sábado, 29 de noviembre de 2014

Un cuento de Adviento: Dios y el zapatero

Esta tarde comenzará como cada año un nuevo Adviento. Como sabéis, el Adviento no es tiempo de penitencia o de sacrificios como la Cuaresma, sino que es un tiempo especial para fomentar y fortalecer nuestra Esperanza. Jesús tiene que nacer de nuevo en cada uno de nosotros y hay que irle preparando un sitio bien acogedor para que cuando venga encuentre un corazón dispuesto y bien adecentado. 

Al hilo del Evangelio de la semana pasada, el del juicio final de Mateo 25, os propongo hoy este tradicional cuento que une ambas ideas y ambos sentimientos, la caridad con el prójimo y la esperanza en la venida del Salvador.

Espero que os guste y lo disfrutéis tanto como yo:

Martín era un humilde zapatero de un pequeño pueblo de montaña. Vivía solo. Hacía años que había enviudado y sus hijos habían marchado a la ciudad en busca de trabajo.
Martín, cada noche, antes de ir a dormir leía un trozo de los Evangelios frente al fuego del hogar. Aquella noche se despertó sobresaltado. Había oído claramente una voz que le decía. ‘Martín, mañana Dios vendrá a verte’. Se levantó, pero no había nadie en la casa, ni fuera, claro está, a esas horas de la fría noche...
Se levantó muy temprano y barrió y adecentó su taller de zapatería. Dios debía encontrarlo todo perfecto. Y se puso a trabajar delante de la ventana, para ver quién pasaba por la calle. Al cabo de un rato vio pasar un vagabundo vestido de harapos y descalzo. Compadecido, se levantó inmediatamente, lo hizo entrar en su casa para que se calentara un rato junto al fuego. Le dio una taza de leche caliente y le preparó un paquete con pan, queso y fruta para el camino; y le regaló unos zapatos.
Llevaba otro rato trabajando cuando vio pasar a una joven viuda con su pequeño, muertos de frío. También los hizo pasar. Como ya era mediodía, los sentó a la mesa y sacó el puchero de la sopa excelente que había preparado por si Dios se quería quedar a comer. Además fue a buscar un abrigo de su mujer y otro de uno de sus hijos y se los dio para que no pasaran más frío.
Pasó la tarde y Martín se entristeció, porque Dios no aparecía. Sonó la campana de la puerta y se giró alegre creyendo que era Dios. La puerta se abrió con algo de violencia y entró dando tumbos el borracho del pueblo.
– ¡Sólo faltaba este! Mira, que si ahora llega Dios...– se dijo el zapatero.
– Tengo sed –exclamó el borracho.
Y Martín acomodándolo en la mesa le sacó una jarra de agua y puso delante de él un plato con los restos de la sopa del mediodía.
Cuando el borracho marchó ya era muy de noche. Y Martín estaba muy triste. Dios no había venido. Se sentó ante el fuego del hogar. Tomó los Evangelios y aquel día los abrió al azar. Y leyó:
– ‘Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estaba desnudo y me vestistes...Cada vez que lo hiciste con uno de mis pequeños, a mí me lo hicistes...’
Entonces se le iluminó el rostro al pobre zapatero. ¡Claro que Dios le había visitado! ¡No una vez, sino tres veces! Y Martín, aquella noche, se durmió pensando que era el hombre más feliz del mundo..."

domingo, 16 de noviembre de 2014

Reflexiones cristianas: Nuevo cumpleaños

Ayer cumplí ocho añitos ya. Lo celebramos con un lazo de chocolate con bastante mejor pinta que el de la foto, pero no teníamos la cámara a mano para hacerle una foto. Sí, como os habréis dado cuenta, hoy no os escribe Jaime, sino yo, el Blog "Reflexiones Cristianas", ya que con 8 años ya sé leer y escribir tan bien que me voy a atrever con mi primera entrada... Por cierto, cumplidos mis 8 años este año tendría que haber comenzado la catequesis y Jaime no me ha apuntado, que despistado es... 

