te hizo fuerte, sabio, paciente, misericordioso. El Espíritu que al tercer día te resucitará y que tu comunicarás a los apóstoles en el día de Pentecostés.

La vida esta a punto de agotarse. ¿Pasaría también por tu cabeza esa película que nos recuerda los momentos más importantes de nuestra vida? La respiración es cada vez más acelerada, los pulmones apenas pueden sostener ya el aire, el corazón no logra bombear con normalidad la poca sangre que te queda… Lo único que te queda es el Espíritu, y se lo das a tu Padre para que él te lo cuide unos días…
Ahora te espera un viaje de tres días, dicen que irás al infierno, a rescatar el alma de los justos encadenados al poder de la muerte… la muerte va a ser vencida definitivamente, la última batalla la vas a vencer tú, y te preparas para ello. A partir de hoy una espera, la espera tensa de la resurrección, de la justicia que te reivindica y te hace Señor del Tiempo y de la Historia.

Tu te vas pero nos quedará tu Espíritu. No tu simple recuerdo, ni tu mensaje moral, sino la fuerza que cambió el mundo y que lo sigue transformando. El Espíritu que animó a los primeros cristianos a salir del anonimato de una pequeña provincia del Imperio y a convertir a ese mismo Imperio en apenas tres siglos al cristianismo. Aquellos que te han abandonado y negado van a dar sus vidas por ti. Y aquellos que han escuchado hablar de ti darán su vida a lo largo de los siglos. Es incontable el número de los mártires, de los santos, de los justos que entregaron su vida por ti. Todos ellos lo hicieron animados por tu Espíritu. Hoy no se habla de esto, pero ninguna institución de la historia puede presentar el currículum de santidad de la Iglesia. Ha tenido fallos y pecados, sí; pero su obra en la historia es lo mejor que le ha pasado al hombre. Quitad a la Iglesia de la sociedad y esta se autodestruirá en menos que canta un gallo.

Tu Espíritu nos acompaña, nos guía hasta el final de los tiempos. Nos hace hombres y mujeres de fe, de esperanza y de caridad. De fe en Dios, de caridad con el prójimo y de esperanza en que después de la tormenta viene la calma; después de la muerte siempre viene la resurrección. El cristiano sabe que ha vencido ya la última batalla. Y no la ha vencido él, sino que la has vencido tú por nosotros. Como nos dice San Pablo y repetimos en el pregón pascual, la muerte ha perdido su aguijón. ¿Qué sentido tendría la vida si todo terminara en la muerte?, ¿Para que servirían los buenos momentos y los sinsabores de la vida si todo se acabara como un sueño?

Tu nos has abierto las puertas del Paraíso, le has devuelto un sentido a nuestras vidas, nos has hecho inmortales para siempre. Gracias por dejarnos tu Espíritu que nos conduce hasta el final de nuestros días.
Señor, ¡encomienda también a nuestras manos tu Espíritu, para que sea él y no nosotros quien gobierne nuestra vidas!

miércoles, 28 de marzo de 2007

El Sermón de las 7 palabras (VI)

6. Padre, todo está consumado (Jn. 19,30)

De nuevo te diriges a tu Padre. Todo se va a acabar, aunque el final es sólo el principio de la salvación. Termina la crucifixión y pronto comenzará la novedad de la resurrección. Tú ya no puedes hacer nada más. Te has dado entero, como dice san Juan, nos amaste hasta el extremo. Ya no te queda más amor, ni más perdón, ni más sangre, ni más fuerzas. El tormento de la cruz está a punto de ganar aparentemente la batalla. Será sólo una victoria de tres días, hasta que el Padre de nuevo intervenga y ponga las cosas en su sitio. El mal vence siempre aparentemente, pero luego la justicia de Dios acaba siempre imponiéndose.

Dentro de unos minutos, la lanza de un soldado romano solo conseguirá vaciarte aún más si cabe de la poca sangre y agua que queda en tu cuerpo. De tu costado abierto brotarán los sacramentos, Bautismo y Eucaristía. Todo está cumplido. Ya no puedes hacer otra cosa que esperar a que los hombres se arrepientan de lo que han hecho y se enmienden en sus vidas. Muere Cristo y nace la Iglesia, la que a pesar de los pesares nos ha transmitido tu mensaje hasta nuestros días.
Has vivido una vida intensa. Un nacimiento fuera de lo común para un Rey como tú. Una infancia y juventud de lo más normalitas, rodeadas del cariño de tus padres y de tus amigos. Una maduración que te ha hecho ver que eras distinto a los demás. Así te preparabas para darte a conocer. Y tres años intensos de predicación, de milagros, de parábolas, de curaciones, de amistades, aunque también de continuos enfrentamientos con las autoridades de este mundo que te han llevado al punto en que te encuentras ahora. Ser bueno en esta vida tiene sus problemas. Tú lo experimentas con la entrega de tu propia vida. No has hecho ni dicho nada malo, has ayudado a todo quien se ha cruzado en tu camino, has luchado contra el pecado en todas sus manifestaciones, pero te ha llevado a enfrentarte con intereses poderosos, con personas que no estaban dispuestas a cambiar su situación y te han llevado al patíbulo. Tú, en vez de llamar una legión de ángeles para que te ayudaran has preferido sufrir en silencio. Has comprendido que esa era la voluntad del Padre, una voluntad que no entiendes pero que aceptas. Ha sido una vida de continúa acción de gracias al Padre, una vida en la que nos has enseñado lo que significa verdaderamente ser hombre, cual es el secreto de la felicidad, de la tranquilidad de conciencia y de cumplir la voluntad de Dios. Ya Dios no tiene que decir nada más para nuestra salvación. Quien te ve a ti ve al Padre, tu eres el camino, la verdad y la vida, el Buen Pastor que da la vida por las ovejas, el Pan vivo que ha bajado del cielo.

Todo está cumplido. Dios ya no puede dar más de sí. Ahora espera nuestra respuesta, nuestra adhesión a ese plan que quiere conquistar el mundo no desde la fuerza sino desde el amor; a ese Reino que se impone a base de ejércitos incontables, pero no de guerreros sino de santos. Sus armas no son fusiles y cañones, sino Paz, Amor, Fe y Esperanza. Todo esta cumplido por tu parte, pero ahora esperas que nosotros cumplamos con la nuestra…

Jesús, ¡Tú lo dejaste todo cumplido, que tu Pasión no sea en vano, que tú sangre derramada no sea estéril, recuérdanos cada día que ahora somos notros los que tenemos que poner de nuestra parte para que el Reino de Dios crezca!

martes, 27 de marzo de 2007

El Sermón de las 7 palabras (V)

