miércoles, 29 de enero de 2020

La princesa busca marido

Hoy he leído este bonito cuento que creo que encierra un pensamiento que puede ayudar bastante a la vida espiritual. Es un relato de Jorge Bucay que habla sobre el amor. Amar al otro, sin duda, es querer lo mejor para él o ella. Muchas veces el egoísmo y la satisfación de los propios placeres se ocultan tras una pátina de amor y cariño y hay que saber cribarlo como el grano de la paja. En ese sentido nada como el versiculo del Cantar de los Cantares 8, 6-7 para describir el amor verdadero:

Ponme cual sello sobre tu corazón, como un sello en tu brazo. Porque es fuerte el amor como la Muerte, implacable como el sheol la pasión. Saetas de fuego, sus saetas, una llama de Yahveh. Grandes aguas no pueden apagar el amor, ni los ríos anegarlo. Si alguien ofreciera todos los haberes de su casa por el amor, se granjearía desprecio.

Bueno, os dejo con el cuento, espero que lo disfrutéis y saquéis vuestras propias conclusiones:

Había una vez una princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente. Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro del palacio donde ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles de pretendientes a la corona real. Pero claro, al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la mitad, también se fue. Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamente quedó un joven. Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor valía la pena. Solamente este joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pared y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días. La princesa que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo, pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en octubre, había pasado frente a él noviembre, y en diciembre, disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera. Entonces le había dicho al rey:

"Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el 
hombre que de verdad me quiere."

El rey se había puesto contento y comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso le hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de enero, cuando se cumplieran los 365 días, lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él. Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el primero de Enero. El 31 de diciembre, el día después de haber pasado las 364 noches y los 365 días allí, el joven se levantó del muro y se marchó. Fue hasta su casa y fue a ver a su madre, y esta le dijo:

"Hijo, querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y el último día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más?"

Y el hijo contestó:

"¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento no merece de mi Amor, ¿verdad madre?"

miércoles, 22 de enero de 2020

Los milagros del cielo (Miracles from Heaven, EEUU, 2016)

Atraído por su título, ayer vi Los milagros del Cielo, una película dirigida por Patricia Riggen y protagonizada por Jeniffer Garner (Kristy Beam). Desconozco el motivo, pero este tipo de películas provocan un rechazo frontal en todas aquellas personas que no son creyentes, las cuales no ven nada positivo en ellas y las descalifican de manera compulsiva. Evidentemente no son la quintaesencia del séptimo arte, pero ayudan a personas de mente abierta a interrogarse por cuestiones esenciales de la existencia. Creo que simplemente por ello es recomendable su visionado.

En esencia se trata de una película bastante parecida a la que ya comentamos hace unos años, El Cielo es Real. Su argumento (basado también en hechos reales) cuenta la historia de Anna Beam, una niña de 10 años con una extraña enfermedad digestiva por la que aparentemente va a morir, pero de la que paradójicamente se cura tras sufrir un accidente al caerse dentro de un árbol seco. Al recuperarse completamente, Anna comienza a contarles a sus padres Kevin y Kristy que ha estado en el Cielo y ha visto a Dios, ante la incredulidad de todo el que escucha la historia. 

Como comentaba anteriormente, hay muchos puntos de similitud entre ambas historias. En ambos casos se trata de un niño quien va al Cielo y habla con Dios, nadie los cree en un principio pero ambos consiguen despertar la fe de sus familias, de sus respectivas comunidades religiosas (ambas protestantes en los EE.UU) así como atraer a los medios de comunicación locales y nacionales. A nivel simbólico se hayan presente el túnel, la luz brillante, una especie de paraíso personal y la mariposa como símbolo de la resurrección

En Los milagros del Cielo, la perspectiva que supone una originalidad respecto a la anterior es tratar el asunto como un milagro, es decir, algo inexplicable por la ciencia e incluso inexplicable para una persona espiritual. ¿Por qué se cura Anne y no otra niña que tenga la misma enfermedad? Es la cuestión que ni siquiera el pastor de la comunidad -ni nadie- pueden responder. La fe en los milagros o en Dios se basa en la esperanza en que Dios quiere lo mejor para sus hijos, pero eso no responde de manera definitiva a la cuestión del sufrimiento, de la enfermedad o -en última instancia- de la muerte. 

Al igual que en El Cielo es Real, esta película también aporta abundante material para la reflexión. A mí me han gustado de manera especial algunas frases que quería compartir con vosotros. Todas ellas son pronunciadas por Kristy, la verdadera protagonista de la película aunque la historia personal que se cuente sea la de su hija Anne:

La primera es sobre la fe, cuando la madre de Anne habla con el padre de la compañera de habitación de su hija y le dice: "todavía no ha llegado el momento de creer". Me parece interesante porque en mi vida he experimentado muchas veces que cada persona tiene un momento para creer en la vida y no se pueden forzar las cosas. Dios es paciente y sabe dar a cada uno la oportunidad de poner a prueba su fe y convertirse en una persona creyente.

