miércoles, 23 de diciembre de 2020

La Navidad de Ángela (Angela's Christmas, Irlanda, 2017)

Como ya he comentado en otras entradas acerca de Polonia, también Irlanda se está convirtiendo en uno de los últimos bastiones culturales del cristianismo. Países ambos con una férrea tradición católica donde aún se promueven inversiones artísticas en sintonía con el Evangelio.

En estos días he visto "La Navidad de Ángela", un corto dirigido por Damien O´Connor de 30 minutos de duración y distribuida por Netflix. El corto se basa en un cuento escrito por Frank McCourt (Curiosamente el mismo autor de la obra por la que ganó el Pulitzer en 1997 "Las Cenizas de Ángela") titulado "Ángela y el niño Jesús", escrito en 2007. En ambas obras la protagonista es su madre, Ángela, aunque en esta ocasión la historia se remonta a su infancia.

La historia narra una historia real acontecida en la infancia de su madre, en la que ella y sus hermanos van a la misa del Gallo en la Parroquia de su pueblo. Al terminar la misma, Ángela decide llevarse al niño a su casa para arroparlo en su cama y que no pase frío. El corto se sitúa en esa fría Nochebuena, con las peripecias de Ángela para salirse con su propósito y de paso comprobamos las reacciones de los parroquianos, de los mendigos, de su familia, del sacerdote y del policía -en ese orden- al ir descubriendo lo sucedido.


Además de describir a la perfección el ambiente familiar, religioso y navideño de Irlanda a comienzos del siglo XX, el corto presenta tres lecciones morales. 

1. La primera es describir las buenas intenciones de Ángela, a mi parecer resumidas en estas dos preguntas de la protagonista, una realizada a su madre y la otra al propio niño Jesús:

- ¿Si el Niño Jesús es el centro de la Navidad, por qué está ahí tan solito?
- ¿Por qué nadie quiso arropar ese cuerpecito? Seguro no te estás quejando porque no quieres que tu mami se enfade...

2. La segunda enseñanza es la generosidad, representada en la moneda que el policía regala a Ángela, quien a su vez se la da al mendigo para que pueda comer caliente esa noche. Una concatenación de obras buenas con un final feliz.


3. La tercera lección la da el policía. Cuando el sacerdote regaña a Ángela diciéndole que lo que ha hecho no está bien e insinuando que el policía se la podía llevar detenida, éste responde: "Es cierto. NINGÚN NIÑO debería pasar la Navidad separado de su familia"

En definitiva, una corta pero bonita historia con ambiente navideño y final feliz...


jueves, 17 de diciembre de 2020

El pájaro espino (The Thorn Birds, EEUU, 1983)

Lo primero que tengo que decir de esta película es que no es un largometraje, sino una miniserie de televisión de 460 minutos dividida en cuatro capítulos. Está basada en la novela homónima de la australiana Colleen McCullough. En el telefilm se nos cuenta la relación entre el sacerdote católico Ralph de Bricassart (Richard Chamberlain) y Meggie Carson (Rachel Ward). Muy polémica en su día por la relación prohibida entre los protagonistas, creo que hoy puede ser vista como un cuestionamiento claro del celibato más que como una provocación explícita. Los años que han pasado nos han hecho comprender que en la historia reciente de la Iglesia no han faltado muchos cardenales Bricassart que han incumplido su promesa de celibato y cuyas ambiciones de poder y prestigio hayan sido superiores a su honestidad. Incluso lamentablemente muchos de estos casos reales han tenido como protagonistas no voluntarios a menores de edad, por lo que no creo que a estas alturas haya que escandalizarse por un libro o una película con una temática que en el fondo es el amor. Prohibido e ilícito, pero amor al fin y al cabo.

