sábado, 28 de septiembre de 2013

El Beato G.K. Chesterton

El título de esta entrada puede llevar a engaño: Chesterton todavía no posee oficialmente el título de Beato, si bien es cierto que la noticia de que ya se ha abierto su causa de beatificación nos ha llenado de alegría a todos los que hemos leído algunas de sus obras. Todo apunta a que el titular de esta entrada, por lo tanto, es una cuestión de tiempo. Hablar de Chesterton es hablar de uno de los mayores apologetas y defensores de la Religión Cristiana Católica en el siglo XX. Espero que esta entrada le guste especialmente a mi amigo-primo Gonzalo, gracias a quien empecé a interesarme más por este autor.

Gilbert Keith Chesterton (Londres, 29 de mayo de 1874 - Beaconsfield, 14 de junio de 1936) fue un escritor, ensayista y periodista cuyo personaje más famoso fue el Padre Brown, un sacerdote católico de apariencia ingenua, cuya agudeza psicológica lo vuelve un formidable detective, siendo el protagonista principal de más de cincuenta historias, algunas de ellas, llevadas a la gran pantalla.

La vida de Chesterton es apasionante. Tras una juventud con un férreo convencimiento agnóstico, pasó a convertirse en una persona con profundas convicciones religiosas en 1901 al casarse con Francis Blogg, Anglicana practicante. Su cambio de estado civil provocó en él un despertar religioso en el replanteamiento de cuestiones como el matrimonio, la familia, la educación de los hijos... etc.

Con una mentalidad abierta y en búsqueda, comenzó a relacionarse con sacerdotes católicos. Fruto de sus nuevas amistades llegó en 1922 su conversión definitiva al Catolicismo. Al ser criticado en su país por su conversión a la Iglesia de Roma, su respuesta fue tan contundente como irónica: “Nosotros realmente no queremos una religión que tenga razón cuando nosotros tenemos razón. Lo que nosotros queremos es una religión que tenga razón cuando nosotros estamos equivocados...”.

Los estudiosos de Chesterton califican su espiritualidad como una hermosa combinación de lo franciscano y lo dominico, especialmente en la delicadeza de lo primero y la racionalidad de lo segundo. Además de por sus escritos, se ha basado la solicitud de la beatificación en su profundo amor a sus enemigos como cumplimiento del mandato de Cristo. Incluso sus grandes detractores y “adversarios” George Bernard Shaw y H.G. Wells destacaron de Chesterton su capacidad y su talla humana y religiosa a pesar de sus profundas discrepancias en lo doctrinal y personal. 

Sus frases, siempre geniales, chisposas y cargadas de profundidad son incontables. Es imposible resumir su pensamiento en unas líneas, pero sí me gustaría abriros boca con estas diez. Después, os animo a que vosotros mismos sigáis buscando más frases suyas (bien directamente suyas o del Padre Brown, su personaje literario) que a buen seguro, harán vuestro deleite.

1. El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia.

2. Quienes hablan contra la familia no saben lo que hacen, porque no saben lo que deshacen.

3. Lo más increíble de los milagros es que ocurren.

4. La iglesia nos pide que al entrar en ella nos quitemos el sombrero, no la cabeza.

5. El hombre que tiene fe ha de estar preparado, no sólo a ser mártir, sino a ser un loco.

6. Cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa que lo sustituya.

7. Siendo niños éramos agradecidos con los que nos llenaban los calcetines por Navidad. ¿Por qué no agradecíamos a Dios que llenara nuestros calcetines con nuestros pies?

8. La teología es el pensamiento aplicado a la religión; y los que prefieren una religión sin pensamiento no tienen por qué desdeñar a los que tienen gustos más racionalistas.

9. Si no existiese Dios, tampoco existirían los ateos.

10. Los enigmas de Dios son más satisfactorios que las soluciones de los hombres.

Y para terminar otras cinco, que no tienen un contenido específicamente religioso ni cristiano, pero que son igualmente valiosas y brillantes:

1. Lo maravilloso de la infancia es que cualquier cosa es en ella es maravillosa.

2. El periodismo consiste esencialmente en decir 'lord Jones ha muerto' a gente que no sabía que lord Jones estaba vivo.

3. Es menos desagradable ver mendigar un pobre que un rico. Y un cartelón de propaganda es un rico que mendiga.

4. El silencio es la réplica más aguda.

5. Sólo quien nada a contracorriente tiene la certeza de que está vivo.

Bueno... creo que entran ganas de conocerlo más en profundidad.... ¿o no?





