Cercana ya la Semana Santa, hoy quería compartir con vosotros este Poema al Cristo de la Buena Muerte de José María Pemán, gaditano de nacimiento y jerezano de adopción, quien por sus creencias religiosas y su posicionamiento político hoy se encuentra relegado al más oscuro de los ostracismos literarios, pero que sin embargo fue uno de los mejores poetas que ha dado esta bendita tierra de Andalucía.
Os dejo el texto, que aunque no se encuentra íntegro, debido a su larga extensión, no tiene desperdicio espiritual:
yo te adoro y yo te sigo;
yo, Señor de los señores,
quiero partir tus dolores
subiendo a la cruz contigo.
Quiero en la vida seguirte,
y por sus caminos irte
alabando y bendiciendo,
y bendecirte sufriendo,
y muriendo bendecirte.
Quiero, Señor, en tu encanto
tener mis sentidos presos,
y, unido a tu cuerpo santo,
mojar tu rostro con llanto,
secar tu llanto con besos.
Quiero, en santo desvarío,
besando tu rostro frío,
besando tu cuerpo inerte,
llamarte mil veces mío...
¡Cristo de la Buena Muerte!
Y Tú, Rey de las bondades,
que mueres por tu bondad
muéstrame con claridad
la Verdad de las verdades
que es sobre toda verdad.
Que mi alma, en Ti prisionera
vaya fuera de su centro
por la vida bullanguera;
que no le Lleguen adentro
las algazaras de fuera;
que no ame la poquedad
de cosas que, van y vienen;
que adore la austeridad
de estos sentires que tienen
sabores de eternidad;
que no turbe mi conciencia
la opinión del mundo necio;
que aprenda, Señor, la ciencia
de ver con indiferencia
la adulación y el desprecio;
que sienta una dulce herida
de ansia de amor desmedida;
que ame tu Ciencia y tu Luz;
que vaya, en fin, por la vida
como Tú estás en la Cruz:
de sangre los pies cubiertos,
llagadas de amor las manos,
los ojos al mundo muertos,
y los dos brazos abiertos
para todos mis hermanos.
Señor, aunque no merezco
que tu escuches mi quejido;
por la muerte que has sufrido,
escucha lo que te ofrezco
y escucha lo que te pido:
A ofrecerte, Señor, vengo
mi ser, mi vida, mi amor,
mi alegría, mi dolor;
cuanto puedo y cuanto tengo;
cuanto me has dado, Señor.
mi ser, mi vida, mi amor,
mi alegría, mi dolor;
cuanto puedo y cuanto tengo;
cuanto me has dado, Señor.
Y a cambio de esta alma llena
de amor que vengo a ofrecerte,
dame una vida serena
y una muerte santa y buena.
¡Cristo de la Buena Muerte!
El poema de Peman precioso, y muy adecuado para éstas fechas que se avecinan.
ResponderEliminarGracias por compartir este maravilloso poema, muy oportuno para estos dias, porque nos ayuda a profundizar el sufrimiento de Jesus que ofrecio voluntariamente su vida para salvarnos a cada uno de nosotros, ovejas de su rebaño. Que Dios te bendiga, amigo.
ResponderEliminarGracias mil Jaime, es bello ese poema hermoso en verdad Fe amor esperanza y gratitud
ResponderEliminarSublime.
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