lunes, 19 de agosto de 2024

Sencillez y austeridad: 1 Timoteo

La primera Carta de Timoteo forma parte de las llamadas "Cartas pastorales" de San Pablo. Contiene exhortaciones al propio Timoteo, a los Obispos, presbíteros, diáconos y responsables de comunidades, así como consejos en el tratamiento necesario para viudas, esclavos, mujeres. De entre todas ellas me voy a quedar con unos versículos que alertan sobre los peligros de las riquezas, de la codicia y de la ostentación. 

Los tesoros en esta vida tienen fecha de caducidad, así que San Pablo recomienda -siguiendo el mandato evangélico- prepararse tesoros en el Cielo. Me parecen unos versículos que no podemos perder de vista y que nos centran en lo verdaderamente importante en esta vida.

Antes de comentar esos versículos apunto también una de las frases más conocidas de las Cartas Paulinas, que merece la pena ser resaltada:

1 Timoteo 2,4

"...Quien (Dios) quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad"

Y, ahora sí, vamos con los versículos referentes a las riquezas:

1 Timoteo 6, 7-10

Porque nosotros no hemos traído nada al mundo y nada podemos llevarnos de él. Mientras tengamos comida y vestido, estemos contentos con eso. Los que quieren enriquecerse caen en la tentación, en el lazo y en muchas codicias insentatas y perniciosas que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero, y algunos, por dejarse llevar de él, se extraviaron en la fe y se atormentaron con muchos dolores.

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