El primero de los cuatro capítulos es una presentación del sacerdote y de la primera mujer que lo desea, la multimillonaria Mary Carson (interpretada soberbiamente por Barbara Stanwyck), la anciana dueña de Drogheda y poseedora de una fortuna sin descendientes directos. De este capítulo me encanta la confesión de amor de la anciana, llena de amargura y resentimiento hacia la condición humana proyectada en un dios casi sádico:

"Yo le he amado. ¡Y cuánto, Dios mío! ¿Cree que mis años lo impiden automáticamente? Bueno, padre De Bricassart, permítame que le diga una cosa. Dentro de este estúpido cuerpo, soy todavía joven; todavía siento, todavía deseo, todavía sueño, todavía pataleo y maldigo las restricciones que me atan, como mi cuerpo mismo. La vejez es la peor venganza con la que nos aflige un Dios vengativo. ¿Por qué no hace que también envejezcan nuestras mentes?"

Sin embargo, el corazón de Ralph de Bricassart no está puesto en Mary, sino en su inmensa fortuna (un camino para ganarse la púrpura cardenalicia) y en su sobrina Meggie. A ella, siendo una niña, el sacerdote le cuenta una historia que es la que da nombre y sentido a la historia, la "leyenda del pájaro espino":

"…Existe una leyenda acerca de un pájaro que canta sólo una vez en su vida. Y lo hace con una armonía y dulzura, que no puede ser igualada por ninguna otra criatura sobre la faz de la tierra. Desde el mismo momento en que abandona el nido y comienza a volar, busca un árbol espinoso, único. Y no descansa hasta encontrarlo. Entonces, sobrevuela en danza y trinando, se introduce entre las crueles ramas y se clava él mismo, en la espina más larga y afilada. Un canto más bello que el de la alondra y el ruiseñor envuelve su lenta y mortal agonía. Un canto sublime, un trinar inefable que ofrece al precio de la vida. Pero todo el mundo enmudece para escuchar, y Dios sonríe en el cielo. Pues lo mejor solo se consigue al precio de un gran sufrimiento... Al menos, así lo dice la leyenda."

Más adelante, la pasión entre ellos irá subiendo de intensidad. Pero insisto, más allá del morbo (las escenas sexuales son muy escasas), el film se centra en el amor desde el punto de vista de cada protagonista. Para Meggie, Ralph es el amor de su infancia, de su juventud y de su madurez. A pesar de casarse con otro hombre, su corazón no se separa ni un solo minuto del objetivo de conseguir a este hombre. Aunque todos le digan que Ralph pertenece a Dios, ella sabe que en el fondo también él la ama y está enamorado de ella. No entiende porqué no comienza una nueva vida con ella, porqué no buscan la felicidad juntos o porqué dice una cosa y hace otra. Lo ama hasta el punto de querer su felicidad aún no estando a su lado. Ralph, por su parte, ama a Meggie, pero también ama a un Dios que prohíbe el amor carnal de los sacerdotes y se debate continuamente entre ambos amores. También ama la riqueza, sobre todo en tanto en cuanto le proporcionan acceso al poder vaticano y al prestigio. Su amor a Meggie  se lo confiesa a ella en una de las frases que más me conmueven:

"¿Por qué tiras tanto de mi corazón? ¿Por qué llenas ese espacio que Dios no puede llenar?"

Colateralmente esta es otra de las claves de la película. El anhelo de felicidad y la vaciedad interior caracterizan no solo al "pájaro espino", sino a la práctica totalidad de los protagonistas, en un reflejo real de la vida misma. A lo largo de la trama no faltan un sinfín de tragedias. Incendios, muertes, dramas personales, conflictos familiares, vidas vacías y existencias sin sentido se van sucediendo sin eclipsar a los dos protagonistas principales y su historia de amor. 

El final, sin ser excesivamente spoiler, sí me parece una declaración de amor similar al acto que realiza el pájaro espino de la leyenda antes de morir. Algo tarde para Meggie, se puede pensar, pero en su justo momento si creemos en los planes de Dios...

Como escena extraña yo reseñaría dos detalles de los que no he leído nada en todos los comentarios que he contrastado, por lo que creo que he sido el único en darme cuenta, o al menos en ponerlo por escrito. En la ordenación sacerdotal de Dane O´Neill (o De Bricassart, según se mire...) un acólito sostiene un libro con las supuestas oraciones consecratorias. El primer fallo es que no se trata del Ritual de Ordenación (el Pontifical Romano), sino del Leccionario V de los Santos. El segundo es que la ordenación tiene lugar en Roma, y curiosamente el Leccionario está en español, abierto por la página de la memoria de San Francisco de Asís. Curioso que ese detalle no se cuidara más. 

