lunes, 19 de noviembre de 2018

Dos Ángeles viajeros

Comparto hoy este bonito cuento con moraleja que nos debe hacer pensar que las cosas siempre tienen una doble lectura. En ese sentido, esta historia me recuerda a otro cuento  que comenté en el Blog hace un par de años. Os lo dejo para vuestra lectura y vuestras propias conclusiones:

Dos ángeles viajeros se detuvieron a pasar la noche en la casa de una familia adinerada. La familia era grosera y les negaron a los ángeles la estancia en el cuarto de huéspedes de la mansión. Se les dio un pequeño espacio en el frío sótano. Mientras hacían su cama sobre el frío y duro suelo, el ángel mayor vio un hoyo en la pared y lo reparó. Cuando el joven ángel preguntó porqué los ayudaba, el mayor le contestó:
"- Las cosas no siempre son lo que parecen".

La siguiente noche el par de ángeles fueron a descansar en la casa de un granjero y su esposa, quienes eran muy hospitalarios. Después de compartir con ellos la poca comida que tenían, la pareja dejó a los ángeles dormir en su cama donde pudieran tener a una buena noche de descanso. Cuando el sol salió la siguiente mañana los ángeles encontraron al granjero y a su esposa llorando. Su única vaca, cuya leche había sido su único sustento, había muerto en el campo. El ángel joven se enojó y le preguntó al mayor cómo había dejado que eso pasara:
"- El primer hombre tenía todo y aún así lo ayudaste" - le dijo- "La segunda familia no tenía nada pero compartía amablemente lo que tenía y tú dejaste que su vaca muriera".

El ángel mayor respondió:
"- Las cosas no siempre son lo que parecen. Cuando estuvimos en el sótano de la mansión, noté que había oro dentro del hoyo en la pared. Ya que el dueño estaba obsesionado con la avaricia y no compartía lo que tenía con los demás, sellé el hoyo para que no encontrara el oro. Anoche mientras dormíamos en la cama de los granjeros, el ángel de la muerte llegó por la esposa del dueño. En su lugar le di la vaca. Te repito que las cosas no son siempre lo que parecen...".

Cada uno puede sacar sus propias conclusiones y aplicar la enseñanza que le parezca -ya que en eso consiste una de las virtudes de los buenos cuentos- pero a mi la idea que se me vino a la cabeza al leerlo es que a menudo cuando juzgamos situaciones cotidianas nos falta información y sacamos conclusiones erróneas debido a ello. Conocer todos los detalles de una historia es fundamental para saber interpretar bien los resultados. Desde una perspectiva creyente esto es esencial, ya que la totalidad del conocimiento solo la posee Dios y los seres humanos debemos conformarnos con una visión parcial de la Historia y el devenir de los acontecimientos. Quizás por ello Jesucristo nos recomendó en el Evangelio de San Mateo: "No juzguéis y no seréis juzgados..."

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