viernes, 30 de agosto de 2013

Crónica de un entierro

Ayer fui al entierro del padre de un amigo mío en un pueblo de la Sierra de Cádiz. Omito el nombre del pueblo y del sacerdote oficiante para no herir la posible susceptibilidad del ministro en cuestión. Lo cierto es que tampoco este post es una crítica a su labor, sino simplemente una breve reflexión de unos cuántos detalles que llamaron mi atención de manera poderosa. Puede que fuera por tratarse de un pueblo relativamente pequeño, aunque elementos comunes encuentro también en mi ciudad.

El primer detalle que me resultó curioso fue la manera de entrar la gente en la Iglesia. Creo, sinceramente, que nos gusta el morbo. Tengo que reconocer que en un primer momento estaba en la Iglesia rezando, pero al tardar el coche fúnebre, salí hasta que hizo acto de presencia. La llegada del cadáver fue presenciada del mismo modo que la llegada de una novia al Altar. Mucha más gente fuera que dentro, la mayor parte de ellas no excesivamente afectadas por el deceso, sino más bien aglutinadas allí por ser un acontecimiento del pueblo que había que presenciar para tener algo de que hablar en las tertulias posteriores. El algarabío y las risas fueron cortadas de golpe con la llegada del coche adornado por sus coronas fúnebres. Cigarros apagados, silencio absoluto, expectación máxima.

Cuando el féretro entró en la Iglesia, la familia ocupó las primeras bancas, pero el tropel de gente que estábamos en el exterior -me incluyo en la masa anónima- acudimos corriendo casi entre empujones a coger un sitio en algún banco. Yo me quedé de pie detrás, anonadado y preguntándome a mí mismo: Si tanto interés tenían en coger sitio para sentarse, ¿Por qué no esperaron dentro…?.

Al ubicarme apoyado en una columna de la nave lateral, observé con pesar un segundo detalle curioso: Las que corrían eran casi todas mujeres, apenas unos cuántos hombres entre los que vuelvo a incluirme habían entrado en el templo. Supongo que éstos se habían quedado fuera fumando y charlando del tiempo, de fútbol, de economía o de política, por lo que respecta al difunto ya habrían visto bastante para la comidilla de la tarde…

Delante de mí, no obstante, se situó un matrimonio de avanzada edad. Conseguí centrarme en la recién comenzada Eucaristía exequial, incluso oyendo con gusto la prédica del sacerdote, no excesivamente larga y bastante interesante a mi juicio. Mi sorpresa y mi desconcierto fue que al terminar la homilía, el marido le comentó a su mujer: “No menterao de ná” (Traduzco del "Andaluz" al Castellano para mis amigos de América, que son mayoría de lectores de este Blog: “No me he enterado de nada”). La mujer silenció a su esposo con un psssshhh, supongo que poniendo un toque de discreción ante la presencia detrás suya de un forastero extraño al pueblo, que no era otro sino el que suscribe estas palabras.

Tengo que reconocer que a partir de ese momento, nunca mejor dicho, se me fue el Santo al Cielo. A duras penas conseguí centrarme en la Eucaristía, pues ya mi cerebro (la loca de la casa, como decía Santa Teresa) iba por otros derroteros. ¿Se refería ese hombre a su más que posible sordera? Fue mi primera cavilación. Era una posibilidad cierta, pero supuse que la mujer conocería de sobra ese posible defecto de su marido, en cuyo caso el comentario no vendría a cuento y lo descarté. ¿Era más bien una crítica a una megafonía que ciertamente dejaba mucho que desear? Fue mi segundo pensamiento, también plausible, pero si son del pueblo, será la misma megafonía de todos los domingos, así que la opinión tampoco tenía sentido en ese momento exacto de la misa… ¿Se trataba entonces el contenido de la homilía lo que constituía el objeto de la crítica? Pensé. No creo, pues a mí personalmente me había gustado. Estaba bien estructurada, no excesivamente larga y un lenguaje…

"Quieto, un momento....", pensé, y rebobinando mentalmente caí en la cuenta que en los apenas diez minutos de prédica habían salido a relucir palabras como escatología, parusía, comunión de los Santos, redentor, intercesión… y otras tantas, que yo –al igual que el sacerdote que las predicaba- hemos estudiado durante más de ocho años, pero que no tienen que formar parte del acervo cultural del cristiano de a pie.

