Han sido cerca de tres años de silencio en el blog. No de un
silencio obligado, sino más bien de un mutismo autoimpuesto, inconscientemente
regulado a causa de haber tenido que reinventar mi existencia, de la ausencia
de ideas o de la continua presencia de otras preocupaciones vitales que me
alejaban del teclado como medio de comunicación espiritual. Mi alma estaba
demasiado agitada interiormente como para poder transmitir algo coherente y
sustancioso al prójimo. ¿Cómo puede un ciego
guiar a otros ciegos en medio de la tormenta y de la Noche Oscura? Ahora
mi alma está en paz. Serena, como el dulce y constante runrún de las olas con
el que me adormezco en estas noches portuenses. Alma en paz, porque aunque los sedimentos
recuerdan la tempestad -como los despojos en el agua después de un naufragío- mi
espíritu descansa pacífico y dulcemente llevado por el vaivén constante de la
marea. Cambié el Amor por el amor, sabiendo que con ello me convertiría en
objeto de escándalo para algunos y de necedad para otros. Pero si algo no he
traicionado nunca en mi vida ha sido mi conciencia, y a ella seguiré hasta que
un día tenga que partir al encuentro de mi Padre. A Él y solo a Él debo una
explicación, y estoy firmemente convencido que quien es Amor nada reprochará a
quien sólo quiso amar. Mi alma quiere seguir viviendo, seguir escribiendo y
seguir compartiendo su existencia con quien quiera escucharla. Tras años
convulsos, no exentos de tragedias familiares, de decepciones inimaginables
pero también de apoyos incondicionales, al fin mi alma descansa serena.
Quienes fuisteis asiduos del blog desde su creación o
quienes queráis ahora subiros al vagón de esta renovada aventura, sabéis que si
algo me encanta es relacionar las experiencias vitales con historias que vengan
al caso. No encuentro otra mejor para estos años pasados de mi vida como la que
a continuación relato:
“¿Qué te sugiere la noche estrellada?” -Preguntó el maestro
a su aprendiz.
“Eso, depende” -contestó dubitativamente el aprendiz.
“Desde una perspectiva meteorológica, la luna y las
estrellas, la ausencia de nubes y de viento me hacen predecir que mañana
gozaremos de una jornada de buen tiempo, climatológicamente hablando. Dando un
paso más en mi raciocinio, desde un punto de vista astronómico, veo cientos,
miles de estrellas, constelaciones y galaxias que me sugieren la infinitud de
un universo visualmente finito pero potencialmente infinito. Este pensamiento
ulterior me conduce a mirar las cosas desde un punto de vista filosófico,
maestro. Aquí me debato entre el ser de los elementos que mis sentidos perciben
o la nada aparente que muchos pensadores proponen. La luna es, las estrellas
son, yo soy, mi pensamiento es… pero que pasará cuando yo deje de ser?, ¿Se
acabará todo o habrá una recompensa posterior?. Estas preocupaciones, me
transportan, ineludiblemente, a un planteamiento teológico: ¿Existe un Dios
Creador y Organizador del cosmos y de su armonía o se trata todo de una mera
conjunción de factores aleatorios que han desembocado en la realidad actual?. Como verá, maestro, el factor de una noche estrellada me conduce hasta las más
sublimes de las preguntas que siempre han preocupado al género humano”,
concluyó el orgulloso aprendiz, muy satisfecho de su lógico y coherente desarrollo
racional.
"Y a usted, maestro, ¿Qué le sugiere la noche estrellada?" Preguntó
ansioso de encontrar eco a sus interrogantes.
“Que nos han robado la tienda de campaña”. Concluyó
lacónicamente el maestro.
Ya lo decía el antiguo adagio latino: “Primum vivere, deinde philosophari… “ (Primero vivir, luego filosofar…). Pues eso, que he estado tres años
buscando mi tienda de campaña y creo que ya la he encontrado. Ahora ya puedo
filosofar. Si queréis, lo hacemos en compañía…
Te copio la historia...
ResponderEliminarUn abrazo Jaime
Me alegro que hayas vuelto y compartas con nosotros tus experiencias y tu sabiduría. Un abrazo Jaime
ResponderEliminarMe alegro Jaime que hayas vueltos a compartir tu sabiduría seguiré con empeño tu blog como siempre. Un abrazo
ResponderEliminarMe alegro tanto que hayas tenido ánimo para seguir con tu maravilloso blog que tanto tiempo he seguido, no soy de las que escribo pero la ocasión lo merece. Un abrazo enorme de corazón Aroa.
ResponderEliminarHola Jaime,
ResponderEliminarSoy de Arcos y por suerte acaba de llegar a mi este blog, tan solo he leido esta entrada y no se muy bien como definirla, pero si me queda clara una cosa; tu sinseridad y tu actitud ante la vida y el amor.
Espero seguirte durante mucho tiempo.
Felicidades,
Es usted grande hermanito... con razón te decían Rabí en el seminario... el pulpito ha perdido un sabio predicador, pero hoy tiene mas repercusión esto que D. Juan del Rio llamaba los nuevos pulpitos. Un abrazo y que nada, ni nadie calle tu fe y tu amor a Dios.
ResponderEliminarMe alegro mucho que vuelvas a estar con nosotros me haces mucho bien
ResponderEliminarme alegro de que hayas vuelto,nada pasa por casualidad, el Señor asi lo quiso, aunque te quedara sin la casa de campaña, viste todas las estrellas y hasta lo demas alla y ahora por tu fe y amor a Dios goza de esa paz y serenidad que tanto temereces
ResponderEliminarSaludos
ResponderEliminarAntes de nada, creo que haces bien en retomar el blog aunque sea desde otra barrera. Sabes que te aprecio y te admiro porque me enseñastes a querer a Dios, a su Hijo y a su Bendita Madre através del Evangelio.
ResponderEliminarReferente al articulo deberiamos preguntarnos de donde venimos, hacia donde vamos y como llegaremos. Toda nuestra vida está rodeada de temores y angustias y mas si es a lo desconocido. Hay que ser feliz pero cuidado, no a cualquier precio. El cuento muy bonito, pero no para llevarlo a la practica. Lo que hacemos hoy es para mañana, y aunque se viva en presente, se mira el futuro. Y no hay futuro si no se hizo bien el presente. Que Dios nos Bendiga.