5. Tengo Sed (Jn. 19,28)

Para cumplir las Escrituras pides un poco de agua. En lugar de ello te dan vinagre e hiel. La agonía se prolonga y los hombres van desfilando junto a la cruz. “Si ha salvado a otros, que se baje de la cruz y entonces creeremos en él”. De nuevo aparece Satanás, como en las tentaciones, pero esta vez con un rostro concreto. Cuantas veces nos reímos del indefenso, del que está clavado en la cruz, del que no puede defenderse… lo que no nos atrevemos a decirle a los poderosos de este mundo se lo decimos a los crucificados, a los que tienen las manos atadas y no pueden hacer nada… Que fácil es reírse del humillado, hacerse fuerte frente al abandonado y al frágil. Lo difícil es lo que tú haces, soportar con paciencia los insultos y las risas en vez de demostrar abiertamente tu divinidad… Al pie de la cruz se reparten tu túnica, se juegan a suertes la única posesión material que te queda… ya nos habías dicho que "el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza"… ahora solo te queda la cruz, a la que estás pegado y bien sujeto para que no huyas… El Dueño de toda la creación no tiene nada material, ni siquiera un poco de agua con el que saciar la angustia…

El Maestro tiene sed… él, que le había dicho a la Samaritana que quien bebiera del agua de la vida ya nunca más tendría sed… De nuevo Jesús se solidariza con los hombres de este mundo que tienen sed… sed física y sed espiritual. El que es la Palabra de Dios, el Pan de la Vida, el manantial de agua fresca se humilla una vez más… La cruz es la escuela en la que, como dice San Pablo, Jesucristo aprendió sufriendo, a obedecer. Si la encarnación es un prodigio de humildad, la cruz es el clímax de la misma. El que pudo nacer en cualquier palacio escogió un pesebre para venir al mundo. El que era inmortal escoge morir entre los desheredados del mundo, en el lugar del escarnio y de la humillación. A Dios no le bastó hacerse uno de nosotros, sino que nos quiso dar un último ejemplo de humildad… Poco antes de hacerlo, ya había lavado los pies de los discípulos para mostrarles que el que quiera ser el primero tiene que portarse como el servidor de todos. Pedro no lo entendía, probablemente los otros tampoco, ellos que querían los primeros puestos no terminan de entender que la salvación pasa por el servicio y la humillación… por eso no están allí contigo, por que no te han comprendido del todo… hará falta la resurrección para que no tengan miedo ellos tampoco de humillarse y morir por ti…

Tengo sed, dice el que había convertido el agua en vino en Caná. Cuanto daría él en ese momento por un poco de agua con el que refrescar la boca seca y el cuerpo deshidratado por tantas heridas… Para nosotros la sed hoy ya no es una necesidad primaria. Basta abrir un grifo o entrar en un bar y pedir un poco de agua o de cualquier otro líquido para calmarla. Y sin embargo, para un tercio del mundo el agua sigue siendo cuestión de vida o muerte. En muchos pueblos de África , Asia o Sudamérica no hay grifos, hay charcos llenos de agua enlodada que son un vivero de enfermedades mortales. También ellos tienen sed, y hambre, no solo física sino también hambre y sed de la justicia, como nos dijiste tú en las bienaventuranzas. Tu sed es la sed de los pobres de este mundo, de aquellos que sufren por una riqueza mal repartida, de aquellos que nacen condenados a morir en la más absoluta de las miserias por culpa de los caprichos de unos cuantos poderosos…

Señor, ¡haznos tener sed de ti, sed de la justicia infinita, sed espiritual que aparque nuestras a menudo ficticias sedes materiales…!

lunes, 26 de marzo de 2007

El Sermón de las 7 palabras (IV)


4. Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado? (Mt. 27,46)

Sabemos que Jesús repetía un salmo judío cuando recitaba estos versículos desconcertantes. Pero no deja de ser grandioso para los cristianos que el Hijo de Dios se sienta distante de su Padre, aunque sea a través de una oración. Cristo se solidariza con todos los abandonados de este mundo, con aquellos que viven en la lejanía de Dios. Con los enfermos que no entienden con su sufrimiento, con los que han perdido un ser querido y no lo entienden, con los que viven angustiados o sin sentido en sus vidas, con aquellos que creen que son fruto del azar y no de una voluntad amorosa de Dios. Con los que mueren victimas de las guerras, de los accidentes, de la droga, del terrorismo, de enfermedades incurables… Con todos ellos, Cristo eleva al cielo esta oración ¿Dios mío donde estás? Hay veces que no te vemos, que no te sentimos, aunque presentimos que estás ahí. La oración no es una negación de Dios, como algunos apuntan. Es más bien un no entender la voluntad de Dios, especialmente cuando esta produce sufrimiento e incomprensión. Cristo no dijo: Dios, no existes… sino ¿Por qué me has abandonado?, ¿Porqué he tenido que sufrir hasta límites insospechados?, ¿por qué no ha sido posible la salvación de otra manera…?. En el fondo es una continuación de aquella oración que había realizado hacía poco en Getsemaní entre sangre, sudor y lágrimas: Padre, si es posible, que pase de mí este Cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya… La voluntad de Dios es a veces oculta a las mentes de los hombres. Qué gran verdad es esa de que Dios escribe derecho con renglones torcidos, o aquello del Salmo en boca de Dios: Mis caminos no son vuestros caminos ni mis planes son vuestros planes…”. Normalmente no percibimos los planes de Dios hasta que pasa un tiempo en nuestras vidas. Los sufrimientos nos curten, las decepciones nos hacen fuertes, las crisis nos ayudan… pero en el momento de la tormenta lo único que vemos es que la barca se hunde. Nos falta esa visión global que Dios tiene para relativizar los tiempos, para darnos cuenta de que, aunque aparentemente dormido, Dios está atento a nuestras necesidades y viene a socorrernos cuando ya no podemos más…

Hoy son muchos los que se sienten abandonados por Dios. Los que ya no creen en él. Los que se ríen de él. Los que piensan que es mejor vivir disfrutando el presente ajenos a un Dios que no sufrir un poco en esta vida como prueba para ser hallados dignos de Dios.

San Pablo dice que la Pasión de Cristo aún debe ser completada. ¿Qué le falta a los latigazos a los clavos, a la corona, a los salivazos, a las bofetadas, a las risas, a la soledad y a la humillación de Cristo? Pues le falta nuestros sufrimientos. Cristo no sufrió sólo para sí sino para todos los hombres. Nuestras cruces descansan en la de Cristo. Lo seguimos negándonos a nosotros mismos, cargando con nuestra cruz de cada día y siguiéndole. Y si le seguimos el no nos deja solos con nuestras cruces. El se convierte en Cireneo que nos ayuda a soportar nuestro yugo llevadero y nuestra carga ligera. Al lado de su cruz nuestros sufrimientos son más llevaderos. Cristo es nuestro consuelo y nuestra fuerza. Por eso a los mártires no les importaba morir por Cristo. Ni leones, ni cruces, ni parrillas, ni flechas podían asustarles. Porque sabían que Dios no abandona nunca. Que después de la cruz viene la resurrección, que del árbol seco del castigo brota un renuevo de nueva vida.