sábado, 21 de septiembre de 2013

El Papa Francisco y el dinero: Giovanni Papini

Hoy me gustaría comentar un versículo del Evangelio de tremenda actualidad. Bueno, en realidad la actualidad de estas líneas, -como la de toda la predicación de Jesús- no pasa nunca de moda. Pero si hay una época y una sociedad apegadas a los bienes materiales y al dinero, ésa, queridos amigos y amigas, ésa es nuestra sociedad. Además, el Evangelio de este domingo termina con el versículo 13 del capitulo 16 de San Lucas, en el cual, Jesús (hace la friolera de casi 2.000 años) nos dice:

"Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.". Conocida es la enemistad de Jesús con el dinero y su también famosísima cita: “Dad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César” (Mt. 22, 21) en alusión a la separación de las cosas de Dios con los menesteres de los impuestos. Por si fuera poco, ayer, el Papa Francisco, en su homilía diaria, definió al dinero aludiendo a los Santos Padres con una frase muy mediática: “El dinero es el excremento del diablo”.

No me voy a retrotraer tantos siglos (la Patrística se encuadra en los siglos II-IV), pero de verdad que no he encontrado un mejor comentario, ni una reflexión más al caso que la que os presento a continuación. Pertenece a Giovanni Papini (1881-1956), el escritor y poeta italiano que pasó en su vida personal del escepticismo al catolicismo fervoroso. Autor de una obra y unos pensamientos políticos controvertidos y discutibles, me limito a transcribir un texto que casi un siglo después lo firmaría cualquier autor contemporáneo independientemente de sus creencias religiosas y políticas. A mí sus palabras me han cautivado, espero que a vosotros también:

“Jesús nunca tomó en sus manos una moneda. Dio orden a sus discípulos de que durante sus viajes no llevasen talegos para las ofrendas. Hizo una excepción única, pero de tal calidad que hace estremecerse. De un inciso de un Evangelio nos enteramos de que la bolsa de la comunidad estaba a cargo de uno de los apóstoles. Este discípulo era Judas. Sin embargo, hasta Judas se creerá obligado a devolver el dinero de la traición antes de desaparecer en la muerte. Judas es la victima misteriosa inmolada a la maldición del dinero amonedado.

La moneda, junto con la suciedad de las manos que la han asido y palpado, lleva consigo el contagio inexorable del crimen. Entre todas las cosas inmundas que el hombre ha manufacturado para ensuciar la tierra y ensuciarse él mismo, quizá sea la moneda la más inmunda de todas.

Estas fichas de metal acuñado, que van y vienen todos los días de unas manos a otras, sucias de sudor y de sangre; estas fichas gastadas por los dedos rapaces del ladrón, del mercader, del banquero, del alcahuete y del avaro; estos esputos redondos y pringosos de las casas de moneda, anhelados, buscados, robados, envidiados, amados por todos más que el amor y con frecuencia más que la vida; estos asquerosos trocitos de materia historiada que el asesino entrega al sicario, el usurero al hambriento, el enemigo al traidor, el negociante al concesionario, el hereje al simoníaco, el lujurioso a la mujer vendida y comprada; estos sucios y apestosos vehículos del mal, que convencen al hijo de que mate al padre, a la esposa de que traicione al esposo, al hermano de que defraude al hermano, al pobre malvado de que apuñale al rico malvado, al criado de que engañe al amo, al salteador de que despoje al caminante, al pueblo de que acometa a otro pueblo; estos dineros, estos emblemas materiales de la materia son los objetos más pavorosos que ha fabricado el hombre. La moneda, que ha hecho morir a tantos cuerpos, hace morir también todos los días a millares de almas. Más contagiosa que los harapos de un apestado, que el pus de una postilla, que la grumosidad de una cloaca, entra en todas las casas, brilla encima de los bancos de los cambistas, se esconde en las cajas de caudales, profana la almohada sobre la que dormimos, se esconde en las tinieblas hediondas de los escondrijos, empuerca las manos inocentes de los niños, tienta a las vírgenes, paga el trabajo del verdugo, circula sobre la faz de la tierra excitando los odios, aguijoneando las apetencias, acelerando la corrupción y la muerte.

El pan que es ya santo sobre la mesa de casa, conviértese sobre la mesa de la Iglesia en el cuerpo inmortal de Cristo. También la moneda es el signo visible de una transustanciación; es la hostia infame del demonio. El dinero amonedado es el excremento corrompido del demonio. Quien ama el dinero y lo recibe con júbilo, se comunica visiblemente con el demonio. Quien toca el dinero con voluptuosidad, toca, sin saberlo, el excremento del demonio.

