miércoles, 7 de junio de 2017

El Gran Milagro (México, 2011)

¿Se pueden hacer dibujos animados con un mensaje cristiano? La respuesta es afirmativa. Hace unos años comenté El Hombre que hacía Milagros (aunque sea más bien animación con plastilina) como un buen ejemplo de hacer atractivo el mensaje del Evangelio y la vida de Jesucristo a los niños a través de una historia bien contada y adaptada a su mentalidad.

¿Se puede explicar la misa a los niños a través de dibujos animados y hacerla atractiva? ufff... Aquí la respuesta es más difícil, ya que mezclar los temas más profundos de la fe cristiana con el entretenimiento es una tarea ardua y compleja.

El Gran Milagro, dirigida por Bruce Morris es precisamente un intento de explicar los beneficios espirituales de la Eucaristía a través de la historia de tres personajes (Mónica, Chema y doña Cata) quienes por distintos motivos acuden a una iglesia en los momentos más complicados de sus vidas. Mónica ha perdido a su esposo Fernando y se siente sin fuerzas para educar a su hijo Diego con quien la convivencia es complicada. Chema tiene a su hijo Manuel en el hospital gravemente enfermo. Y doña Cata afronta los últimos momentos de su existencia debido a su avanzada edad. Los tres serán acompañados por sus respectivos ángeles de la guarda a una Eucaristía especial en la que de manera pedagógica y didáctica sus ángeles les irán explicando los momentos más importantes de la misma. De paso se explica también el sacramento de la Penitencia y las nociones del más allá Cielo-Purgatorio-Infierno. En la película se intentan hacer visibles realidades invisibles, lo cual ya es una pista de la dificultad de la tarea.

Tengo que reconocer que he visto la película como adulto que soy y con mi mentalidad de adulto. Mi impresión es que presenta temas muy profundos que para la mentalidad de un niño son bastante elevados. La lucha entre el bien y el mal en la conciencia de la persona en el sacramento de la Penitencia, el efecto purificador de la oración para las almas del purgatorio, la ofrenda de uno mismo en el Ofertorio, la Comunión como sanación liberadora para uno mismo y para los demás, la Comunión de los Santos... son temas complejos que no sé hasta que punto pueden ser comprendidos por un niño que vea la película, al que probablemente le llegue más el enfrentamiento entre ángeles y demonios que se deja entrever en la misma.

No obstante es de agradecer el esfuerzo por actualizar el mensaje cristiano. Hay un buen puñado de elementos que son muy aprovechables para ser explicados visualmente. En concreto la "pelotita" que cada uno debe formar en el Ofertorio como ofrenda de sí mismo me parece una intuición genial y muy visual. La estructura de la Misa, la presencia de la Virgen María (la mexicana Virgen de Guadalupe) como intercesora, la Iglesia como lugar sagrado, los Sacramentos, el sentido de la vida... son temas todos ellos que también están bien tratados y que pueden servir para un debate posterior si la película se ve por ejemplo en catequesis o en clases de Religión.

Por todo ello me parece una película muy recomendable, aunque eso sí, yo no la aconsejaría a niños menores de 12 años, ya que el mensaje que intenta transmitir requiere de unos ciertos conocimientos religiosos y de una cierta madurez como persona y como cristiano. La película no está exenta de una buena dosis de crítica a muchos grupos de personas: a las que frivolizan con la misa, con el pecado, con la confesión, a las que están en misa pero tienen la cabeza en otra parte, a las que piden cosas en misa pero nunca dan gracias... 

La canción final "God is music" de Maria Vertiz Cortina es también muy buena. Una pena que no esté traducida al estilo de las canciones Disney, pero claro, el presupuesto de este film fue más modesto....

Voy a resaltar a continuación algunas frases que he copiado debido a que me han impactado al visionar la película:

Ángel: A veces el dolor tiene que ser compartido para ser comprendido

Mónica: ¿Qué puedo ofrecerle yo al señor? 
Ángel: A ti: tu trabajo, tu alegría, tu tristeza, el bienestar de tu hijo, tu vida y tu servicio. Siempre se nos olvida ofrecer algo a Dios, ni siquiera sabemos pedir

Chema: No puedo creer lo que veo 
Ángel: Ese es el problema: ustedes necesitan ver para creer. Aunque el amor de Dios este frente a sus narices, se olvidan de él sólo porque no lo ven

Ángel: Nunca el hombre es más hombre que cuando se arrodilla ante Dios

Ángel: ¿Te diste cuenta? ni una sola vez han dicho gracias: sólo su letanía de pedidos; y así son todos los que vienen a su casa

Mónica: ¿Cuánto tiempo está Dios conmigo después de comulgar? 
Ángel: Todo el tiempo que quieras, el hace de tu corazón su hogar. Ustedes son los que lo dejan ir, salen de misa y se olvidan del gran milagro que llevan dentro "