El año pasado, cuando cumplí siete añitos, Jaime (al que le encantan los números) os dio unas cifras que voy a repetir para compararlas con las que a día de hoy tengo almacenadas en mis registros. Como veréis, año a año van creciendo los números al igual que yo... 

Año 2013: 267 entradas, 411.766 visitas, 2.213 comentarios, 4.623 "me gusta" en las entradas, 102 "me gusta" en Google+ y 63 seguidores.

Año 2014: 312 entradas, 619.373 visitas, 2.362 comentarios, 5.973 "me gusta", en las entradas, 172 "me gusta" en Google+ y 80 seguidores. Este año, Google posibilita asociar el Blog a los seguidores de Google+, y el número que aparece es 643.

Este año quería compartir con vosotros el pódium de honor de las entradas. La entrada más vista, "Huellas en la arena", ha sido visitada por 65.753 personas de casi todos los rincones del mundo. Esta es una historia que Jaime se limitó a copiar y retocar un poco de otra que encontró en la web. Lo mismo sucede con la historia que aparece en el número 2, "El niño tranquilo", con 43.793 visitas. La número 3, "Perder a un ser querido" sí es una reflexión personal de Jaime, y cuenta con 22.673 visitas.

En fin, que gracias a Dios sigo funcionando bien gracias a vuestra fidelidad. Muchas gracias a todos y espero que el año que viene nos volvamos a ver para seguir comentando los avances....

domingo, 9 de noviembre de 2014

Moscati: El médico de los pobres (Giuseppe Moscati: L'amore che guarisce, Italia, 2007)

Ayer vi esta película italiana dirigida por Giacomo Campiotti (Prefiero el Paraíso, María de Nazaret) que narra la vida de Giuseppe Moscati (1880-1927), santo napolitano del siglo pasado canonizado por Juan Pablo II en 1987.

De familia noble y acomodada, Moscati renuncia en su vida a todo lo material (sin profesar votos religiosos ni  acceder al sacerdocio) por atender en cuerpo y alma el “Hospital de los incurables”, institución napolitana donde se albergaban los enfermos más pobres y dejados de la mano de Dios de su tiempo. En el film se narran muchas de las historias verificadas en su proceso de canonización, su especial preocupación por los niños abandonados y sus continuas visitas a los suburbios de la ciudad, donde el tifus campaba a sus anchas a comienzos del siglo XX. Se refleja su inquebrantable fe aún en los momentos de máximo dolor, su ayuda desinteresada a todas las personas, la venta de todas sus propiedades para costear las medicinas de quienes no tenían nada, su extraordinaria labor tras la erupción del Vesubio en 1906 y un largo etcétera.

La película fue producida por la RAI como Teleserie de 4 horas de duración en 2007. En el año 2013 se ha realizado una versión cinematográfica de dos horas, convirtiéndose en el programa de televisión más visto en esa cadena durante todo el año. Sé que he comentado esto ya en muchas ocasiones, pero tendré que hacerlo una vez más. Que pena me da que haya países como Italia donde el país entero hace alarde de sus santos y otros como España donde nuestros beatos y santos son ocultados y silenciados por la industria cinematográfica. Una película sobre un Santo/a español/a en la actualidad me parece poco más que una quimera, sino es, por supuesto, como la que hace unos años se hizo sobre Santa Teresa de Ávila para burlarse de ella y presentarla más o menos como una esquizofrénica, o como Camino, en la que se nos presenta a la futura Beata Alexia González Barros como una perturbada mental. Llevamos dos sacerdotes misioneros que han fallecido por el ébola entregando su vida por los más pobres de Sierra Leona pero no me imagino a ninguna cadena de televisión española costeando una producción para contarnos sus vidas. La santidad no interesa en este país.