Por otro lado, la música de Henry Mancini merece un comentario positivo aparte, ya que acompaña a la perfección el desarrollo de la trama. El autor de Moonriver o La Pantera Rosa nos legó esta pequeña obra maestra que a pesar de acompañar gran parte de los 460 minutos no cansa en absoluto y sí completa el visionado, un visionado que recomiendo, lejos de puritanismos de antaño, para reflexionar sobre la condición humana y sacerdotal, sobre el amor romántico y sobre el sentido de la existencia del ser humano. 

lunes, 23 de noviembre de 2020

14 cumpleaños


Este año se me ha pasado el día 14 de noviembre, día en el que el Blog precisamente cumplía 14 añitos. De nuevo Google ha vuelto a hacer de las suyas modificando su interface, con lo que el seguimiento estadístico cada vez es más complicado. Como noticia buena ahora vuelven a aparecer el número de seguidores, como negativo muchas estadísticas aparecen redondeadas por miles perdiendo las tres últimas cifras. Esta es la situación actual:  


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A nivel de la segunda tabla estadística me llama la atención que en tres años se han igualado los porcentajes del navegador más usado (Google Chrome, al alza) y el sistema operativo (Windows, a la baja). Tal y como comenté el año pasado, sin duda se debe a que los dispositivos Apple siguen ganando terreno frente al resto. Este año quedan así: 

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772.256 (58%)

Windows

802.738 (57%)

Windows

819.000 (54%)


Bueno, como digo siempre, el año que viene más (espero que en fecha..)

martes, 10 de noviembre de 2020

Garabandal, solo Dios lo sabe (España, 2017)

Lo primero que tengo que decir de esta película es que antes de verla no conocía absolutamente nada de estas apariciones. Me he informado mucho sobre Fátima, Lourdes, Guadalupe o Medjugorje pero nunca había escuchado ni había buscado información sobre lo ocurrido en San Sebastián de Garabandal.

Así que voy a exponer brevemente la historia que es -no podía ser de otra forma- el argumento de la película.

Los hechos tuvieron lugar entre 1961 y 1965, cuatro años en los que cuatro niñas (Conchita, Jacinta, Mari Cruz y María Dolores) afirmaron tener apariciones de un ángel primero y de la Virgen del Carmen después. La película hace mención a un guardia civil y al párroco del pueblo, quienes al principio no las creen pero poco a poco van cambiando de parecer, cosa que no ocurre con las altas autoridades civiles y religiosas que “desmontan” el relato de las apariciones para hacerlo aparecer como falso. Esa fue la postura oficial hasta 1983, año en el que el científico encargado de llevar el proceso afirmó en una rueda de prensa que todo el informe que él había elaborado era un conjunto de mentiras que no recogía la realidad de lo sucedido. ¿Mentía en 1966 cuando elaboró el informe o en 1983 cuando se retractó? Nunca lo sabremos, de ahí el acertado subtítulo de la película “solo Dios lo sabe”.

El relato muestra muchas similitudes con las apariciones de Fátima, tantas que pueden hacen creer que las niñas bien pudieron inventarlo tras leer la historia de las acontecidas en Portugal. Primero la aparición del ángel, luego de la Virgen María, el mensaje es casi el mismo, la comunión visible.... No obstante a las. niñas de Garabandal se les atribuyen fenómenos añadidos propios de la investigación científica de la época, como el excesivo peso que las volvía inamovibles, la levitación, la curación de un sacerdote o el reconocimiento de objetos y personas sagradas que ellas desconocían por completo, como una polvera en la que sacerdotes escondieron la Eucaristía antes de ser fusilados por los republicanos o un sacerdote que acudió de paisano a las apariciones.

“Garabandal no aporta nada nuevo al Evangelio, solo nos lo recuerda” es una frase del Padre Luis en la película, a mi juicio genial, que puede aplicarse a todas las apariciones y que en ese sentido concede libertad a cada creyente para creer o no en ella según su conciencia y según crea que estas experiencias hacen aumentar su vida de fe y de oración.