Creo que ésa es la clave, y es ésa la crítica -constructiva, bien lo sabe Dios- que realizo a muchos de los sacerdotes de hoy. Se predican a sí mismos o a un público que esté a su altura intelectual. No quiero decir con esto que haya que rebajar el nivel teológico de los ministros del Señor, pero sí saber exponer el mensaje en un lenguaje actual y cercano. Sin chabacanerías, sin simplicidades, pero dejando a un lado palabras que la gente no entiende o no han escuchado en su vida. Una cosa es una charla a un público con un cierto nivel intelectual y otra muy distinta una misa exequial. Sé que la frontera es tan sutil como difícil de percibir por el orador, pero si al ya casi incomprensible para el pueblo llano lenguaje litúrgico añadimos una homilía elevada le realidad es que la gente no se entera de nada. Si hay algo que está acercando al Papa Francisco a todas las personas de todas las edades y de todos los niveles culturales es que se le entiende todo, palabra por palabra. La grandeza de un orador consiste en saber ponerse al nivel de su audiencia, sea del nivel intelectual que sea. 


Tras dar el pésame a la familia y en el trayecto de vuelta a Jerez, pensé para mis adentros… Cuantas veces muchos sacerdotes habrán salido orgullosos de una homilía brillante, bien preparada, incluso bien expuesta -no es nada fácil hablar en público- y, sin embargo, entre los bancos el comentario generalizado habrá sido: “No menterao de ná…”

lunes, 26 de agosto de 2013

Esencia de Mujer (Scent of a Woman, 1992, EEUU)

No me explico cómo he tardado más de 20 años en verla. Tampoco recuerdo que nadie me la haya recomendado nunca. Y sin embrago, mi memoria a duras penas alcanza a vislumbrar la última vez que una película me emocionaba tanto. Quiero recordar que desde El Club de los Poetas Muertos, Cinema Paradiso o La Vida es Bella (por citar algunas de este selecto círculo) no experimentaba ese pellizco en el estómago que anoche volví a sentir.

La película es, permítaseme un símil vulgar, como una cebolla, conjuntada genialmente con la superposición perfecta de distintas capas. Puedes quitar una, pero inmediatamente aparecerá otra detrás. El título tiene algo de sentido dentro del contexto de la trama, pero engaña. La película apenas tiene que ver con los perfumes femeninos. Tras éstos, se oculta un conflicto moral, el dilema ético de un joven estudiante cuyo futuro profesional se pone en juego dependiendo de si es fiel a la verdad y a su conciencia o se decanta por ser sumiso a una decisión radicalmente injusta y poder así continuar sus estudios. Tampoco ése es el núcleo de la película. Si ahondamos más, al fin alcanzamos el corazón del argumento. Más allá de lo anterior -importante pero secundario- se sitúa la búsqueda del sentido de la vida de un invidente amargado, y de la necesidad que todo ser humano tiene de “un Buen Samaritano” que le recoja del borde del camino y sane sus heridas. Ése es el punto mágico que hace una perfecta eclosión y alcanza su clímax al final del film.

En la película no escucharéis ni una sola vez pronunciar las palabras Dios, Cristianismo o Religión. Pero, aunque no lo parezca, todos ellos están agazapados y son los fines últimos del trasfondo del argumento, si bien aparentemente sean imperceptibles en la película. Dios está en todo lo humano, y esta película anda sobrada de humanidad. Frank Slade (Al Pacino) es el prototipo de una persona que ha triunfado en la vida, pero que llegado a un determinado punto de su existencia, cree que todo carece de sentido. La muerte se presenta como el único horizonte vital de su existencia. Charlie Simms (Chris O´Donell) va a convertirse en esa mano donde agarrarse cuando uno está con el agua al cuello, esa inesperada ayuda desinteresada que se ofrece para redimir al convicto de una existencia carente de ilusión por vivir. Llamadlo filantropía, pero para mí esa es la auténtica esencia del hombre religioso, lejos del cumplimiento -cumplo y miento- y preocupado de lleno por dotar a esta vida de un sentido profundo de la existencia.


