lunes, 27 de septiembre de 2021

Los jueves, milagro (España, 1957)

Este verano volví a ver Los jueves, milagro, un clásico del Cine español dirigido por Luis García Berlanga (autor de los inolvidables El verdugo, Plácido o Bienvenido Mr Marshall y protagonizada por muchos de los grandes actores de la época como Pepe Isbert, José Luis López Vázquez, Manuel Alexandre o Mariano Ozores, entre otros.

Lo primero que se me viene a la cabeza  a la hora de comentarla es un pensamiento nostálgico. Aquello era Cine de verdad, con guiones bien hilvanados -aunque presupuestos escasos-, contando con actores vocacionales e interpretaciones espectaculares. Luego vendrían los años de la transición (en el Cine español llamados "del destape" por razones obvias) y se perdió la frescura de aquellas cintas que fueron sustituidas por un cine soez, monotemático (mejor dicho, bitemático: República o sexo, teniendo también cabida una conjunción de ambas). No obstante, parece que desde hace unos años esta tendencia ha cambiado y vuelven a apreciarse productos de cierta calidad, lo que permite confiar en que verdaderamente ese sea el futuro...

Hecho este desahogo, y tratándose éste de un Blog religioso vamos a la miga, al contenido espiritual del film. Para quien no conozca a Berlanga, es preciso aclarar antes que sus películas en los años de la dictadura intentan ser un reflejo crítico de una sociedad costumbrista, clasista y conservadora. Todo ello realizado desde la sátira y la ironía, para esquivar la censura del periodo franquista. Esta película -y las mencionadas anteriormente- son fiel reflejo de ello. En España se vivía por aquel entonces un nacional-catolicismo que imponía unas normas y costumbres que muchas personas interiorizaban pero que otras vivían como un barniz superficial bajo el que se ocultaban sentimientos no muy acordes con la moral cristiana. Aprovechando esta característica un poco esquizoide, el film puede tener siempre dos lecturas, una la directa (afín al cristianismo, de ahí que los censores la permitieran) y otra subliminal, con un mensaje soterrado de crítica a la institución y a la fe en sí.

El argumento nos presenta varias claves. Las "fuerzas vivas" de un pueblo perdido, Fontecilla (alcalde, maestro, barbero y varios empresarios) deciden inventar un milagro al estilo de Lourdes o Fátima para aprovechar el balneario del pueblo y dar un impulso a la escasa actividad económica en que el pueblo está sumido desde que el tren no pasa por allí. Para ello organizan apariciones de San Dimas (Pepe Isbert) al loco del pueblo y la posterior venta de recuerdos y agua del balneario. Lo que comienza siendo un engaño mal urdido se transforma en un negocio excelente ante la llegada de un extraño personaje y la aparente curación de varias personas del pueblo. 

Como digo, es al terminar la película cuando el espectador tiene la duda (de ahí el genial trabajo de Berlanga) de si lo que ha visto refuerza o ridiculiza la temática tratada. ¿Es una película "pro" o "anti" lugares de apariciones espirituales?. Por un lado, cabe pensar lo primero, ya que en palabras de los propios ciudadanos la "farsa" de sus dirigentes había servido para despertar la fe de los habitantes del pueblo, consiguiendo a través de esa fe lo que anteriormente era inalcanzable. La fe es presentada de este modo como un gigante dormido, poderosa pero ajena también a la liturgia de la Iglesia, apareciendo el sacerdote del pueblo (José Luis López Vázquez) como un elemento meramente decorativo. Por otro lado, la intención del cineasta es claramente presentar la posición interesada de todos personajes respecto al elemento religioso: unos por el beneficio económico que esperan obtener, otros, por las curaciones o milagros que son lo único que despiertan su interés religioso. 

Como toda obra genial, la película fue acogida con desagrado por todos. Fue un fracaso total en la taquilla, con solo 10 días en cartel en Madrid y 236 espectadores. La crítica especializada no se ponía de acuerdo. Los más conservadores se quejaban de las aviesas intenciones que el film deja entrever. Los más progresistas, por el contrario, criticaban a Berlanga por haber realizado una película aparentemente favorable a la fe cristiana y ser cómplice de esa manera de la propaganda franquista. Más de 60 años después, la película sigue viva, fresca como una lechuga y abierta a todo tipo de interpretaciones, lo que la convierte sin duda en una joya del Cine de nuestro país. 