A nivel personal no tengo un juicio al respecto, pero hay un dato que aporta la película y que para mí es muy revelador. Una niña que se levanta a las cinco de la mañana para rezar el Rosario en el monte ha tenido que ver o sentir algo que la motive a hacerlo. De las tres videntes que quedan vivas dos viven en los Estados Unidos y una en España, lejos del mundanal ruido. Siguen conservando los recuerdos de la infancia y mantienen la veracidad de las apariciones, así como del último mensaje del Ángel que transcribo íntegro: «El Ángel nos dijo que como no se ha cumplido y no se ha hecho conocer mi mensaje del 18 de octubre (1961), os diré que éste es el último. Antes, la Copa se estaba llenando, ahora está rebosando. Los sacerdotes, obispos y cardenales van muchos por el camino de la perdición y con ellos se llevan muchas más almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debemos evitar la ira de Dios con nuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con vuestras almas sinceras, Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Arcángel San Miguel, os quiero decir que estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación».

A nivel de película hay muchas cosas mejorables. Los actores son amateurs y se nota, aunque el conjunto es entretenido e interesante. El sonido -como en casi todas las películas españolas- es muy deficiente. Aunque es cierto que hoy en día se pueden rodar cosas dignas con un presupuesto bajo, evidentemente con un mayor presupuesto se hubiera conseguido algo más relevante. La parte positiva es que con ese desparpajo se transmite frescura y los diálogos están bien hilvanados. El film se sitúa en favor de las apariciones, si bien deja un considerable hueco al recelo y la suspicacia, lo que habla en favor de su objetividad. 

En definitiva, una película para quien quiera profundizar (o iniciarse, como es mi caso) en los milagros de Garabandal

miércoles, 21 de octubre de 2020

Las diez críticas de Cine más vistas hasta el momento

Además de un gran cinéfilo sabéis que también soy un freaky de las estadísticas. Por ello he decidido compartir con vosotros las diez entradas de Cine que más entradas han recibido en este Blog.

Quién sabe, quizás dentro de unos años vuelva a hacer lo mismo y las cosas hayan cambiado (o no....)

Os dejo los datos:
       
6956
4120
3596
3581
3.303
3300
2719
2193
2048
1608
1269

miércoles, 30 de septiembre de 2020

Sacrificio (Offret, Suecia, 1986)

Cine de culto. Recuerdo cuando un compañero mío de Universidad hablaba de este tipo de películas y yo no sabía bien qué es lo que me estaba diciendo. El concepto Cine de culto engloba a esas películas que están dirigidas a una minoría, lejos de los circuitos comerciales del entretenimiento que asociamos a Hollywood. A menudo son películas ganadoras de muchos premios internacionales y con un gran reconocimiento de la crítica internacional, pero pueden llegar a ser tremendamente soporíferas si no se conoce el contexto filosófico-teológico (en este caso) en el que están rodadas.

Sacrificio encaja a la perfección en este concepto. Una película sueca dirigida por un cineasta ruso, Andrei Tarkovsky, que aborda el tema del sentido de la vida, de la crisis de la mediana edad y la oración a Dios como solución de los problemas. Vaya cocktail. 

El argumento es más que sugerente. Alexander es un periodista retirado del mundanal ruido que se dispone a celebrar su cumpleaños rodeado de su peculiar familia y sus no menos excéntricas amistades. En medio de la cena, se anuncia por la televisión el estallido de la Tercera Guerra Mundial, que da lugar al confinamiento -tremendamente actual- y al caos. Otto, el cartero del pueblo (un profesor de Universidad retirado), le dice a Alexander que si mantiene relaciones con una de sus criadas (curiosamente llamada María, interpreto una sutil crítica protestante a la doctrina católica que afirma que la Salvación viene por María...) podrá volver atrás en el tiempo y evitar la conflagración mundial. Alexander reza a Dios para que ello sea verdad y poder salvar al mundo y su familia aún a costa de poner en peligro su alma. El sacrificio personal se presenta como la única solución al conflicto. Alexander reza pausadamente un padrenuestro en el que pide a Dios que lo proteja a él y a todos sus seres queridos, ofreciendo a cambio todo lo que es y lo que tiene. Su familia y sus posesiones a cambio de que no se produzca la Tercera Guerra Mundial