Magistral, sublime, impactante, emotiva, tierna, sarcástica… todos los adjetivos quedan cortos para describir esta obra maestra del séptimo Arte. A Al Pacino le sirvió para ganar su primer Óscar. A mí, para reencontrarme con un Cine que transmite valores. Espero que a vosotros también. Y si no, al menos no tendréis la excusa con la que yo he comenzado estas líneas. Yo os la recomiendo, es de visión obligada, desde el primer hasta el último minuto os sumergirá en un gratificante baño de humanidad. Y no lo dudéis. Allí donde hay algo humano, detrás está indiscutiblemente la mano de Dios. Aunque a veces no se vea. Como en la vida misma.

domingo, 18 de agosto de 2013

Matanzas de cristianos en Egipto

A las habituales y casi diarias matanzas de cristianos en Nigeria y Siria, se han sumado, esta semana, nuevas matanzas de cristianos coptos en el convulso Egipto. Desgraciadamente, muchos aprovechan estas revueltas políticas para quemar iglesias y asesinar sacerdotes, religiosos/as y cristianos/as amparados por la anarquía o el mirar para otro lado de las autoridades de turno.

Es cierto que la iglesia también se las tuvo tiesas con el mundo musulmán, sin embargo, hace ya varios siglos que se acabaron las persecuciones de los musulmanes en el mundo occidental. Una verdadera lástima que no se pueda decir lo mismo a la viceversa. Se ve que la mentalidad cristiana ha evolucionado mientras que el Islam sigue anclado en una cerrazón medieval alentada por los grupos e imanes más conservadores y fundamentalistas que desgraciadamente atemorizan y envían consignas peligrosas contra el mundo occidental.

El Papa Francisco no ha parado de pedir por el mundo musulmán y tener un acercamiento a ellos, recibiendo en el Vaticano a un líder religioso musulmán mundial como primer sino amistoso entre ambas religiones después de muchos años de tensas relaciones. Ojalá la situación cambie pronto y nadie, nunca, asesine a otro ser humano en nombre de Dios o de la religión. Demasiada sangre inocente se ha derramado ya en una tierra que nunca encontrará la paz en la venganza y sí en el perdón y el respeto mutuo.


Como imagen para la esperanza esta última: Un grupo de musulmanes de Egipto rodean una Iglesia cristiana durante la celebración de la Eucaristía para evitar los actos vandálicos y los asesinatos a sangre fría. Dicen que una imagen vale más que mil palabras.

Ésta, en este caso, vale millones.

lunes, 12 de agosto de 2013

Le pedí a Dios...

El otro día mi amigo Antonio Vélez puso esta oración en el muro de su red social y me encantó. investigando un poco por la red, he descubierto que es anónima, ya que se la atribuyen tantas personas que podría escribirse un libro. Igualmente, he descubierto que hay ya decenas de versiones, yo me he quedado con las dos que mas me han gustado. Espero que también os gusten a vosotros.

Pedí a Dios ser fuerte a fin
de ejecutar proyectos grandiosos,
y Él me hizo débil para conservarme humilde.
Pedí a Dios que me diera salud
para realizar grandes empresas,
y Él me dió enfermedad para comprenderlo mejor.
Pedí a Dios riquezas para poseerlo todo,
y Él me dejó pobre para no ser egoísta.
Pedí a Dios poder para que los hombres
precisaran de mí,
y Él me dió humildad para que Él me precisara.
Señor, no recibí nada de lo que pedí,
pero me diste todo lo que yo precisaba.
¡Alabado sea el Señor !
Entre todos los hombres nadie tiene más que yo


Le pedí a Dios valor
y Dios me dio dificultades
para fortalecerme.
Le pedí sabiduría
y dios me dio problemas
para aprender a solucionarlos.
pedí prosperidad
y Dios me dio cerebro y manos para trabajar.
Pedí coraje
y dios me dio peligros para superar.
Pedí amor
y dios me dio personas para amar.
Pedí favores
y Dios me dio oportunidades.
le pedí a Dios todo en la vida
y Dios me dio la vida para tenerlo todo
Total, no recibí nada
de lo que pedí,
pero recibí todo
lo que necesitaba.

