lunes, 18 de agosto de 2025

La posesión de Grace (Grace: The Possession, Canadá, 2014)

En el mundo de las películas sobre exorcismos es difícil encontrar cosas nuevas, parece que ya todo esté inventado. La película que hoy comento, sin embargo, presentó algunas perspectivas novedosas no tanto en el fondo teológico pero sí en las formas cinematográficas. Sin ser nada del otro mundo, este matiz la hace atractiva, al menos para diferenciarla dentro de un género tan manido.

La película canadiense fue el primer largometraje dirigido por Jeff Chan de los tres que ha realizado hasta la fecha. Protagonizada por la sensual Alexia Fast -parece que todas las poseídas tengan que ser hermosas- y la no menos espectacular Alexis Knapp, fue publicitada con el eslogan "La inocencia termina en sangre". La música acompaña bien a la acción, la fotografía y los decorados son bastante convincentes, contando además con las particularidades técnicas que veremos en el comentario posterior.

El argumento, bastante típico, tiene como protagonista a Grace, un bombón de 18 años que se marcha a la Universidad sin haber probado el alcohol, las drogas ni el sexo. Culpa de ello es la educación estricta a la que ha sido sometida por su abuela materna, quien se hizo cargo de Grace tras la muerte de su madre durante el parto. 

Vamos con el análisis, más técnico que teológico en un primer momento. En escasos 84 minutos la protagonista va experimentando visiones, alucinaciones y señales físicas sin aparente explicación, incluyendo una extraña marca en su vientre. No hay demasiada sangre, es poco gore, el sexo está limitado al mínimo... ¿Qué es lo que hace a esta película especial, entonces? Hay un aspecto digno de mención: Gran parte de la película está rodada con el plano llamado subjetivo o POV, lo que hace que el espectador "vea" a través de los ojos de la protagonista. Lo que en otras películas puede llegar a ser cansino aquí está bastante bien dosificado, ejecutado de una manera adecuada. Hasta aquí lo positivo, ya que la trama va decreciendo en interés, los personajes están bastante estereotipados y la escenas finales -exorcismo incluido- son bastante previsibles.

Respecto al apartado espiritual algunas frases y diálogos merecen la pena ser destacados. Vamos con un análisis más en profundidad de este contenido religioso.

Al comienzo los consejos espirituales -propios de una mentalidad ultraconservadora- corren todos a cargo de la abuela de Grace. Esta mujer es quizás la más odiosa de todo el film, provocando un rechazo en el espectador superior incluso al del demonio... En mi opinión personal creo que no era necesario dar una imagen tan retrógrada y caricaturesca de la figura del creyente.

"Grace, debes mantener a Dios en tu vida. Ese lugar está lleno de pecado. Y de sexo".

"No olvides rezar".

"Tu madre padecía una enfermedad del alma, y eso es algo que un médico no puede curar".

"No necesitas ayuda, necesitas a Dios".

Sin ser el propósito del film, las oraciones de la protagonista están muy bien sacadas, si bien en los contextos en los que son recitadas dan la visión de una religión que raya en el proteccionismo y la superstición más que en una auténtica adoración a lo sagrado. Ejemplos de ello son las siguientes:

"Te ruego Señor, que ilumines mi mente, purifiques mi corazón y santifiques mi alma. Amén"

"Bendíceme con tu infinita gracia para que permanezca pura, protege mi alma de las luchas diarias, defiéndeme de las fuerzas del mal. Soy tuya por siempre y para siempre. Amén"

Como ya he adelantado, la visión de la Iglesia Católica (los tres sacerdotes que aparecen) y de los creyentes (especialmente la abuela de Grace) es bastante negativa. Más que ante una institución bimilenaria parece que estamos ante una secta cutre, ocultista y que busca el amargamiento de sus fieles. Desde esta perspectiva es bastante simplista y cae en tópicos bastante comunes desde comienzos del milenio. Como modelo de ello rescato un trozo de una homilía del Padre John:

Padre John: "Si la tentación entra en vuestro corazón, el diablo lo destruirá. Todos lo sentimos, cada día, la mano de Satán tirando de nosotros, pidiéndonos traicionar al Señor Nuestro Dios por placeres terrenales. La Biblia nos enseña a rechazarla a ignorar esa tentación. Pero , ¿Quién de nosotros está libre de pecado? Es fácil convenceros de que vais por el sendero correcto, de que permanecéis inmaculados. El pecado es como una herida abierta. Por no hablar de que supura, se extiende y crece ante vuestros propios ojos. Por eso debemos plantar cara a nuestros pecados, corregirlos. Recuperar la pureza de nuestras almas es la única senda al paraíso. Ahora recemos"

Curiosas palabras sobre la tentación y el pecado de quien al final del film descubrimos que es el padre de Grace tras haber dejado embarazada a su madre. La hipocresía en estado puro...