A mí personalmente la película me parece entretenida a ratos y aburrida en otros. Demasiado lenta en el desarrollo de la trama y con un metraje excesivo (150 minutos). El final sí tiene un desenlace que podríamos llamar genial, ya que queda a la interpretación del espectador dar un sentido u otro a toda la historia, lo que me parece  bastante adelantado a su época y más propio del cine del siglo XXI en el que estamos bien avanzados.

Tras ver la película he leído muchas críticas que te desconciertan más aún. Unos hablan de un film sublime, de la quintaesencia del celuloide que condensa una genialidad detrás de otra y otros críticos son menos benévolos, tachando la película directamente como una bazofia solo apta para gafapastas que ni siquiera la entienden pero alardean de ello en sus tertulias vips. Hay cosas que cualquier espectador capta en seguida sin necesidad de ser un crítico, como los primeros planos, los cambios de color a blanco y negro, los juegos con los espejos o la música que acompaña a la perfección a las escenas. Lo que más me ha llamado la atención de estas críticas es que casi todas ellas hablan de las interpretaciones, de la música, de la fotografía, de los planos... es decir, de cuestiones técnicas de la película, pero ninguna de ella aborda el tema religioso como una clave para entender el planteamiento del director. Entiendo que hay una ignorancia en todo lo referente a la Religión cada vez mayor que se hace patente cuando alguien que no conoce esa cosmovisión realiza una crítica vacía de contenido profundo, limitándose a las cuestiones estéticas. Mi pequeña aportación será abordar este tema para intentar dar luz a esta obra, no entrando yo en las cuestiones técnicas en las que soy bastante profano.

En primer lugar, hay que decir que Tarkovsky fue un cineasta ruso que tuvo que abandonar la URSS precisamente debido a sus inquietudes religiosas. Nunca se confesó creyente (le hubiera costado la deportación a Siberia) pero todas sus películas tenían un matiz religioso hasta que el régimen comunista le prohibió rodar más. tuvo que exiliarse al extranjero, donde solo le dio tiempo a rodar dos películas, ambas con contenido religioso, Nostalgia (Italia, 1983) y la que nos ocupa.  

Sacrificio comienza con 5 largos minutos de créditos sobre una foto fija de "La adoración de los Reyes Magos" de Leonardo da Vinci y el fondo musical del "Erbarme dich mein gott" (Apiádate de mí Dios mío) de Bach. Esto ya habla a las claras del contenido religioso del film al tiempo que es una invitación para abandonar el visionado a todo aquel que no esté plenamente convencido de ver algo distinto. Hablamos de una película sueca con el equipo de trabajo de Ingmar Bergman, por lo que las analogías con su obra son constantes.

La película comienza con una historia ficticia de un monje budista que Alexander cuenta a su hijo mudo, lo que lo convierte en un soliloquio. A partir de ahí las referencias al mundo religioso son constantes, en los diálogos, en la decoración religiosa de todas las casas que vemos y en la música de fondo. El niño mudo -y el resto de la película perdido o durmiendo- representa el incierto futuro en constante situación de vulnerabilidad. "Dejad al niño dormir" ó "¿Dónde está el niño?" reflejan la preocupación de todos los personajes a lo largo del film. Precisamente casi todos los personajes -excepto el médico- se desmayan o sufren ataques de ansiedad continuamente, encontrando únicamente en el alcohol o en los ansiolíticos la fuerza para seguir adelante. Las referencias a la Guerra, al sinsentido, a la miseria.. son también repetidas, así como las frases "Estamos ciegos. No vemos nada".

