Celebramos hoy a San Gabino de Roma (+295), presbítero y mártir, con una historia familiar de martirio creo que en la actualidad irrepetible: hermano de un Papa santo y mártir (San Cayo), padre de una santa mártir (Santa Susana) y al enviudar se hizo sacerdote y también murió mártir y santo. Copio el testimonio de sus martirios:
Apenas triunfó su hija, Santa Susana, de los tormentos, coronando su virginidad con el generoso sacrificio de su vida, cuando fue arrestado San Gabino. Encerráronle en un obscuro espantoso calabozo, que fue para él lugar apacible de sus delicias. Resuelto el tirano a vencer la constancia de su fe, o por el tedio, o por las incomodidades de la prisión, o dejándole morir en ella de hambre y de miseria, le hicieron padecer cuantos tormentos puede inventar la más cruel barbarie. Sufrió el Santo todos estos suplicios, no sólo con una constancia inalterable, sino con tanta alegría como si pasara la vida más divertida y más regalada del mundo. Seis meses pasó San Gabino en estos tormentos después de la preciosa muerte de su hija Santa Susana, hasta que, queriendo el Señor coronar su paciencia premiando sus trabajos, permitió que le cortasen la cabeza. Terminó nuestro Santo la carrera de su vida por un glorioso martirio el día 19 de Febrero del año de 296, dos meses antes que lograse la misma suerte su hermano el santo pontífice Cayo; y fue enterrado por los cristianos el cuerpo de San Gabino en el cementerio llamado de San Sebastián.
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