Los dos versículos que he escogido son un recordatorio del Evangelio de San Juan, concretamente del Mandamiento del Amor que encontramos en Juan 13, 34-35. En el fondo, esta Carta es una continuación escueta de ese precepto, a una comunidad que comienza a experimentar sus primeras disensiones. En un par de frases se recuerda el Amor como mandamiento, pero no como una fría ley que debe ser cumplida, sino como un cálido sentimiento que debe ser la guía de la existencia de cualquier cristiano. Nunca está de más recordar el núcleo de la fe y de la convivencia cristiana, así que ahí los dejo para la meditación:
2 Juan 1, 5-6:
Y ahora te ruego, Señora - y no es que te escriba un mandamiento nuevo, sino el que tenemos desde el comienzo - que nos amemos unos a otros. Y en esto consiste el amor: en que vivamos conforme a sus mandamientos. Este es el mandamiento, como lo habéis oído desde el comienzo: que viváis en el amor.