En este sentido de las frases, hay algunas de ellas que son para enmarcar, de las que destaco estas cuatro:

- "La creencia lo es todo. Si creemos, algo ocurrirá"
- "Todo podría ser diferente si no tuviéramos miedo a la muerte"
- "El pecado es todo aquello que no es necesario. Toda nuestra civilización es por ello pecado, desde el principio hasta el fin"
- "Todos los regalos requieren su pequeño sacrificio, que es lo que les da valor"

Como antes expuse el argumento, ahora lanzo la pregunta que planea toda la trama: ¿Puede la oración de una sola persona cambiar el destino de toda la humanidad? ¿es ello posible o siquiera planteable? Cierto que la oración de Jesucristo en Getsemaní parece aportar una respuesta positiva a la cuestión, pero claro, Él era el Hijo de Dios... Volviendo al film, ¿Podría una sola persona cambiar el destino de la humanidad realizando un acto sacrificial en contra de su voluntad pero que interpreta a través de la oración que es lo que Dios le está pidiendo para salvar a todo el género humano? formulada la pregunta así las reminiscencias de Abraham son más que evidentes como se podrá entender... 

Otra analogía más que evidente es el lavado de manos de Alexander tipo "Pilato" antes de cometer el pecado expiatorio. Me sorprende que en todas las críticas que he leído ningún crítico haya ni siquiera mencionado este paralelismo. Máxime cuando unas escenas antes se había pronunciado la misma pregunta que Pilato hizo a Jesucristo en el interrogatorio previo a su condena: ¿Qué es la verdad?

Tarkovsky no responde a esta cuestión, como dije anteriormente. Siento ser spoiler pero entiendo que esta entrada es para personas que ya hayan visto la película y quieran profundizar en ella. El final es interpretable. Alexander resulta ser un loco de manicomio que cumple su promesa a Dios y ofrece su casa en holocausto en agradecimiento por haber detenido la Tercera Guerra Mundial, pero nunca sabremos si ello ocurrió de verdad o solo en la mente de Alexander, de ahí la genialidad del final. 

La película termina con dos frases. La primera, la del hijo de Alexander -en off- que habla por primera vez en el film, diciendo la enigmática frase bíblica: "Lo primero que se creó fue la Palabra". Yo la interpreto como una liberación al estilo de Zacarías, quien recupera su voz en el momento en el que Juan el Bautista recibe su nombre en cumplimiento de la promesa de Dios. La segunda, escrita sobre la pantalla, es del propio Tarkovsky que dedica la película "a mi hijo, con esperanza y confianza". Ante un final confuso y bastante amargo es un contrapunto que intenta lanzar un rayo de optimismo.

En fin, una película para ver y encontrar más detalles, que seguro que los hay y muchos.

sábado, 1 de agosto de 2020

Homilía Domingo 18 Tiempo Ordinario Ciclo A

El estudio de la Biología afirma la existencia de dos grandes instintos en el ser humano: El instinto de supervivencia y el instinto de reproducción. 

Esto quiere decir que, aunque quizás no seamos conscientes, todo lo que hacemos durante nuestra vida tiene como fín último alcanzar esos dos objetivos. No morirnos y perpetuarnos.

Es decir, el ser humano ha sido creado para conservarse, bien sea en su propia persona (supervivencia), o bien en la de sus congéneres (reproducción)... o incluso en algo que le trascienda: Es esto lo que nos quiere decir el aforismo: "En la vida hay que hacer tres cosas: escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo".

Cualquier ideología o filosofía que no tuviese en cuenta estos dos instintos en el ser humano, habría de ser considerada como contra natura.

Así, por ejemplo, la Iglesia considera que alguien que ponga fin a su vida por medio del suicidio, no debe considerarse, meramente por ese acto, condenado, ya que haber perdido el instinto primario de conservación es algo patológico y no debe, por tanto, ser mensurable como una acción libre y consciente. 

Sabemos que esto no siempre fue así, y en tiempos no muy lejanos, esa misma Iglesia, no permitía el entierro de un suicidado en lugar sagrado, porque consideraba un gravísimo pecado mortal acabar con la vida propia... en las veces que he tenido que presidir un funeral de esas características, he afirmado en la homilía, para consuelo de las familias afectadas por un drama de esa envergadura, que el Amor de Dios es infinitamente más grande que la desesperación humana...