Jesucristo, ¡líbranos de vernos abandonados por ti, que siempre sintamos tu presencia protectora y que nos des sabiduría para apreciar y aceptar la voluntad de Dios en nuestras vidas!

domingo, 25 de marzo de 2007

El Sermón de las 7 palabras (III)

3. Madre, ahí tienes a tu hijo. Hijo, ahí tienes a tu madre (Jn. 19,26)

Después del doble perdón un nuevo regalo. Al pie de la cruz, un puñado de supervivientes de tus seguidores. Tu madre, San Juan y varías Marías que los acompañaban. ¿Dónde estaban las multitudes que escucharon tus predicaciones? ¿Dónde los 5.000 hombres (sin contar mujeres ni niños, nos dice el Evangelio) que comieron el pan y los peces multiplicados? ¿Dónde las masas que te aclamaron entre vítores en el Domingo de la entrada triunfal en Jerusalén solo unos días antes? ¿Dónde los 72 que habías mandado de dos en dos y que venían contentos porque hasta los demonios se les sometían? ¿Dónde los 12 que prometían morir contigo, los que nunca te abandonarían, los que se peleaban siempre por los primeros puestos?

Que cambiante es el corazón del hombre. Basta una contrariedad para abandonarlo todo. Basta que lo diga la gente para que Vicente cambie de opinión. Basta el miedo o la soledad para dejarte tirado. Sufres solo, mueres casi solo, y sin embargo te acuerdas de los demás. No quieres dejar a tu madre sola. Sabes lo que pintaba una viuda sin hijos en aquella época. Estaba condenada a la mendicidad o a la muerte rápida. Y también sabías que después de la resurrección los discípulos y la Iglesia la iban a necesitar como madre. Por ello, allí en la cruz, haces lo que habías hecho toda tu vida: unir, realizar la comunión, establecer vínculos de relación entre las personas. Dicen que de la abundancia del corazón habla la boca. Tu boca siempre hablaba de amor, de misericordia, de perdón,… ¿Por qué sería?
No nos pudiste hacer mejor regalo. Desde entonces tenemos una poderosa intercesora. Alguien que nos ayuda en nuestras dificultades y agobios porque ella los sufrió igualmente. Nos consuela saber que Dios pasó por los peores sufrimientos de esta vida y que su madre estaba allí. Así sabemos que nuestro Dios y su madre nos comprenden.

Basta dar una ojeada a las advocaciones marianas de Semana Santa para intuir todo lo que ella pasó: Santa María del Desconsuelo, de las Angustias, de la Soledad, del Mayor Dolor, de la Amargura, del Desamparo, de los Dolores, de las Lágrimas

Aunque viendo esas mismas advocaciones ella es baluarte de los valores poderosos de esta vida: Santa María de la Paz, del Consuelo, de la Esperanza, de la Piedad, de la Confortación, del Perpetuo Socorro, del Dulce Nombre, de los Remedios, del Amor y Sacrificio…Tú eres la mujer fuerte que nos ayuda en el camino de la vida. La que nos ayuda en este Valle de lágrimas, como se dice en la Salve y la que está a nuestro lado en los momentos felices de nuestra vida, en los que normalmente nos olvidamos con más facilidad de Dios. Nos recuerdas constantemente que nuestro lugar está al lado del Maestro. Si es en Belén, allí estabas tú. Entre la alegría de pastores y magos. Si es en el Gólgota, allí estás también tú. Entre los sufrimientos y los llantos de quienes le querían y lo acompañaron hasta el final

Eres el regalo de Cristo para nosotros. Eres la madre de la Iglesia, una Iglesia que con sus virtudes y sus pecados intenta hacer visible hoy a los hombres el rostro del Dios de la misericordia. Pero en nuestros días sólo se ve de ella lo malo. Sólo nos recuerdan sus pecados. Sólo es noticia para ridiculizarla. Madre, hacen con tu Iglesia lo mismo que hicieron con tu hijo. La quieren matar. La crucifican constantemente en los medios de Comunicación. No la abandones como no abandonaste a tu Hijo. Quédate con nosotros, sufre con nosotros, acompáñanos que algún día nos alegraremos de nuevo con la resurrección con tu misma alegría.

viernes, 23 de marzo de 2007

El Sermón de las 7 palabras (II)


2. Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso (Lc. 23,43)

Poco después de perdonarnos a todos vuelves a darnos una lección de amor y misericordia. Dos bandidos hay a tu lado. Uno te recrimina y te dice que te bajes de la cruz y lo bajes a él. El otro, al que llamamos el Buen ladrón reconoce que tú no has hecho nada para morir crucificado. Tú lo perdonas y le prometes la salvación. De nuevo desafías nuestro concepto de justicia. Ha bastado un minuto de arrepentimiento en la vida de ese malvado para darle la salvación. El buen ladrón no había sido bueno hasta ahora. ¿Qué habría hecho para morir en la cruz? Posiblemente nada bueno. La cruz estaba reservada para los peores malhechores, aquellos que atentaban contra la paz romana o contra el orden judío establecido: asesinos, ladrones, revolucionarios, blasfemos… ¿Cuál de ellos sería el buen ladrón? Lo ignoramos, pero podemos asegurar que no era un santo, como él mismo se reconoce: “Y lo nuestro es justo, pero éste ¿Qué ha hecho?”. Su pasado lo borra Cristo de un plumazo. Basta un momento de lucidez para recibir toda la misericordia de golpe. El buen ladrón es uno de esos trabajadores de la parábola contratados al anochecer. Recibe su denario igual que el que trabajó desde el amanecer. La misericordia de Dios choca de nuevo con nuestro concepto de justicia. El buen ladrón es el hijo pródigo que recibe todas las atenciones de su padre, que recupera el anillo, las sandalias, el vestido y que recibe una fiesta por que ha regresado a su casa. Y todo ello ante la incomprensión y los celos de su hermano mayor, el “justo” que no ha hecho nada malo, pero cuyo corazón está cerrado a su propio egoísmo. No valora lo que es la alegría de estar siempre en la casa de Dios. Esto se repite constantemente en nuestros días. ¿No llevo yo toda mi vida en la Iglesia?, ¿No mereceré yo los primeros puestos en el Reino de los cielos?, ¿no estaré yo mejor pagado que aquellos que se conviertan a última hora? Fantasías de nuestras cortas mentes…


El perdón de Dios es inmediato. El “Hoy” nos hace ver la inmediatez de la salvación. No se le pregunta al buen ladrón cuantas veces había ido al templo en su vida ni cuantas oraciones había realizado. La misericordia de Dios no entiende del pasado, solo atiende al presente de salvación. En esto, los hombres tenemos más memoria que Dios. Nos gusta ver el pasado de los demás para condenarlos, para encontrar una motivación para no perdonarlos. Somos como los ancianos que acudían a Cristo a que condenara a la prostituta: “Esta mujer ha sido sorprendida en adulterio y la ley de Moisés dice que debe ser lapidada, ¿tú que dices?”. Nosotros tenemos también la tentación de creernos que no tenemos pecados. Pecadores son los otros. Echamos las culpas a los políticos a la sociedad, a los mayores, a los jóvenes, a los niños, a los extranjeros, a todo el que no sea como yo… seguimos viendo la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Pero la respuesta de Cristo sigue teniendo validez para todos: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Nadie la tiró en tiempos de Cristo y nadie la tiraría hoy… nos volveríamos a nuestras casas con la piedra en la mano pero esperando que te crucificaran para poder tirarla… A los pecadores no les damos la oportunidad de cambiar. Porqué lo mismo nos sucede con nosotros mismos. Muchas veces nuestro pasado nos paraliza. No nos perdonamos a nosotros mismos, ¿Cómo vamos a perdonar a los demás? No cambiamos o no nos convertimos por que ya ni siquiera creemos en nosotros mismos.

