lunes, 29 de mayo de 2023

Santa María, Madre de la Iglesia

Desde el año 2018, en el lunes posterior a Pentecostés se celebra la memoria de Santa María, Madre de la Iglesia. Se trata de una festividad relativamente reciente pero que saca a la luz una realidad que la Iglesia tiene asumida desde sus comienzos, cuando al pie de la cruz Jesús entregó a María como madre de Juan. Es esas palabras los exégetas siempre han interpretado algo más que una simple preocupación por la economía o el bienestar de su madre tras su muerte. Se trata más bien de un encargo espiritual en el que Juan se hace cargo de María y María a su vez se convierte en Madre de la incipiente Iglesia:

"Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien el amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa"  (Jn 19, 26-27).

Históricamente, el Magisterio de los Papas fue incorporando este título a las muchas advocaciones marianas, aunque insisto que oficialmente se trata de una festividad reciente. Ya León XIII la llamó «con toda verdad madre de la Iglesia» (Acta Leonis XIII, 15, 302). Posteriormente,  Pablo VI en el Concilio Vaticano II había solicitado este título para María, aunque finalmente los padres conciliares optaron por una declaración menos explícita de esta realidad, como se puede leer en la Constitución Dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium, en los números 53 «La Iglesia católica, instruida por el Espíritu Santo, la honra como a madre amantísima con sentimientos de piedad filial» y 61: «Por eso es nuestra madre en el orden de la gracia». Finalmente Juan Pablo II y Benedicto XVI comenzaron a utilizar el título sin ningún reparo hasta que finalmente fue reconocido litúrgicamente hace cinco años por el Papa Francisco

En mi Diócesis, y en mi ciudad, Jerez de la frontera, existe una iglesia con ese nombre desde 1983. Cuando he ido a ella siempre me ha llamado poderosamente la atención el icono que ilustra este post. No es de un pintor renombrado ni tiene el valor de otras grandes obras de arte. Sin embargo, es muy original. Lo explico a continuación... Si uno se fija bien en la imagen, no me parece ni mucho menos casual que su autor (el sacerdote Antonio Pichardo) encriptara en el nombre de la "Iglesia" dos detalles extraños: Una "g" al revés y una "s" diferente al resto de letras. No he podido preguntarle -se fue a las misiones hace muchos años- pero estoy convencido de que su objetivo era claro. A la perfección y la pureza que leemos en el nombre de la "Madre" se contraponen esas dos extrañas grafías en las de la palabra "Iglesia". ¿Por qué?, ¿Cuál era su intención al hacer esto?... En mis cábalas creo que su intención es la de subrayar las imperfecciones que existen en los miembros de la Iglesia, esto es, los pecados de los que la formamos (representados en la "g" al revés) así como manifestar la diversidad y las diferencias de los que la integran (simbolizados en la "s" distinta). Esa es mi interpretación desde la primera vez que lo vi y el aspecto que me sigue llamando poderosamente la atención cada vez que contemplo este icono. 

Sé que la afirmación anterior nos conduce a un terreno teológicamente resbaladizo, pues la Iglesia no puede ni de lejos ser considerada pecadora. Así lo confesamos cuando recitamos en el credo "Creo en la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica". Pero ello no quita que aún siendo Santa esté formada por pecadores. En todo caso, hablamos de una obra de arte y así la interpreto de manera personal; al tiempo que me siento identificada con ese posible pensamiento del autor cuando delante del icono me encomiendo a Santa María, Madre de la Iglesia

lunes, 22 de mayo de 2023

Jesus (Jesús, Queen, 1973)

Hacía ya más de año y medio que no posteaba nada sobre música pop/rock cristiana. Hace dos semanas rompí esa tendencia y hoy la voy a retomar. Precisamente porque estamos en Pascua (el tiempo litúrgico más propicio para ello...) no me puedo resistir a ampliar el repertorio del Blog.  El otro día, casualmente, escuche esta canción del primer álbum de Queen que, sin ser una de sus mejores canciones, tiene un mensaje netamente religioso y cristiano. Tan es así que hoy sería impensable en un disco comercial una canción como esta. La (auto)censura de nuestra sociedad actual hace que muchos artistas tengan que renunciar a cualquier tipo de manifestación artística (musical, cinematográfica, literaria...) que se postule como cristiana. Bueno, con un matiz: si es para critica o burla sí está permitida, faltaría más. Lo cierto es que en virtud de no se sabe muy bien qué complejo o qué respeto mal entendido, Europa está renunciando a sus raíces cristianas por no ofender a otras religiones con las que ahora supuestamente se convive "multiculturalmente". No es momento de entrar en este debate, pero de verdad que no consigo entender porqué hoy resulta impensable que un grupo de primera fila escriba canciones religiosas como las 15-20 que hemos comentado ya en este Blog, todas ellas de cantantes/grupos de primera fila pero casi todas ellas (a excepción de un par de temas) anteriores al año 2.000.