Como curiosidad se puede añadir que en 1994 se descubrió en la Cinemateca Real Belga una copia con dos minutos más de duración que la original, con escenas que no fueron censuradas como un milagro durante un partido de fútbol, alusiones a Fátima o cánticos marianos. Los Blue Ray actuales han rescatado esas diferencias que hoy pueden ser visualizadas como se rodaron inicialmente. Entre ellas destacan también la escena inicial, con la voz en off que contextualiza la película (ausente en la obra original) y un final alternativo, en la que la fotografía que se muestra del extraño personaje es una ficha policial, con lo que se deja entrever que es un criminal.

lunes, 20 de septiembre de 2021

Seven (EE.UU., 1995)

Aún recuerdo la primera vez que vi esta película, en el seminario rodeado de mis compañeros de estudio. En los años 90 abundaban los thrillers de todo tipo: psicológicos, de acción, policiales, eróticos, políticos... por lo que no era de extrañar que también hubiera lugar para el thriller religioso como el que hoy nos ocupa y que nos concitó a todos alrededor de la televisión de la sala comunitaria. En este caso, el asesino de turno usa los siete pecados capitales para eliminar a sus víctimas. ¿repasamos cuáles son esos siete pecados? hagámoslo con las palabras del Teniente Somerset (Morgan Freeman) tras el segundo asesinato del asesino en serie:

“Hay siete pecados capitales: la gula, la avaricia, la pereza, la ira, la soberbia, la lujuria y la envidia. Siete. Prepárate para cinco crímenes más.”

Una película que además de con el mencionado Freeman cuenta con Brad Pitt, Gwyneth Paltrow y Kevin Spacey en el reparto no puede andar mal. Para la dirección se contó con David Fincher, que si bien no tenía mucha experiencia como director de largometrajes si había dirigido vídeos musicales para Madonna, Sting, Michael Jackson o The Rolling Stones, lo cual ya es mucho decir en la época dorada de los clips musicales.  

El resultado de todo ello resultó poco menos que una obra maestra del género. Un thriller policiaco oscuro, sombrío, que crea tensión y desasosiego en el espectador a partes iguales. Con los siete pecados capitales como argumento no podía ser de otra manera. lo más bajo de la condición humana sale a relucir en la pervertida mente del serial killer. Argumentalmente la película es un duelo interpretativo entre Freeman y Pitt (detective Mills), un policía al borde de la jubilación y otro que prácticamente comienza su carrera. Ambos tendrán que colaborar en la identificación y detención de este psicópata que asesina sin piedad a sus víctimas en una especie de juego macabro. 

Durante la investigación, se enfrentan las visiones opuestas de ambos protagonistas. El pesimismo existencial de Somerset tras una vida dedicada la lucha contra el crimen y el optimismo pujante de Mills, a quien la vida le sonríe en el plano personal y profesional. Entresaco unas cuantas frases del primero a este respecto:

- Heminway escribió una vez: el mundo es un buen lugar por el que merece la pena luchar... sólo estoy de acuerdo con la segunda parte.
- La apatía es la solución, es decir, resulta más fácil abandonarse a las drogas que enfrentarse a la vida, robar lo que uno quiere que ganárselo, pegar a un niño que enseñarlo. Por otra parte el amor requiere esfuerzo, trabajo.

A nivel de vocabulario religioso hay también algunas frases que merecen la pena ser reseñadas. Me quedo con estas tres:

- Largo es el camino y duro, que del infierno lleva a la Luz. Es de Milton. Paraíso Perdido.
- Vemos pecados en todas partes, vemos pecados en las calles y en las casa, y los toleramos. Pues yo digo: ¡ya no más!
- Los caminos del Señor son inescrutables.

Por último, quería mencionar y clarificar este diálogo de altura teológica:

- Los sermones eran sobre expiación de pecados. Estos asesinatos parecen atrición forzada.
- ¿Atri-qué?
- Atrición es arrepentirte de tus pecados, pero no por amar a Dios.
- Sino por tener un arma en la cara.