Jesús, ¡que en mi último día también me asegures que estaré contigo inmediatamente en tu paraíso!

jueves, 22 de marzo de 2007

El Sermón de las 7 palabras (I)

Os voy a proponer un nuevo "Septenario" como el del viaje. Se trata esta vez de una charla que he dado a las maestras de religión y a las catequistas como reflexión cuaresmal. Son 7 puntos tomados de las 7 frases pronuciadas por Cristo en la cruz:

1. Padre, perdónales porque no saben lo que hacen (Lc. 23, 34)
Te han escuchado en las plazas, en los templos, en las sinagogas… pero no te han comprendido. Tú lo sabes. Tus palabras de paz, justicia, perdón… no han calado en sus corazones. El Sermón de la Montaña, el Padrenuestro, tus mandamientos, la parábola del hijo pródigo… no han encontrado eco ni siquiera en los apóstoles que te han abandonado. Todos tenemos que ser perdonados, porque ninguno sabemos lo que hacemos. No lo sabían los judíos que se cerraron a sus mandamientos y preceptos para no escucharte. No lo sabían los romanos que se divertían haciendo sufrir a un hombre destrozado, escupido, coronado, vejado, humillado hasta límites insospechados. No lo sabían sus discípulos: Uno lo traiciona, otro lo niega, los demás lo abandonan… no sabe lo que hace este mundo: guerras, robos, pornografía, terrorismo, violaciones, mentiras, abusos de menores, drogas, insolidaridades…. No lo sabemos tampoco nosotros con nuestras pequeñas infidelidades de cada día, con nuestras negaciones al evangelio, con nuestras cobardías, nuestras perezas, nuestro no complicarnos la vida y mirar hacia otro lado… Ninguno sabemos lo que hacemos. Somos ignorantes que nos creemos dioses, que creemos que somos perfectos, ilimitados, los mejores…. Nada de eso es verdad. La verdad es que te crucificaron y si volvieras a venir te crucificaríamos. Nuestros celos y nuestras envidias siguen sin soportar la bondad infinita que viniste a traernos. Todos los días apretamos un poco más los clavos, te azotamos con nuestras debilidades, te ceñimos la corona de espinas para que se apriete mejor a tu cabeza. Siempre buscamos culpables fuera de nosotros, pero todos somos culpables. Tras la resurrección, los romanos culparán a los judíos y los judíos a los romanos. Adán culpó a Eva y Eva a la serpiente… se nos da bien eso de escurrir el bulto…

Pero menos mal que tú nos perdonas a todos… Tu que dijiste que había que perdonar 70 veces 7, tu que defendías el perdón no solo a los amigos sino también a los enemigos, tu que nos mostraste que el perdón de Dios es infinito como el del Padre del Hijo pródigo… Ahora nos das la última lección, la de la acción, muy superior a la de las palabras… En el padrenuestro nos decías que le pidiéramos a Dios que nos perdonara como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Tú que no necesitas el perdón de Dios lo pides para nosotros… y lo solicitas sin que nosotros pongamos de nuestra parte… eres un Dios grande, un hermano perfecto, un padre, una madre… eres sublime…

Pero parece que este mundo ya ni siquiera quiere tu perdón. Es curioso que los sacerdotes vamos relegando al Dios de la infinita justicia por el de la infinita bondad… y sin embargo en nuestra sociedad nunca se reivindica el perdón, sino que se apela a la justicia… nuestro mundo ya no es cristiano, ya no cree ni practica tu perdón… a lo sumo reclama justicia, cuando no se toma la justicia por su mano… un mundo cada vez más descristianizado, menos humano y menos cristiano. Cuando el mundo vuelve la espalda a Dios vemos lo que sucede… el hombre devora al hombre como los lobos, la ley del más fuerte es la única que vale, el más corrupto y el más vivo es el que triunfa en la vida… ¡fuera Dios! Ha dicho el hombre ¡fuera los valores! Ha dicho la propia naturaleza de las cosas…

Pero tú Padre, no nos abandones. Padre, perdónanos porque no sabemos lo que hacemos, porque la última lección sobre la cruz no la hemos llegado a comprender, porque nos pueden las circunstancias de la vida a nuestra fe en ti… Tu perdón es nuestra salvación, tu esfuerzo en la cruz no fue en vano… aunque a veces lo parezca.

domingo, 18 de marzo de 2007

Objetivo 30.000 €

Os copio hoy el comunicado de la plataforma Objetivo 30.000 € para devolver el dinero robado en el asilo de la Caridad:

"El pasado 4 de marzo, en el asilo de la Caridad, durante la Eucaristía del domingo, se cometió una de las mayores injusticias que ha sufrido este pueblo en su historia.

Alguien, sin escrúpulos, sin vergüenza y sin conciencia entró en los aposentos de la madre superiora para robar el dinero de las hermanas y de los ancianos. Un dinero necesario para llegar a fin de mes. Un dinero para pagar las nóminas de los trabajadores, para los múltiples gastos de la casa y para los gastillos cotidianos de los ancianos. ¿Se puede ser más vil y más cobarde que quien ha cometido tal crueldad?

Hoy estamos aquí para protestar. Nuestra protesta es pacífica, popular, sólo vamos a reclamar justicia. Y la manera de pedir justicia es devolverles el dinero a las hermanas. Como a quien lo ha hecho no se le remueven las entrañas, se lo vamos a devolver nosotros, el pueblo de Arcos.

Somos 30.000 arcenses, a cada uno nos toca poner 1 €. No es mucho si todos colaboramos. Por caridad o por solidaridad. Que no quede nadie en Arcos sin poner su €uro. Hoy comenzamos la campaña por las calles del Casco Antiguo. Iremos a los comercios, a las calles, a los bares, a las parroquias, a los colegios… y adonde haga falta hasta que reunamos los 30.000 €.

