martes, 1 de julio de 2008

La hora del Adiós: Juan del Río

"Esta es la hora más difícil,
Esta es la hora del silencio,
Esta es la hora del adiós.
Tenía que llegar y lo sabías:
pero ha llegado demasiado pronto.
Estoy yo triste y tú estás triste,
y todo alegre alrededor."

Sirvan estas palabras de Antonio Gala para anunciar la marcha del que hasta ayer fue nuestro Obispo Diocesano y desde entonces se ha convertido en Arzobispo Castrense y Administrador Apostólico provisional de nuestra diócesis.

Cómo pasa el tiempo. Parece que fue ayer cuando un 23 de septiembre de 2000 tomaba posesión de su primera diócesis y una semana más tarde nos ordenaba a 5 compañeros en la misma Iglesia Catedral de Jerez. Ya desde ese primer momento se anunciaba que iba a durar poco en nuestra tierra, pues su valía hacía que nuestra diócesis se le quedara pequeña. Algún que otro cofrade con arte y chispa lo "bautizó" en aquellos días como "Juan el Breve" en alusión a lo poco que estaría con nosotros... Al final han sido 8 años, en ninguno de los cuales han faltado la rumorología que lo colocaba en casi la mitad de las diócesis de España...

Aún recuerdo nuestras primeras entrevistas en Roma, donde yo me encontraba por motivos de estudio y sus primeros consejos al darme mi primer nombramiento en la Parroquia de Santa María y 4 años después al hacerme párroco de San Pedro y encargado de construir la Iglesia del Santiscal. Siempre una misma preocupación: El estudio y la oración. Quiere curas cultos y santos, y así nos lo ha transmitido hasta la saciedad.

Creo que deja un trozo grande de su corazón en nuestra tierra, pero también a nosotros nos va a quedar un hueco difícil de llenar en nuestro interior. Con defectos y pecados -como todo mortal- no cabe duda de que ha dejado un listón casi infranqueable al que venga a ser su sucesor. Trabajador incansable -rayando la omnipresencia-, cercano y accesible para todos, es una de esas personas que dejan huella. Lástima que no haya cumplido su sueño de ver (como obispo) el nuevo Seminario y la casa sacerdotal que con tanta ilusión nos presentó en el día de San Juan de Ávila de este año.

La vida sigue, la diócesis seguirá su marcha, y ahora es el momento de pedir que el próximo pastor de esta grey tenga la misma dedicación y entusiasmo que él nos transmitió. Quedan muchas cosas por hacer y la cabeza es la que tiene que tirar del carro.

A quien un día impuso sus manos sobre mi cabeza para hacerme sacerdote, desearle los mejores parabienes y, aunque suene a tópico, pedirle que no cambie nunca; al mismo tiempo que le agradezco el testimonio evangélico que nos ha dejado.

2 comentarios :

  1. Bueno, se dice que hay que exprimir la sabiduria de cada uno, y como bien dices, es posible que esta diocesis se le hubiese quedado pequeña por su gran cultura.
    Bueno en lo que se refiera a los "bailes" de curas ya se ha empezado y afecta a Arcos, pues nuestro predicador D. Jose Manuel Guzmán es trasladado a Santa Ana en Jerez, por lo que queda bacante San Isidro en Jédula más la presidencia del conselo local de cofradías y director espiritual de algunas cofradias de arcos, por lo que hay que estar antentos a las nuevas adjudicaciones.
    Por cierto sigo pensando en mi humilde opinion que prefiero el cura tipico de pueblo y a un Obispo llevando su Peugeot 205...pero los tiempos pasan y el efecto proge llega tambien a la curia. Un saludo.

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  2. Creo que te has pasado un porquito en tus alabanza. Que es cercano, mantengo mis dudas, entre otras cosas porque es muy timido. UN gran gestor, pero con pocos gestos de pastor

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