Como bien se dice, la diferencia entre la contrición y la atrición es la motivación de ambas. La contrición (más perfecta) nace del amor a Dios mientras que la atrición (llamada también contrición imperfecta) es fruto del miedo al infierno o al castigo divino. Interesante distinción que el film ofrece.

Bueno, para no ser spoiler, no puedo adelantar el final ni la resolución del caso. pero sí puedo afirmar que es una película imprescindible, un must see como dicen los británicos. espero que la disfrutéis y que estos comentarios os hayan ayudado algo a profundizarla.

lunes, 13 de septiembre de 2021

Las vidas posibles de Mr. Nobody (Mr Nobody, Bélgica, 2009)

Inauguro hoy una etiqueta nueva para esta película que me ha impactado. No es cine religioso, tampoco transmite valores en exceso, por lo que he decidido catalogarla como "Cine para pensar". Para mi gusto se trata de la película filosófica por excelencia, ya que lo que se pretende no es tanto responder preguntas sino plantearlas, uno de los objetos fundamentales de este saber.

Evidentemente alguno de los temas que trata tienen una conexión con la religión, como el "más allá" de la muerte o el sentido de la vida, pero no presenta un planteamiento religioso y casi ni se hace mención al tema. 

Lo que más me ha impactado del film, además de su originalidad, es que cuando uno termina su visualización es el momento en el que comienza el verdadero trabajo racional interior de planteamiento de cuestiones importantes a las que no se intenta dar una respuesta en el film, pero sí lanzarlas al espectador para que ahonde en ellas todo lo que quiera y su mente le permita. 

Lo primero llamativo de este film es la filmografía de su director, Jaco Van Dormael, ya que  en treinta años de carrera únicamente ha dirigido cuatro películas. Esto habla de lo concienzudamente que las selecciona y dirige, siendo además productor de las dos últimas, por lo que además se deduce que arriesga su dinero en cada proyecto. Sobre esta película afirmó recientemente: "Mr. Nobody es la película de la que estoy más orgulloso. Económicamente fue un fracaso, pero artísticamente hablando, creo que es lo mejor que he hecho en mi vida.". Efectivamente, a nivel empresarial fue un fracaso, con 58 millones de dólares de presupuesto y solo 4 recuperados en taquilla y ventas. 

El argumento es fascinante. En 2092 Nemo Nobody es el último mortal de una tierra de inmortales y se va a "celebrar" su muerte como un acontecimiento extraordinario. Entonces es entrevistado e irá contando las posibles vidas que ha podido vivir, cuál de ellas sería la que más feliz le hubiera hecho y qué tipo de decisiones trascendentes ha tomado en su vida hasta llegar a ese punto.

El reparto lo componen, Jared Leto, Sarah Polley, Diane Kruger y Linh Dan Pham, mostrando todos ellos estar a la altura del proyecto y de la dirección. Las claves de su fracaso económico hay que buscarlas en la distribución y en un deficiente marketing, no en el filme en sí, que como digo es excelente. Quizás también influye que el producto es un poco para "gafapastas", escapando de los productos comerciales para todo tipo de públicos.

Sea como fuere, la película es una reflexión sobre la libertad, el sentido de la vida, la muerte o las opciones que vamos tomando en el día a día, y cómo estas marcan nuestro destino. Imposible resumir en unas líneas todo su contenido filosófico, así que prefiero dejaros unas "píldoras filosóficas" que os hagan sentir la necesidad de ver el filme. Espero conseguirlo:

Todo lo que vemos existe, podemos verlo. Yo veo los ojos de mamá, pero no veo mis ojos. El bebé se ve las manos, pero no se ve a si mismo. Entonces ¿Existe realmente?

Si mezclas el puré de patatas con la salsa, después no se pueden separar, es para siempre. El humo sale del cigarrillo de papá, pero nunca vuelve a entrar. No podemos volver atrás, por eso cuesta elegir. Hay que tomar la decisión correcta. Mientras no elijas, todo sigue siendo posible…

Antes era incapaz de hacer una elección porque no sabía qué iba a pasar. Ahora que sabe lo que va a pasar, es incapaz de hacer una elección.