¡Ánimo y lo conseguiremos!"

miércoles, 14 de marzo de 2007

Experiencias de Roma (y VII)


Día 2 (viernes) 

Es la jornada del “triste” regreso a Arcos. A las 07:00 de nuevo la Eucaristía, mientras Conce va a la Comisaría. El Evangelio sobre el perdón da pie a una recapitulación del viaje. Cada uno brevemente cuenta su experiencia sobre la peregrinación o realiza alguna petición. A las 07:45 el desayuno. Mari Ángeles me dice que se le ha olvidado comprar algo en San Pedro y allá vamos. La luz se ha ido en Villa Aurelia (una despedida acorde con los problemas del viaje…). En 1 hora bajamos a San Pedro, compramos y subimos, ¡Todo un record!.Recogemos las maletas y bajamos al autobús. A Mari Ángeles se le olvida el móvil (las prisas…) que todavía estará en Roma… Partimos a las 09:30 de Villa Aurelia en el autobús. Explico que no nos han cobrado las llamadas y las cervezas de los últimos días para “compensar” el dinero perdido por la habitación reservada por mis padres, que no han podido venir por una enfermedad de última hora. Se realiza una nueva colecta: 248 € (En Arcos me darían 50 más). Gracias a todos. Por el camino le cantamos a Ariel la sevillana del adiós, más chistes y llegamos a Fiumicino, al Aeropuerto Leonardo da Vinci. Allí facturamos y nos separamos para las compras de última hora, ver tiendas, etc. A las 11:30 nos reunimos todos en la sala de embarque nº 3, y cuando vamos ya al túnel del avión, un último problema: ¡Maruja ha perdido su monedero con 100 €!. Me salgo acompañado de un Carabinero pero por más que busco no encuentro nada. Nos montamos en el avión y allí sí hay buenas noticias: El monedero lo había cogido gente de nuestro grupo… ¡menos mal!. Tenemos un buen vuelo de vuelta y a las 14:00 estamos en Barcelona.

Comemos en distintos grupos, más compras de última hora y a las 17:30 todo el mundo en la puerta de embarque hacia Jerez. Allí nos despedimos de Nieves, que sale a las 20:00 hacia Alicante y nos montamos en el avión. Un nuevo vuelo tranquilo y a las 19:45 todo el mundo en Jerez. Llegamos a la salida de las maletas y gracias a Dios van saliendo todas… Algunos familiares han venido a recoger a los suyos y el grupo se va dispersando. El resto cogemos el autobús y a las 20:45 estamos de vuelta en el Paseo en Arcos. Besos, abrazos y ¡Hasta el viaje que viene!

martes, 13 de marzo de 2007

Experiencias de Roma (VI)

Día 1 (jueves)
Desayunamos a las 07:30. Allí Juan hace una colecta para entregársela a Ariel, el chofer: 155 €. A las 08:30 todos estamos en el autobús. Es la última jornada de turismo religioso y nadie se la quiere perder. Vemos desde el autobús las Termas de Caracalla y el cementerio judío que Mussolini mandó tapar para que no lo viera Hitler. Vemos primero la Iglesia del Quo Vadis, Domine? (¿Donde vas, Señor?), donde según la tradición Pedro se encontró a Jesús que andaba hacia Roma para ser crucificado de nuevo. Allí se conservan las huellas de San Pedro. A las 10:00 llegamos a las catacumbas de San Calixto y nos ponemos en cola. Allí se nos juntan tres chicas madrileñas que van a participar con nosotros en la visita guiada. Una de ellas, Verónica, es catequista, así que no desentonan demasiado… Antes de ver las catacumbas celebramos la Eucaristía, con los textos litúrgicos de los mártires. Como de nuevo sólo tenemos 30´ predico brevemente sobre la historia de los mártires y sobre nuestro martirio cotidiano. Luego una guía nos explica primero exteriormente y luego interiormente las catacumbas. Impresionan ver los boquetes, especialmente los pequeños para los niños. Vemos la tumba de Santa Cecilia y muchos frescos sobre los sacramentos. A las 11:30, nos dirigimos a San Pablo Extramuros, invitamos a las chicas a venir con nosotros. Vemos el pórtico de entrada, la impresionante Basílica con los rostros de todos los Papas, la tumba de San Pablo y el Claustro interior. A la salida nos despedimos de las chicas y nos vamos hacia Villa Aurelia. Llegamos a la 13:00 y comemos a las 13:30. a las 14:30 voy con Conce a la comisaría, a presentar la denuncia, pero sólo consigo que me den los papeles y me dicen que vuelva a la noche. Mientras estamos en la comisaría, en Villa Aurelia se produce “la gran juerga”: Salen los cocineros y camareros que son aplaudidos por el grupo, y Juan pide una guitarra, Pilar saca las castañuelas y a cantar y bailar. Isabel se disfraza de vieja y todo el mundo se parte de la risa. A las 15:30 llevo a algunos al Pam, un supermercado cercano para comprar pasta, limoncello, etc.

A las 16:30 bajamos un grupo brevemente a San Pedro para comprar un Cáliz y algunos recuerdos más. A las 17:30 comienza el itinerario de la tarde. Vemos primero la Isola Tiberina (Isla del Tíber), sede del hospital de los hermanos de San Juan de Dios. Pasamos al Tratevere y nos dirigimos a Santa Cecilia. Vemos el lugar donde reposan sus restos y andando por vía dei Genovesi y vía Lungaretta llegamos a Santa María in Trastevere. Explico la fachada y los mosaícos y me voy con Luisa a comprar música italiana y a reservar la Pizzería. Tenemos suerte y nos dan hora para los 49 a las 19:45. Volvemos a la Iglesia, juntamos al grupo y nos vamos a cenar. Una cena barata y buena en el Cavecanem, aunque algunos pidieron patata rellena creyendo que se trataba de carrillada de cerdo… en fin, los problemas de las traducciones… los que pedimos pizza disfrutamos mucho, pues eran realmente buenas. A la salida de la pizzería 4 se van en taxi. Les advierto al resto que tenemos que andar media hora, aunque por el camino podemos coger un autobús. Emprendemos la marcha, y tras 20´ andando veo que vamos avanzando poco en el mapa. Así que de 20´ nada. Para colmo nos encontramos con el Gianícolo, una cuesta empinada y serpenteante que termina de destrozarnos. Imposible disfrutar de la vista del monte donde se halla el Liceo español, puesto que la gente está cada vez más cansada y nerviosa. Empezamos a bajar vía Aurelia Antica, y un gentil motorista nos dice que es un camino peligroso, y que la parada del autobús nos la hemos dejado detrás. Avanzamos y pronto comienzan las primeras “deserciones”: La gente va parando taxis y yéndose a Villa Aurelia, en vía Leone XIII. Imposible llevar el control. Los más mayores se resisten a montarse en taxi, y hay casi meterlos a empujones. Algunos taxistas que paramos no saben donde esta la calle (y eso que está a solo 5´). Unos 25 terminamos Aurelia Antica, y cuando vamos a cruzar a Leone XIII nos dice una taxista que vuelve a ser muy peligroso. Dos taxis más llenos nos abandonan y llegamos unos 15 a Villa Aurelia. Son las 22:30. Yo cojo un taxi con Conce y vamos a la Comisaría. “Vuelva vd. mañana” es la respuesta que nos dan, pues hay un detenido que está siendo interrogado y no saben a que hora van a terminar con él. A las 23:30 llegamos al hotel, y Conce me dice que no me preocupe, que irá ella mañana a primera hora. Rendidos nos vamos a dormir…

(CONTINUARÁ...)

lunes, 12 de marzo de 2007

Experiencias de Roma (V)

Día 28 (miércoles) 

A las 6:45 el desayuno, y a las 07:15 nos espera Ariel con otro autobús. El suyo está en el taller… Cantamos el Himno de Andalucía y echamos de menos nuestra tierra… 

