domingo, 30 de septiembre de 2012

¿San? Aldo Moro

Quizás esta noticia (como todas las que tienen un carácter positivo hacia la Religión) haya pasado desapercibida para los que vivimos en España y en los países de habla hispana, pero los que hemos tenido la suerte de vivir en Italia y mantenernos en contacto con el país transalpino sabemos que ha sido un titular que ha impactado y mucho en dicho territorio. El Gran Wyoming, Buenafuente u otros abrazafarolas del tres al cuarto no la han considerado rentable electoralmete. Prefieren hacer saña de los manifestantes del 25-s y de los ¿abusos? policiales. Mejor -para ellos- es callar esta noticia y silenciarla porque puede ser potencialmente peligrosa:
El que fue dos veces primer ministro italiano y fuera asesinado el 9 de mayo de 1978 por la izquierda comunista, Aldo Moro, podría ser declarado santo en breve.

El más destacado político de la Democracia Cristiana Italiana, considerado un intelectual y un hábil negociador incluso por los partidos menos compatibles con sus ideas, fue secuestrado y finalmente ejecutado por las Brigadas Rojas afines al Partido Comunista Italiano. Resulta cuanto menos curioso que quien más luchó por una unidad y tolerancia nacional en Italia muriera a manos de aquellos que precisamente habían visto abrirse las puertas del gobierno de Andreotti gracias a su directísima intervención. En sus apenas dos meses de cautiverio escribió varias cartas a Pablo VI (quien después oficiaría su funeral) manteniéndose firme en su fe y en sus creencias políticas y católicas. Su amistad con el Santo Padre fue pública y es una de las fuentes para reforzar su subida a los altares. Su correspondencia fue trágicamente interrumpida pocos días después cuando su cadáver fue encontrado en el maletero de su Renault 4. Previamente fueron asesinados los cinco miembros de su escolta personal. Unido al martirio y a un posible milagro en Mozambique que está siendo investigado, su proclamación como Siervo de Dios ya fue un hecho y ahora se espera su beatificación.

Ni que decir tiene que en un momento en el que toda la clase política está puesta en entredicho por su baja catadura moral, bajo sospecha por sus turbias actividades económicas y por sus afanes de protagonismo (por decirlo de manera educada) la figura de Aldo Moro emerge como ejemplo de que se puede ser político, católico y santo al mismo tiempo. No sé en Italia, pero en España media docena de Aldos Moros nos vendrían de perlas, en un país donde claramente se ha perdido el norte (y el nordeste) y que se desintegra por momentos.

No tenemos un partido que represente a los cristianos, no tenemos políticos que dejen a un lado sus complejos, no tenemos dirigentes que no posean más que una fe vergonzante y no tenemos una clase política que  proclame su fe y que defiendan la doctrina cristiana. Ésa es la triste realidad de este país (o lo que queda de él....) y de sus chupópteros. Los habrá más afines y menos al cristianismo, pero se echa de menos un partido político que sea la voz de los que no compartimos ni la ideología laicista, anarquista y anticlerical de la izquierda, ni el capitalismo salvaje  y antisocial de la derecha.

Ojalá Aldo Moro sea en breve santo, y ojalá ello sea impulso para que en España y en otros tantos países alguien se proponga crear un partido político que defienda la doctrina y la moral cristiana. Que cuente desde ya con mi voto, y supongo, contará con el de cientos de miles de personas como yo que en el panorama político actual no nos sentimos identificados con con ningún programa electoral ni con ninguna ideología contemporánea. 

3 comentarios :

  1. Pues sí, hacen falta políticos cristianos, muchos y buenos.

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  2. Desgraciadamente, Jaime, tengo que estar en desacuerdo con tu último párrafo. No porque no me parezca bien lo que dices, sino porque -y entiéndeme el tono amigable- no te lo crees ni tú.

    Me refiero a lo de "Que cuente desde ya con mi voto, y supongo, contará con el de cientos de miles de personas como yo que en el panorama político actual no nos sentimos identificados con con ningún programa electoral ni con ninguna ideología contemporánea."

    A la hora de la verdad, esos cientos de miles de personas acudirán prestos con su papeleta de cabecera a colaborar con el mantenimiento de todo eso que acertadamente denuncias y que conforman el "panorama político actual".

    Yo suelo votar en casi todas las elecciones, y siempre lo hago por partidos que defienden la moral y la doctrina católica, partidos respetuosos con los Valores No Negociables enumerados por el Papa.

    Otra cosa es que cuando se vea el recuento de votos... nos conozcamos todos.

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  3. Estupendo el link que nos has puesto, Gonzalo. Desde ya me pones en un dilema moral, y en las próximas votaciones mi conciencia tendrá que decidir entre malgastar mi voto dándoselo a algún partido que cumpla estos principios o el voto útil de un partido -que no respetando todos estos puntos- al menos impida que partidos en cuya ideología está la destrucción de la fe religiosa cristiana-católica gobiernen. Mi debate interno moral ya está servido.... Desde ya apelo al antiguo adagio latino "De internis, neque Ecclesia" (En cuestiones de conciencia, ni la Iglesia)...

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