viernes, 9 de agosto de 2013

El Papa Francisco, los homosexuales y el lobby gay

El Papa Francisco ha realizado unas declaraciones muy aplaudidas por todos los sectores de la sociedad. No quiero ser yo “más papista que el Papa”, pero sí me gustaría rebajar la euforia de quienes ven en sus palabras una aceptación sin más de la homosexualidad. No nos equivoquemos, lo primero es ir a las fuentes, así que leamos bien lo que ha dicho y lo comentamos. Trascribo el diálogo con los periodistas en el avión de vuelta de las JMJ de Río.

PREGUNTA.- El tema de monseñor Ricca ha dado la vuelta al mundo. ¿Cómo va a afrontar este asunto y todo lo relacionado con el lobby gay en el Vaticano?
RESPUESTA.- Con monseñor Ricca [diplomático que dirigía la Casa Santa Marta y que el Papa nombró nuevo “prelado” (secretario) del IOR el 15 de julio, y al que se acusó posteriormente de "comportamientos inadecuados] he hecho lo que manda el Derecho Canónico, que es la investigación previa. No hemos encontrado nada. Tantas veces en la Iglesia, con relación a este y otros casos, se van a buscar los pecados de juventud. Y se publican. Y hablo de pecados, no de delitos, como los abusos a menores. Pero si alguien –laico, cura o monja– comete un pecado y luego se arrepiente, el Señor lo perdona. Y cuando el Señor perdona, olvida. Y esto para nuestra vida es importante. Cuando confesamos, el Señor perdona y olvida. Y nosotros no tenemos derecho a no olvidar. Luego hablaba del lobby gay. Se escribe mucho de eso. Aún no me encontrado con ninguno que me dé el carnet de identidad en el Vaticano donde lo diga. Dicen que los hay. Cuando uno se encuentra con una persona así, debe distinguir entre el hecho de ser gay y el de hacer lobby, porque ningún lobby es bueno. Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla? El Catecismo lo explica de forma muy bella. Dice que no se debe marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en la sociedad. El problema no es tener esa tendencia. Debemos ser hermanos. El problema es hacer lobby de ella, o de los avaros, los políticos, los masones… 
PREGUNTA.- La sociedad brasileña ha cambiado, los jóvenes han cambiado. Usted no ha hablado sobre el aborto ni sobre el matrimonio ente personas del mismo sexo. ¿Por qué? 
RESPUESTA.- La Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso, no era necesario volver sobre eso, tampoco hablé sobre otros temas. Están en el Catecismo de la Iglesia. No era necesario hablar de eso, sino de las cosas positivas que abren camino a los chicos. Además, los jóvenes saben cuál es la postura de la Iglesia. 
PREGUNTA.- ¿Pero cuál es su postura en esos temas? 
RESPUESTA.- La de la Iglesia, soy hijo de la Iglesia. 

Ahora vienen las matizaciones. Tocar este tema convierten a este post en algo muy arriesgado. Muy políticamente incorrecto en los tiempos que corren. Tengo la convicción de que no va ser del agrado de muchos, pero la verdad sea dicha, me la trae al pairo. De hecho, puedo presumir de tener varios amigos homosexuales, a los cuales respeto y saben que la palabra “homófobo” no me define en absoluto. Así que este post no es un ataque ni a ellos ni a su colectivo ni a sus libertades, ni a sus derechos como ciudadanos, los cuales respeto. Respeto que por cierto no suele tener carácter recíproco, ya que la ofensa, la burla y el escarnio de los símbolos religiosos suelen ser una característica habitual de una gran parte de este colectivo (tampoco sería justo generalizar, pero los documentos gráficos con los que vamos a ir "adornando" este post me han costado 15 escasos segundos encontrarlos en Google imágenes…)

Dejando en un primer momento a un lado la relación cristianismo-homosexualidad, a la que me referiré más tarde, me gustaría comenzar con la relación homosexualidad-medicina, la cual comenzó oficialmente en 1886, cuando Richard von Krafft-Ebing, uno de los padres de la psiquiatría moderna consideraba la homosexualidad como una enfermedad degenerativa en su manual «Psychopatia Sexualis».