Volviendo al tema que nos ocupa, sería aberrante pretender construir una existencia humana, que no tuviera en cuenta estas necesidades instintivas del ser humano... Pero el ser humano, que es animal, pero es animal racional, no sólo puede, sino que debe, vivir por encima de esos instintos, evitando dejarse atrapar por sus más bajas pasiones.

El ser humano está capacitado para alcanzar su fin primario de conservación de una manera serena y pacífica. Y es que si dejara que estos instintos llevasen el mando de su vida y diera rienda suelta a sus deseos, haría verdad lo que Hobbes afirmó con su famosa sentencia: "el ser humano es un lobo para el hombre".

El Evangelio de este Domingo que nos relata el episodio de la multiplicación de los panes y los peces, es la propuesta de Dios para vivir una existencia auténticamente humana: Dios tiene en cuenta los instintos naturales del ser humano, pero los sublima y los orienta, reconduciéndolos para alcanzar una plena realización del ser humano.

La supervivencia y la reproducción solo tienen sentido plenamente humano cuando son enfocados desde la generosidad que es capaz de compartir incluso lo poco que se tiene, desde la certeza de que todo es regalo de Dios. Desde la fe en Cristo Jesús, la vida no es un "sálvese quién pueda", sino un "Dadles vosotros de comer".

La escena evangélica de este evocador milagro, ilumina nuestros instintos para que éstos, con la ayuda de Dios, nos hagan reflejos de Él, ya que por la fe, somos, no meros animales, más o menos racionales, sino seres humanos creados a su imagen y semejanza. Seres humanos capaces de seguir reproduciendo, aquí y ahora, ese mismo milagro de la multiplicación de los panes y los peces, en un mundo hambriento, más que nunca, de Dios y de sentido.


Luis Salado de la Riva


PD. Concluyo, ahora sí, esta serie de publicaciones y envíos que desde que comenzó este tiempo de pandemia he tratado de compartir con todos vosotros a quienes quiero y llevo en el corazón. En este mes de Agosto, trataremos de tener unos días de descanso, que aunque no me aparten de Dios, me llevarán a emprender tareas que no puedo hacer en otra época del año. Cuando volvamos en Septiembre y si Dios y la pandemia quieren, podamos retomar nuestra vida con "normalidad", os seguiré esperando en la Eucaristía de mi Parroquia de Santa María Madre de la Iglesia.

Un abrazo en el Señor a todos. Y que Dios os bendiga siempre.

sábado, 25 de julio de 2020

Homilía Domingo 17 Tiempo Ordinario Ciclo A

¿Quién no ha soñado alguna vez con que le pase lo que nos relata la lectura del Libro de los Reyes que le pasó a Salomón?: Todo un Dios diciéndote: "Pídeme lo que quieras"

Te invito hoy a que antes de pensar o decir nada, dediques cinco minutos a meditar qué le habrías contestado a Dios. 

Piénsalo a fondo, porque no es una respuesta baladí, de la manera que respondas a esa cuestión te estarás radiografiando. 

En un porcentaje muy elevado, estoy seguro que muchos de nosotros, a bote pronto, pensaríamos en nosotros mismos y en nuestros seres queridos para que no nos/les faltase/n ninguna de las necesidades básicas que este mundo nos ofrece: salud, sustento económico, descanso, placer, poder...

La primera lectura nos relata lo que contestó Salomón a esa propuesta. 

Quizás, sin haber tenido la suerte de haber conocido el Evangelio, captó de una manera prodigiosa que Dios es un tesoro escondido, y que por encima de las "necesidades" de este mundo, hay algo o Alguien que sí que es verdaderamente imprescindible para nuestras vidas.

O dicho en palabras de San Pablo: "A nada le concedo valor, si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a Él". (Flp 3, 8).

Si estamos convencidos de que, aunque sea un tesoro escondido, no hay valor mayor que poseer a Cristo... si estás en Misa este Domingo... e incluso a punto de recibirlo en Sagrada Comunión... a lo mejor va a resultar que esa propuesta que recibió Salomón, y que tanto él como San Pablo hicieron vida, no está tan lejana a la que hoy Dios te propone:

"Pídeme lo que quieras... si me eliges, te resuelvo la vida"

Luis Salado de la Riva