sábado, 25 de marzo de 2017

La Cuaresma

La Cuaresma se define como un tiempo de cambio, de conversión y de penitencia. Comenzó el pasado Miércoles de Ceniza y terminará la víspera del Domingo de Ramos, dejándonos en puertas de una nueva Semana Santa. Debe ser, por lo tanto, un tiempo de desierto espiritual, de silencio interior y de preparación a lo verdaderamente importante, la Semana Santa y la Pascua de Resurrección.

A lo largo de estos 40 días la Iglesia nos invita a reflexionar sobre nuestras vidas cambiando todo aquello que esté en connivencia con el pecado. El número 40 no es aleatorio, ya que nos recuerda los 40 días que Jesucristo estuvo en el desierto antes de ser tentado por el diablo. Esta semana estamos, por lo tanto, a mitad de ese camino de conversión.

La Cuaresma, al igual que el Adviento, no es un tiempo que tenga sentido por sí mismo, sino como preparación a la celebración de los días más especiales para los cristianos, los días en los que nuestra fe recuerda los momentos más importantes de la Historia de la Salvación de Dios con la humanidad. Son días para fortalecer nuestra vida de oración, nuestra vida de caridad y la esperanza en la vida futura.

A nivel personal, no sé lo que pasará este año, pero en experiencias anteriores, al terminar este tiempo, siempre he tenido la sensación de que he podido hacer mucho más en el campo espiritual de lo que he hecho. Al concluir estos días siempre me ha parecido que he permitido que Dios toque algunos aspectos superficiales de mi vida, pero que no le he dejado que entre a fondo en mi interioridad. Todos los años cumplo el ayuno, la abstinencia y algún que otro sacrificio “extra”, pero si de verdad me preguntaran si he cambiado sustancialmente, creo que mi respuesta en conciencia tendría que ser un “no excesivamente”.

Esta realidad me agobiaba un tanto en mis años de juventud. Ahora, con la madurez de los años, voy cambiando también la mentalidad. Últimamente no creo que Dios nos pida un cambio radical -del que cada año por el paso de los años me voy viendo más lejano- pero sí que nos exige un reconocimiento de la condición de pecadores para que su misericordia pueda actuar en cada uno de nosotros. No creo que Dios nos pida o exija esfuerzos inhumanos que van en contra de la propia condición humana, pero sí que como criaturas suyas reconozcamos a nuestro Creador y Salvador como el único que puede gobernar nuestras vidas.

En esa clave estoy intentando vivir estos días de gracia del Señor. Espero que sean provechosos y me hagan mejor persona y cristiano.

sábado, 18 de marzo de 2017

El Cielo es Real (Heaven is for Real, EE.UU, 2014)

"¿El Cielo es real? Porque si lo fuera, estoy seguro de que viviríamos de otra manera...". Esta frase tan sugerente forma parte del discurso final del pastor Todd Burpo en una de las escenas finales de una película tan entretenida como sorprendente. 

Cuando una película está basada en hechos reales ello le añade un plus de interés a la misma. Si además plantea el tema de las ECM (Experiencias Cercanas a la Muerte) haciéndolo de manera visualmente atractiva el resultado es muy satisfactorio. El Cielo es Real es una película para todos los públicos, que tanto un niño como un adulto pueden disfrutar, siendo conscientes que cada uno de ellos lo hará con su mentalidad, su noción del sentido de la vida, de la muerte, de la religión... Está basada en el libro homónimo escrito por Todd Burpo y Lynn Vincent, que fue un superventas en los EE.UU. La película fue también un éxito de taquilla (recaudó diez veces su presupuesto...) pero no tanto de crítica. Ciertamente no pasará a la historia del Cine como un clásico. Su director (Randall Wallace) y los actores principales son de segunda línea, lo que no quita que las interpretaciones sean convincentes y que el producto final no desentone.