Resumiendo mucho para no cansar al personal, un siglo después, el 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) excluyó la homosexualidad de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros problemas de Salud. ¿Qué pasó en esos 100 años?, ¿Qué estudio hizo que la comunidad científica cambiara de parecer?...

Para responder a estas preguntas, como para casi todas las cosas modernas, nos tenemos que trasladar a EE.UU. Allí diversos estudios científicos de mediados del s.XX comenzaron a pensar que la homosexualidad no es una patología genética ni hereditaria, sino más bien una alteración de la conducta social. En ese siglo, la homosexualidad pasó por las siguientes definiciones dadas por la Asociación Norteamericana de Psiquiatría (APA): Enfermedad, trastorno de desviación sexual, perturbación en la orientación sexual, homosexualidad egodistómica, y finalmente, trastorno sexual no especificado. 

Unos años antes que la OMS excluyera a la homosexualidad de sus listados, en 1972, la APA realizó una votación entre todos sus profesionales y se decidió no considerarla una enfermedad… ¡Por el 58% de los votos! Como veis, 4 de cada 10 profesionales americanos en la materia seguía considerando la homosexualidad como una enfermedad que podía ser tratada, medicada y curada. Es curioso que quienes afirman que la homosexualidad no es una enfermedad a menudo obvian este dato estadístico para mi gusto muy revelador. Se aferran a la conclusión final pero en todo momento ocultan lo ajustado y estrecho de la votación final, que dio un giro a esta historia.

Para añadir más picante al tema, no pocos de los profesionales que se manifiestaron en contra de la decisión de suprimir el término enfermedad declararon que la decisión fue el resultado de la presión política de grupos activistas –los famosos lobbys- de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales (LGBT), y no producto de la investigación científica. Afirmaron que muchos colegas suyos habían cambiado su voto por amenazas de muerte a ellos y a sus familiares, amenazas que también ellos y sus familias habían sufrido. Leyenda o realidad, nunca sabremos la verdad. Lo cierto es que 50 años después de esta resolución, la comunidad científica aún anda dividida, y se encuentran médicos, psicólogos y psiquiatras igual de respetables en ambas posiciones: los que la consideran un trastorno y los que no. A menudo los estudios de los primeros son silenciados. La realidad (aunque nos quieran vender otra en nuestra querida España) es que no hay ningún estudio científico definitivo que demuestre si la homosexualidad es o no es un trastorno genético, cromosómico o hereditario. Quizás, con los avances en el campo de la genética lo haya dentro de unos años, pero a día de hoy no existe, mal que le pese a muchos. Enfermedad o trastorno, lo cierto es que queda mucho en este campo por descubrir. Hasta ahora, me he ceñido a lo estrictamente científico, independientemente de mis creencias.

Comienzo mi reflexión. Si a pesar de las fuertes campañas que recibimos todos los días desde los grupos de presión homosexuales -el famoso lobby gay al que se refiere el Papa Francisco y que controla gran parte de los medios de comunicación- sigue habiendo tantas dudas razonables: ¿Por qué se puede dudar de todo pero hay que creerse a pié juntillas todo lo que parcial y subjetivamente nos cuentan sobre la homosexualidad?, ¿Por qué con el relativismo moral de nuestra sociedad y con la destrucción de la familia tradicional se extiende la homosexualidad?, ¿No hay un claro componente social y educacional que se está fomentando desde una sociedad que moralmente deja mucho que desear?, ¿Por qué me tienen que decir que soy un homófobo simplemente por tener un criterio distinto y unos valores distintos a los de este colectivo?, ¿Por qué no puedo esperar a que la comunidad científica llegue a un consenso mayor en este campo?, ¿Por qué en la cultura africana no existe o es insignificante la homosexualidad?, ¿Por qué las uniones de este colectivo se llaman “matrimonio” si este término procede del latín “matris” (madre) “munium” (cuidado de la)?, ¿Por qué no puedo decir que mientras no se clarifique su situación la adopción por parte de una pareja homosexual me parece un ataque a los derechos del niño?, ¿Por qué todos los días vemos personas que ponen a parir a la monarquía, a la Iglesia o a cualquier otro estamento pero nunca oigo decir ninguna discrepancia en contra del colectivo homosexual...?, ¿Porqué el lobby gay impone que en cualquier libro, película, programa o serie de televisión... tenga que salir un/os homosexual/es?, ¿Porqué tengo que soportar callado sus continuos ataques a mi fe y a mis símbolos religiosos? Todas ellas son preguntas que me gustaría que alguien en un tono sosegado y sin aspavientos ni exabruptos me contestara. A lo mejor, y si no me faltan al respeto, estoy seguro que podemos llegar a un consenso en muchos puntos…