Otra frase interesante la pronuncia en el discurso final en la Iglesia, "Los milagros son amor, los milagros son Dios y Dios es perdón".  En esta frase descubro la conexión que debe haber entre fe-amor-perdón y que debe ser "la prueba del algodón" de todo cristiano: quien dice que cree debe amar, y quien ama tiene que saber perdonar. Son como las tres patas inseparables de una mesa. En la película queda perfectamente reflejada esta conexión íntima de estas tres virtudes.

La última frase Kristy Beam se la atribuye a Einstein para terminar su discurso: "Hay dos formas de vivir la vida: una es pensar que nada es un milagro; la otra, pensar que todo es un milagro". Junto a ello afirma: "Los milagros están en todas partes, a veces aparecen de la forma más extraña". Interesante reflexión. Lo fácil es creer viendo un milagro, aunque eso precisamente anula la fe. Una fe que se puede demostrar es una evidencia, no una fe. La fe se muestra, no se demuestra. Lo difícil por ello es contemplar toda la vida como un regalo de Dios, un regalo milagroso que tenemos que disfrutar en cada minuto, sabiendo que nuestra vida es prestada y efímera y que de ella tendremos que dar cuenta un día...

Aparte de estas frases, me encanta (siento ser spoiler) el final. No solo el de la historia de la niña, sino esa colección de imágenes en las que vemos cómo cada persona ha ayudado de alguna manera a esa familia. Sin cada granito de arena el milagro de Anne no hubiera sido posible, o al menos hubiera sido distinto. La recepcionista, el doctor, los vecinos... Cada uno aporta su ayuda para que el conjunto sea exitoso. Mención especial merece la camarera de Boston, Ángela (su nombre no creo que sea casual, es la encarnación de un ángel de Dios...) que mantiene la esperanza y la ilusión en los momentos más difíciles de la lucha de la familia. 

En fin, una buena película para la reflexión y la profundización espiritual. La recomiendo sin lugar a dudas, aunque haya muchas personas que no valoren este tipo de Cine.

miércoles, 15 de enero de 2020

¿Buena suerte?, ¿Mala suerte?, ¡Quién sabe!

Hoy voy a compatir con vosotros una historia muy bonita que me contó por primera vez una religiosa contemplativa mercedaria. Ignoro su autor, pero la he buscado por internet y la he encontrado. Habla de lo variable que pueden ser los acontecimientos según pasa el tiempo y vamos tomando plena conciencia de ellos o las circunstancias van cambiando. En ese sentido, me recuerda a una cita bíblica muy conocida de Isaías 55, 8-9: "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos - oráculo del Señor. Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los vuestros y mis pensamientos a los vuestros.". Os dejo con la historia y espero que la disfrutéis tanto como yo: 

“Una historia china habla de un anciano labrador, viudo y muy pobre, que vivía en una aldea, también muy necesitada. Un cálido día de verano, un precioso caballo salvaje, joven y fuerte, descendió de los prados de las montañas a buscar comida y bebida en la aldea. Ese verano, de intenso sol y escaso de lluvias, había quemado los pastos y apenas quedaba gota en los arroyos. De modo que el caballo buscaba desesperado la comida y bebida con las que sobrevivir.

Quiso el destino que el animal fuera a parar al establo del anciano labrador, donde encontró la comida y la bebida deseadas. El hijo del anciano, al oír el ruido de los cascos del caballo en el establo, y al constatar que un magnífico ejemplar había entrado en su propiedad, decidió poner la madera en la puerta de la cuadra para impedir su salida.

La noticia corrió a toda velocidad por la aldea y los vecinos fueron a felicitar al anciano labrador y a su hijo. Era una gran suerte que ese bello y joven rocín salvaje fuera a parar a su establo. Era en verdad un animal que costaría mucho dinero si tuviera que ser comprado. Pero ahí estaba, en el establo, saciando tranquilamente su hambre y sed.

Cuando los vecinos del anciano labrador se acercaron para felicitarle por tal regalo inesperado de la vida, el labrador les replicó: “¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!”. Y no entendieron…

Pero sucedió que, al dia siguiente, el caballo ya saciado, al ser ágil y fuerte como pocos, logró saltar la valla de un brinco y regresó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano labrador se acercaron para condolerse con él y lamentar su desgracia, éste les replicó: “¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¡Quién sabe!”. Y volvieron a no entender…

Una semana después, el joven y fuerte caballo regresó de las montañas trayendo consigo una caballada inmensa y llevándoles, uno a uno, a ese establo donde sabía que encontraría alimento y agua para todos los suyos. Hembras jóvenes en edad de procrear, potros de todos los colores, más de cuarenta ejemplares seguían al corcel que una semana antes había saciado su sed y apetito en el establo del anciano labrador. ¡Los vecinos no lo podían creer! De repente, el anciano labrador se volvía rico de la manera más inesperada. Su patrimonio crecía por fruto de un azar generoso con él y su familia. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su extraordinaria buena suerte. Pero éste, de nuevo les respondió: “¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!”. Y los vecinos, ahora sí, pensaron que el anciano no estaba bien de la cabeza. Era indudable que tener, de repente y por azar, más de cuarenta caballos en el establo de casa sin pagar un céntimo por ellos, solo podía ser buena suerte.

