lunes, 31 de julio de 2023

París bien vale una Misa

Esta frase se atribuye a Enrique III de Navarra, quien a pesar de ser bautizado como católico fue educado en la fe reformada-calvinista, concretamente en la rama de los hugonotes. En una época donde el límite entre política y religión era casi inexistente, para poder acceder al trono de Francia -tras la muerte de su homónimo Enrique III de Franciase le exigió abjurar de su fe hugonota (practicada por apenas el 10% de la población) y volver al catolicismo, la religión mayoritaria del país. No se lo pensó dos veces. El 27 de febrero de 1594 era coronado como Enrique IV de Francia en la Catedral de Chartres. Desde ese mismo día se le atribuye la frase "París bien vale una Misa", reinando en el trono de Francia hasta que fue asesinado el 14 de mayo de 1610.

Valga esta introducción histórica para decir que por primera vez en mi vida he estado en París, la segunda ciudad europea con más turistas, solo superada por Londres y por delante de Roma. Yo a nivel personal me quedo -con mucha diferencia- con esta última, pero reconozco que no soy nada imparcial al haber vivido dos años en la Ciudad Eterna. Para mí la capital gala debería ocpar el último lugar en ese podium, pero insisto que son opiniones personales bastante condicionadas por mi historia personal. 

Vamos al recorrido. Más allá de hacerme las típicas fotos con la Torre Eiffel, la Mona Lisa o los Campos Elíseos (que quedan para mi intimidad) me he tomado este viaje como una búsqueda de las raíces cristianas de una de las capitales más importantes de Europa, que es lo que quiero compartir con vosotros. Sé que no he podido ver todos los lugares emblemáticos de París, y que muchas iglesias y obras religiosas se me habrán escapado por desconocimiento del terreno, pero al menos he sacado una buena colección que quiero inmortalizar en esta entrada. Me voy con la pena de no poder ver la Catedral de Notre Dame más allá de la fachada, pero aún hay que esperar unos meses a que vuelva a reabrir su interior tras el incendio que sufrió en 2019. Un motivo importante para inentar volver en otra ocasión.  

Así es que sin posibilidad de visitar Notre Dame, la Iglesia más destacable es la Basílica del Sagrado Corazón en la la loma de Montmartre (Monte de los mártires). Está ubicada en el lugar donde supuestamente fue decapitado San Dionisio, el primer obispo de París (s. III). Hay que subir muchas escaleras y hacer algo de ejercicio físico, eso sí, antes de quedar maravillado por unas vistas maravillosas de la ciudad. El templo en sí es bastante reciente (1885), construido en piedra blanca que la hace resaltar sobre el paisaje.


El interior es muy bonito, con una imagen-mosaico de Cristo en su advocación del Sagrado Corazón que acoge al visitante con sus brazos abiertos. Desde hace 125 años, esta iglesia es un lugar de adoración perpetua a la Eucaristía las 24 horas del día los 365 días del año, aunque el templo está abierto al público solo de 06:00 a 22:30. Para permanecer el resto de horas en adoración es necesario inscribirse previamente. 


En las capillas laterales encontramos imágenes de cuatro de los pilares fundamentales de la fe en Francia:

Saint Denis (San Dionisio de París). Llegó a Francia hacia el 250 o 270 desde Italia con seis compañeros con el fin de evangelizarla. Fue el primer obispo de París y es llamado el "apóstol de las Galias". Fue martirizado en el año 272, junto a sus compañeros Rústico y Eleuterio, durante la persecución de Aureliano. Cuenta la leyenda que tras ser decapitado, Dionisio caminó seis kilómetros con su cabeza bajo el brazo hasta llegar a un lugar en el que entregó su cabeza a una piadosa mujer descendiente de la nobleza romana, llamada Casulla, y después se desplomó. En ese punto se encuentra en la actualidad la Iglesia de Saint Denis


Santa Teresa del niño Jesús (o Teresa de Lisieux): fue una santa religiosa, declarada doctora por la Iglesia. Pertenció al monasterio de las Carmelitas Descalzas y murió muy joven, con solo 25 años. Destacó por su sencillez y a pesar de su corta vida es patrona de las misiones, ya que su deseo siempre fue el de ser misionera, aunque no pudo cumplirlo debido a su delicada salud. En este Blog comenté en su día la película Therese, que narra al completo su biografía. 
La Virgen María. Me sorprendió que en esta iglesia su figura principal sea con el niño Jesús en brazos, y no como la Virgen de Lourdes. Entiendo que en otras iglesias estará presente la advocación más internacional francesa, pero en esta no encontré ninguna representación escultórica ni pictórica suya. 
El Arcángel San Miguel (patrón de la Orden Militar de Francia). En la Biblia aparece en el Libro de Daniel, en la Carta de Judas y en el Apocalipsis como el defensor de los intereses divinos ante la rebelión de los ángeles caídos y como el que traerá la victoria de Dios al final de los tiempos. San Miguel es una constante que se repite en todas las iglesias de Francia, un país que -como todos los europeos- desarrolló una pontente angeología en escultura y pintura a lo largo de todo el medioevo. 


Tras Montmartre visité el Panteón ubicado en el barrio latino, lugar de enterramiento de diversas personalidades francesas como Rousseau, Voltaire, Víctor Hugo, Zola, Braille, Monnet, Dumas o el matrimonio Curie. Siendo en un principio un lugar religioso (lugar de enterramiento de Santa Genoveva, patrona de Francia) posteriormente fue transformado en lugar de homenaje "Aux grands hommes la patrie reconnaissante" («A los grandes hombres, la patria agradecida») como se puede leer en su fachada. Con el transcurso de los años se ha eliminado la cruz que remataba la cúpula y se ha sustituido un altar cristiano por otro altar republicano. 

A pesar de la supresión de muchos elementos decorativos religiosos, aún se conservan algunos, como este que se repite en las galerias de enterramientos: El Crismón. Como se puede ver, la parte central está compuesta por la intersección de  las dos primeras letras del nombre de Cristo en griego: Χριστός (el ungido). A ambos extremos están el Alfa y la Omega, la primera y última letra del alfabeto griego. "το Αλφα και το Ωμέγα" quería decir "El primero y el último" en referencia a Jesucristo, nombrado así en el libro del Apocalipsis.


El edificio está presidido por el fresco de Hébert "Cristo enseñando al ángel de la guardia de Francia los destinos de la patria". En ella están representados, de izquierda a derecha: Santa Juana de Arco, Santa Genoveva, Jesucristo, El arcángel San Miguel y París. Esta última, arrodillada en actitud de recibir la bendición, representa a la ciudad que es puesta bajo la protección de los otros cuatro personajes.