El hombre puro no puede tocarlo, el santo no puede tolerarlo. Saben ellos con seguridad indudable que es la obscena esencia del demonio, y sienten hacia la moneda el mismo horror que siente el rico por la miseria.”

Yo la primera vez que lo leí tuve que releerlo un par de veces más, como se hace con un exquisito manjar, que gusta ser paladeado varias veces… Añadir una línea más sería estropearlo, no sobra ni falta una palabra. Con que acierto y con que veracidad se describe uno de los inventos más necesarios pero a la vez más perjudiciales de la vida de la humanidad: El vil dinero. Grandes santos como Francisco de Asís, Felipe Neri, Juan Grande, la Beata Teresa de Calcuta… supieron alejarse de él y vivir de la caridad. El Papa Francisco ya nos ha dejado varias perlitas acerca del cuidado que hay que tener con el materialismo y el consumismo. Es una tentación continuamente presente en la vida del ser humano y de la propia Iglesia.


En definitiva, y para resumir el texto en una palabra: sublime.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Diez enseñanzas del Arca de Noé

Me he tropezado con una simpática “lectura” que hace referencia al Arca de Noé del Génesis, y que a pesar de estar escrita en un tono jocoso, encierra muchas verdades espirituales en su interior. 

Son, cuanto menos, curiosidades que me han llamado mucho la atención por su originalidad y su estrecha relación con el texto original de las Sagradas Escrituras. Se trata de una especie de "Decálogo" para vivir más sanamente nuestra vida espiritual: 

Uno: Ante todo, no pierdas el barco. 

Dos: Recuerda que sólo hay un barco y todos estamos en ese mismo barco y debemos convivir en él. 

Tres: Sé previsor. Planea las cosas con anticipación. No estaba lloviendo cuando Noé construyó su barco. 

Cuatro: Mantente en buen estado físico y mental toda tu vida. Cuando tengas 600 años tal vez alguien te pida que hagas algo grande. 

Cinco: No escuches a los críticos que creen que estás loco, simplemente sigue haciendo el trabajo que tengas que hacer. 

Seis: Construye tu futuro sobre una buena base. No empieces a construir el barco por el tejado.

Siete: Por el bien de tu seguridad, viaja en familia, o por lo menos en pareja. 

Ocho: La velocidad no siempre es una ventaja. Los caracoles estaban a bordo junto con los leopardos. 

Nueve: Cuando estés estresado, relájate. El barco marcará tu rumbo y Dios te dirá cuando tienes que desembarcar. 

Diez: Recuerda que el Arca fue construida por un aficionado que se puso en manos de Dios y el Titanic... por profesionales.

Para refrescar la memoria, os dejo la cita en la que Dios le pide a Noé el encargo de construir el arca y reunir a toda la fauna del planeta. Como bien sabéis, los 11 primeros capítulos del Génesis son relatos míticos y alegóricos, es decir, transmiten enseñanzas a través de historias que tienen mucho en común con otras muy parecidas de las culturas egipcia, fenicia y mesopotámica.

Génesis Capítulo 7, versículos 1-7

1. Dios dijo a Noé: «Entra en el arca tú y toda tu casa, porque tú eres el único justo que he visto en esta generación.
2. De todos los animales puros tomarás para ti siete parejas, el macho con su hembra, y de todos los animales que no son puros, una pareja, el macho con su hembra.
3. (Asimismo de las aves del cielo, siete parejas, machos y hembras) para que sobreviva la casta sobre la haz de toda la tierra.
4. Porque dentro de siete días haré llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y exterminaré de sobre la haz del suelo todos los seres que hice.»
5. Y Noé ejecutó todo lo que le había mandado Dios.
6. Noé contaba seiscientos años cuando acaeció el diluvio, las aguas, sobre la tierra.
7. Noé entró en el arca, y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, para salvarse de las aguas del diluvio.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Xavi Hernández, futbolista cristiano y defensor de la fe católica

Ya he comentado en otros posts que no abundan los deportistas de élite españoles que hagan pública su fe católica. En los últimos meses, de palabra y de obra, hemos tenido una agradable sorpresa: la confesión pública de fe del jugador del Fútbol Club Barcelona y de la Selección Española Xavier Hernández Creus.