Pero al día siguiente, el hijo del labrador intentó domar precisamente al guía de todos los caballos salvajes, aquél que había llegado la primera vez, huído al día siguiente, y llevado de nuevo a toda su parada hacia el establo. Si le domaba, ninguna yegua ni potro escaparían del establo. Teniendo al jefe de la manada bajo control, no había riesgo de pérdida. Pero ese corcel no se andaba con chiquitas, y cuando el joven lo montó para dominarlo, el animal se encabritó y lo pateó, haciendo que cayera al suelo y recibiera tantas patadas que el resultado fue la rotura de huesos de brazos, manos, pies y piernas del muchacho. Naturalmente, todo el mundo consideró aquello como una verdadera desgracia. No así el labrador, quien se limitó a decir: “¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¡Quién sabe!”. A lo que los vecinos ya no supieron qué responder.

Y es que, unas semanas más tarde, el ejército entró en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Pero cuando vieron al hijo del labrador en tan mal estado, le dejaron tranquilo, y siguieron su camino. Los vecinos que quedaron en la aldea, padres y abuelos de decenas de jóvenes que partieron ese mismo día a la guerra, fueron a ver al anciano labrador y a su hijo, y a expresarles la enorme buena suerte que había tenido el joven al no tener que partir hacia una guerra que, con mucha probabilidad, acabaría con la vida de muchos de sus amigos. A lo que el longevo sabio respondió: “¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!”.

miércoles, 8 de enero de 2020

Historias del Rosario (Teraz i w Godzine Smierci, Polonia, 2017)

Hace ya un tiempo que Polonia se ha convertido en la reserva espiritual de Occidente. Este título honorífico que durante muchos años correspondió a Italia o a España se ha desplazado hacía el este de Europa debido a la contaminación liberal que sufre todo el mundo occidental y del que apenas se salvan unos cuantos países del mundo. Mientras la ideología de género, el aborto, la eutanasia o la destrucción del modelo cristiano de familia campa a sus anchas por la otrora cristianizada Europa, aún quedan algunos reductos donde la política y la cultura cristianas aún son influyentes. Polonia es un claro ejemplo de esto. En los últimos años he comentado varias películas con un contenido católico como Faustina o Popieluszko. Esta de hoy es la tercera en esta línea apologética cristiana.

Historias del Rosario lleva como subtítulo Ahora y en la hora de la muerte. La película dirigida por Mariusz Pilis y Dariusz Walusiak es más bien un documental con entrevistas a quienes el rezo del Santo Rosario les ha cambiado la vida. El hilo conductual en una búsqueda a través de distintos países del mundo de historias en los que se refleja la influencia que ha tenido el Rosario y la Virgen María en acontecimientos históricos y verificables que cambiaron la historia de millones de personas. Comenzando por un soldado que empuña un Rosario estando herido en la Guerra de Afganistán se hace un recorrido por Austria, Bosnia, Filipinas, Ucrania, Nigeria, Polonia, Bélgica, Ruanda y EEUU. Distintas personas van apareciendo para contar en primera persona sus vidas y sus experiencias. Algunos de manera individual y otros de manera colectiva -como auténticas cruzadas de millones de personas-, narran cómo el rezo del Rosario fueron determinantes en acontecimientos reales e históricos.

Todos ellos son testimonios conmovedores. Impacta y llama la atención cómo la fe de estas personas los salvó físicamente en los momentos más angustiosos de su existencia y los han marcado de por vida. La fe les lleva a hacer una relectura de esos acontecimientos como la voluntad de Dios que los puso a prueba en determinados momentos. Guerras, violaciones, torturas... todos ellos han pasado por momentos muy complicados y han salido victoriosos gracias al rezo del Rosario y a la fe en Dios y la Virgen María. Muchos de ellos refieren apariciones de la Virgen o del propio Jesucristo para fortalecerlos en el momento de la prueba. Ninguno de ellos ha tenido una vida color de rosa. La felicidad en sus rostros contrasta con la dureza de los relatos que van contando en primera persona. La cinta recuerda en muchas fases a la española "El mayor regalo", si bien el film polaco toca más la fibra del espectador y a mi juicio es más impactante que la de Cotelo

El documental no cae en la sensiblería en ningún momento. Tampoco es morboso ni busca la conversión externa. Pretende tocar el corazón del espectador para que se produzca un verdadero cambio interior que lleve a valorar el poder de la oración como un arma invisible pero eficaz. El rosario como objeto físico es el elemento visible que nos recuerda la presencia e intercesión invisible de la Virgen María y de Dios Padre. Se hablan de auténticos horrores, de la presencia del mal en el mundo, de la persecución a la fe cristiana y de la posibilidad de estar viviendo el fin de los tiempos que preceden a la victoria final de Cristo sobre los poderes malignos que aparentemente triunfan en el día a día.