En el ajedrez, se llama Zugzwang… cuando la única jugada posible es no mover

A veces no puedo dormir. Asi que pienso sobre cómo era. Es lo único que me queda

¿Por qué recordamos el pasado pero no el futuro?

¿Hasta qué punto son innatos nuestros miedos? Si empollamos huevos de ganso en una incubadora y luego pasamos sobre los polluelos una silueta que simula un ganso en vuelo, las aves alargan el cuello y gritan; pero si invertimos la dirección de la silueta, adopta la forma de un halcón. La respuesta de los polluelos es inmediata, se agazapan aterrados aunque nunca hayan visto un halcón. Sin ninguna instrucción, un miedo innato les ayuda a sobrevivir. Pero en los humanos, ¿a qué peligros ancestrales podrían corresponder nuestros miedos?....

¿Qué ocurre cuando nos enamoramos? Como resultado de ciertos estímulos el hipotálamo libera una potente descarga de endorfinas pero ¿porqué esa mujer o ese hombre? ¿Hay una emisión de feromonas que corresponden a una señal genética complementaria o son unos rasgos físicos que reconocemos? Los ojos de una madre, un aroma que estimula un recuerdo feliz, ¿es el amor parte de un plan? ¿Un inmenso plan entre dos modos de reproducción? Las bacterias y los virus son organismos asexuados. Con cada división celular, cada multiplicación mutan y se perfeccionan mucho más deprisa que nosotros contra estos respondemos con el arma más temible… el sexo. Dos individuos, al mezclar sus genes, barajan las cartas y crean otro individuo que resiste mejor a los virus cuanto más diferente sea. Entonces ¿participamos sin saberlo en una guerra entre dos modos de reproducción?

lunes, 6 de septiembre de 2021

El caso de Cristo (The Case for Christ, EEUU, 2017)

El caso de Cristo
es sin duda una película apologética de la fe cristiana. Su primer objetivo es llevar a la pantalla fielmente el libro autobiográfico El caso de Cristo: una investigacion exhaustiva, escrito casi diez años antes (2008). Al igual que con El Cielo es Real, Los milagros del CieloConversaciones con DiosLa Cabaña todos ellos comparten el haber sido grandes best sellers primero y haber sido adaptados al celuloide después. Creo que es por esta condición por los que en general las críticas profesionales suelen se bastante duras con todas ellas, tachándolas de excesivo proselitismo religioso, afirmando que no son más que sermones para públicos ávidos de este tipo de productos. Critican su poca profundidad teológica a la par que su escasa calidad cinematográfica. No digo yo que no haya algo de razón en ello, pero una crítica tan feroz me parece tan injusta como poco fundamentada. 

En el caso de la película que comentamos hoy, el argumento de libro y película -como no podía ser de otra manera- es semejante. Lee Strobel es un afamado periodista del Chicago Tribune que alardea de ateísmo al tiempo que escribe artículos excelentes que lo hacen subir como la espuma en su trabajo. Su vida cambiará radicalmente el día que su hija está punto de morir atragantada en un restaurante. La rápida intervención de Alfie, una enfermera cristiana, es decisiva para salvarle la vida a su hija y sembrar la semilla de la fe en su esposa, Leslie. A partir de ahí comienza una crisis matrimonial en la que Lee no acepta la búsqueda espiritual de Leslie, planteando para combatirla un ambicioso objetivo: escribir un artículo en el que desmonte una a una todas las mentiras del cristianismo.

El primer análisis -el más sencillo- es el cinematográfico. La película es correcta, con la dirección del novel John Gunn (su tercer film hasta esa fecha), sin grandes estrellas de Hollywood en el reparto (apenas un minuto de intervención de Faye Dunaway como lo más destacado), sin nada de efectos especiales y con una BSO discreta. Cuenta con un guión bien hilvanado con tres tramas que se cruzan: los problemas familiares de Lee (paterno, matrimonial y abuso del alcohol), un caso de corrupción policial que está investigando para su periódico y la mencionada búsqueda de la fe. Su presupuesto fue de 3 millones de dólares y su recaudación rozó los 18, por lo que como negocio cumplió con creces su objetivo. 