Algunas frases interesantes para la reflexión que aparecen en el film, me han llamado la atención y que sirven espiritualmente son las siguientes:

"Espero que con la ayuda de Dios, que es el Médico Jefe, se cure de inmediato".
"Amamos a Dios sin medida, sin medida en el amor, sin medida en el dolor".
“No es la ciencia, sino la caridad la que ha transformado el mundo"
"Quien no abandona nunca a Dios siempre tendrá una guía en la vida, segura y recta".

Pues nada, habrá que seguir tirando de DVDs y esperar que vengan tiempos mejores en nuestra patria, que se terminen los complejos y que el Estado aconfesional no se confunda con un estado laicista, que es lo que estamos sufriendo en la actualidad.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Bertin Osborne y su hijo Kike

Esta semana me ha conmovido leer en una revista el testimonio de mi paisano Norberto Juan Ortíz Osborne, conocido en el mundo de la farándula como Bertín Osborne. Ya lo había visto varias veces en programas de televisión (muchos de ellos incluso en programas donde se frivoliza bastante con estos temas) dando un testimonio próvida que va contracorriente en nuestra cultura de la muerte.

Frente a todos aquellos que proclaman que la vida de un discapacitado debe ser eliminada, el jerezano Bertín Osborne nos presenta un ejemplo de como su vida cambió a mejor a raíz de una decisión muy difícil. Su opinión es muchas veces ridiculizada, otras veces valorada, pero él no se cansa de manifestarla aunque le cueste ser tachado de retrógrado o de conservador. Sin duda alguna, a Bertín le sería más cómodo no mojarse en este tema y dejar para la intimidad su opinión en estas cuestiones, pero bien es sabido que “de la abundancia del corazón habla la boca”, y su corazón está lleno por su hijo Kike.

Su testimonio, además, cuenta con el aval de la experiencia. Muchos partidarios del aborto se jactan de decir que ningún cura, obispo o ni siquiera el mismo Papa puede dar una opinión respecto a ese tema ya que no tienen hijos y no se van a ver nunca en la coyuntura personal de tener que decidir si su pareja aborta o no. Pues bien, más allá de que este argumento sea una chorrada comparable a que nadie podría dar una opinión de un asunto que no le incumbiera en primera persona, Bertín habla desde la experiencia de un padre que desde que se levanta hasta que se acuesta dedica gran parte de su vida a alguien que no debería haber nacido.

Y no debería haber nacido porqué así se lo recomendaron los médicos. En sus propias palabras, le dijeron a su mujer y a él:  "No intentéis nada, nada funciona, no hay nada que hacer. Dedicaos a otros hijos, no os esforcéis con este: dejadlo irse, no os hagáis los héroes. Si logra sobrevivir al parto, toda su vida será un vegetal".

Bertín cuenta ahora que "Mi ´vegetal´ es el que más alegrías me ha dado en 59 años de vida. El que más". Con 5 años de vida, Kike ve, oye, entiende y puede comunicarse.

Cuando le preguntan que aconsejaría a alguien que pasara por su misma situación, Bertín no es nada extremista: “Yo no soy nadie para aconsejar, nadie. Creo que su conciencia tiene que estar tranquila, sea la decisión que sea, pero les diría algo que muchos médicos no dicen: muchísimos niños que de entrada están desahuciados hoy en día son la alegría de la casa. Al final, cada uno en su conciencia, sabrá lo que tiene que hacer. Nosotros lo supimos. Si mañana volviera a ocurrir yo lo sabría: yo estoy con la vida ".


Sobre la actual ley del aborto ha afirmado algo que es de sentido común: “Lo que no puede ser, y me parece absolutamente descerebrado, es que una niña de 15 o 16 años pueda abortar sin que sus padres lo sepan. Es una cosa que va contra la más lógica de las lógicas. Eso hay que quitarlo, hay que reformarla  y si hay que reformarla 7 veces que lo hagan.

Cada vez que te veo, me siento orgulloso de ti, Bertín. Hoy han anunciado tu presencia en "El Chester". Volveré a verte y a disfrutar con tu sabiduría de vida.