La que hoy nos ocupa está escrita por Freddy Mercury, y -como veremos a continuación- tiene algo de profética. En tres estrofas (la cuarta es una repetición de la tercera) se nos habla del fundador del cristianismo, Jesucristo, con este esquema:

1ª estrofa: Un testigo anónimo nos presenta la figura de Cristo en la multitud. A Él acuden todos los enfermos y necesitados de la época. Un anciano no dice nada (¿Quién puede ser?: un escriba, un fariseo... no lo sabemos) y Jesús se limita expectante (¿desafiante?) a mirar a su alrededor. 

2ª estrofa: Se resume de manera poética el milagro de la curación de un leproso narrado en el Evangelio de San Marcos 1, 41:

Entonces se le acercó un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: «Si quieres, puedes purificarme». Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda purificado».  En seguida la lepra desapareció y quedó purificado.

3ª estrofa: Se relata el origen de esta figura histórica, el Hijo de Dios, remontándose a su nacimiento en Belén y la visita de los Reyes Magos siguiendo su estrella.

Estribillo: Se repite continuamente: "Todos bajando a ver al Señor Jesús"

El porqué Freddy Mercury diera repercusión a Jesucrito y especialmente al milagro de la curación de un leproso sigue siendo a día de hoy un misterio, aunque hay muchas pistas que conducen a una conclusión más que probable. En primer lugar hay que descartar que se esté refiriendo al Sida, la que fue llamada la "lepra del siglo XX". Para contextualizar lo que hoy nos resultaría más evidente, los primeros casos reportados se remontan a 1981 y no fue hasta 1987 (14 años más tarde de escribir esta canción) cuando a Freddy Mercury le diagnosticaron como portador del Sida. Descartado esto, es más que probable que su identificación con la marginación que sufría un leproso en tiempos de Cristo venga dada por su homosexualidad encubierta, que haría pública un año más tarde, en diciembre de 1974. Es la explicación más plausible, convirtiendo esta canción en una crítica soterrada a los fariseos e hipócritas que criticaban a Jesús en su época. Se trataría al mismo tiempo de un canto de defensa a quien acogía y estaba especialmente preocupado de todos los necesitados y enfermos. Precisamente ese año, el 15 de diciembre de 1973 la OMS dejó de considerar la homosexualidad como una enfermedad en su manual de trastornos mentales, por lo que en el momento de ser escrita esta canción los homosexuales aún eran considerados enfermos mentales.

Sea como fuere, el homenaje de Freddy Mercury a Jesucristo quedaba así inmortalizado en el primer album editado de una de las más grandes bandas de Rock de todos los tiempos, Queen. os dejo el vídeo y la letra completa a continuación:

 

And then I saw Him in the crowd
A lot of people had gathered round Him
The beggars shouted, the lepers called Him
The old man said nothing
He just stared about him

All going down to see the Lord Jesus
All going down to see the Lord Jesus
All going down

Then came a man before His feet he fell
Unclean said the leper and rang his bell
Felt the palm of a hand touch his head
Go now go now you're a new man instead

All going down to see the Lord Jesus
All going down to see the Lord Jesus
All going down

It all began with the three wise men
Followed a star took them to Bethlehem
And made it heard throughout the land
Born was a leader of man

All going down to see the Lord Jesus
All going down to see the Lord Jesus
All going down

It all began with the three wise men
Followed a star took them to Bethlehem
And made it heard throughout the land
Born was a leader of man

All going down to see the Lord Jesus
All going down to see the Lord Jesus
All going down
Y luego lo vi en la multitud
Mucha gente se había reunido a su alrededor.