Fuente de San Miguel. Sin salir del Barrio latino -es más, en su corazón- se puede ver esta obra escultórica de 26 metros de altura dedicada al Arcángel San Miguel, como deciamos antes omnipresente en la iconografía religiosa francesa. El conjunto representa a San Miguel, espada en mano, quien aparece sometiendo al Demonio. Se simboliza con ello la lucha del Bien y del Mal. Encima de cada columna aparece una estatua de bronce que representa a cada una de las cuatro virtudes cardinales: la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. El objetivo de la fuente era el de ocultar una fachada antiestética sobre la que quedaba apoyada.
De allí encaminé mis pasos hacia el Museo del Louvre. Reconozco que es difícil resaltar únicamente unas cuantas imágenes religiosas de todo lo que pude contemplar, pero yo voy a quedarme con estas tres:

1. Comienzo por mi herido orgullo patrio. La Inmaculada Concepción de Murillo. Robada por los franceses (como el 80% del Louvre) en este caso a la iglesia de Santa María la Blanca de Sevilla durante la Guerra de la Independencia contra los franceses (1810-12). Afortunadamente no tiene la calidad de la Inmaculada del Museo del Prado, pero lo cierto es que esta bella obra del pintor sevillano se haya en una galeria junto a otros 5 murillos, todos ellos saqueados de la capital hispalense

2. San Francico recibiendo los estigmas, de Giotto di Bondone. Retablo del siglo XIII expoliado a una iglesia franciscana de Pisa. Debajo y en pequeño se pueden apreciar otros tres momentos de la vida del santo: El sueño de Inocencio III, La aprobación de la regla y San Francisco predicando a los pájaros. La escena principal representa el momento en que San Francisco vio  a un serafín volando con seis alas, con sus brazos extendidos y los pies juntos, atado a una cruz. En ese mismo momento San Francisco sufre los estigmas de Cristo en pies y manos, símbolo de la presencia divina, lo que confiere al santo una alegría enorme pues se hallaba en ese momento en una profunda crisis espiritual al tiempo que un evidente deterioro físico. 

3. San Miguel derrota a Satanás, de Rafael Sancio. La obra, un encargo de Lorenzo de Médici representa el momento en el que San Miguel lucha y derrota a Satanás, el diablo. En este caso la obra fue regalada por el papa León X al rey francés Francisco I a cambio de la defensa de los derechos de la Iglesia en territorio galo. La escena representa el momento en que San Miguel aparece pisoteando a Satanás, al tiempo que clava su lanza en la espalda del diablo. 
Tras la obligada visita al Louvre tocó el turno al no menos típico paseo desde el Museo hasta los Campos Elíseos. En ese trayecto, en el Jardín de las Tullerías hay de nuevo un buen puñado de esculturas religiosas de las que destaco estas dos que me impactaron sobremanera:

1. Henri Vidal: "Caín acaba de matar a su hermano Abel". Escultura que recoge el remordimiento producido en el personaje bíblico tras el primer homicio en la tierra según recoge el libro del Génesis. Representa a un Caín completamente desnudo y abatido, del que no podemos ver su rostro pues lo oculta tras su brazo derecho. Parece en movimiento, acercándose al espectador, lo que le confiere a la obra una sensación de realismo que impresiona. Psicológicamente expone el dolor por el pecado y la incapacidad de volver el tiempo atrás. Una vez realizado el acto homicida no hay vuelta atrás, el remordimiento y la angustia se han apoderado de Caín.  

2. François-Léon Sicard: "El buen samaritano". Este impresionante conjunto escultórico formado por dos personas recoge el momento en el que el buen samaritano atiende al viandante asaltado por el camino como nos cuenta Jesucristo según su parábola del Evangelio de San Lucas 10, 25-37: "Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él". La imagen capta el justo momento en el que el samaritano coge en peso el cuerpo dolorido del herido, mostrando el esfuerzo del primero y el sufrimiento del segundo de una manera dramática. 
Sé que me faltaron muchas iglesias e imágenes que ver. Si Dios quiere, y cuando Notre Dame vuelva a estar abierto al público, este post tendrá una segunda parte para completarlo....

lunes, 24 de julio de 2023

La duda (Doubt, EE.UU., 2008)

He vuelto a ver -y disfrutar- esta gran película basada en la obra de teatro de John Patrick Shanley, quien al mismo tiempo fue guionista y director del film. Tanto su título como su slogan publicitario son muy sugerentes: "No hay evidencia. No hay testigos. Pero para alguien, no hay duda". El reparto es de auténtico lujo con un cara a cara entre Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman, bien secundados por Amy Adams; mientras que la música de Howard Shore enmarca de manera colosal una obra que se hizo acreedora de cinco nominaciones a los Oscar

El argumento se sitúa en el Bronx en 1964, un año antes del Concilio Vaticano II, momento en el que comienza a vislumbrarse un proceso de cambio y de modernización en la Iglesia Católica. El padre Flynn (Seymour Hoffman) llega a la Parroquia e intenta implantar varios cambios, incluyendo el Colegio de las Hermanas de la Caridad dirigido por la hermana Aloysius Beauvier (Meryl Streep) para quien la tradición y la disciplina deben ser mantenidas a toda costa. La hermana James (Amy Adams) cree que el padre Flynn pasa demasiado tiempo con un menor, Donald, lo que da pie a que la superiora tenga una excusa para intentar expulsar a Flynn del colegio y de la parroquia.

Con el telón de fondo de este argumento se producen conversaciones -y homilías- que aluden a la integridad moral, la murmuración, la tradición en la Iglesia, y -por encima de todo- la duda como recurso intuitivo para juzgar a alguien. Ello da pie a extensísimas conversaciones que suelen ser  inusuales en la gran pantalla y más propias del teatro del que procede la idea original. La brillantez del tema radica en que, sin pronunciar una sola vez las palabras homosexual, pedofilia, abuso... las conversaciones pueden tener siempre varias lecturas de este tipo, por lo que cada espectador ve -o cree ver- el origen de los temores de las hermanas y lo que el sacerdote oculta -o no-. Pero siempre permaneciendo la duda de si de lo que se habla es real o solo está en la imaginación mental de sus personajes. 

A nivel espiritual son muy interesantes dos homilías del Padre Flynn, una sobre la relación entre duda y fe y otra sobre la calumnia. Copio ambas porqué no tienen desperdicio:

Padre Brendan Flynn: "Quiero contarles una historia. Una noche se hundió un carguero. Se incendió y se hundió. Y sólo un marinero sobrevivió. Encontró un bote salvavidas, aparejó una vela... y siendo de disciplina náutica... volvió sus ojos al Cielo y leyó las estrellas. Puso rumbo a su hogar y, exhausto, se durmió. Llegaron las nubes. Y durante las siguientes veinte noches, ya no pudo ver las estrellas. Pensó que seguía su rumbo, pero no había forma de estar seguro. Y a medida que pasaban los días, y el marinero se consumía.., empezó a tener dudas. ¿Había fijado bien su rumbo? ¿Seguía avanzando hacia su hogar? ¿O estaba horriblemente perdido y condenado a una muerte terrible? No había forma de saberlo. El mensaje de las constelaciones... ¿lo había imaginado debido a su circunstancia desesperada? O había visto la verdad una vez y ahora tenía que aferrarse a ella sin más reafirmación? Hay algunos de ustedes en la iglesia hoy que conocen exactamente la crisis de fe que describo. Y quiero decirles: La duda puede ser un vínculo tan poderoso y sustentador como la certeza. Cuando estás perdido, no estás solo. En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén".

Padre Brendan Flynn: "Una mujer estaba cotilleando con su amiga sobre un hombre al que apenas conocían - sé que ninguno de ustedes ha hecho esto alguna vez-. Aquella noche tuvo un sueño: una gran mano aparecía sobre ella y la señalaba con el dedo. Inmediatamente le invadió un abrumador sentimiento de culpa. Al día siguiente se confesó. Buscó al viejo párroco, el padre O'Rourke, y le contó todo. ¿Es pecado chismorrear?", le preguntó al anciano. ¿Era la mano de Dios Todopoderoso la que me señalaba? ¿Debo pedirle la absolución? Padre, ¿he hecho algo malo?" "Sí", le respondió el padre O'Rourke. Sí, mujer ignorante y mal educada. Has levantado falso testimonio sobre tu vecino. Has jugado con su reputación y deberías avergonzarte". Entonces, la mujer dijo que lo sentía y pidió perdón. No tan rápido', dijo O'Rourke. Quiero que te vayas a casa, cojas una almohada, la abras con un cuchillo y vuelvas a verme'. Así que la mujer se fue a casa, cogió una almohada de la cama y un cuchillo del cajón, subió por la escalera de incendios hasta el tejado y apuñaló la almohada. Luego volvió a ver al viejo párroco, como se le había ordenado. "¿Destripaste la almohada con un cuchillo?", le dijo. Sí, padre. ¿Y cuál fue el resultado?' 'Plumas', dijo ella. "¿Plumas?", repitió él. Plumas; por todas partes, padre. Ahora quiero que vuelvas y recojas hasta la última pluma que voló al viento. No sé adónde han ido. El viento se las llevó todas". "Y eso", dijo el padre O'Rourke, "son las habladurías" En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén". 