Su argumento sí es muy atractivo: Todd Burpo, pastor protestante, lleva una vida como la de cualquier persona hoy en día: agobiado por sus trabajos, por pagar las facturas a fin de mes y sacar a su familia adelante en todos los aspectos. Es el responsable de una comunidad evangélica en un pequeño pueblo en el que con sus múltiples trabajos cobra lo justo para sobrevivir intentando transmitir la fe a sus paisanos. Una serie de pequeñas desgracias se van sucediendo hasta que un día su vida y su fe se tambalean cuando su hijo Colton es ingresado de urgencias en el Hospital con una peritonitis. Allí en el Hospital Todd se rebela contra Dios y las desgracias que le han sucedido una tras otra en un corto período de tiempo. Por suerte, los médicos le indican a la familia que Colton ha salvado la vida de milagro. Al rehacer su vida ordinaria, Colton poco a poco va desvelando un secreto: durante esas horas estuvo con Jesús en el Cielo. Evidentemente al principio nadie le cree, ni siquiera sus propios padres, pero poco a poco va dando pruebas de que su historia no es una fantasía, ya que conoce datos y situaciones que deberían ser absolutamente desconocidos para él...

Se trata sin duda de una película que provoca preguntas e inquietudes en quien la ve. De hecho, el film arranca con un par de preguntas sin responder de Todd haciendo de narrador: "¿Es el Cielo una esperanza? ¿O tan real como la tierra y las nubes? Una vez le hice esa pregunta a mi abuelo. Y me dijo que para cuando él supiera la respuesta, ya sería demasiado tarde para que dármela. Llegaría el día en que yo volviera a hacer esa pregunta, mirando esta vez fijamente a los ojos de mi hijo...". Los diálogos son profundos y escasos, dejando espacio para el silencio y la meditación interior. Argumentos a favor y en contra de este tipo de experiencias se van sucediendo, dejando un espacio para confrontar creencia, agnosticismo y ateísmo. Evidentemente, la película quiere reflejar y hace hincapié en varios aspectos que se repiten sistemáticamente en quienes han tenido una ECM: En primer lugar, la incomprensión que sienten cuando nadie les cree e incluso se burlan de ellos. De la misma manera, el cambio del sentido de la vida y la pérdida del miedo a la muerte que experimentan estas personas son evidentes. La araña como portadora de muerte es un símbolo muy claro, siendo las primeras palabras de Colton al despertar: "Papá, quiero coger la araña...". Con estas palabras descubrimos ya desde el principio que la experiencia de Colton es real y ha perdido definitivamente el miedo a la muerte. También se refleja la profundización en la fe que se produce en quienes conviven con una persona que ha experimentado una ECM, así como el rechazo que provoca en quienes no tienen fe. Durante buena parte de la película el padre de Colton simboliza a la persona creyente mientras que su madre representa al escéptico frente a este tipo de situaciones, dando una visión global del problema. Otros miembros de la comunidad religiosa, del pueblo, los periodistas o los médicos que van apareciendo se sienten también interpelados por Colton y dudan entre si la historia es cierta o no.

Muchos símbolos religiosos se hacen presente una y otra vez a lo largo del film: la cruz, la Iglesia, la mariposa como símbolo de la resurrección, los servicios litúrgicos, imágenes de Jesús por todos lados... Todos ellos van creando una atmósfera religiosa en la que se intenta con imágenes y palabras describir realidades simbólicas, lo cual hay que reconocer que no es nada sencillo. 

A aquellos que tachan la película de únicamente de proselitista o de moralina me gustaría invitarlos a que la vieran con ojos más imparciales. El film me parece honesto, e incluso aparece una frase de una eminencia en psiquiatría (La doctora Charlotte Slater) que expone el punto de vista de las ECMs desde el ateísmo o el agnosticismo, tan respetable como el del creyente: "En el momento cercano a la muerte, el cuerpo libera hormonas que pueden inducir un estado de paz, incluso de euforia. Nuestros cerebros llenan los espacios en blanco. Los cristianos ven a Jesús, los judíos ven a Moisés, los musulmanes ven a Mahoma..."

Me gustaría destacar asimismo uno de los extras que tiene la versión en DVD: el testimonio real del verdadero protagonista de la historia, un Colton Burpo ya adolescente pero que con una madurez impropia de su edad vuelve a narrar su experiencia, así como la historia de la niña pintora lituana (Akiane Kramarik) del cuadro "Príncipe de la paz", que aparece realmente en el film.