Xavi (Tarrasa, 25-01-80), el “cerebro” del Barça y de la Selección Nacional, ha demostrado que tiene la misma elegancia dentro del campo que escribiendo unas páginas del libro homenaje a Benedicto XVIHablando con el Papa”, de la Editorial Planeta Testimonio. Parece ser que tiene un don privilegiado no sólo por su excelente visión de juego y por encontrar el pase imposible entre las defensas rivales, sino que también tiene ideas muy claras respecto a la vida y los valores cristianos que proporciona el deporte. En los siguientes párrafos me limito a transcribir unas cuantas ideas de ese texto:

"….El perfeccionamiento deportivo requiere la práctica de virtudes que el cristianismo siempre ha valorado: la templanza, la prudencia, la constancia, la laboriosidad... El deporte de alto nivel requiere sacrificios sin cuento, incompatibles con una vida disipada. La seriedad con la que un deportista debe cuidar su cuerpo también tiene un contenido moral tal como nos indica Benedicto XVI. El deportista debe respetar su cuerpo, saber que éste no es sólo un mero objeto, un objeto de placer o una mercancía. Pero respetar no es lo mismo que idolatrar. La fascinación narcisista con la propia imagen es ajena al propio espíritu deportivo….

….Además de potenciar las virtudes individuales, el deporte es escuela de virtudes sociales. El deportista debe superar todos los roces personales de la convivencia, anteponiendo a todo el éxito del colectivo y el interés del conjunto. Dicho espíritu requiere solidaridad, coordinación, entrega al colectivo, sacrificio del brillo personal. Pasarle el balón al compañero mejor situado en lugar de regatear individualistamente. Sacrificarse en labores poco vistosas o lucidas. Asumir con paciencia ser sustituido o quedarse en el banquillo cuando otro compañero está en mejor forma. Animar al compañero lesionado… Todo ello va forjando el carácter del deportista y de la persona….

…También se aprende a respetar al adversario. Se le respeta más cuanto más temible y competitivo es. Además, los deportistas profesionales sabemos que un jugador del equipo rival pasa a ser un aliado en la Selección Nacional. En la selección hemos confraternizado jugadores de equipos denominados “eternos rivales”. Se trata también de una gran experiencia humana y cristiana…

…Los deportistas sabemos que tenemos un amigo en el papa Benedicto XVI"

Después de las palabras, vienen los hechos. Voy a comentar la acción caritativa con las que Xavi ha combinado este bonito discurso. El pasado día 13 de julio contraía matrimonio con su novia Nuria Cunillera. Lo hicieron en una Iglesia, lo cual, en los tiempos que corren, ya empieza a ser noticia. Pero más notable aún es que el valor de los regalos de boda que la pareja recibió (que a tenor del nivel económico de ambos y de los invitados serían cuantiosos) fueron destinados íntegramente a ayudar en la construcción de un Hospital de los Hermanos de San Juan de Dios, Orden de la que Xavi es colaborador habitual. A través de Xavi, otras instituciones como La Caixa se han comprometido a aportar el dinero necesario para concluir el proyecto. 

El propósito de Xavi es abrir un Centro de Día para niños enfermos de cáncer que pueden estar en casa pero a la vez requieren un seguimiento diario. La idea surgió cuando Xavi visitó en el Hospital a Miquel, un niño enfermo de cáncer en tratamiento de quimioterapia muy seguidor suyo al que regaló una camiseta dedicada y deseó una pronta recuperación. Miquel le pidió que le dedicara el siguiente gol que marcara. Dicho gol llegó en Liga de Campeones contra el Paris Saint Germain. Tras anotar el tanto, Xavi se pasó la mano por la cabeza en un gesto que después aclaró a los medios de comunicación para indicar la identidad del homenajeado. 

El detalle de la donación es un gesto que le honra. Habrá quién piense que la pareja no necesitaba esa cantidad, y posiblemente así sea, pero muchos otros tampoco lo necesitan y no tienen estos detalles. Es importante que haya famosos que tengan gestos de este tipo, y me parece positivo divulgarlos, para que el ejemplo cunda. No vivimos tiempos fáciles y cualquier ayuda es poca. Si como Xavi, hay quien lo hace a través de la Iglesia Católica, para mi se convierte en un testigo del Evangelio. Quien lo haga a través de ONG´s o de otro tipo de plataformas también merecen mi respeto y admiración. Lo importante es ayudar en los tiempos que corren, en los que tanta gente lo están pasando tan mal. 

Como suelo decir en estos casos, Xavi era para mi objeto de admiración por su talento futbolístico. A partir de ahora, además, lo es por su talla humana y moral. Para mi es un referente de un cristianismo de palabra y de obra, un cristianismo solidario y que se preocupa por los que más sufren en este mundo que nos ha tocado vivir.