Respecto a las conversaciones entre los protagonistas, creo que algunas merecen la pena ser subrayadas.
Destaco tres entre los dos protagonistas principales, que son las que siembran la duda en el espectador. Como decía antes, sin nombrar ningún pecado concreto pero hablando en "clave" de que algo ha pasado:

Hermana Aloysius Beauvier: "¿Qué pasó en la rectoría?"
Padre Brendan Flynn: "¿Qué pasó? No pasó nada. Tuve una charla con un chico"
H.A.B.: "¿Sobre qué?"
P.B.F.: "Un asunto privado"
H.A.B.: "Tiene doce años, ¿qué puede ser "privado"?"

P.B.F.: "¡Tiene que parar esta campaña contra mí!"
H.A.B.: "Puede usted pararla en cualquier momento"
P.B.F.: "¿Cómo?"
H.A.B.: "Confiese y dimita"
P.B.F.: "¡Intenta destruir mi reputación! Pero el resultado de todo esto va a ser su suspensión, no la mía! "
H.A.B.: "¿Qué hace en esta escuela?"
P.B.F.: "Estoy tratando de hacer el bien"
H.A.B.: "O incluso más, ¿qué está haciendo en en el sacerdocio"
P.B.F.: "Tú simplemente retrasas el avance de esta escuela y esta parroquia"
H.A.B.: "¡De qué!"
P.B.F.: "Educación progresiva y una Iglesia acogedora"
H.A.B.: "No me puede distraer Padre Flynn. esto no es sobre mi comportamiento, se trata del suyo"
P.B.F.: "Se trata de sus sospechas infundadas"
H.A.B.: "Así es, tengo mis sospechas"

P.B.F.:  ¡Usted no tiene la menor prueba de nada!
H.A.B.: ¡Pero tengo mi certeza! Y armada con eso, iré a su última parroquia, y a la anterior si es necesario. Encontraré a un padre...

Las otras tres conversaciones que he seleccionado son entre las dos hermanas, que no hacen sino aumentar la sensación de duda. Nada esta claro en este film... La última de ellas es el diálogo final de la película:

Hermana James: "¿Cómo puede estar tan segura de que miente?"
Hermana Aloysius Beauvier: "Experiencia".
H.J.: "¡Simplemente no le gusta! No le gusta que use bolígrafo. No le gusta que tome tres terrones de azúcar en su té. ¿No te gusta que le guste Frosty el muñeco de nieve y dejas que eso te convenza? De algo que es terrible... Simplemente terrible..."

H.J.: "No creo que el Padre Flynn hiciera nada malo".

H.A.: "Hermana James..."
H.J.: "¿Qué pasa, Hermana?"
H.A.: (llorando) "Tengo dudas. Tengo muchas dudas".

Se trata, como no podía ser de otra forma, de un final abierto, en el que el espectador debe decidir el final. ¿Era el Padre Flynn inocente o culpable? Cada uno puede pensar lo que quiera, ya que ambas posturas tienen cabida y el espectador debe dejarse llevar por su intuición para resolver la cuestión. 

Por último, un apunte que como amante de la música de Taizé me ha llamado poderosamente la atención. La película está ambientada en 1964. En una de las escenas el coro canta el "Ubi Caritas" compuesto en 1979 por Jacques Berthier. Un flagrante anacronismo que no empaña una película sublime, de obligado visionado y posterior reflexión, dado que aporta material para que se piense en ella mucho tiempo después de que finalicen los títulos de crédito.

lunes, 17 de julio de 2023

Teresa, la película (España, 2015)

Teresa, la película es el ridículo homenaje del Cine Español a una de las más grandes santas de la historia, estrenada  en la conmemoración del quinto centenario de su nacimiento. En realidad ni siquiera es un largometraje, sino una producción de Televisión Española no destinada a la las salas de cine sino a ser emitida directamente en la cadena nacional. Digo "ridículo" no por la calidad del producto (bastante aceptable), sino porque pienso que dicha efeméride debió haber tenido una mayor repercusión mediática, debiendo haber gozado a su vez de un mayor presupuesto y haber llegado al menos a la gran pantalla. A pesar de estar en el gobierno por aquella época con mayoría absoluta el PP de Mariano Rajoy, bien es sabido que en este país -otrora defensor de la fe católica- la industria cinematográfica es casi en su totalidad un coto privado de la izquierda en la que, por supuesto, no tienen cabida los homenajes a los muchos y grandes santos que ha dado la Iglesia española. 

Al menos -y como consuelo menor- es en parte un desagravio al polémico film ya comentado en este Blog Teresa, el Cuerpo de Cristo (2007), largometraje subvencionado (este sí) por el gobierno de Zapatero y cuyo visionado únicamente provoca repulsión y rechazo a la vida de la santa. 

En el apartado técnico se contó con Jorge Dorado, experto en producciones para televisión y con un único largometraje a sus espaldas, para la dirección. El reparto es encabezado por Carla Díaz (por aquel entonces 17 años) dando vida a la adolescente Teresa. Para el papel de la santa en su edad madura la escogida fue Marian Álvarez, quien sí tenía ya experiencia en el mundo del Cine e incluso había ganado un Goya un par de años antes por su actuación en "La herida". Para contar con un "gancho" comercial se incluyeron en el reparto nombres más consagrado del Cine patrio, como Terele Pávez (priora), Antonio de la Torre (Martín Fernando de Valdés) o Aitana Sánchez-Gijón (en el corto papel de Doña Jimena). Completaron el elenco David Luque (Rodrigo Salazar) y Savitri Ceballos (Doña Guiomar de Ulloacomo personajes corales.

Vestuario, decorados y música los justos, sin alardes ni excesos por el bajo presupuesto antes mencionado. Las interpretaciones son convincentes sin llegar a ser portentosas, alguna que otra vez el lenguaje poético y el uso del castellano antiguo juegan una mala pasada a los intérpretes, restando algo de credibilidad a las actuaciones. La cronología que se describe es inexacta, parte de la historia narrada (especialmente sus problemas con la Inquisición) no sucedieron como cuenta el film, pero a cambio, la historia es entretenida y ágil. 

El argumento narra la biografía de Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, conocida como Santa Teresa de Jesús o de Ávila (1515​-1582) monja fundadora de la Orden de las Carmelitas DescalzasLa vida de Santa Teresa se acota en este film desde su entrada como estudiante en el Convento de la Encarnación (1531) hasta la fundación del Convento de San José (1562). Su vida y su obra fueron mucho más extensas de lo que abarca este periodo. Hablamos de una mujer que no solo alcanzó la santidad sino a quien en 1970 Pablo VI proclamó Doctora de la Iglesia Católica junto a la italiana Santa Catalina de Siena; una lista a la que únicamente se han añadido posteriormente dos mujeres más, la polaca Santa Edith Stein y la francesa Santa Teresa de Lisieux o del Niño Jesús. Ni que decir tiene que las otras Doctoras de la Iglesia sí cuentan ya a estas alturas con un film relevante en sus respectivos países. De hecho, aquí ya he comentado la francesa Therese y espero en algún momento poder visualizar y comentar las otras dos. 