Los mendigos gritaron, los leprosos lo llamaron
El anciano no dijo nada
Él solo miró a su alrededor

Todos bajando a ver al Señor Jesús
Todos bajando a ver al Señor Jesús
Todos bajando

Entonces vino un hombre que ante sus pies cayó
Impuro dijo el leproso y toco su campana
Sintió la palma de una mano tocar su cabeza
Ve ahora ve ahora eres un hombre nuevo en su lugar

Todos bajando a ver al Señor Jesús
Todos bajando a ver al Señor Jesús
Todos bajando

Todo comenzó con los tres Reyes Magos
Siguiendo una estrella que los condujo a Belén
Y lo hizieron oír por toda la tierra
Nacido fue un líder de la humanidad

Todos bajando a ver al Señor Jesús
Todos bajando a ver al Señor Jesús
Todos bajando

Todo comenzó con los tres Reyes Magos
Siguiendo una estrella que los condujo a Belén
Y lo hizieron oír por toda la tierra
Nacido fue un líder de la humanidad

Todos bajando a ver al Señor Jesús
Todos bajando a ver al Señor Jesús
Todos bajando

lunes, 15 de mayo de 2023

El camino no elegido

Lo primero que hay que aclarar de este poema es que no se trata de "Poesía cristiana" como indica su etiqueta. Pero tenía que encuadrarlo en algún sitio y lo cierto es que me daba pereza comenzar un nuevo registro como "poemas que me emocionan" o "poemas para pensar"

Dicho esto, os presento este poema de Robert Frost de su colección "Un valle en las montañas" publicada por primera vez en 1916. Como toda buena poesía, es muy rica en simbología y tiene tantas lecturas como el intérprete de la misma le quiera dar. A mí personalmente me gustaría hacer un par de comentarios acerca de ella:

1. Sin intención de ser pedante, evidentemente no tiene ni comparación la versión original inglesa con la traducción española. Una vez mas se cumple aquel adagio italiano de "traduttore, traditore" (traductor, traidor). Por muy buena voluntad que se le ponga y mucho cariño con que se haga, el ritmo y la cadencia del original es insuperable. Ya sobre el título discrepo humildemente, pues no me parece que la traducción más correcta sea la convencional (el camino no elegido) sino la que os propongo abajo (el camino no tomado). Me parece que el poeta hace más hincapié en lo que dejamos atrás (el camino rechazado) que en la elección en sí. Al menos, esa es la impresión que a mí me deja la lectura del original. 

2. A pesar de esta dificultad idiomática, como toda gran poesía, habla de temas que llegan hasta el fondo del alma y con los que uno se identifica. En este caso, expone una bifurcación de caminos, esos momentos existenciales de duda que todas las personas nos encontramos varias veces a lo largo de nuestra existencia y en los que hay que tomar una decisión tras la que no hay marcha atrás. Evidentemente lo que el autor nos plasma no son caminos por los que pasear sino decisiones existenciales: ¿Qué carrera estudio?, ¿Será este el hombre/mujer de mi vida?, ¿Cambio este trabajo por otro?, ¿Debo cambiar de ciudad?... Son tantas las preguntas de este tipo que nos hacemos a lo largo de nuestras vidas que es imposible no sentirse identificado con lo escrito. 

Espero que lo disfrutéis tanto como yo. Para el autor -y creo que para todos- el camino menos transitado es el más apetecible, si bien la nostalgia y la duda se pueden agazapar a la vuelta de la esquina para rondar nuestras cabezas y ponernos dubitativos en los momentos menos pensados. Sentimientos como la nostalgia o la incertidumbre sobre los caminos que no exploramos debido a esas decisiones existenciales nos acompañarán hasta el día de nuestra muerte. 

Bien pensado, sin ser poesía específicamente cristiana, si se le puede buscar un matiz religioso...

          The Road Not Taken

Two roads diverged in a yellow wood,

And sorry I could not travel both
And be one traveler, long I stood
And looked down one as far as I could
To where it bent in the undergrowth;

Then took the other, as just as fair,
And having perhaps the better claim,
Because it was grassy and wanted wear;
Though as for that the passing there
Had worn them really about the same,

And both that morning equally lay
In leaves no step had trodden black.
Oh, I kept the first for another day!
Yet knowing how way leads on to way,
I doubted if I should ever come back.

