martes, 25 de septiembre de 2007

Una frase genial

Ha entrado el otoño y con él un tiempo propicio para el pesimismo y la depresión. La propia naturaleza parece que se muere, las plantas se secan, los árboles dejan caer sus hojas, llegan las primeras y abundantes lluvias y los días nublados nos convierten en seres más caseros y hastiados que en primavera-verano. La Iglesia no es ajena a ello y dedicará todo el mes de noviembre a la oración y la intercesión de los difuntos. Parece que nuestra alma es más sensible al más allá entre rayos y tormentas que no entre el sol y la playa...
Aunque aún queda un mes para esas plegarias, me han mandado un e-mail referente a la muerte que contiene una frase realmente preciosa. No entiendo como puede haber por ahí gente con tanta imaginación y agudeza que hacen que uno se sienta realmente insignificante. Este tipo de gente tiene mucho tiempo o un coeficiente intelectual bastante superior a la media. Yo carezco de ambas cosas y me limito a compartir con vosotros este tipo de pensamientos que a mi entender no son sólo bellas palabras sino un buen material de reflexión y de oración.

La frase en cuestión dice así:

“Cuando naciste tú lloraste y todos los que estaban a tu alrededor reían. Procura que cuando dejes este mundo tú seas el que rías y todos los que estén a tu alrededor los que lloren…”

Es genial, ¿no os parece?. Creo que no debe haber una muerte más dulce que la de aquel que se marcha de este mundo con la conciencia tranquila, con la satisfacción del deber cumplido, la esperanza de la resurrección y la compañía de los seres queridos como último recuerdo. Sin mencionarlas todas creo que esta sentencia recoge todos estos pensamientos.

Bueno, lo dicho, ánimo en esta época y recordad que la tristeza y la nostalgia son enemigas acérrimas de la esperanza, una de las virtudes teologales cristianas.

sábado, 15 de septiembre de 2007

La exaltación de la Santa Cruz

Ayer viernes los cristianos celebrábamos la Exaltación de la Santa Cruz. ¿No parecen a priori dos palabras contradictorias "celebrar" y "cruz"?... En nuestra sociedad se celebran otras cosas: Cumpleaños, bodas, bautizos, comuniones, despedidas de solteros, comidas de empresas... ¿Cómo se puede celebrar algo tan negativo como una cruz?

La cruz es el lugar del escarnio, de la soledad, de la injusticia, del sufrimiento, de la traición, del insulto, de los salivazos, de los azotes... en fin, el lugar del reinado de la Muerte. Y sin embargo, los cristianos hacemos alarde de ella: La llevamos en nuestras cadenas, está en nuestras casas, en nuestras Iglesias... nos gloriamos de ella. ¿Por qué?, ¿No tendremos algo de masoquistas?...

Ni mucho menos. La cruz solo es una cara de la moneda. La otra cara es la resurrección. Si celebramos la cruz es porque el sufrimiento es a menudo el camino de la alegría plena. Aunque parezca contradictorio esa es la dinámica de la Pascua. Sin cruz no hay resurrección, sin resurrección la cruz no tendría ningún sentido. Cristo nos marca la pauta a seguir: cargar con la cruz de cada día es lo necesario para ser buen discípulo suyo. Y si aún nos sobran fuerzas siempre hay por ahí más cruces de las que podemos convertirnos en Cireneos, ayudando a los que van cayendo por el camino bajo el insoportable peso del madero.

No nos llamemos a engaños: no hay salvación sin cruz. Carguemos con la nuestra (no hay dos cruces iguales, todas son distintas) y al final de nuestro camino le veremos su sentido y nos proporcionará nuestra recompensa

domingo, 9 de septiembre de 2007

Quart

Este sacerdote, con apellido más bien anglosajón que de la lengua de Cervantes, protagoniza la nueva serie española de Antena 3 para la noche de los martes. El otro día vi su primer capítulo y no me desagradó en exceso. Tampoco es para tirar cohetes, pero como está la tv creo que es un mal menor bastante sufrible. La trama, aunque un poco vista ya (conspiraciones vaticanas, facciones violentas dentro de la Iglesia y el rentable asunto del celibato…) enganchan, aunque mejor será que no os fijéis en los detalles litúrgicos que puedan aparecer (ayer por ejemplo, apareció durante una misa una estola cruzada, que no se ve desde antes del Concilio Vaticano II; 1965-68…).