El film no tiene un orden cronológico, ya que el hilo conductor es doble. En este sentido, el enfoque tampoco es muy original, puesto que es similar a otras películas religiosas españolas como Encontrarás Dragones o Luz de Soledad. En todas ellas la trama comienza y se ambienta en el presente. En este caso a través de Teresa, una joven enfermiza, estudiante de Bachillerato de un instituto de Ávila que sufre bullying por parte de sus compañeros y acaba de perder a su madre. Además de por el nombre de pila, todos estos elementos parecidos encuentran un punto de conexión con la historia de la SantaSanta Teresa de Ávila también perdió a su madre cuando tenía catorce años, sufrió el acoso de la Inquisición padeció durante su vida frecuentes desmayos, problemas cardíacos y otros trastornos físico-psíquicos. Volviendo a la trama, la profesora de Literatura de la joven Teresa le presta "El libro de la vida" de Santa Teresa, para que lo lea como consuelo, ya que la ve despistada en sus clases. Encerrada por sus compañeros en el laboratorio del instituto (sin cobertura en el móvil, vaya casualidad...), lo lee de cabo a rabo, para que el espectador vaya contemplando a través de su lectura la vida de Santa Teresa. Los paralelismos entre ambas sí me parecen muy acertados y aporan una dosis de intriga y acción a la trama, que además consigue "enganchar" de esta manera a todo tipo de público, no solo al religioso.

No obstante, lo cierto es que con dos tramas paralelas y en apenas 100 minutos se antoja complicado resumir la vida de una mujer tan colosal, si bien es cierto que como pimer acercamiento a su figura está bastante logrado. Bien interpretada en general por los actores, con juegos de palabras y un castellano antiguo pero comprensible, ambas tramas fluyen veloces y entretienen al tiempo que se conocen algunos aspectos de la vida de la santa. Siendo hija de Alonso Sánchez de Cepeda, un comerciante de origen judío converso debe ingresar en el convento como "Doña" (casadera) hasta que su padre le dió la dote económica y pudo convertirse en monja. En ese trayecto va evolucionando interiomente hacía un "Camino de perfección" a través del ayuno, la penitencia y la oración. Ello provoca el recelo y la envidia de su priora y la investigación por parte de los inquisidores dominicos. Las frases y acciones de Teresa se van sucediendo rápidamente, sin apenas tiempo para que el espectador las asimile. 

En el Convento de la Encarnación -primero- y posteriormente en casa de Guiomar de Ulloa escribe libros y poesía cristiana al mismo tiempo que va poniendo en marcha un plan de reforma de los conventos carmelitas, reclamando mayor austeridad, pobreza y una verdadera clausura que consideraba los pilares del auténtico espíritu de la Orden Carmelita. El ser mujer y el contexto herético en el que se desarrolló su vida (la época de la Reforma) le trajo no pocos problemas con la Santa Inquisición. Estos problemas, sin embargo, no tuvieron lugar en los años que relata el film, sino que fueron mucho más posteriores, entre 1575 y 1580. Será en ese periodo cuando un sacerdote la llame "fémina inquieta y andariega". Tampoco fue sometida a ningún juicio presencial en el que se la llamase así como relata el film, aunque es cierto que estos cambios sirven para aportar una dosis de thriller a la trama.  

Su figura en el aspecto humano es una reivindicación del verdadero feminismo, pues sin asistir a la escuela (reservada para los varones) su madre le había enseñado a leer y escribir, convirtiéndose desde joven en una ávida lectora y posteriormente en una consagrada escritora. Su constancia, tesón, incorformismo, fe, espíritu de superación y de lucha, así como su fidelidad a sus principios y a la Iglesia hacen que su figura emerja portentosa en una sociedad y una iglesia dominada por hombres.

Su afición al ajedrez, su facilidad para las rimas, sus sueños premonitorios (como el de ser despedazada y enterrada en múltiples lugares, cosa que sucedió con sus reliquias) y los éxtasis y la levitación durante la oración son todos tocados de pasada y al menos planteados para que al espectador le entren ganas de profundizar en su vida y escritos.

Lo mismo sucede con sus famosas frases y poemas. Son mencionados algunos de ellos, casi siempre de manera inconclusa y como parte de conversaciones con el resto de hermanas. Algunos de ellos son:

"Nada te turbe, nada te espante todo se pasa,
Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza,
quien a Dios tiene nada le falta sólo Dios basta".

"Ya toda me entregué y di y de tal suerte he trocado, que es mi amado para mí, y yo soy para mi amado....".

"Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero".

“También entre los pucheros anda el Señor” (Fundaciones 5,8).

Un dato más. La historia narrada sobre "El libro de la vida" es cierta también pero solo en parte. Hacia 1580 su confesor, el dominico Diego de Yanguas, le dijo que quemase la obra y todas sus copias porque era susceptible de ser condenada por la Inquisición. Ese año el libro fue requisado pero existían ya muchas copias. En 1586 el original fue devuelto al Convento hasta día de hoy, que se encuentra en la Real Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Dado que la Santa no le puso ningún nombre, en la portada se puede leer: "Vida de la Madre Teresa de Jesús, escrita de su misma mano, con una aprobación del padre M. fr. Domingo Báñez, su confesor y catedrático de prima en Salamanca"

Y un último apunte para terminar. Aunque no está en la película, me gusta mucho esta definición que la santa hace de sí misma: 

"Sabed, padre, que en mi juventud me dirigían tres clases de cumplidos; decían que era inteligente, que era santa y que era hermosa; en cuanto a hermosa, a la vista está; en cuanto a discreta, nunca me tuve por boba; en cuanto a santa, solo Dios lo sabe".

lunes, 10 de julio de 2023

Vivo (España, 2021)

El docufilm Vivo que hoy comento es la opera prima de Jorge Pareja Trigo, alias "Justin". En 80 minutos de entrevistas e imágenes espirituales se intenta describir la conversión de cinco personas alejadas de la fe y que conocieron en algún momento de sus vidas a Jesucristo a través de la Adoración Eucarística y del movimiento eclesial "Hakuna".  

Como es habitual en este tipo de produciones, no deja indiferente a nadie. En el momento de escribir este post, la cinta tiene 7 comentarios en Filmaffinity, la página de referencia del Cine en España. 4 tienen una calificación de "Sobresaliente" y 3 de "Suspenso". Yo soy el único que he tirado por el camino de en medio con un 6, "Interesante". Intentaré en estas líneas justificar esa puntuación. 

Bajo mi punto de vista y para intentar ser ecuánime, creo que el documental merece un análisis doble, primero a nivel técnico y posteriormente a nivel espiritual. Vamos a desmenuzarlo un poco en ambos aspectos.

En el apartado técnico tenemos una dirección sobria, innovadora, fresca y que engancha desde el principio hasta el final. El guión está bien entrelazado (al principio cuesta seguir el orden de las historias, pero a los diez minutos todo encaja) y la fotografía es bastante impactante, con una mezcla de primeros planos, bellas imágenes de Madrid y Calcuta así como bellos momentos de oscuridad en las escenas de los interiores de las iglesias. En algunos personajes el lenguaje utilizado es coloquial y natural (por ejemplo en Carlos y especialmente en Jaime) mientras que en otros se ve algo más artificial y guionizado (Andrea, Antonio-Sonsoles y el sacerdote). Ni que decir tiene que ninguno de ellos son actores profesionales, lo que confiere un plus de veracidad a la cinta, pues sus intervenciones son convincentes, sentidas y auténticas en todo momento. Es muy meritorio contar delante de una cámara interioridades de tu vida, en muchos casos de los momentos existencialmente más complicados y dolorosos, lo que hace que en muchas escenas sus protagonistas se emocionen, momentos bien seleccionados y recogidos con maestría por el director. 