Personalmente, yo he tenido la gran suerte en la vida de conocer a una persona que me narró una ECM. En breve le dedicaré una entrada, ya que es una experiencia que merece mucho la pena compartir... Pero ya puedo adelantar algo: A esa persona -como decía la primera frase de este post-  la ECM le cambió la vida para mejor. Creo que no hay mayor prueba que esa para demostrar que su experiencia fue real, al menos en su interior.

sábado, 11 de marzo de 2017

Million Dollar Baby (EE.UU., 2004)

Seguramente a algunos os extrañará que catalogue a Million Dollar Baby como una película religiosa. Evidentemente acepto que su temática fundamental no es la religión sino el boxeo, pero tras esa línea argumental general sí que subyacen otros temas colaterales que todos ellos están directamente relacionados con la fe cristiana. Esta dimensión trascendente no es casual, ya que en muchas películas dirigidas por Clint Eastwood el tema de Dios (o de la ausencia de Dios) está presente de una u otra manera. En concreto en muchas de sus últimas obras (Mystic River, Million Dollar Baby, Gran Torino o Más allá de la vida) la dimensión religiosa es esencial a la temática. La película es artísticamente una joya, con siete nominaciones a los Oscar y cuatro estatuillas, incluyendo la de mejor película. Veamos de qué va la película y después la comentamos con calma. 

Frankie Dunn (Clint Eastwood) es un entrenador de boxeo al que la vida no le va del todo bien. No se habla con su única hija y no consigue demasiado éxito en su trabajo. Un día, entra en su gimnasio una chica de 32 años venida de una familia marginal, Maggie (Hilary Swank), quien quiere que Frankie lo entrene para hacerla campeona. Al principio Frankie la desprecia y solo consigue la ayuda de un ex-boxeador llamado Scrap (Morgan Freeman), quien poco a poco la va acercando a Frankie. Finalmente, y gracias a su constancia y tozudez, Frankie acepta hacer de Maggie una campeona siempre que ella acepte sus reglas... 

¿Cuál es la temática religiosa en todo ello?... Pues aunque no lo parezca los dos personajes principales afrontan el final de sus vidas con una dimensión religiosa de fondo. Por cierto, recomiendo que se vea la película antes de leer lo que viene a continuación, ya que es inevitable desvelar una parte importante de la trama para analizar el dilema moral que se plantea al final de la película. 

1. En primer lugar, Frankie aparece a lo largo de la película hasta en cuatro ocasiones rezando o yendo a la Iglesia, buscando un refugio-consuelo ante la falta de comunicación con su hija. Es un hombre en búsqueda: busca respuestas, busca consuelo, busca fe. Sus conversaciones con el sacerdote, el padre Horvak,  denotan amargura pero también un honesto interés de quien ha estado apartado de la religión pero en el etapa final de su vida necesita en el campo espiritual respuestas que el resto de la sociedad no puede dar. Abro un imaginario paréntesis: ¿No será por ello que todas las iglesias están llenas de personas mayores con este perfil que se hacen preguntas similares y no encuentran respuestas en ningún otro sitio salvo en la Iglesia?. Cierro paréntesis. Unas veces con humor-sarcasmo y otras con profundidad las conversaciones Frankie-Horvak no tienen desperdicio. Este diálogo entre ambos es una mezcla de esta seriedad-humor:

Padre Horvak: ¿Qué te confunde esta semana?
Frankie: Oh, es lo mismo de siempre, lo de "un Dios-tres Dioses".
Padre Horvak: Frankie, la mayoría de la gente se da cuenta en la guardería que es una cuestión de fe.
Frankie Dunn: ¿Es algo así como Snap, Crackle y Pop, todo en una gran caja?
Padre Horvak: ¿De verdad está aquí parado fuera de mi iglesia, comparando a Dios con los Rice Crispies?

Al final de la película Frankie acude de nuevo al mismo sacerdote a pedir su opinión sobre si debe practicar una eutanasia o no. Este diálogo es menos humorístico ya que es la clave del film:

Frankie: "Pero ahora quiere morir. Y yo sólo quiero que se quede conmigo. Y juro por Dios, Padre, hacerlo sería cometer un pecado. Pero manteniéndola viva, la estoy matando. ¿Entiende lo que le digo? ¿Qué puedo elegir?"
Padre Horvak: "Nada. Hazte a un lado, Frankie. Déjala con Dios".
Frankie: "Ella no está pidiendo la ayuda de Dios. Ella está pidiendo la mía".
Padre Horvak: "Frankie, te he visto en misa casi todos los días durante 23 años. La única persona que asiste tanto a la iglesia es la que no puede perdonarse a sí misma por algo. Cualesquiera que sean los pecados que estás cargando, no son nada comparados con esto. Olvídate de Dios o del cielo y el infierno. Si haces esto, estarás perdido. En algún lugar tan profundo que nunca te encontrarás de nuevo".
Frankie Dunn: "Creo que ya lo estoy".

