El actor que da vida al santo limeño es René Muñoz, quien realizaba uno de sus primeros trabajos y posteriormente hizo algo de cine, si bien su carrera culminó en el mundo de las teleseries. Destaca también la aparición de José Calvo (Fray Barragán) quien ya había actuado como fraile en la aclamada "Marcelino, pan y vino" de 1955.
Visto por encima lo más destacado de la ficha técnica podemos pasar al argumento:
Como toda hagiografía la película narra la vida de un santo, en este caso la del primer santo mulato de América, San Martín de Porres Velázquez (1579-1639), el hijo de un gobernador español y una negra liberta panameña. En su temprana juventud decide ingresar en un convento dominico de Lima, donde debido a su condición de hijo ilegítimo solo podía aspirar a la categoría de "donado" y se le encomiendan la limpieza del convento (de ahí su apodo "fray escoba"). Desde esta posición, al principio humillado (algunos lo tratan como "perro") poco a poco se va ganando el favor de todos, de personas de todas las clases sociales, y va realizando otras labores como médico, barbero o herborista (todo según los conocimientos de la época...) al tiempo que se le atribuyen milagros como bilocación, videncia, levitación, curación o dominio sobre los animales. Unido a ello, el celo apostólico y evangelizador que lo caracteriza lo van haciendo conocido en toda la ciudad y gran parte del país hasta el día de su muerte y su multitudinario entierro.
Como mensaje espiritual la película hace hincapié en que nos legó la humildad como la puerta de todas las virtudes. Su lema era realizar cualquier labor para mayor gloria de Dios. Es famosa su frase "No busques ser grande e importante a los ojos de los hombres, sino a los ojos de Dios".
El análisis del film es simple. La película es hija de su época y hay que entenderla como tal, proselitista pero al tiempo bien interpretada y dirigida. Entrañable, con un mensaje positivo, moralista y evangelizador. Es una película española sobre un santo peruano, cosa que hoy parece impensable. No imagino hoy una película española sobre un santo español, mucho menos sobre uno extranjero. Cada cine nacional se dedica a ensalzar las virtudes de sus compatriotas, no las de personas de otros países. Además, al espectador más joven le puede chocar que el acercamiento cinematográfico contemporáneo a las vidas de los santos es tratado de otra manera, más desde su humanidad e imperfecciones, mientras que este tipo de films presentaban una visión más idealizada de la santidad. No obstante, lo bueno que tiene este tipo de cine es que son atemporales, el tiempo no erosiona demasiado lo que se narra, pues su candidez e inocencia se acompasan perfectamente con el ritmo lento y cadencioso del argumento.
Recomendable, sí. Mejorable y actualizable, también.
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