Mayor miga tiene el plano teológico-espiritual, que merece un análisis mucho más detallado. En su intento por desacreditar la fe cristiana, Lee recurre a varias autoridades de campos del saber bien distintos, teniendo con cada uno de ellos conversaciones más que interesantes. Vamos a analizar las frases y diálogos que a mí me han parecido más interesantes. 

No obstante, vamos a comenzar un poco antes de esa búsqueda periodística de Lee. El primer elemento religioso introducido en la película es la primera frase que dice Alfie tras su intervención "salvadora". Con ella ya se nos adelanta que a partir de ese momento podemos entender todas las situaciones de la vida desde la fe o desde el azar. Alfie le dice a Leslie que ella es de las que todo lo interpreta desde la fe:

Bueno, no es suerte. Es Jesús. Mi esposo y yo íbamos de camino a otro restaurante esta noche. Algo me dijo que necesitaba estar aquí.

Tras el susto inicial, en la serenidad de la noche y en una conversación familiar en la cama de la pequeña, Lee deja clara su postura al respecto de la religión a su hija y a todos los espectadores:

- Pero nosotros somos ateos. Los ateos no creen en Dios. 
- ¿Qué creen? 
- Uh, creemos en lo que es real, en lo que podemos ver, lo que podemos tocar. Los hechos son nuestra verdadera arma contra las supersticiones, la ignorancia y la tiranía”

Un poco más adelante, la enfermera Alfie vuelve a anunciar el mensaje cristiano a Leslie sembrando en ella una duda cada vez más poderosa:

A veces Dios nos habla de la manera más inesperada y de la forma más sorprendente.

Ante el cambio de actitud de su esposa, comienza aquí la búsqueda periodística de Lee acerca de la fe. Lo hace pidiendo asesoramiento a un compañero de trabajo, Kenny, que le da la pista para comenzar su investigación. Curiosamente es un anuncio puro del kerigma cristiano, que basa toda su verdad en la resurrección de Cristo:

Toda la fe cristiana depende de la resurrección de Jesús. Si no sucedió, es como un castillo de naipes. Se reduciría a un rabino incomprendido en el mejor de los casos. En el peor de los casos, a un lunático que fue martirizado.

Con esta premisa, Lee se dispone a cuestionar el hecho en sí de la resurrección y la validez de las fuentes que lo atestiguan. La primera autoridad a la que se dirige es al Doctor Habermas, un teólogo experto en la resurrección de Cristo, quien desmonta una a una sus conjeturas iniciales cuando le propone que la resurrección no tiene fundamento:

Bueno, no de acuerdo a los registros históricos. ¿Sabías que tenemos un informe de la resurrección con testigos oculares específicos que data a apenas unos meses de la resurrección? 

Cuando Lee le comenta al teólogo que su posición es creyente y por lo tanto interesada, el doctor le rebate con otro interesante argumento: 

El hecho de que yo me beneficie de la gravedad de la tierra no es prueba de que sea real, al igual que mi repulsión por los mosquitos no es un argumento contra su existencia. Ya ves, lo que quiero y lo que no quiero no tiene ningún impacto en la verdad. Habiendo dicho esto, si la resurrección de Cristo significa que llegaré a estar con Debbie de nuevo (su difunta esposa) no tengo ningún problema en ser feliz por eso. A veces la verdad nos recuerda lo que es realmente importante.

Tras esta primera impresión, Lee acude a un antiguo científico (arqueólogo) convertido ahora en sacerdote, el padre Márquez. En un nuevo diálogo fe-cultura, Márquez le da un dato esclarecedor: el Nuevo Testamento es la fuente histórica de la antigüedad de la que más documentos se han descubierto. 

¿Sabe que a día de hoy se han recuperado 5.843 manuscritos griegos del Nuevo Testamento? Eso es cuatro veces más que la "Ilíada"...

Tras esta contundente referencia histórica, Lee dirige sus pasos hacia la ciencia, consultando a un científico agnóstico para quien sin embargo no hay ninguna duda de la veracidad de los relatos evangélicos desde un punto de vista histórico, el Dr Craig. Para éste, quien busca desde el ateísmo se equivoca, pues nunca encontrará evidencia para rebatir la fe cristiana. Para él, la postura más lógica es la agnóstica, afirmando que es imposible demostrar la fe, pero también es imposible demostrar su no existencia. De paso recrimina a Lee su postura tan extremista, haciéndole ver que quién verdaderamente tiene prejuicios y no una búsqueda abierta de la verdad es él:

La tumba vacía se basa en evidencia, y ¿la evidencia no es tu oficio? ¿Pero cuándo será para ti "suficiente evidencia" suficiente evidencia?