A nivel musical no hay mucho que destacar, pues la película carece casi al completo de acompañamiento, que se reserva para los momentos de la Adoración del final y la ecografía de Sonsoles, destacado como un latido profundo, constante y fuerte que insufla vida y amor. 

Poco más se puede decir de este apartado, así que paso al espiritual, donde lo primero que hay que señalar es que no es para nada tarea sencilla hablar de algo invisible y espiritual, es más, es prácticamente imposible. Ni siquiera los grandes místicos como Santa Teresa de Ávila o San Juan de la Cruz consiguieron hablar de lo inefable y transmitir sus experiencias místicas de otra manera que no fuera la poética, por lo que se parte de la premisa de que describir una experiencia mística es tarea ardua. Solo el intento de hacerlo hace que el docufilm sea interesante, dirigido para todo tipo de públicos, si bien es cierto que el espectador creyente puede comprender e intuir ciertos aspectos que al ateo o al agnóstico se le escaparán por completo, aunque a buen seguro sembrará en ellos una duda razonable: ¿Están todas estas personas locas o verdaderamente hay algo más que lo tangible y lo palpable?... Creo que la respuesta a esta pregunta llega al final del documental, en el que coincidiendo con los títulos de crédito vemos el desenlace final de las vidas de sus protagonistas. No hago spoiler (de momento) pero adelanto que nadie entrega su vida por algo que no merezca la pena y que haya calado hondo en su corazón, así que, como dice Jesucristo y recoge San Lucas "por sus frutos lo conoceréis..." (6,43). Una frase contraria, desgraciadamente, a lo que se puede aplicar a Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo, quien tras tener varios hijos y abusar sexualmente de varios seminaristas no tuvo los arrojos suficientes como para colgar la sotana. No soy yo quién para juzgarlo -solo a Dios le corresponde esa tarea- pero creo justo resaltar que en su caso realizó una encomiable labor pastoraly muy fructífera a pesar de tener una moralidad personal más que discutible en el mejor de los casos y delictiva en el peor de los mismos.

Precisamente, la parte que menos me ha gustado y que hace que no califique a este film con una nota mayor es el excesivo proselitismo del movimiento Hakuna, de los Legionarios de Cristo y del Opus Dei. Es cierto que los protagonistas han conocido a través de ellos el mensaje de salvación, pero da la impresión de que fuera de estas experiencias y movimientos no hay auténtica fe. Como todos los neoconversos, los protagonistas radicalizan sus vidas y utilizan un lenguaje estereotipado propio de esos ambientes eclesiásticos, tufillo que se huele a distancia. Bastan 5 minutos de conversación con un neocatecumenal o con un miembro de Hakuna, por ejemplo, para escuchar sus respectivos mantras y saber diferenciar a uno de otro. Respecto al film, un poco de proselitismo y apologética es "justo y necesario", pero 80 minutos pueden llegar a empalagar. Jaime es la excepción a ello y el testimonio más fresco y verosímil en este sentido. 

Paso a continuación a analizar ahora a cada personaje, no con el objetivo de juzgarlos, sino para ofrecer pistas de visionado a un espectador que no termine de comprender sus historias ni el porqué de presentarlas todas juntas. Que conste -como he dicho anteriormente- que parto de la admiración profunda de personas que dan un testimonio público de su fe y que en su gran mayoría han realizado un cambio existencial en sus vidas para mejor, encontrando un sentido más profundo a sus existencias. Envidio sanamente sus experiencias profundas y la valentía para reconducir sus vidas a donde Dios los mande. Dicho queda y esta es la idea principal. Lo que sigue a continuación son matices de mi visionado: 

1. Carlos. Representa al buscador intelectual de la fe. El hombre de estudios, mezcla de medicina (ciencia) y filosofía (se presenta como cartesiano y niestzscheano, algo bastante peculiar, por cierto). Habla de forma atropellada y a veces ininteligible, todo lo contrario de la paz que dice haber encontrado. Era un ateo, hijo de padres ateos, cuyo único referente religioso era su abuela del pueblo. En su presentación se realiza un guiño al colectivo LGTBI para que todo el mundo se sienta acogido en el movimiento. Termina no sólo conviertiéndose a la fe sino ingresando en un seminario. En su discurso es frío, racional y convincente. Emociona de forma especial el testimonio de su padre.

2. Andrea. Su experiencia vital de ruptura con la vida es el más impactante, ya que descubrimos que su novio murió en un accidente cuando ella tenía 18 años. La barcelonesa representa por ello a todos los que han atravesado un duelo difícil de superar. Conoció a una amiga de la universidad que sin forzarla la invitó a las Horas Santas de Hakuna y ahí cambió su vida. Hablando es quizás la más artificial, no le percibo excesiva frescura aunque la intenta aparentar en todo momento. Su amiga no participa apenas y es una pena, podía haber sido un testimonio interesante. 

3. Jaime. El sevillano representa a todo adolescente inquieto que busca la felicidad en las cosas mundanas. En su caso, en la ideología nacionalsocialista a través de la violencia, el alcohol y las drogas. Es un joven que toca fondo y necesita un cambio de vida. Es -de lejos- el más convincente por su forma de hablar, por la emoción con la que cuenta las cosas y por el giro radical de su vida. Pasar de ser "carne de cárcel" a Misionero de la Caridad son palabras mayores. 

4. Tras estos tres jóvenes solteros era necesario un matrimonio prototipo de familia cristiana. Los madrileños Sonsoles y Antonio se presentan como creyentes convencionales, pero reacios a realizar el retiro de Emaús que -sin embargo- primero cambió la vida de Sonsoles y luego la de Antonio. Eran un matrimonio con una fe adormecida y que se vió fortalecida por Emaús y Hakuna. No tan jóvenes como los anteriores, su testimonio se centra en la lucha contra el aborto, siendo también muy convincentes en su manera de contar las cosas y emocionarse al recordarlo. 

Como conjunto se les puede achacar también que todos ellos tienen en común un nivel de vida bastante acomodado y pertenecer a las clases más altas de la sociedad. Es el caso incluso de Jaime, quien aunque puede parecer que no, reconoce haber estudiado en un Colegio de los Legionarios de Cristo, lo que económicamente no está al alcance de cualquiera. 

5. José Pedro Manglano. Sacerdote del Opus Dei en la parroquia de San Josemaría Escrivá, en Aravaca (Madrid). Es el fundador de Hakuna y al igual que Carlos habla de forma algo atropellada y sin excesiva vocalización. Su aparición es escueta e intenta ser la amalgama final entre todas las experiencias anteriores, con un pequeño sermón sobre la conversión bastante acertado bajo mi punto de vista.

6. Jesucristo. Es la persona invisible de todo el documental pero sin Él nada tendría sentido. Es la Eucaristía, la Hostia Sagrada, el "cacho de pan" que puede cambiar tu vida como lo llama Jaime. El que te atrapa y te pide todo de ti como dice Carlos. El que más allá de la música, las velas y la oscuridad te dá tranquilidad y paz como confiesa Andrea. El que mantiene a un matrimonio unido a pesar de las dificultades como afirman Antonio y Sonsoles. El que encuentra una rendija para meterse en tu vida como dice el sacerdote. El que la película invita a que tengas la valentía de sentarte a solas y en silencio delante de Él para ver que te dice y que te pide.