Yo, como el Papa, no condeno a nadie, no soy quien, pero sí pido respeto a mis –nuestras- creencias. Y aquí es donde entra la opinión de la Iglesia. La Iglesia Católica y el cristianismo en general se basan en la doctrina de San Pablo y de los Santos Padres para condenar los actos homosexuales (no la homosexualidad en sí, que es muy distinto) condena que por cierto era ya anterior al cristianismo en los escritos romanos de Tácito y Suetonio. Cierto que existe el perdón al pecador, pero también la condena al pecado. San Pablo en su Carta a los Romanos lo expone en los versículos 25 y 26: “Por eso los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío.” En su Carta a los Romanos, capítulo 6 versiculos 9 y 10 añade: "¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios."

En el Catecismo de la Iglesia Católica al que el Papa Francisco se refiere se expresa la doctrina actual, más a tenor de los tiempos que corren, más pastoral, menos hostil que la de San Pablo, pero en la misma línea: “Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales instintivas. No eligen su condición homosexual; ésta constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición. Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.” (números 2358-2359).

En su documento de 1994 “Matrimonio, Familia y uniones homosexuales” la Conferencia Episcopal Española expone que «la inclinación homosexual, aunque no sea en sí misma pecaminosa, debe ser considerada como objetivamente desordenada, ya que es una tendencia, más o menos fuerte, hacia un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral»

Es su Magisterio, su doctrina y debe ser respetada y acatada por quienes libremente formamos parte de ella. El que la comparta que continúe en la barca de Pedro –y de Francisco- y el que no la comparta que se baje de la misma. Así de sencillo.

Lo que no le aconsejo a quien abandone el catolicismo por esta razón es que se cambie de religión. La homosexualidad se expone a la Pena de Muerte en Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Irán, Mauritania, Nigeria, Pakistán, Sudán y Yemen, mientras que también es perseguida y castigada con Cadena Perpetua en: Birmania, Malasia, Bangladesh, Bután, Guyana, India, Maldivas, Nepal, Singapur y Uganda. Como podéis ver y comprobar, países todos de una clara herencia cultural cristiana. Y sin embargo, al menos aquí en España, nunca escucho una palabra de crítica al Islam, al Hinduismo o al Budismo que sustentan a dichos países. En este caso, como en muchos otros, y parafraseando el dicho: “Todos los palos conducen a Roma”.

Lo dicho, el que quiera ser homosexual, allá él. Yo lo respeto. Pero que no me cuenten historias. Y si me las cuentan, que me las argumenten. Y de paso, que me respeten. Termino el post con una foto de una lesbiana masturbándose con una imagen de la Virgen y varios crucifijos en público en Río durante las JMJ. Muy ilustrativo y representativo de la tolerancia y el respeto. Eso sí, me parece que mi post, aunque discrepe de este tipo de manifestaciones, es más respetuoso.

lunes, 5 de agosto de 2013

Virgen de las Nieves

Durante dos años de mi vida tuve la suerte de vivir en Roma, y durante otros ocho, mi vida encontró acomodo en uno de los pueblos más bonitos de España: Arcos de la frontera. Aunque parezca que no tienen nada en común, hay algo –mejor dicho, alguien- que unen a esas dos ciudades que siempre estarán en mi corazón: La Virgen de la Nieves.