2. Por otro lado, una vez que ha alcanzado el éxito y que le sobra el dinero (aparentemente ha alcanzado el sueño de cualquier deportista de élite) durante un combate, Maggie sufre un accidente que la postra en una cama para el resto de su vida. Aquí entra en juego un segundo punto que esta muy relacionado con la moral cristiana, el tema de la eutanasia. Maggie le pide a Frankie que termine con su vida con este diálogo:

Maggie: "Tengo un favor que pedirle, jefe".
Frankie: "Lo que quieras".
Maggie: "¿Recuerdas lo que hizo mi papá por Axel...?" (su antiguo perro)
Frankie: "Ni siquiera pienses en ello".

¿Se puede terminar con una vida si la persona lo solicita?, ¿Es moral ayudarla?, ¿Cuál es el límite entre la medicina como curación o la medicina que alarga innecesariamente una vida?, ¿Es digno vivir para quien cree que ha perdido la dignidad?, ¿Es mejor dejar morir lentamente y con sufrimiento o acelerar ese tránsito?... Aunque no se refleja su postura frente a la fe, Maggie aparece en esta etapa final de su vida postrada en un una cama portando una cruz colgada a su cuello, lo cual evidentemente no es casualidad sino una sugerencia más del trasfondo religioso de la película.

El tema de la eutanasia está expuesto en el Catecismo de la Iglesia. Os invito a leer los puntos 2276-2279. De todas formas os resumo los dos puntos que a mi parecer sintetizan el pensamiento de la Iglesia en este punto:

-  La eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas. Es moralmente inaceptable.

- La interrupción de tratamientos médicos onerosos, peligrosos, extraordinarios o desproporcionados a los resultados puede ser legítima. Interrumpir estos tratamientos es rechazar el “encarnizamiento terapéutico (...) Las decisiones deben ser tomadas por el paciente...

El límite entre ambos casos es muy sutil y yo diría que está cada vez más difuminado gracias a la medicina actual que ha avanzado tanto y que puede provocar situaciones "artificiales" de prolongación de la vida. En el caso de la película que nos ocupa hay una doble acción de Frankie. Por un lado desenchufa un respirador artificial a petición de Maggie (podría contemplarse en el segundo supuesto) pero también le administra una inyección de adrenalina que acorta el sufrimiento provocando su muerte, lo que creo que entra claramente en el primer supuesto. Pero más allá del juicio moral que podamos realizar lo verdaderamente importante de esta película es que sugiere temas éticos y consigue que el espectador empatice con cada uno de los personajes. Una historia bien trenzada, que te mantiene en tensión de principio a fin y que no termina con los títulos de créditos, sino que precisamente ahí es donde comienza la reflexión del espectador. Creo que no se le puede pedir más a un título cinematográfico.

sábado, 4 de marzo de 2017

El Reino de los Cielos (Kingdom of Heaven, GB, 2005)

El Reino de los Cielos es una película británica -no made in Hollywood- con algunos premios menores en diversos certámenes europeos y americanos. Hace ya unos cuantos años que vi por primera vez esta película y recuerdo que me dejó más frío que otra cosa, pero ha pasado algo que me ha hecho cambiar de opinión, al menos respecto a lo cinematográfico. 

Hasta hace poco, como digo, yo había visto la versión comercial de 145 minutos y tenía la sensación de que a la historia le faltaba profundidad. Muchos personajes estaban tratados superficialmente y notaba "saltos" en el argumento que me dejaban desconcertado e incómodo en ciertas fases de la película.