En definitiva, una película-documental para ver con calma, que nos ayuda a valorar el poder del Rosario y para animarnos a empuñarlo como el arma que nos libre del mal.

jueves, 2 de enero de 2020

Balance de un año de santos

Hace un año me puse como compromiso escribir una breve reseña del santo de cada día. Hoy han pasado 365 días (no empecé el 1 sino el 2 de enero) y creo poder afirmar que la experiencia ha sido muy enriquecedora. 

En primer lugar lo ha sido para mí mismo, ya que he aprendido mucho y bueno en este tiempo. De cada santo he intentado poner algo de su biografía y una anécdota, curiosidad o escrito suyo. He disfrutado si bien ha habido días en que me las he visto y me las he deseado para poder escribir a tiempo debido al resto de mis obligaciones. Otras veces ha sido difícil encontrar algo fiable que contar, especialmente de muchos santos de los primeros siglos de la Iglesia en los que hagiografía y leyenda se mezclan...

También creo que ha sido enriquecedor para muchas personas, y lo que es más importante, lo va a seguir siendo. A juzgar por el número de visitas de cada santo, veo que mis publicaciones han sido seguidas por una media de unas 20 personas diarias, pero el número no para de crecer pues las páginas en la web son algo vivo y fuente de consulta permanente.

Tener este encuentro diario con santos y santas de la Iglesia me ha servido además para tener una visión de conjunto de la santidad en el Pueblo de Dios, constatando lo variado de este fenómeno en la barca de Pedro. Papas, obispos, religiosos, diáconos, laicos, teólogos, vírgenes, doctores, misioneros,... y -sobre todo- muchos mártires, conforman un precioso mosaico de los más variopinto pero con algo en común: la entrega desinteresada a Dios, al prójimo y a la predicación del Evangelio bien sea de palabra o de obra. Santos -hombres y mujeres- progresistas como monseñor Romero o conservadores como Escrivá de Balaguer, activos o contemplativos, Europeos (la mayoría) pero también Americanos, Africanos, Asiáticos e incluso Oceánicos. 

Realizar este trabajo me ha servido además para valorar lo bueno que hay en el mundo. Estamos acostumbrados a destacar lo malo, lo negativo o lo mejorable de nuestra sociedad y nuestra Iglesia. Realizar un recorrido histórico como este te hace valorar la cantidad de personas que han realizado una labor buena y han dejado una huella imborrable en millones de personas. No me cabe duda que hoy también vivimos rodeados de santos. Unos llegaran a los altares y otros pasarán desapercibidos en las páginas de la historia pero encontrarán su puesto a la derecha de Dios, que a fin de cuentas es lo que importa en esta vida. Espero que de este trabajo se me haya pegado al menos algo de alguno de ellos...

Precisamente quería cerrar este ciclo con algunos datos curiosos sacados de las estadísticas de visitas a las que yo puedo acceder como gestor del Blog:

Santo con más visitas
Santo con menos visitas
San Modesto 5 visitas
Visitas totales
3.824
Santos totales comentados
277
Santas totales comentadas
83
Fiestas de la Virgen
29
Fiestas de Jesucristo
6
Fiestas de Iglesias
4
Otros
9

miércoles, 1 de enero de 2020

Santa María Madre de Dios

El primer día del año civil la Iglesia lo dedica a celebrar la solemnidad litúrgica de Santa María Madre de Dios. Esta advocación recoge toda la tradición teológica que culminó con el Concilio de Éfeso proclamando a María como Theotokos. Se celebra en el día de la circuncisión del Señor. Para la meditación copio la formulación del dogma:

Desde un comienzo la Iglesia enseña que en Cristo hay una sola persona, la segunda persona de la Santísima Trinidad. María no es solo madre de la naturaleza, del cuerpo sino también de la persona quien es Dios desde toda la eternidad. Cuando María dio a luz a Jesús, dio a luz en el tiempo a quien desde toda la eternidad era Dios. Así como toda madre humana, no es solamente madre del cuerpo humano sino de la persona, así María dio a luz a una persona, Jesucristo, quien es ambos Dios y hombre, entonces Ella es la Madre de Dios