A las 07:30 estamos en San Pedro y a las 07:45 comenzamos la Eucaristía justo delante de la tumba de San Pedro. Sólo tenemos 30´, así que cantos breves y una homilía brevísima sobre la suerte de celebrar en un lugar que ha visto tanta historia… 

A las 08:15 terminamos de ver la Basílica: Baldaquino, Cátedra, Tumba de Alejandro VII hecha por Bernini y nos vamos a las colas de los Museos Vaticanos. Afortunadamente hay poca y en 15´ estamos dentro. En la taquilla me piden un justificante de la peregrinación dado por el obispado. Llamo al obispado y no lo coge nadie. Llamo al secretario del obispo y su móvil está apagado. Llamo a Miguel Ángel, que trabaja en el tribunal eclesiástico y me recuerda que hoy es festivo en Andalucía… Ni por aquello de haber cantado el himno me había acordado… Así que todos a pagar 13 €. Vemos bien el museo, no como ayer en los capitolinos...: Parte Egipcia, Laoconte y ruinas Romanas, Sala de los Mapas, Sala de los Tapices, Salas de Rafael, Capilla Sixtina y Biblioteca Papal. Al llegar allí Juan se queja de que ha habido una confusión y no ha podido ver apenas la Capilla Sixtina. Me vuelvo con él mientras Luisa me conduce el grupo hacia la Puerta de Santa Ana. Por el camino caen las únicas gotillas de todo el viaje. Inmediatamente todo se llena de indios vendiendo paraguas de usar y tirar…

Nos vemos a las 11:30 y vamos a Soprani, lugar de recuerdos y souvenirs religiosos. Allí todos compramos, yo aprovecho para comprar un Via Crucis para la futura Iglesia del Santiscal. Cuando nos vemos en el autobús (ya el nuestro, que está arreglado), a las 13:00, un nuevo problema: A Conce le han birlado la cartera. Ha anulado las tarjetas y ya iremos a poner la denuncia. En la puerta del autobús nos acosan vendiendo postales, paraguas, pañuelos… y mirando de reojo las carteras… Por fin llegamos a las 13:30 y comemos. 

Dejamos una hora de descanso, y a las 15:30 comenzamos la jornada vespertina. Mercedes se queda en Villa Aurelia con un cólico nefrítico, menos mal que no fue a más. Vemos desde el autobús el Circo Máximo y la Sinagoga judía, y llegamos a la Iglesia de san Clemente, tres Iglesias superpuestas una encima de la otra. Explico primero la del s. VII, con su precioso ábside. Luego bajamos por la sacristía a la basílica del s. IV, donde se conserva la tumba de San Metodio y unos frescos con la historia de San Alessio. De allí bajamos al templo mitraíco (s. I), donde explico el culto mítreo a partir del altar con el sacrificio del Buey. 

De allí, a las 17:00 nos vamos en autobús al Monte Aventino. Tras 5´ andando, vemos San Anselmo, la Plaza de los Caballeros de Malta y San Alessio, con la escalera de su propia casa donde el santo murió como un esclavo. Desgraciadamente el mirador está ya cerrado, y lo mismo sucede en Santa Sabina. Así que bajamos a Santa María in Cosmedin (que para variar también está cerrada…). Desde la verja le hacemos una foto a la Bocca Della Veritá (boca de la verdad), donde según la tradición se le cortaba la mano a las mujeres que habían sido infieles y habían mentido a sus maridos. De allí vamos a las 18:30 en autobús al Castel Sant´Ángelo, vemos sus exteriores y en el Puente Sant´Ángelo las mujeres se hinchan a regatear y comprar bolsos baratos. A las 19:00 vuelta al hotel, cena a las 20:00. Antes de cenar, Juan toma la palabra y en nombre de todo el grupo me hace entrega de un crucifijo precioso de cristal de Murano que conservaré como recuerdo del grupo. Además, en la “colecta” han sobrado 310 € que también me son entregados. 

Después de la cena, a las 21:30 un grupo de 12 nos vamos al Risky point, a
tomar un cubatita y un limoncello. Allí nos hartamos de reír y de contar chistes, y a las 23:30 estamos de vuelta, subimos la larga cuesta de Villa Aurelia, nos despedimos y nos acostamos.

domingo, 11 de marzo de 2007

Experiencias de Roma (IV)

Día 27 (martes).
De nuevo Eucaristía a las 07:00 de la mañana. Un fuerte dolor de garganta se apodera de mi, pero me tomo dos Bisolgrip y p´alante. Creo que tuve algo de fiebre a lo largo del día, pero no fue una cosa muy seria. Eso sí, tomo el Bisolgrip hasta el dia de regreso, y la garganta solo mejora lentamente. Con respecto a la misa, el Evangelio, de nuevo, brinda una buena oportunidad para la predicación: se trata del Padrenuestro y de la necesidad del perdón mutuo. A las 07:30, desayuno, y a las 08:30 comenzamos la jornada turística. La mañana es espléndida, y con un sol radiante nos vamos de nuevo a la zona de la Roma antigua. Comenzamos viendo el Coliseo, casi todos entramos y vemos el interior. A las 10:30 reunión en el Arco de Constantino. Allí nos espera Nieves, que se había quedado en el hotel porque Romualdo estaba lastimado. Al hacer el recuento se han perdido tres. Se han quedado en el servicio del Coliseo. Tras 15 largos minutos aparecen y nos vamos al Arco de Tito. Vemos los Foros, explico los lugares más importantes y subimos al Campidoglio. Vemos la fachada de Santa María in Aracoeli y entramos a las 11:45 en los Museos Capitolinos. Allí se produce un caos, todo el mundo se dispersa en pequeños grupos. Hemos quedado a las 12:45 en el monumento a Marco Aurelio, y allí van llegando en grupos de 8-10 personas. Al menos hemos visto la loba capitolina, el muchacho de la Espina y un montón de cuadros y estatuas. A la 13:00 todos estamos en el Teatro Marcelo y a las 13:30 comemos. A las 15:00 comienza la jornada de la tarde. Comienza con un nuevo percance: 11 mujeres se quedan encerradas en el ascensor. Luisa me llama desde su móvil y aviso en recepción. Alguna dentro ríe, otras se ponen nerviosas… Al final salen sanas y salvas y nos encontramos en la puerta. Ya en el autobús vamos al Quirinal, que solo vemos por fuera. Llegamos a las 15:30 al Gesú (Iglesia de los jesuitas), que abre a las 16:00. A Ariel se le estropea la puerta delantera, que no cierra. Luego nos comenta que tuvo que hacer así 40 km., por lo que al día siguiente le dolería la garganta. Nos hacemos una foto de grupo y entramos a ver la Iglesia, donde destaca el globomundi de lapislázuli y las reliquias de San Ignacio y San Francisco Javier. Luego entramos en las habitaciones donde vivió San Ignacio, fundador de la compañía de Jesús. De allí vamos andando a Santa María Sopra Minerva. Vemos su fabuloso techo azulado, la imagen de Jesús con la cruz de Miguel Ángel y la tumba de Santa Catalina. Explico la fachada de la antigua Inquisición y el obelisco del elefante de Bernini. Vamos andando al Panteón, lo explico por fuera y entramos, aunque una parte está en restauración. Vamos a Giolitti y tomamos un helado, riquísimo como siempre. De allí vamos andando a Piazza Navona, donde explico la fachada de Borromini y la fuente de los 4 ríos de Bernini, desgraciadamente también en restauración. De allí vamos a Campo dei fiori, donde se compran pieles y recuerdos. Otros se quedan en Piazza Navona. A las 19:00 nos recoge el autobús en el lungotevere, cerca del puente Umberto I. Allí nos recoge otro chófer y otro bus, porque Ariel está en el taller con el nuestro. Yo me vuelvo andando a Piazza Navona, donde he quedado con un matrimonio amigo de Roma. Ella, que trabaja en Radio Vaticano, es la que ha conseguido que el Papa nos saludara y que al día siguiente pudiéramos decir misa justo enfrente de la tumba de San Pedro. Vamos a cenar a una Pizzería de Piazza Navona, nos tomamos un cacharrito en su casa y vuelvo en taxi a Villa Aurelia. Es la 01:00, y de nuevo, rendido, me voy a la cama.
(...CONTINUARÁ...)