El otro día, y por casualidad, pude ver en Blu-ray la versión extendida del director Ridley Scott de 190 minutos de duración. La conclusión es que se trata de otra película completamente distinta, con un argumento mucho más sólido y un hilo conductor ahora sí inquebrantable. Sigue sin convencerme una buena parte del contenido de la historia, pero al menos he de reconocer que la película gana en calidad cuando se visiona de manera completa. Luego, he leído unas declaraciones del director en las que repudia la versión cinematográfica y afirma que el Director's Cut es a su juicio la única versión válida. Eso explica muchas cosas.  

La acción tiene como trama la época de las Cruzadas cristianas que pretendían recuperar Tierra Santa. El protagonista principal, Ballian (Orlando Bloom) es un herrero que peregrina a Jerusalén para obtener el perdón de los pecados tras haber asesinado a un sacerdote. Llegado a Tierra Santa, encuentra a su verdadero padre, Godofredo de Ibelin (Liam Neeson) del que termina heredando sus títulos y posesiones. allí se enamora de Sibylla, la hermana del rey. Todo parece ir bien pero tras un periodo de paz, Jerusalén será atacada por los musulmanes y arrebatada para siempre a los reinos cristianos. No obstante, Ballian encabezará una heroica resistencia de la ciudad para salvar al menos la vida de sus habitantes.

Como decía al principio, la primera vez que vi esta película le encontré muchos más defectos que virtudes. Entre ellos está el hecho de que se presenta a la mayoría del cristianismo como belicista y a las huestes musulmanas como un ejército pacifista que parece que no tuvo más remedio que masacrar a los cristianos para salvar el honor mancillado de Saladino. En concreto la escena en la que Saladino recoge un crucifijo caído y lo vuelve a colocar encima de una mesa (tras terminar el asedio de Jerusalén) me parece bastante partidista al tiempo que improbable históricamente hablando. En esta línea, el conflicto en general me sigue pareciendo una visión muy simplista e incluso tergiversada de la realidad, pero hay que entender que uno de los objetivos de la película es explicar el fracaso de las Cruzadas y desde este punto de vista la historia funciona. 

Dicho esto, hay que aclarar también que la película presenta una temática religiosa pero sin embargo pocas conclusiones espirituales se pueden sacar de ella. A lo largo de toda ella están más presentes el odio, el rencor y la venganza que el mensaje de Jesucristo de amor a los enemigos. Es cierto que intenta reflejar una época y un contexto histórico bien definidos, pero el que el protagonista termine perdiendo la poca fe que tenía al principio de la película tampoco ayuda en exceso. La imagen de la jerarquía de la Iglesia de la época que deja traslucir el film suena a tópico, estando más preocupados por las cuestiones terrenales que por las espirituales, no existiendo un límite bien definido entre el poder terrenal y el poder espiritual. Ello puede ser asumido habida cuenta de que se reflejan los siglos más oscuros de la Historia de la Iglesia, pero extraña que no aparezca ni un solo personaje en la película preocupado de las cuestiones espirituales. Por lo demás es entretenida y con unos efectos especiales destacables, especialmente en el asedio de Jerusalén. Es en ese asedio en el que Ballian deja claro que la Religión le importa bien poco, únicamente intenta salvar la vida de la gente:

Balian de Ibelin: ¿El muro? ¿La mezquita? el sepulcro? ¿Quién tiene derecho? Nadie tiene derecho.
(alza la voz): ¡Todos tienen derecho!
Obispode Jerusalén: ¡Eso es una blasfemia!
Almaric: Cállate.
Balian de Ibelin: Defendemos esta ciudad, no para proteger estas piedras, sino a las personas que viven dentro de estos muros.

Espiritualmente, el único personaje aprovechable es el "hospitalario", un soldado algo resentido y desencantado de la vida y la religión. No obstante, deja algunas reflexiones interesantes como ésta:

Hospitalario: No le doy importancia a la religión. Con la palabra religión he visto que a la locura de los fanáticos de todas las denominaciones se llama la voluntad de Dios. La santidad está en la acción correcta y el coraje en favor de los que no pueden defenderse, y la bondad. Lo que Dios desea está aquí (señala la cabeza) y aquí (señala el corazón). Y con lo que decidas hacer todos los días, serás un buen hombre, o no.

En fin, una película que si se ve de manera distendida y sin entrar en excesivos juicios críticos históricos entretiene, sobre todo si como digo uno tiene la suerte de tropezarse con la versión extendida del director, la única que a mi juicio (y al de Ridley Scott) merece la pena.