En fin, para mí un documental altamente recomedable. Obra de Hakuna Films -para mayor gloria del movimiento- pero también de Cristo en el sacramento de la Eucaristía. No llega al nivel de otras obras semejantes como La Última Cima de Cotelo paro tampoco es justo puntuarla con un suspenso. Como en tantas otras cosas de la vida, creo que en el término medio está la virtud. 

lunes, 3 de julio de 2023

Francesco (Francesco, Italia, 1989)

Es verano y vuelvo a intentar ver y comentar todo el cine religioso que pueda. La vida de San Francisco de Asís es apasionante, sin duda una de las biografías más interesantes de la historia de la humanidad que ha sido llevada al Cine en múltiples ocasiones. En este Blog ya he comentado Francisco, juglar de Dios (1950), de Roberto Rosellini y Hermano sol, hermana luna (1972) de Franco Zeffirelli. Hoy toca el turno de Francesco, una coproducción ítalo-germana dirigida por Liliana Cavani. Lo primero que llama la atención de esta directora es su fijación por este personaje, de quien ya había rodado un film de menor presupuesto en 1966 llamado Francisco de Asís y del que realizó una película para televisión sobre el mismo tema en 2014. Su mayor éxito, El portero de noche (1974) es el mejor exponente de lo que ha intentado durante toda su carrera cinematográfica, una continua búsqueda sincera e intensa del significado del sentido de la vida. Desde una perspectiva neorrealista y casi tenebrista, Liliana Cavani exponía en esa película sobre el nazismo y sus secuelas varios temas que la acompañaron siempre: la espiritualidad, la reconciliación y también -porqué no decirlo- su fascinación por la desnudez masculina así como por el erotismo y la sensualidad. Todo ello se refleja de alguna manera también en la cinta que hoy analizamos. Es muy interesante subrayar que Cavani aporta la visión femenina de un santo en cuya vida otra mujer, la futura Santa Clara, jugó un papel muy relevante en una época donde el rol femenino estaba relegado a poco menos que la nada.  

Para el reparto se contó para el papel de Francesco con Mickey Rourke, quien en esta película mostró todo su potencial interpretativo. Desgraciadamente, la vida le llevó por otros derroteros y hubo que esperar hasta 2009 para que en El luchador encontrara otro papel a su altura, consiguiendo, esta vez sí, el Oscar al Mejor actor principal. Algo parecido ocurrió con Chiara, interpretada por Helena Bonham Carter, quien tras películas sin excesivos reconocimientos obtuvo en 2011 el Oscar a la Mejor actriz de reparto por El discurso del Rey. En Francesco ambos están soberbios y sinceramente creo que si no obtuvieron mayor reconocimiento a nivel de galrdones fue por no tratarse de una película americana. 

Los vestuarios, la ambientación y los decorados son bastante convincentes, con una gran variedad de tomas rodadas en la naturaleza toscana (en una película sobre San Francisco son inevitables) a los que únicamente se les puede achacar una excesiva oscuridad, si bien, como hemos dicho antes, ello confiere el ambiente intimista y casi tenebrista que Cavani impone en todas sus películas. La música es bastante escasa, casi únicamente la encontramos al comienzo y al final del film, compuesta por el también oscarizado (en este caso unos año antes, en 1982, por Carros de fuego) Vangelis.

El argumento es -ni más, ni menos- la corta pero intensa vida de San Francisco de Asís (1181-1226) contada por sus primeros discípulos (Pietro Cattani, Bernardo di Quintavalle, Angelo Egidio...) reunidos para que uno de ellos -Leone- ponga por escrito sus testimonios compartidos. De entre todos ellos destaca, sin embargo, una mujer, Chiara Offreduccio (1194-1253), quien vivió un proceso de santidad paralelo a il poverello de Asís.

Vamos sin dilación con el análisis espiritual, extenso pero interesantísimo. Lo haré al hilo de las conversaciones más relevantes del film:

Las primeras escenas narran la vida de San Francisco previa a su conversión. Con un padre noble, un trabajo con mucho futuro y todas las comodidades anejas a su status (banquetes, mujeres, riquezas..) Francesco decide ir a la guerra para ganar aún más fama y dinero. Se nos transmite una visión en la que todo santo tiene un pasado pecaminoso, y el de Francesco no fue una excepción:

Leone: "¿Debo escribir estas cosas?"
Clara: "Sí, escríbelas".

Tras la derrota en el campo de batalla de Perugia llega la prisión y casi accidentalmente, el comienzo de su conversión, al guardar un evangelio de otro prisionero que ha sido torturado:

Soldado de Perugia: (mostrando un cuerpo despellejado) "¡Mirad! ¡Sabemos cómo tratar con ellos!".
Bernardo de Claraval: "¿Qué es?" (Francesco recoge un librito del suelo al pasar por delante)
S.d.P.: "Así son nuestros castigos a los impíos" (señalando al reo ensangrentado colgado bocaabajo).
Francesco: "Es un Evangelio... no está en latín".
B.d.C.: "¿En que idioma está?"
F: "Nuestro dialecto. El pobre hereje probablemente lo tradujo".
B.d.C.: "Tíralo. Es peligroso".
F: "Más tarde".

Tras ser liberado con un rescate pagado por su padre, se embarca en una segunda batalla. Sin embargo, al poco de partir cambia de parecer y se da media vuelta en busca del "librito" (el Evangelio) en el que quiere encontrar respuesta a todas las preguntas que se amontonan en su cabeza:

F: "¿Todava tienes ese libro? Ya sabes, el de ese personaje que ellos..."
B.d.C.: "¿Lo necesitas?"
F: "No lo sé".

Gran parte de la "culpa" de esa confusión/conversión es de Chiara, quien a pesar de su extraordinaria belleza se dedicaba a mezclarse con lo pobres y menesterosos de la ciudad, para sorpresa e incredulidad de Francesco, quien en un principio, le cuestiona incluso la veracidad de esa vida caritativa:
 
Francesco: "¡Chiara! ¿Por qué estás haciendo esto?"
Clara: "Ellos están necesitados".
F.:" Lo haces por tu propio bien".
C.: "¿Y tú?, ¿Qué haces?"
F.: "Yo no hago nada".
C.: "Esa vez me hizo daño. ¿Estaba siendo caritativa solamente porque me lo habían enseñado?, ¿Eran mis acciones hábitos y no espontáneas?".

A partir de la lectura de los Santos Evangelios la radicalidad llega a la vida de Francesco. Vende una parte de los bienes familiares, por lo que es denunciado por su propio padre ante el obispo Guido, en un famoso litigio en el que Francesco termina desnudándose para renunciar a todos sus bienes, con la defensa como abogado de Pietro Catani. Destaco algunas frases de esta conmovedora escena:

Pietro Catani: "¡No! Un "penitente" hacia Dios (...) ¡No! ¡Un momento! el penitente declara públicamente que a partir de este momento, no reclamará más las riquezas de su padre".
Pietro de Bernardone: "¡Francesco! ¿Que te he hecho? ¿Qué hice mal?"
P.C.: "Mi cliente ha abrazado una vida diferente. No puede volver a casa."
P.d.B.: "¿Que vida? ¿La vida de un mendigo? ¡Él no puede hacer esto, mi señor obispo! No puede permitir que un hijo pisotee los derechos de un padre!"
Francesco: (Desnudándose ante las risas de todos  depositando sus ropas a los pies de su padre) "Esto es suyo... Tengo otro padre".

