martes, 22 de julio de 2008

Otra despedida: El cura Carlos

Si hace unas semanas despedíamos en este blog a nuestro obispo diocesano, en el día de hoy volvemos a despedir a un ser querido, con el agravante de que en esta ocasión se trata de una necrológica.

Carlos González García Mier (1927-2008) ha sido un santo que muchas personas hemos tenido la suerte de conocer. Decir que era Párroco de los cuatro Evangelistas, fundador de los scouts, de los cursillos de Cristiandad, director espiritual del seminario... es quedarse en lo superficial. Él fue, ante todo, un sacerdote de los que quedan pocos.

Dicen que es fácil realizar alabanzas a quien ya no se encuentra entre nosotros, pero en este caso las alabanzas las recibió en vida. Quien tuvo el más mínimo roce con el cura Carlos percibía inmediatamente ese halo espiritual que lo hacía distinto a los demás. Tuve la fortuna de que fuera mi director espiritual en los dos primeros años de seminario, y fue él quien dirigió mis primeros pasos en mi caminar por aquella novedad que suponía el cambio de vida y la toma de decisiones tan importantes.

Siempre sonriente, siempre bromista sin caer en el falserío, constantemente irradiando bondad y evangelio por los cuatro costados, era un atractivo en los pesados y monótonos fines de semana del seminario. Una tarde -incluso una eucaristía con el cura Carlos- garantizaban un buen puñado de risas y un sentirse más cerca del Jesucristo al que queríamos seguir. Sus tarros de "murmuricida" y sus discernimientos entre los "demonios rojos" y "los verdes" son un clásico que seguirán perviviendo aunque su voz se haya apagado ya para siempre. Entre broma y broma, tenía el don de transmitir verdades como puños y encararte con el Evangelio.

Nunca quiso glorias, nunca curias ni historias, siempre será un cura del pueblo y para el pueblo, cercano, enorme en lo humano y en lo cristiano, pequeño a los ojos de este mundo que prefiere a quienes aparentan más pero están vacíos por dentro.

Descansa en paz, cura Carlos, e intercede por los que nos quedamos aquí. Que un día nos veamos en ese cielo que tanto predicaste y del que intentaste traer un poquito a la tierra. Seguro que tú ya estás allí.

5 comentarios :

  1. Qué descanse en paz. Fue un cura. Sin títulos. Un cura. Qué importante eso.

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  2. Me uno a la despedida.
    Faltan muchos sacerdotes de este nivel para que nos acerquemos cada vez mas a la iglesia.
    Seguramente desde donde esté continuará con su obra.

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  3. Se fue unos de las grandes curas, de los que ya no existen. Para mi uun santo.

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  4. Mi más sincero pésame, que descanse en paz al lado del Señor.

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  5. Carlos Sastre antes de entrar en meta se santiguó por la victoria del Tour de France. No nos tenemos que avergonzar o ocultar nuestra Fe, nos tenemos que declarar y exibir nuestras creencias.
    Dejemos a un lado las negaciones de Pedro y pregonemos el YO SOY CRISTIANO, YO SIGO AL QUE MURÍO EN EL MADERO.

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