Mientras ello sucede, Leslie acude a la iglesia evangélica en la que el pastor sigue anunciando claves de la fe cristiana:

Dios quiere ser tu Padre. amarte hasta que conozcas su promesa del cielo. Porque esto es la simple verdad de nuestra fe. Dios nos creó. Echamos a perder las cosas. Cristo pagó por nuestros pecados y todo lo que tenemos que hacer es recibirlo. Realmente es tan simple como eso.

Lee cada vez tiene más problemas con su mujer, con el alcohol y con su padre. Leslie encuentra consuelo en Alfie y en el profeta Ezequiel, en quien descubre una bonita oración para rezar constantemente por la conversión de su esposo: 

"Te daré un corazón nuevo. Y pondré en ti un nuevo espíritu. Arrancaré de ti tu corazón de piedra y te daré un corazón de carne ". (Ez 36, 26-28)

Cada vez más confundido, Lee acude a la Psicología para intentar demostrar que la fe es un desvarío interesado, un invento humano. La también agnóstica Doctora Roberta Waters, presidenta de la Asociación Americana de Psicoanálisis, sin embargo, también desmonta esa teoría. Es más, lo que le dice para su meditación es que la mayor parte de los militantes ateos tienen de raíz un conflicto paterno, cuestión que en el caso de Lee es absolutamente cierta: 

¿Sabías que todos ellos (los ateos más famosos) tuvieron un padre que, o bien murió cuando ellos eran jóvenes, o los abandonó, o eran físicamente o emocionalmente abusivos? En el mundo de la terapia se llama "herida del padre".

Leslie se bautiza, y Lee se dispone a gastar su última bala: demostrar que Cristo en realidad no murió, sino que su resurrección es un invento urdido por él mismo, que consiguió escapar de la cruz. Para ello acude al patólogo más importante de los Estados Unidos, el Dr. Metherell. Una vez más su teoría es rebatida sin fisuras y sin resquicio a la duda, basten estas tres frases como muestras de un largo diálogo.

- Los romanos eran asesinos profesionales. 

- La Biblia dice que de su costado manaron sangre y agua. Lo que muchos siglos después sabemos que es una descripción perfecta de derrame pericárdico como resultado de la muerte por asfixia. 

- Le merece credibilidad la revista de la Asociación Médica Americana? 
- Por supuesto. Es un periódico científico de primer nivel. Incluso yo lo admitiré.
- "Sobre la muerte física de Jesús: Claramente, el peso de la evidencia médica e histórica indica que Jesús estaba muerto antes de la herida que fue infligida en su costado. En consecuencia, las interpretaciones basadas en la suposición "que Jesús no murió en la cruz" parecen estar en desacuerdo con todos los conocimientos médicos modernos". 

Para cerrar el círculo al cómo comenzó su investigación  -pero ahora abatido y derrotado-, Lee vuelve a tener una conversación con su compañero Kevin, quien lo remata con esta frase:

Uno de mis héroes es C.S. Lewis, un hombre que empezó siendo escéptico, muy parecido a ti. Al final de su viaje, ¿sabes lo que dijo? Dijo: si el cristianismo es falso, tiene importancia cero. Pero si es verdad, entonces no hay nada mas importante en todo el universo.

Finalmente, Lee se convierte y reza. Escribe un artículo sobre sus conclusiones, pero es rechazado por el director del periódico. Entonces, su mujer, Leslie, le lanza un órdago que es el origen de esta historia

En lugar de un artículo, ¿Qué tal un libro?

Bueno, como se puede ver, la película presenta diálogos y frases muy interesantes, al tiempo que deja un mensaje contundente. La fe no solo se basa en quimeras, sino en hechos verificables y demostrables. un film que no pasará a la historia de la cinematografía pero que sí se ha convertido ya en un referente de la apologética cristiana.