Tras ello Francesco se traslada a la ruinosa Capilla de San Damián, con la única compañía de un  abandonado crucifijo. Comienza su vida de mendicidad, de penitencia y de oración en contacto con la naturaleza y los pobres, llamando puerta por puerta en busca del sustento diario con esta frase:

Francesco: "Señor, te deseo paz y bienestar para ti y los tuyos".

Su vida eremítica comienza a llamar la atención de todos, pero especialmente de Chiara, quien siente auténtica compasión hacia él. Francesco se rodea de pobres y leprosos, abandonando su propia salud y bienestar:

Chiara: "Estás enfermo, debes cubrirte y descansar. ¿Te das cuenta de ello? No iré a casa hasta que hayas comenzado a cuidar de ti mismo".

En medio de las dificultades, comienza a aflorar la santidad de Francesco. De su boca y tras perder los pobres lo poco que tenían en una tormenta, escuchamos de su boca su primera oración a Dios:

Francesco: "Señor, la lluvia es hermosa. Lava y alivia nuestra sed... Señor, nuestras casas son endebles, y hechas de paja y barro. Señor, ayuda a nuestras casas, y habla con la lluvia. Bendito sea el Señor, Quien habla con la lluvia".

Su padre, preocupado aún por él, manda al notario y al abogado del pueblo de nuevo en su rescate, pero lo que obtiene a cambio son más interrogantes de ambos testigos, al ver el estilo de vida sobrio y austero de Francesco:

Bernardo de Claraval: "En medio de esa suciedad... un mundo maravilloso!"
Pietro de Bernardone: "Mi querido notario, lo has pensado, pero no te aclaras... ¿Y qué tiene que decir, abogado?"
Pietro Catani: "No se que decir. El notario ha contado lo que vimos... Puedo distinguir el orden del desorden. Vi allí una especie de orden. No puedo explicarlo, ¡pero lo vi!"

Ambos van de nuevo a San Damián y son sorprendidos por las palabras del Evangelio con que Francesco los convierte definitivamente a su causa:

Francesco: “Si quieres ser perfecto, ve a vender lo que posees y dáseo todo a los pobres. No lleves nada contigo, ni bolso, ni dinero, ni sandalias (se descalza mientras sigue leyendo). El que quiera venir conmigo, debe renunciar a sí mismo, y tomar su cruz, y seguirme. Esto es todo lo que puedo decir. No hay nada que temer".

Tras estas dos conversiones, se producen otras dos. Las de Leone y Angelo contadas esta vez en primera persona:

Francesco: "León, cordero de Dios, ¿adónde vas?, ¿Puedo ayudarte?"
León: (contándolo en la actualidad) "Estaba estupefacto...¡León, cordero de Dios! ¿Por qué me llamó así? mi madre me solía llamar así cuando era pequeño, pero él no podía saberlo... Así cambié los ojos tristes de mis padres y de mi caballo Omar a los ojos de Francisco, quien se convirtió en mi padre y mi tierna madre".

Francesco: "Lo van a matar".
Angelo:  "¡Ese hombre es un ladrón!"
F.: "Es nuestro hermano".
A: "¿Nuestro hermano? Entonces estás loco..." (A partir de aquí como narrador) "Fraternitas... seguí repitiéndome a mi mismo. Fraternidad...  hasta que tenía esa palabra metida en mi cabeza. Eso era lo que queria, para mi enorme asombro".

Dos episodios se suceden entonces, uno de ellos, muy enigmático, en el que en la nieve Francesco se desnuda y reconoce haber sido tentado de abandonarlo todo y formar una familia, simbolizada en unos muñecos de nieve. La segunda, su predicación en la catedral de Asís de la que sale junto a sus amigos entre empujones, insultos, risas y lanzamientos de piedras.

"(Mostrando dos figuras de nieve realizadas con sus manos) Esta grande es mi mujer, y el pequeño es mi hijo. He sido tentado, perdonadme".

(Abrazando un crucifijo en el interior de la Catedral) "La paz lo es todo. Es fácil adorar imágenes de madera. Nunca sufren hambre ni frío. ¿Ahuyentariais a un hombre? ¿Quién quiere ser santo? ¿lo hariais? Alejar a un hombre ¿Quién quiere ser santo? ¿lo hariais? Se necesita coraje. Y otros tienen este coraje. Estoy hablando de esos que viven fuera de la ciudad, los pobres. Que viven fuera del muro de la ciudad, ellos tienen este coraje. ¿Nos ayudariais? ¿orariais con nosotros?

No todos reaccionan igual. muchos en el pueblo deciden seguirle en ese momento. También Chiara, quien decide unirse a ellos y ser un hermano más, pese a las reticencias iniciales del santo:

Francesco: "No podría soportarlo si tú fueses humillada o herida. Mater Carísima, el amor tiene un precio. Me temo que el único miedo que me queda es por ti."
Chiara: "¿Tienes miedo de que tenga hambre y frío? ¿De que me violen o me maten? Déjame ofrecerte la seguridad de la que he disfrutado".
Bernardo: "Mi prima no puede vivir aqui con la vida a la que está acostumbrada. Ella no puede quedarse aquí o ir por los caminos a merced de criminales violentos. Nos insultarán más que nunca. Se imaginarán quién sabe qué. Sabes muy bien lo que la gente imagina cuando ven a una chica con unos hombres".

Pero la decisión ya estaba tomada. Chiara misma se lo deja claro a su tío cuando va a la iglesia de San Damian a rescatarla y llevársela de vuelta a su casa:

"He hecho un voto a Dios y tú estás en su palacio".

Ante la magnitud de los acontecimientos y el escándalo que ha comenzado a producirse, el Obispo Guido llama a Francesco y mantiene una conversación con él en el que ambos encuentran una solución:

Obispo Guido: "Han venido a decirme que eres un perturbador de la paz, provocando escándalos. ¡Y ahora, mujeres!. ¡La gente ha venido a mí a protestar! Ellos... espero que montes un convento, una casa, una institución de caridad. Hay ofertas, edificación, terrenos...".
Francesco: "No puedo aceptar".
O.G.: "Que estás haciendohijo mío... No podéis andar como animales callejeros, sin techo sobre vuestras cabezas, medio desnudos, tan vulnerables... ¡Debes darte cuenta de eso Francisco! No puedo defenderte. Solo el Papa tiene el poder de hacer eso. Escucha, es necesario que lo veas. Con su permiso,
te dejarán en paz. Debes tomar esa decisión. solo él es capaz de resolver tus problemas".

Francesco emprende entonces camino a pie a Roma junto a doce de sus seguidores  para ver a Inocencio III, amparados por Juan de San Pablo, un cardenal amigo del obispo Guido.

Papa Inocencio III: "¿De qué nos acusan? Todos acusan a Roma de algo".
Cardenal Juan de San Pablo: "No están acusando a nadie. No hablan palabras de odio. Aman a todos, incluidos nosotros. Quieren vivir siguiendo el Evangelio y pedir que se confirmen sus reglas. Esta es la vida del Evangelio de Jesucristo, que los penitentes de Asís deben vivir en pobreza, amor y castidad, siguiendo la enseñanza de Jesucristo, quien dijo: Anda, vende lo que tienes, y dalo todo a los pobres... Renuncia a ti mismo".
Otro Cardenal: "Estos grupos siempre comienzan siguiendo el evangelio en humildad y pobreza, entonces la vanidad se apodera! Y en poco tiempo se proclaman ellos mismos los verdaderos cristianos, los únicos apóstoles, y cubren el trono de Pedro con insultos".
C.J.d.S.P.: "¿Deberíamos declarar que es imposible vivir la vida del Evangelio?"
P.I.: "¡Ciertamente no podemos declarar eso!"
...
P.I.: ¿Cómo puedes amarnos?
Francesco: "Sin limitación, sin juicio. Nunca intentaremos contener cualquier gracia posible".
P.I.: "Veremos si sois verdaderamente "hombres nuevos" entonces volverás. In nomine patris, et filii, et espiritus sancti".