Respecto al exorcismo en sí presenta la peculiaridad antes mencionada de que lo vemos desde la posición del demonio. Interesante perspectiva, si bien lo oscuro de estas escenas y lo espectacular -en el peor sentido de esta palabra- restan credibilidad a la misma. El diálogo inicial entre obispo y poseída es casi cómico, alejado de lo que se ve en otras películas del género:

Obispo Michael: "Diablo, sal de ella. El símbolo que posees es una marca de un sirviente oscuro, un demonio"
Grace: "¿Qué significa eso?"
Obispo Michael: "Significa que estás perdiendo la posesión de tu alma"
Grace: "¿Qué me va a pasar?"
Obispo Michael: "Grace, el ritual que vas a experimentar es muy peligroso, debes entender que haré cuanto esté en mi poder para salvarte"

Obispo Michael: "Mira, la cruz del Señor. Marchaos poderes hostiles que habéis invadido a esta sierva de Dios y la habéis llenado de terror. Yo te expulso espíritu impío junto con todo poder satánico del enemigo, con todo aparición del infierno y toda tu legión, en el nombre de Jesucristo. Que Dios esté contigo. Y con tu espíritu. Porque él en persona te lo ordena. Él que te expulsó de las alturas del paraíso a las profundidades del infierno".

El final si merece una mención especial, ya que incide en una idea bastante común en este género pero que no deja de ser una clave teológica de primer orden. Con el Padre Karras en El exorcista se inaugura la figura de quien se inmola para salvar la vida de la poseída. Este intercambio sacrificial de una víctima por otra se lleva a cabo en esta película cuando el diácono Luke acepta convertirse en el portador del demonio para salvar la vida y el alma de Grace.  

Luke: "Espera, llévame a mi a cambio"
Demonio: "¿Te entregarías voluntariamente?"
Luke: "Solo si la dejas vivir"
Demonio: "¿Su alma por la de un cura? Un cambio respetable"

El desenlace, por lo tanto, no es nada novedoso, se podría decir que casi de manual. No obstante, el film presenta algunos aspectos atractivos que hacen llevadero y aconsejable su visionado, al menos para amantes del género. Termino con una curiosidad. La habitación universitaria de Grace es la número 237, lo que sin duda es un guiño indirecto a la mítica habitación de El resplandor de Stanley Kubrick. Cualquier otra comparación es, como ya se sabe, odiosa...

lunes, 11 de agosto de 2025

El Dios de los humildes: Judit

Escojo hoy una cita del Libro de Judit, que junto a Ester y Rut componen los tres libros de la Biblia que tienen como protagonista principal a una mujer. Es el más largo de los tres, con 16 capítulos a través de los cuales se nos narra una preciosa historia sobre la confianza en Dios frente al orgullo y la prepotencia humanas. A través del pensamiento y la acción de Judit se nos hace ver la actuación de la providencia divina en momentos de máxima desesperación. Una humilde viuda derrotará al todopoderoso Holofernes, valiéndose de sus escasas posibilidades de salir victoriosa. En esta ocasión, la belleza y las dotes seductoras de una mujer sirven para ayudar al pueblo de Israel, al contrario de lo que ocurre con la historia de Sansón y Dalila

Pero antes de convertirse en instrumento de la voluntad divina, Judit eleva a Dios una bonita oración de la que entresaco este versículo que me parece precioso:

Judit 9,11

Porque tu fuerza no está en el número ni tu dominio en los fuertes, sino que tú eres el Dios de los humildes, el defensor de los desvalidos, el apoyo de los débiles, el refugio de los abandonados y el salvador de los desesperados.