sábado, 10 de marzo de 2007

Experiencias de Roma (III)

Día 26 (lunes).
De nuevo a las 07:00 de la mañana, misa. El Evangelio (El juicio final de Mateo 25) habla por sí solo: la Caridad como fundamento último de la vida cristiana. El texto viene que ni pintado para una peregrinación. Desayunamos a las 07:30 y partimos a las 08:30 para comenzar una nueva jornada de peregrinación. Por la ropa se sabe a quien le ha llegado la maleta y a quien no… A la llegada al autobús un nuevo golpe psicológico: ha muerto Juana, la abuela argentina de nuestro chófer Ariel. Rezamos por ella y sólo yo (de copiloto) puedo ver durante todo el día las lagrimas de Ariel, por la pena de su abuela y por la impotencia de no poder ir a Argentina a los funerales. Decido hacerle el trago más llevadero y a partir de hoy almuerza siempre con nosotros en Villa Aurelia. Al salir por la mañana el cielo amenaza lluvia, lo que me hace descartar la idea de volver a los foros y opto por ir a lugares cerrados. Comenzamos por visitar la Catedral de Roma, San Giovanni in Laterano (San Juan de Letrán). Explico la monumental fachada y el apostolado de Borromini, damos una vuelta por la Iglesia y después vemos la Scala Santa, un trozo de la escalera por la que Jesús subió a ver a Pilato mandada traer por Santa Helena, la madre del Emperador Constantino. Es otro momento clave de la peregrinación, donde algunos suben la escalera de rodillas (Luisa lo hace andando tan campante la primera, ante la atónita mirada de los demás peregrinos…). Luego vemos el Baptisterio de San Juan de Letrán, en el exterior de la Basílica. Nos montamos en el autobús y vamos a la Iglesia de la Santa Croce (Santa Cruz), donde contemplamos reliquias del lignum crucis, de las espinas de la corona, el dedo de Santo Tomás y una réplica de la Sábana Santa de Turín. A las 10:30 Cogemos de nuevo el autobús y nos vamos a Santa Maria Maggiore. Explico los techos donados por los Reyes Católicos con el oro venido de las américas y el porqué la Virgen de las Nieves es el 5 de agosto. Allí están también las reliquias de la cuna de Cristo y la tumba de Bernini. De allí vamos a las 12:15 a Piazza Reppubblica, andamos hacia Santa María de la Victoría, donde se encuentra el Éxtasis de Santa Teresa, pero la Iglesia había cerrado a las 12:00. dejamos 45´ libres y a las 13:00 nos espera el bus. Llegamos a las 13:30 y del resto de las maletas nada. Nos aseguran que llegaran a la tarde, así que vamos a comer y decidimos quedar a las 15:00 para pillar más cosas abiertas. Por lo tanto descanso de 30´.


La tarde comienza con un paseo en el autobús. Vemos el lungotevere y la vía Vittorio Veneto. A las 15:30 entramos en la Cripta Capuchina (un pasadizo hecho con huesos humanos, lo que revuelve el estómago de unos pocos del grupo…) otros piensan que es mas desagradable la cara de la chica que está a la entrada que las de las calaveras… en fin , que hay para todos los gustos. De Allí nos espera Ariel en Piazza Barberini, vemos la Fontana delle Api (de las abejas) y del Tritone (del tritón) y nos vamos a Villa Borguese. Caminamos un poco y vemos la fabulosa vista desde el Pincio. Bajamos por un estrecho camino hasta Piazza del Popolo (del Pueblo) donde vemos los Caravaggios en Santa María del Popolo (Crucifixión de San Pedro y Conversión de San Pablo). Vemos la plaza, el Obelisco y las Iglesias gemelas y vamos por via del Babuino hacia Piazza Spagna. Allí una hora de tiempo libre. Los que van a la Iglesia de Trinità dei Monti (arriba de la escalinata) se la encuentran ya cerrada. Otros tomamos café, vemos la escalinata, la Fontana della Barcaccia de Bernini y el monumento a la Inmaculada, al lado de la Embajada Española. Allí irrumpe el orgullo patrio y cantamos y se baila una sevillana, ante los flashes de los japoneses y la mirada de poker de los carabinieri. A las 18:00 nos vamos andando a la Fontana de Trevi, atestada como siempre. Fotos, monedas para volver algún día a Roma y a las 18:30 nos vamos hacia el autobús. Pasamos por la Facultad Gregoriana, Piazza Venezia y de nuevo llegamos al Teatro Marcelo. Llegamos esperando las maletas pero no han llegado. Decepcionados nos vamos a cenar a las 20:30 horas. En medio de la cena irrumpe Luisa con Buenas Nuevas: ¡Han llegado las maletas! Salimos corriendo, las reconocemos y volvemos a cenar: ¡Aplausos y brindis! Un grupo de 10 nos vamos al Risky Point, una birreria-pub donde nos tomamos un cubatita. Al volver se produce un momento de risa tonta, donde una (evito decir el nombre…) se mea literalmente en los pantalones… De nuevo cansados pero más contentos nos acostamos sobre las 23:30.
(...CONTINUARÁ...)

jueves, 8 de marzo de 2007

Experiencias de Roma (II)

Dia 25 (domingo).