Esta bendición papal provocó en toda la cristiandad una explosión en el seguimiento de Francesco, como explica Leone:

"Novae gratiae verbum" La palabra de la nueva gracia difundida tan ampliamente, que los jóvenes de todos los países querían convertirse en nuestros hermanos. Nos volvimos tan numerosos que se decidió que haríamos que todos se reunieran al menos una vez al año por Pentecostés, aquí en Asís".

En 1212 las instituciones regalan a Francesco la capilla de la Porciúncula con la condición de que la conservase siempre como la iglesia principal de la nueva orden. Su negativa a vivir en ella es presenciada por el legado papal, quien queda gratamente sorprendido:

Bernardo: "¡Francesco! ¿Qué estás haciendo? ¡Esta es nuestra casa!" (Francisco está tirando las tejas del edificio)
Francesco: "¡Mis hermanos no tienen casa!. ¡Nuestras cosas están ahí! (señalando la naturaleza) Y algunas provisiones.
Autoridad de Asís: Es Francesco, está destruyendo la casa.
Legado Pontificio: ¡Un hombre santo con sus propias ideas!

Pero el incremento en número trajo consigo un detrimento en la calidad del seguimiento, al que se suceden problemas, discrepancias, divisiones, enfrentamientos... y una exigencia:

"Nos gustaría un programa, una regla. Creo que estoy expresando el sentir general de los que protestan".

La respuesta inicial de Francesco es clara. No hay más regla que el Evangelio:

"Eruditos hermanos, sabéis hablar y yo soy tan bajo que me mezclo con la suciedad. No sé nada. Sólo he sido capaz de escuchar. Escuchar, escuchar. Y por fin lo he conseguido al escuchar estas palabras. Bienaventurados los pobres, y bienaventurados los que lloran. Porque se reirán. Y bienaventurados los que tienen ¡algo para reírse!. A veces me río en lugar de llorar. También he oído esto: ¡Ay de ti cuando todos hablen bien de ti! Bendice a los que te insultan, y ama a tus enemigos. Ámalos de verdad, abrázalos. No hay gran mérito en amar a los que ya te aman. No juzgues. ¿Quiénes somos nosotros para juzgar a nadie? Además de la misericordia de nuestro Padre está más allá del saber. Perdona, diez veces, incluso mil veces. Y mas que todo: dar, dar, siempre dar!"

No obstante, las exigencias continúan y las dudas de Francesco comienzan a aflorar, desbordado por tantos seguidores con ideas tan diferentes. A ello se suma sus problemas de salud, estomacales y el comienzo de su ceguera, que concluyen con su renuncia a ser el líder de la nueva Orden:

"Padre, estoy ciego. ¿Puede un ciego guiar a otros ciegos?"
...
"Olvidadme, Estoy como muerto. De aquí en adelante, nuestro nuevo líder será Pietro Cattani. Le obedeceremos".

La narración de las historias y anécdotas sobre Francesco se siguen sucediendo mientras Leone toma nota de todo. Se relata la agonía de su padre, por quien sabemos en sus últimas palabras del viaje de su hijo a Jerusalén y su entrevista con Saladino para intentar detener las cruzadas:

¡Mi hijo en la Cruzada! ¿De verdad fuiste? ¿Es verdad que hablaste con el Saladino? ¿Que dijo que hablaría solo contigo? Dicen que eres famoso. ¡Has ganado! Eres un caballero, ¿no?

La muerte de su padre, sus enfermedades y las disputas internas en la Orden sumen a Francesco en una tristeza de la que le costará salir. En ese momento vuelve a emerger la figura de Chiara para infundirle ánimos en su batalla espiritual: 

"En el Evangelio hay un hombre fuerte, manso, vigoroso y tierno, un hombre que sabe llorar y sabe reir, un hombre que puede estar emocionado o desesperado. Un hombre que afronta la cruz con el corazón, un hombre como tú, en otras palabras. Un hombre que no retrocede".

Junto a Leone, en 1224 se retiró al Monte Alvernia donde en contacto con la naturaleza, los animales, el frío y la lluvia redacta varias reglas que son rotas y quemadas por sus seguidores, que lo tachan de intransigente y excesivamente estricto. Solo, ciego, enfermo y deprimido, Francesco comienza a pensar que su vida ha sido un fracaso. En el film se entremezclan sus oraciones desesperadas con la narración de esta época en boca de Leone:

Francesco: "Señor... Señor, respóndeme. Señor... Señor... Señor... Señor, respóndeme, respóndeme".
Leone: "Yo, León, cordero de Dios, hubiera sido muy estricto antes de aceptar a tantos hermanos. Especialmente aquellos, que eran los charlatanes más simplistas. Tuvo la impresión de que todo lo había hecho mal, y que estaba realmente loco, simplemente era "el loco de Dios".
Chiara: "Sí, Leone, escríbelo. Fue su momento más oscuro".
....
Francesco: "No he estudiado Grammaticam, divinitatem, et legem. Son todos iguales, "Deux mihi dixit"... "Deux mihi dixit". Dios me habló. ¿Lo entiendes?"
Leone: "Sí, es verdad".
F.: "Leone, ¿y si solo soy un tonto?"
L: "¡No! Respondiste sin reservas, sí, sin reservas".

Y cuando todo parecía perdido... el milagro de los estigmas, entendidos como la respuesta de Dios a las plegarias del santo. Un sí rotundo a toda su vida y su manera de entender el seguimiento de Cristo, explicado con bellas palabras por Chiara, por cierto, las últimas del film

Leone: "¡Francesco! ¿Qué te ha pasado? Déjeme ver. Déjeme ver. Te has lastimado".
Franesco: "¡Él respondió! "Deux mihi dixit..." ¡Dios me habló de nuevo! "Deux mihi dixit..." ¡Dios me habló de nuevo!"
Leone: (narrando) "Eso es exactamente lo que pasó. Después de tantos días por fin sonrió y me abrazó". 
Bernardo: "¿No viste nada?"
L.: "¿Ver? El silencio. Por algunos momentos hubo un silencio total".
Angelo: "¿Y no te habló de "eso"?"
L.: "No, permaneció en secreto. Excepto para Chiara".
Pietro: "¿Qué te dijo él? Qué pensaste?"
Chiara: "Él no dijo nada. Curé las heridas, sin hacer ninguna pregunta. Pensé que el amor había hecho su cuerpo idéntico al del Amado. Y me pregunté si alguna vez yo sería capaz de amar tanto".

Es el broche de oro a un film estéticamente interesante y espiritualmente enjundioso. Cierto que faltan algunos episodios de la vida del santo, como el sueño en el que Cristo crucificado le pide "Francisco, repara mi Iglesia" o algunas oraciones como el "Cantico de las criaturas" o el "Himno de la paz", pero quizás así fluye mejor la historia y se consigue un resultado excelente. Tan es así que el Vaticano la seleccionó en su lista de 14 "Grandes películas por su valor religioso" de 2017, en una recomendación de filmes desde 1927 hasta 1993. Sin duda, me parece que no hay mejor carta de presentación que esa.