sábado, 28 de marzo de 2015

Domingo de Ramos

Ramos de olivo. Chaquetas y corbatas para ellos. Vestidos y tacones para ellas. Sol. Una puerta que se abre. Cruz de guía. Nazarenos. Palmas. Incienso. Cera. Tambores y Cornetas se oyen a lo lejos. Cáscaras de cacahuetes pisadas al caminar. Un niño pide cera a un penitente. Un monaguillo repeinado reparte estampas y caramelos. Una palmera asoma. Jesús montado en la borriquita nos bendice a todos.Cámaras de fotos ahora sustituidas por Smartphones asoman por doquier. Una saeta. Más penitentes. Ciriales. Una virgen bajo palio llora desconsolada. Candelabros de cola. Cruces. Otra banda.

No cabe duda. Ya es Semana Santa.

Lo que acabo de escribir refleja como vive un Domingo de Ramos cualquier pueblo de Andalucía y gran parte de España de manera popular. Folklore, tradición y religiosidad popular se dan la mano para que a la calle llegue el mensaje que por las mañanas se ha proclamado en las Iglesias: Ha comenzado el recuerdo de la Semana de Pasión, de la Semana Mayor, de aquella en que los cristianos recordamos los fundamentos de nuestra fe. La Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo toman nuestras calles y nuestras almas, incluso de aquellos que el resto del año se olvidan del mensaje religioso.

Es una semana para disfrutar. Y, sobre todo, para rezar.

2 comentarios :

  1. Javier Fernández30 mar 2015, 11:58:00

    Tú lo has dicho, una semana para rezar. Aunque bien sabemos que será de todo, menos la humildad del alma pacadora que reconoce la bondad de Dios, al darnos a Su Hijo y morir en la cruz, para que todos tengamos Vida. Vamos a ver muchos pasajes de la Pasión de Jesús, y muy poca fuerza nos quedará para celebrar la Resurrección, porque parece que nos gusta la muerte y nos olvidamos de la Vida.Una semana de recogimiento, sin que nadie nos vea y será todo lo contrario. Necesitamos que "los demás" nos vean, cuándo el Único que nos tiene que ver, no nos ve. De que nos sirve ganar éste mundo si perdemos el de Dios ? Éste mundo es nada al lado de lo que es la presencia y virtud de Dios en nosotros. Enmanuel.

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