I shall be telling this with a sigh
Somewhere ages and ages hence:
Two roads diverged in a wood, and I—
I took the one less traveled by,
And that has made all the difference.

              El camino no tomado


Dos caminos se abrían en un bosque amarillo,
y triste por no poder caminar por los dos,
y por ser un viajero tan solo, un largo rato
me detuve, y puse la vista en uno de ellos
hasta donde al torcer se perdía en la maleza.

Después pasé al siguiente, tan bueno como el otro,
posiblemente la elección más adecuada
pues lo cubría la hierba y pedía ser usado;
aunque hasta allí lo mismo a cada uno
los había gastado el pasar de la gente,

Y ambos por igual los cubría esa mañana
una capa de hojas que nadie había pisado.
¡Ah! ¡El primero dejé mejor para otro día!
Aunque tal y como un paso aventura el siguiente,
dudé si alguna vez volvería a aquel lugar.

Seguramente esto lo diré entre suspiros
en algún lugar dentro de años y años
dos caminos se abrían en un bosque, elegí…
elegí el menos transitado de ambos,
Y eso supuso toda la diferencia.

 

lunes, 8 de mayo de 2023

El punto más espiritual de Roma

En los dos años que viví en Roma encontré un rinconcito al que cada vez que podía acudía sin dudarlo, ya que me sentía espiritualmente interpelado. En mis viajes posteriores, por muy apretada que tuviera mi agenda, siempre intentaba volver a ir a ese lugar y a ubicarme en ese punto exacto de una profundidad casi indescriptible. No es un lugar especialmente indicado para hacer oración, pues el bullicio del ir y venir de los turistas apenas lo permite. Sin embargo, como en muchos otros lugares de la ciudad eterna, es un lugar donde el arte y la espiritualidad se entremezclan hasta tal punto que es difícil distinguir dónde acaba uno y comienza el otro. 

En la concurrida y bulliciosa Piazza del Popolo, hay dos templos que yo los llamaba siempre las Iglesias Gemelas, pues son prácticamente idénticas en sus fachadas: La Iglesia de Santa María de los Milagros y la Iglesia de Santa María en Montesanto. En el sentido diametralmente opuesto de la plaza está otra capilla muy pequeña, la Capilla "Cerasi", que alberga conjuntamente dos de los mejores cuadros de Caravaggio, y que a pesar de ser muy visitada, muchos otros turistas obvian la entrada por la premura de sus viajes y el priorizar otras maravillas del arte inabarcable de la capital trasalpina. A mí, personalmente, me parece que todo cristiano debería dedicar 10 minutillos de su vida (si tiene la suerte de estar en Roma) para la contemplación de estas obras pictóricas y la posterior reflexión espiritual. De los 26 cuadros de Caravaggio que hay en Roma, dos de ellos se encuentran en el mismo punto, a escasos metros de distancia el uno del otro. ¿Azar?, ¿Casualidad?, ¿Providencia?.... No lo sé, pero el mensaje de ambos lienzos no deben dejar indiferente ni al turista ni al creyente, como veremos a continuación...

Las dos obras en cuestión que se pueden contemplar en la mencionada capilla son "La Conversión de San Pablo" y "El Martirio de San Pedro". En un punto de la capilla te puedes poner en medio y tener contacto visual con ambos. Pedro y Pablo, Pablo y Pedro, el apóstol sobre el que Cristo edificó su Iglesia y el "apóstol de los paganos" frente a frente. Y los momentos reflejados de sus vidas no son tampoco cualquiera. La conversión de San Pablo marca el comienzo de su vida cristiana, de su vocación a ser enviado por Cristo a todas las naciones a anunciar el Evangelio. El martirio de San Pedro, por el contrario, marca el dolor, el sufrimiento y la terrible muerte que el primer Papa tuvo que sufrir para alcanzar la gloria. Nacimiento de la fe y el comienzo de una misión, por un lado y la conclusión de la vida y de la misión terrena por otro. Todo cristiano ha tenido un comienzo en su fe y algún día tendrá un final, por lo que a nadie deben dejar indiferentes estas escenas. Cierto que quizás no hayamos experimentado una conversión tan profunda como San Pablo (de perseguir y matar cristianos a convertirse en uno de ellos) y que seguramente no tendremos el final existencial de San Pedro (crucifixión y martirio), pero por simple analogía vital nuestra fe sí tuvo un comienzo y nuestra vida terrena también tendrá un final. 