Cuentan que el origen de esta advocación se remonta a la época del Papa Liberio (352 - 366) cuando un rico matrimonio de la nobleza patricia de Roma que no había tenido hijos y a los que se atribuía gran caridad hacia los demás, solicitaron a la Virgen María que les señalase qué debían hacer con sus bienes. La tradición católica cuenta que la Virgen se manifestó ante ellos y les indicó que, allá donde señalara, se le construyese un templo. Así, en la mañana de un 5 de agosto, amaneció nevado el monte Esquilino de Roma, lo que, como hecho extraordinario (en Roma, rara vez nieva, y en el caso de hacerlo, es en los meses de enero-febrero…), el matrimonio interpretó voluntad de la Virgen y así lo hizo saber al Papa. Sobre dicho monte se erigió una Iglesia en honor de la Virgen, que en la actualidad es una de las cuatro Basílicas Mayores de Roma: Santa María la Mayor. Como curiosidad decir que debe ser la Iglesia favorita del Papa Francisco, ya que fue la primera Iglesia -Vaticano aparte- donde rezó al ser elegido Papa y también la Iglesia que ha escogido para rezar por primera vez públicamente tras su regreso de las JMJ. Es una Iglesia muy española, ya que su hermoso techo está decorado con oro procedente de las Américas, donación de los Reyes de España a los distintos Papas de la época en que se construyó la Basílica actual. 

En Arcos, la Virgen de las Nieves es nombrada patrona de la Ciudad en 1737 y desde el 1 de octubre de 1992 posee el título simbólico de Alcaldesa Perpetua. Su solemnidad va precedida de una doble novena en la Basílica Menor de Santa María, celebrándose su función principal el 5 de agosto por la mañana y saliendo en procesión el mismo día por la tarde.

Ni que decir tiene que para mi hoy es un día importante. En Roma encontré arte, cultura, sabiduría, comunión con la Iglesia, catolicidad por los cuatro costados y un buen puñado de amistades que ni el paso de los años ni los kilómetros han mermado. ¿Y qué decir de Arcos..? Pues que es un pueblo que me recibió con los brazos abiertos, donde encontré verdadera fe, real y sincera amistad, muchos y buenos colaboradores, donde conocí muchas catequistas que regalaban desinteresadamente su tiempo y su esfuerzo, Hermandades que daban testimonio público de su fe, santas mujeres que se dedicaban a la vida religiosa activa o contemplativa, familias que me abrieron sus corazones y sus casas… y muchas personas que conquistaron rinconcitos de mi corazón. Y sí, allí también encontré el amor de mi vida, la persona que Dios puso en mi camino para que completara mi crecimiento como persona y me acompañara durante el resto de mi existencia.

Por todo ello, hoy, para mí, también es día de Fiesta. Que la Virgen Santa de las Nieves nos bendiga y os bendiga a todos.

Ah, y ya puestos… Felicidades a todas las Nieves, que por cierto es como si felicitara a medio Arcos… Felicidades también a las Blancas, Áfricas y Neus, que conozco menos pero también las hay y es su día...

viernes, 2 de agosto de 2013

Seis imágenes del Papa Francisco

Resulta imposible resumir con palabras toda la experiencia de las JMJ de Río de Janeiro. Sé que es una tarea arduo complicada hacerlo también con imágenes, así que sin pretender agotar el tema voy a intentar condensarlo en seis imágenes gráficas, las cuales para mí, al menos, son las más simbólicas o curiosas, las que encierran un significado profundo para que cada uno saque sus propias conclusiones.

La primera de ellas es la del zapato desgastado de Francisco. Lo primero que hay que destacar -ya lo he hecho en otros posts- es que sus zapatos no son los correspondientes rojos pontificios, sino unos zapatos negros como el común de los mortales. Y ahora hemos descubierto, que además de ser normales, están gastados por su uso. Ha sido grato oírlo hablar de pobreza en Lampedusa o en las favelas de Río de Janeiro, pero si esas palabras van acompañadas de gestos como éste, su discurso es más creíble y más coherente. no se trata de unos simples zapatos sino de todo el mensaje que se oculta detrás... Hay quien quiere más gestos y más rápidos, y yo les pediría a ellos que tengan paciencia, que es mucho y muy grande lo que este Papa está haciendo a lo calladito…

