Os recomiendo encarecidamente el visionado de este corto del argentino Roberto Benedetti que dura menos de tres minutos y que seguramente os emocionará. No quiero ser excesivamente spoiler, así que primero lo veís y después podéis seguir leyendo el comentario más abajo:
Vamos con el comentario. Creo que el autor de este perqueño vídeo ha conseguido condensar de manera brillante muchas realidades intangibles de nuestra sociedad actual.
En primer lugar, la temática está basada en "el corazón roto" que de alguna manera todos sufrimos. Todos tenemos (o hemos tenido) pequeñas -y grandes- decepciones que de manera diaria nos van minando la moral como a la protagonista de la historia. Ansiedad, depresión, stress, bullying, soledad, incomprensión... Todas estas contrariedades nos va "resquebrajando" hasta quitarnos la ilusión de amar y de vivir. La falta de amor y de comprensión nos rompen por dentro y estropean nuestra apariencia, que ya nunca vuelve a ser la misma. Apagan la sonrisa y nos provocan heridas que tardan mucho tiempo en cicatrizar.
"Solo el amor salvará al mundo". Esa parece ser la conclusión a la que llega la protagonista de la historia, pero no puede hacer nada por acceder a ese amor por sí sola. El amor no se compra, no se consigue con esfuerzo, no se puede encontrar en ninguna tienda. Incluso cuando lo tiene al alcance de su mano, "los otros" le impiden el acceso a ese maravilloso tesoro.
Solo Cristo, el "motero", puede regalarnos ese amor. "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros" (Juan 13,35). El mismo Hijo de Dios que nos mandó: "Amaos unos a otros; como yo os he amado" (Juan 13,34) y nos regaló ese amor muriendo por nosotros en una cruz y perdonando a sus asesinos. Como un auténtico profeta, no predicaba solo de palabra, sino que daba cumplimiento a su mensaje con sus obras: "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos" (Juan 15,13). Solo Cristo redime y salva un corazón roto de dolor. Quien se encuentra con él, no puede permanecer indiferente.
Este encuentro con el Salvador provoca una cadena interminable de Bondad que también recoge el autor del corto. El amor es contagioso y salva a los demás, tiene la capacidad de redimirlos de su oscuridad. Quien experimenta el amor de Cristo no se lo puede guardar, automáticamente se convierte en su discípulo y tiene la capacidad de expandir ese amor entre los demás. La protagonista comienza desde lo más cercano: En la familia, en el colegio, en su vida cotidiana... Y lo hace además dando cumplimiento a las palabras de San Mateo 10, 8. "Dad gratis lo que habéis recibido gratis".
Una historia interesante, sin duda, que nos enseña una gran lección: "Ama y haz lo que quieras" (San Agustín). Descubre el amor de Dios en tu vida y compártelo con los demás sin importarte lo que pase a tu alrededor...
Muy bueno. Te hace pensar y me ancanta el aspecto de Jesús!
ResponderEliminarEso es lo bonito de este tipo de cortos, que te hacen pensar... Un saludo
EliminarHola, soy el director del cortometraje. Gracias por tus palabras, me alegra que te haya gustado. Abrazo grande!
ResponderEliminarHola Roberto. Gracias a ti por tu labor. Desconocía su autoría, aprovecho tu comentario para retocar la entrada añadiendo tu nombre. Un abrazo
Eliminar