Os invito a que si tenéis oportunidad, os pongáis en ese punto de la tierra donde el nacimiento espiritual y la muerte testimonial se dan la mano. Mientras tanto, se pueden contemplar las dos imágenes que os pongo a continuación, y que si Dios quiere, espero poder algún día volver a ver en vivo.




lunes, 1 de mayo de 2023

Cristina Gaztelu Vargas, futura santa (espero…)

La Diócesis de Jerez a la que pertenezco ha comenzado a difundir estas estampas para la devoción privada de una joven que falleció a los 24 años y de la que confío en algunos años se abra su Causa. Estamos lejos aún de considerarla santa oficialmente, pero los que tuvimos la suerte de conocerla sabemos que el reconocimiento o no por parte de las autoridades religiosas competentes no exime de que en nuestro fuero interno la consideremos desde ya como tal.

Un largo camino le queda aún a Cristina por recorrer para ser considerada Sierva de Dios en primer momento, Venerable después, y posteriormente Beata como antesala de la anhelada y definitiva Canonización. Ojalá mis ojos puedan llegar a ver ese momento…
Cristina Gaztelu Vargas (1994-2018) era una joven normal, con las inquietudes e ilusiones de cualquier chica de su edad. Tuve la suerte de darle clases de Religión entre los los años 2010 y 2012, en su época de Bachillerato.
Llegó a mi Centro tras ser víctima de acoso escolar en su anterior Instituto. Era una alumna algo introvertida, reservada (imagino que como fruto de su traumática experiencia), pero con un mundo espiritual e interior que rezumaba riqueza. Una pena que en plena adolescencia esas experiencias negativas anteriores la tenían un poco encerrada en su “Castillo interior” y participaba poco de manera oral en las clases, pero cuando las actividades eran escritas te dabas cuenta de que aquella joven jugaba en otra liga espiritual que la de sus compañeros, ya que la profundidad de sus reflexiones la situaban muchos peldaños por encima del resto de la clase. No hablo de conocimientos intelectuales de los contenidos teóricos religiosos, que por cierto eran excelentes, sino de la rica vida interior que se translucía en cada ejercicio que requería una opinión personal del asunto en cuestión. Una verdadera lástima que no conserve nada de todo aquel material, estoy seguro que hoy con el paso de los años sería interesantísimo releer aquellas reflexiones que escribía realizando pequeñas pausas en las que miraba al infinito buscando una inspiración que tarde o temprano siempre terminaba por llegar.
Ambos éramos blogueros, pioneros de una evangelización por las redes que yo aún sigo ejerciendo. Su Blog todavía continúa navegando por las redes, inmortalizándola de alguna manera al igual que muchas de sus canciones que también se conservan en su perfil de YouTube.
Tras dejar mi Centro y comenzar a estudiar el Grado de Publicidad y Relaciones Públicas le perdí el contacto hasta que el de 2018 me enteré de su muerte. Personalmente no tuve noticias de su enfermedad ni del calvario que debió pasar y afrontar desde que le diagnosticaron un maldito cáncer de mandíbula. Posteriormente sé que lo afrontó desde su firme fe y sus profundas convicciones religiosas. Lamentablemente poco puedo aportar de esos momentos en los que el sufrimiento personal y familiar la acercaron en un primer momento a Getsemani y finalmente a su personal Monte Calvario.
Lo que sí conservo -afortunadamente- son sus calificaciones trimestrales y el global de 1º de Bachillerato, de mi puño y letra, escritos a mano ya que por aquel entonces la tecnología no era tan absorbente como ahora. Sé que es insignificante, pero espero sea mi granito de arena que junto a muchos otros configuren la montaña por la que algún día alcance el reconocimiento de Santa de la Iglesia, una Gloria de la que no me cabe duda ya estará disfrutando.
Toca rezar para pedir su intercesión por los que aún caminamos peregrinando en esta vida. Si alguno obtiene alguna gracia a través suya, ruego se ponga en contacto con su familia o con la Diócesis de Jerez para acelerar su Causa.