Hoy me he tropezado con este viejo cuento de Esopo y por motivos personales me ha tocado el corazón poderosamente. No es un cuento esencialmente religioso, aunque sí transmite dos valores esenciales para el cristianismo, cada uno a su estilo: La familia y el esfuerzo. La sabiduría del padre del cuento la podemos comparar perfectamente con la de Dios, ya que a menudo sus planes no son nuestros planes, su pedagogía es distinta a la nuestra, y la manera de obtener la felicidad no es la que nosotros queremos sino la que Él dispone. En fin, que echándole un poco de imaginación, podemos "cristianizar" la historia....
Un rico labrador que veía próxima su muerte, llamó a sus hijos aparte para hablarles sin testigos.
"¡Guardaos muy bien de vender vuestra heredad, legada por nuestros abuelos! Un tesoro se oculta en su entraña, aunque ignoro su sitio. Más, con un poco de esfuerzo, conseguiréis encontrarlo. Pasada la cosecha, removed vuestro campo, cavadlo de arriba abajo, sin dejar un palmo que no muevan vuestras palas."
Murió el padre, y los hijos cavaron el campo de abajo arriba, y con tal ahínco que, al año siguiente, la cosecha fue más grande. Dinero no encontraron porque no lo había. Pero su padre fue un sabio, enseñándoles antes de morir que el trabajo es un tesoro.
Muchas gracias por el cuento. E interesante la pedagogia de este padre a educar sus hijos. son cuentos que son siempre atuales. Gracias, Jaime. Saludos.
ResponderEliminarMuy Buena
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