A las 07:00 celebramos la Eucaristía en la capilla del hotel. El Evangelio del primer domingo de Cuaresma (las tentaciones) da pie para que predique sobre el sentido de este tiempo penitencial, sobre el sentido de una peregrinación y sobre las tentaciones en nuestros días. Doy la comunión bajo las dos especies, como está recomendado en momentos especiales, algo que se repetirá en todas las Eucaristías. A las 07:30 el desayuno (todos los días el mismo, realmente excelente) y a las 08:00 nos dirigimos a San Pedro. El día parece una repetición del de ayer, ya que todos llevamos la misma ropa. Desgraciadamente, hoy es domingo, todo está cerrado: farmacias, tiendas de ropa interior,… etc. Luisa no para de llamar a preguntar por las maletas, y o no se lo cogen o nos dan largas. Ya en San Pedro explico los exteriores: Vía de la Conciliazione, Fachada de Travertino, Columnata de Bernini, ventanas del papa, Estatuas de los santos, Obelisco… y entramos tras pasar un nuevo detector de metales. Explicamos el interior hasta donde se puede: Puerta Santa, Pietá de Miguel Ángel, Estatua de San Pedro, Baldaquino, Sagrario y bajamos a las tumbas de los Papas. Vemos la de Juan Pablo II y rezamos el Credo enfrente de la tumba de San Pedro. La excursión se divide: la mitad va a comprar recuerdos y la otra mitad nos vamos a ver la Cúpula. Tras 324 escalones tenemos una vista fabulosa, pero algunos se ponen nerviosos por creer que no llegan al Ángelus del Papa y apenas disfrutan de la vista. A las 12:00 todos estamos (en grupos distintos) en la plaza. Allí Benedicto XVI da una pequeña catequesis, reza el Ángelus y saluda en Inglés, francés, alemán, italiano, español y portugués. En nuestro idioma saluda a varios colegios y a los peregrinos llegados de ARCOS DE LA FRONTERA. las lágrimas corren por las mejillas de muchos de nosotros. Luego nos encontramos todos yendo al autobús y se producen dos noticias. A Carmen le han robado la cartera mientras compraba recuerdos y Sebastiana se ha perdido. Al final su hija la localiza: ¡Se había quedado arriba en la Cúpula! Y cogen un taxi hacia Villa Aurelia. Durante esa espera Isabel se cae y queda dolorida para el resto de la peregrinación. Nos vamos en el autobús, comemos a las 13:30 y voy con Carmen a la Comisaría. Ponemos la denuncia y a las 15:30 iniciamos el itinerario de la tarde.



Por la tarde llegamos a las 16:00 a la zona de la antigua Roma. A esa hora justa cierra Piazza Venezia (¡Mala Suerte!), monumento conmemorativo de la independencia italiana. Explico el Altar de la Patria, los balcones desde los cuales daba sus mítines Mussolini y nos vamos a los foros, que cierran a las 16:30 (tampoco los vemos…). Pasamos por la Vía de los Foros Imperiales, mandada hacer por Mussolini para sus desfiles militares. Llegamos al Coliseo, que también está cerrado, así que lo explico por fuera, así como los Arcos de Tito (conmemora la destrucción de Jerusalén) y de Constantino (Conmemorativo de sus victorias). En el Coliseo nos encontramos con una Tuna de Córdoba que ralentiza la marcha con sus cantes y bailes, aunque afortunadamente llegamos a las 17:30 a San Pietro in Vincoli (que cerraba a las 18:00) donde vemos las cadenas de San Pedro y el Moisés de Miguel Ángel. Tras tomar un café-refresco-helado nos vamos y vemos los exteriores de los Foros Imperiales, que solo pueden verse por fuera. Este es el lugar donde Francisca se cae (2ª y última caida del viaje…) Vemos la columna de Trajano (conmemorativa de la guerra contra los dacios) y cruzamos piazza Venezia con riesgo para nuestra integridad fisica… Cruzar una calle en Roma es poco menos que una odisea… por fin llegamos al Teatro Marcelo, donde nos espera el autobús. Llegamos a las 20:00 a Villa Aurelia, a la llegada hay 24 maletas. Afortunadamente han llegado las que contenían las medicinas principales y la del botiquín de Nieves. Mari Carmen no puede con la tensión y rompe a llorar. Cenamos y al salir de la cena ¡Han llegado 15 maletas más! Juan tiene tantos nervios que en lugar de coger su maleta coge otra… todos nos relajamos un poco… solo faltan seis maletas que llegaran mañana. Un grupo nos vamos a tomar un helado a las 22:00, pero la heladería de piazza Carpegna está cerrada… Cansados pero mas relajados nos acostamos sobre las 23:00 hs.

(CONTINUARÁ...)

domingo, 4 de marzo de 2007

Experiencias de Roma (I)

Muchos de los peregrinos me han pedido que realice una memoria del viaje. Mientras la voy realizando, la voy compartiendo con vosotros, porque la verdad es que hay muchas cosas que contar...

Día 24-2, sábado


Salimos de Arcos a las 07:00 hs. en el paseo. Hubo puntualidad absoluta. Recogimos a una pareja en Jerez (Antonio Eloy y Mercedes) y proseguimos hasta el aeropuerto. Allí nos esperaba Carmelo, el agente de El Corte Inglés que repartió los billetes y nos ayudó a facturar el equipaje. Comienza una actividad que habrá que repetir 10 o 20 veces por día: contar si estamos todos. Cada uno desayunó por su cuenta en el aeropuerto y nos disponíamos a salir cuando llegó un aviso de que debido a la niebla tendríamos que esperar un poco. El avión debía salir a las 11:40 hacia Barcelona, pero aunque la niebla iba levantando, no esperaron más y nos trasladaron en autobús a Sevilla y de allí volamos hacia Barcelona. Salimos a las 13:30hs y llegamos a las 15:15 hs. En Barcelona, tres gestiones: Maribel y Rosa habían entregado el pasaje Barcelona-Roma en lugar del Jerez-Barcelona, por lo que hubo que cambiarlo (la última no se dio cuenta hasta que íbamos a salir…) Además, Nieves, que venía de Alicante, llamó sin saber que es lo que tenía que hacer. Tuve que salir de la zona de tránsito y acompañarla hasta el grupo. Comimos en el aeropuerto, algunos en 5 minutos… y tomamos nuestro avión a las 16:10, llegando a Roma a las 17:50. Mari Carmen tiene un mal viaje y Juan se lleva casi las dos horas abanicándola… Fuimos a recoger las maletas, pero no llegaron. Tras media hora de espera pusimos la denuncia (Cati y Rosa habían perdido los resguardos, nueva complicación) y tras un momento de duda entre esperar la llegada del vuelo de las 22:00 o irnos al hotel decidimos hacer esto último. En el parking nos esperaba el autobús con el que sería luego nuestro gran amigo Ariel y un poco decepcionados por lo de las maletas llegamos a Villa Aurelia a las 20:15 hs. Allí Rosaria y Pier Paolo hicieron el reparto de habitaciones, cenamos y un grupo fuimos a ver la plaza de San Pedro de noche. Aprovechamos para ir al “ospedale Spirito Santo”, para pedir las pastillas de todos aquellos que las necesitaban esa noche: Javier, Rosa, Cati y Juan. Sólo obtuvimos el Sintron de Cati, y con una nueva desilusión nos marchamos a Villa Aurelia. Una equivocación en el autobús (cogimos el nº46 en lugar del nº46/ nos hizo tener que andar 20 minutos para llegar a la Villa. A las 23:30 llegamos y, rendidos, nos vamos a dormir…


(...CONTINUARÁ...)