No se la audiencia como irá, pero creo que tendrá su público, ansioso de ratificar sus temores sobre la corrupción en la Iglesia y de ver a nuestro protagonista liado con su antigua novia reaparecida años después… Creo que el mayor problema lo va a tener no la serie, sino los espectadores que la ven. Ya hemos afirmado otras veces que muchos van una película o una teleserie de la misma manera que ven el telediario de las tres. No sólo le pasa a las personas mayores, sino sobre todo a las víctimas de la LODE, la LOGSE y la ESO exenta de suspensos y repeticiones de curso. Gran parte de los telespectadores no saben distinguir muchas la realidad de la ficción, y la tv. se convierte en auténtica palabra de Dios. A muchos les falta sólo hacer genuflexión cada vez que pasan por delante de ella, porque es el verdadero y nuevo ídolo de nuestra sociedad.

Debido a mi edad, caso y conozco a muchos matrimonios jóvenes. Si son mis amigos o primos, voy a sus casas a preparar la ceremonia o a bendecirlas. Os aseguro que en todas ellas hay un plasma de nosecuantas (muchísimas) pulgadas. Es presentado la mayoría de las veces como el objeto estrella (ídolo) del hogar. En ella basan la gran parte de sus horas de convivencia matrimonial tras la vuelta de los respectivos trabajos. A falta de compartir la vida se compartirán imágenes… En fin, que os voy a contar…

Bueno, ya veremos como avanza la serie, pero de momento, y a falta de que comience la champions la noche de los martes creo que la voy a ir siguiendo, ya os contaré…

domingo, 2 de septiembre de 2007

Una frase para pensar

Dejando a un lado la revelación de la Biblia (la mayor fuente de conocimiento de Dios por parte del hombre), hoy nos vamos a centrar en el acceso a la trascendencia a través de la razón. La pregunta sería: ¿Es razonable creer en Dios o no?. Me han mandado una frase de Blaise Pascal, pensador francés del s. XVII, que creo resuelve esta incógnita y que me gustaría comentar con vosotros:

"Prefiero equivocarme creyendo en un Dios que no existe, que equivocarme no creyendo en un Dios que existe. Porque si después no hay nada, evidentemente nunca lo sabré, cuando me hunda en la nada eterna; pero si hay algo, si hay Alguien, tendré que dar cuenta de mi actitud de rechazo".

Pascal, pensador, filósofo, científico y teólogo de su época sabía muy bien lo que decía. Creo que en esta frase se encierra una gran sabiduría de la que el hombre hoy carece: la Religión interesa al hombre, le da un sentido, un porqué a sus días. Es más necio el ateo que el creyente, pues ambos arriesgan sus vidas a una carta boca abajo, pero el ateo no espera que en esa carta haya nada y el creyente sí.

¿Es entonces la religión sólo un invento interesado del hombre como afirman Feuerbach, Freud o Nietzsche? No, ya hemos dicho antes que los cristianos no creemos en el Dios de la razón, sino en el Dios revelado a través de Jesucristo. Lo que si podríamos afirmar junto al enciclopedista Voltaire es que si "Dios no existiera habria que inventarlo", porque un mundo que no cree en Dios es un mundo vacío de sentido y que camina hacia su autodestrucción, como comprobamos día a día.

Dios ha dejado su impronta en el corazón del hombre, pero lo ha hecho de una manera tan sútil, que es tan imposible demostrar que existe como lo contrario.

Hoy domingo, os dejo con ese pensamiento para que nos estrujemos las neuronas y reafirmemos nuestra fe en Cristo, ya que, por más vueltas que le demos, al final todo es cuestión de fe...