La segunda es el abrazo enternecedor de un niño que rompió todas las medidas de seguridad, consiguió subirse al Papamóvil y estar casi un minuto abrazado al Papa Francisco. Un niño que rompió a llorar en la conversación con el Papa. El niño le dijo que quería ser sacerdote y el Papa le respondió -una vez más, y van no sé cuántas- que rece por él. Luego siguieron hablando hasta que la comitiva tuvo que seguir su marcha. En una época donde la negra sombra de la pederastia se cierne sobre algunos miembros de la Iglesia Católica, gusta ver un abrazo así, de cariño, ternura, amor, -sí, amor- que consigue que un niño llore por la emoción y no por la humillación. Que los aludidos tomen nota y que los críticos callen y no generalicen, pues es una injusticia tan cruel como injusta.

La tercera ha pasado más desapercibida. Lo que lleva el Papa en la mano no es un Rosario Católico -al que seguro que también le tiene devoción-, sino un Chotki Ortodoxo. Ya le ha costado muchas críticas internas. Pero sin lugar a equívocos, se trata de un guiño a la Iglesia hermana Ortodoxa a la que el Papa Francisco tiene tanto cariño y con la que está teniendo tantos acercamientos. Ya ha anunciado su próximo encuentro con varios Patriarcas Ortodoxos, y quién sabe, a lo mejor está más cercana la unión de lo que hace ya casi diez siglos se separaron. Sería una gran noticia para la Iglesia de Jesucristo. Necesitamos unidad y no divisiones internas, y este Papa está por la labor… Sería una bonita manera de cumplir las palabras de Cristo en su Última Cena en el Evangelio de San Juan: "Te pido, Padre, que todos sean uno como Tú y Yo somos Uno". El escándalo de la división de las Iglesias cristianas no debería durar ni un día más, por el bien de todos...

La siguiente es la confesión de un joven por el Papa Francisco. Y no porque el Papa perdone los pecados “mejor” que cualquier sacerdote, sino porqué cuántos jóvenes habrán encontrado el perdón y la reconciliación en estos días en Río. Muchos llevarían años sin confesar, y a buen seguro habrán encontrado paz de espíritu y reconciliación con Dios y consigo mismos. Los confesionarios están cada vez más vacíos, las consultas de los psicólogos y los psiquiatras más llenas. La relación, me temo, es directamente proporcional. Quienes hayan confesado con el Papa Francisco no lo olvidarán nunca. Afortunadamente, quienes simplemente hayan confesado en Río con cualquier sacerdote -millones de jóvenes- tampoco.

La quinta no es del Papa Francisco en sí, sino de la playa de Copacabana (a menudo lugar propicio para la lujuria y el desenfreno) con ¡Tres millones de jóvenes en una misa! Sin un incidente, una bronca, un altercado, nada. Jóvenes pacíficos y en comunión con Dios y la Iglesia. Cuando uno va a misa los domingos y ve cincuenta, cien o doscientas personas, piensa “que poquitos somos…” Claro que si los multiplicáramos por los miles de parroquias que hay en España, y por los cientos de miles que hay en el mundo entero, ya no somos tan poquitos… Nada congrega cada domingo a tanta gente en el mundo, ni siquiera el “dios” fútbol, y mirad que estoy poniendo el listón alto….

La última tampoco es del Papa Francisco, bueno, si es de él pero no de su viaje. Es la portada del “Time” en la que aparece por segunda vez en lo que va de año (record absoluto de popularidad en dicha revista). La portada está levantando ampollas, ya que más allá del titular "El Papa de la gente", lo que más llama la atención es la colocación de la “M” –o lo que queda de ella- que no parece la más oportuna. ¿Casualidad, Marketing o la respuesta del Lobby Gay que controla la mayoría de los medios de comunicación a las críticas directísimas a este grupo de poder del Papa Francisco en su viaje de regreso a Roma? Cada uno que piense lo que quiera, yo lo tengo muy clarito…. 

En fin, como se suele decir, son sólo seis imágenes. No son todas las que son, pero sí son todas las que están….

Por cierto, en el día de hoy, felicidades a mi amiga Mari Ángeles en el día de su onomástica. Debido a su timidez no escribe nunca, pero me asegura que lee todos mis posts y seguro que éste le encanta…