sábado, 4 de marzo de 2017

El Reino de los Cielos (Kingdom of Heaven, GB, 2005)

El Reino de los Cielos es una película británica -no made in Hollywood- con algunos premios menores en diversos certámenes europeos y americanos. Hace ya unos cuantos años que vi por primera vez esta película y recuerdo que me dejó más frío que otra cosa, pero ha pasado algo que me ha hecho cambiar de opinión, al menos respecto a lo cinematográfico. 

Hasta hace poco, como digo, yo había visto la versión comercial de 145 minutos y tenía la sensación de que a la historia le faltaba profundidad. Muchos personajes estaban tratados superficialmente y notaba "saltos" en el argumento que me dejaban desconcertado e incómodo en ciertas fases de la película.

El otro día, y por casualidad, pude ver en Blu-ray la versión extendida del director Ridley Scott de 190 minutos de duración. La conclusión es que se trata de otra película completamente distinta, con un argumento mucho más sólido y un hilo conductor ahora sí inquebrantable. Sigue sin convencerme una buena parte del contenido de la historia, pero al menos he de reconocer que la película gana en calidad cuando se visiona de manera completa. Luego, he leído unas declaraciones del director en las que repudia la versión cinematográfica y afirma que el Director's Cut es a su juicio la única versión válida. Eso explica muchas cosas.  

La acción tiene como trama la época de las Cruzadas cristianas que pretendían recuperar Tierra Santa. El protagonista principal, Ballian (Orlando Bloom) es un herrero que peregrina a Jerusalén para obtener el perdón de los pecados tras haber asesinado a un sacerdote. Llegado a Tierra Santa, encuentra a su verdadero padre, Godofredo de Ibelin (Liam Neeson) del que termina heredando sus títulos y posesiones. allí se enamora de Sibylla, la hermana del rey. Todo parece ir bien pero tras un periodo de paz, Jerusalén será atacada por los musulmanes y arrebatada para siempre a los reinos cristianos. No obstante, Ballian encabezará una heroica resistencia de la ciudad para salvar al menos la vida de sus habitantes.

Como decía al principio, la primera vez que vi esta película le encontré muchos más defectos que virtudes. Entre ellos está el hecho de que se presenta a la mayoría del cristianismo como belicista y a las huestes musulmanas como un ejército pacifista que parece que no tuvo más remedio que masacrar a los cristianos para salvar el honor mancillado de Saladino. En concreto la escena en la que Saladino recoge un crucifijo caído y lo vuelve a colocar encima de una mesa (tras terminar el asedio de Jerusalén) me parece bastante partidista al tiempo que improbable históricamente hablando. En esta línea, el conflicto en general me sigue pareciendo una visión muy simplista e incluso tergiversada de la realidad, pero hay que entender que uno de los objetivos de la película es explicar el fracaso de las Cruzadas y desde este punto de vista la historia funciona. 

Dicho esto, hay que aclarar también que la película presenta una temática religiosa pero sin embargo pocas conclusiones espirituales se pueden sacar de ella. A lo largo de toda ella están más presentes el odio, el rencor y la venganza que el mensaje de Jesucristo de amor a los enemigos. Es cierto que intenta reflejar una época y un contexto histórico bien definidos, pero el que el protagonista termine perdiendo la poca fe que tenía al principio de la película tampoco ayuda en exceso. La imagen de la jerarquía de la Iglesia de la época que deja traslucir el film suena a tópico, estando más preocupados por las cuestiones terrenales que por las espirituales, no existiendo un límite bien definido entre el poder terrenal y el poder espiritual. Ello puede ser asumido habida cuenta de que se reflejan los siglos más oscuros de la Historia de la Iglesia, pero extraña que no aparezca ni un solo personaje en la película preocupado de las cuestiones espirituales. Por lo demás es entretenida y con unos efectos especiales destacables, especialmente en el asedio de Jerusalén. Es en ese asedio en el que Ballian deja claro que la Religión le importa bien poco, únicamente intenta salvar la vida de la gente:

Balian de Ibelin: ¿El muro? ¿La mezquita? el sepulcro? ¿Quién tiene derecho? Nadie tiene derecho.
(alza la voz): ¡Todos tienen derecho!
Obispode Jerusalén: ¡Eso es una blasfemia!
Almaric: Cállate.
Balian de Ibelin: Defendemos esta ciudad, no para proteger estas piedras, sino a las personas que viven dentro de estos muros.

Espiritualmente, el único personaje aprovechable es el "hospitalario", un soldado algo resentido y desencantado de la vida y la religión. No obstante, deja algunas reflexiones interesantes como ésta:

Hospitalario: No le doy importancia a la religión. Con la palabra religión he visto que a la locura de los fanáticos de todas las denominaciones se llama la voluntad de Dios. La santidad está en la acción correcta y el coraje en favor de los que no pueden defenderse, y la bondad. Lo que Dios desea está aquí (señala la cabeza) y aquí (señala el corazón). Y con lo que decidas hacer todos los días, serás un buen hombre, o no.

En fin, una película que si se ve de manera distendida y sin entrar en excesivos juicios críticos históricos entretiene, sobre todo si como digo uno tiene la suerte de tropezarse con la versión extendida del director, la única que a mi juicio (y al de Ridley Scott) merece la pena.

2 comentarios :

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    1. Hola Amigo/a anónimo/a. La opción que propones es válida, pero si alguien publica de manera anónima no sé que interés tiene en editar o eliminar comentarios.... A mi juicio las dos opciones son validas, tanto la cuenta Google como los comentarios anónimos.

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