domingo, 23 de agosto de 2015

Peregrinación a Roma (5)

Foros de Pompeya
El quinto día tenía por objetivo visitar las ruinas de Pompeya. Ciertamente era la menos espiritual de las jornadas, pero acercarse a una ciudad casi intacta 2.000 años después es una experiencia que pocas veces puede hacerse en esta vida.

Teatro Grande
De nuevo tocaba madrugar. A las 08:14 ya estábamos en Termini cogiendo el tren en dirección a Nápoles, adonde llegamos a las 10:39. Una vez allí, de nuevo hay que coger el tren transvesubiano con el que 40 minutos más tarde estamos en la misma puerta de las ruinas. El robo de un móvil a un turista alemán delante de nuestras narices nos alertaba para extremar las precauciones. Llegados a las excavaciones, tras una cola razonable y bastante ágil por el elevado número de taquillas abiertas, por fin pudimos comenzar la visita turística.

Exposición de cadáveres
Pompeii era una ciudad de unos 15.000 habitantes, por lo que una visita completa es imposible en un único día. Además no todos los edificios están abiertos todos los días, lo cual hace que cuando uno llegue allí tenga que improvisar el itinerario sobre la marcha.

La visita que yo había previsto era la siguiente:

Frescos de la Villa de los Misterios
Templo de Venus, Basílica, Foro, Termas Stabianas, Casa del Citarista, Termópilas de Vetuzio Plácido, Lupanare, Anfiteatro, Palestra Grande, Necrópolis, Cuadripórtico del Teatro, Teatro Grande, Odeón, Casa del Fauno, Casa de los Vetti, Villa de los Misterios.  

Alguna de ellas, como decía, estaban cerradas o en proceso de restauración. La marcha a pleno sol, cuesta arriba y cuesta abajo, y con el molesto acerado de la antigua calzada romana no fue precisamente un paseo sencillo. Cuatro horas más tarde, con unos bocadillos en el estómago y muchos litros de agua bebidos emprendimos el regreso a Napoli.

Duomo de Napoli
Una vez allí, y con lo saturado del día, el único objetivo antes de tomar el tren de vuelta a Roma era visitar el Duomo de Santa Maria Assunta y probar el postre típico de la ciudad, la Sfoggiatella de ricotta. Ambos objetivos se cumplieron satisfactoriamente, dejando este último un sabor de boca indescriptiblemente grato.

Respecto al Duomo, después de ver las Iglesias de Roma, la sensación es de ser demasiado recargada en ornamentación. Veneramos las reliquias de San Genaro, cuya sangre según cuenta la tradición se licúa cada 19 de septiembre e hicimos un rato de oración en la Capilla del Sagrario.

A las 20:31 tomamos el tren de vuelta a Roma. Unos minutos antes, la Estación Central de Nápoles se había convertido en escenario de un tiroteo en el que moría una persona. El drama nos seguía rondando como en el Metro de Roma el día antes. Aún nos dio tiempo de ver como un discapacitado robaba un par de cajetillas de tabaco ante el silencio cómplice de los carabinieri y la indignación del propietario del negocio. El viaje de vuelta fue de lo más agradable, ya que entablamos conversación con una pareja de norteamericanas que habían pasado el día en Capri y compartimos fotos e impresiones mutuas. A las 22:34 llegamos a Termini y tras coger el Metro y un nuevo autobús por fin llegamos al Hotel, aunque antes nos aguardaba otra deliciosa pizza con su correspondiente helado....

2 comentarios :

  1. Porqué decis que este dia ha sido talvez el menos espiritual? No lo creo: al contemplar el Duomo, las reliquias de san Genaro y todo lo que habeis visitado, es imposible no llevantar el espirito hasta Dios y bendecirlo por todo lo que habeis visitado. En la Santa Maria Assunta por cierto que hicisteis una oracion, como tambien contemplando las Reliquias de San Genaro, tan famosas y importantes para los italianos. Esta ha sido tambien una jornada rica y llena de aventuras, tambien de robos, que se hacen siempre de la misma forma, sea en Roma, Madrid o Lisboa, el gesto es siempre lo mismo...

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    1. Hola Maria Fernanada!!! Lo decía por el tema de Pompeya, que era el único destino que no tenía nada que ver con el cristianismo, aunque como bien dices por la tarde sí vimos el Duomo de Nápoles...

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