Doce años después del rotundo éxito de crítica y de taquilla de El Príncipe de Egipto, la productora DreamWorks volvía a lanzar un producto similar, un largometraje animado basado en la Biblia. No obstante, las dos películas tienen poco más en común. En primer lugar, el formato de "José, rey de los sueños" no estaba destinado a la gran pantalla como su antecesora, sino directamente al mercado doméstico a través del vídeo y el incipiente DVD. Ello repercutió en un presupuesto muy inferior (casi del 10%...) y en unos resultados de crítica y ventas inferior al deseado.
En el apartado técnico se notaron dichos recortes. La dirección corrió a cargo de la pareja formada por Rob LaDuca y Robert Ramírez, con escasa experiencia en el sector, y para las voces de los protagonistas únicamente se contó con Ben Affleck (José) como gancho publicitario.
Inferior también en metraje (75 minutos) sí comparte con su antecesora bastantes momentos de canciones (hasta 6) que sin embargo no obtuvieron ningún reconocimiento a título de galardones como sí pasara con la primera entrega.
Su argumento reproduce la historia de José y sus hermanos, los doce hijos de Jacob, que se recoge en los capítulos 37 al 50 del primer libro de la Biblia, el Génesis. Es por lo tanto, una historia anterior cronológicamente a la de Moisés y el Éxodo. José es el penúltimo hijo de Jacob y el predilecto, debido a que posee un don para interpretar los sueños de manera profética. Traicionado y vendido por sus hermanos a unos mercaderes egipcios, allí también demostrará sus extraordinarios poderes, sin perder nunca la fe en el Dios de sus padres:
Faraón: Me dijeron que solo necesitas escuchar un sueño y puedes explicarlo.
Joseph: Yo no, Su Excelencia. La explicación viene de Dios.
Tras muchas vueltas de la vida, los hermanos de José tienen que emigrar a Egipto a comprar trigo para paliar la hambruna que azotaba a todos los países en aquella época. Allí tendrán que reencontrarse -sin reconocerlo- con José, quien no les pondrá las cosas fáciles y les dará una lección de perdón y de amor familiar que nunca podrán olvidar.
Precisamente el apartado espiritual de esta película es quizás más interesante aún que en la historia de Moisés, pues además de ser un elegido de Dios, José protagoniza una bonita historia de perdón y reconciliación. Como experiencia personal me consta que a los niños les llega más esta historia de perdón y conversión que la de Moisés, en la que a un niño le resulta bastante difícil entender que un Dios bueno castigue a todo el pueblo de Egipto -por muy tozudo que fuera el faraón- con la muerte de los inocentes primogénitos. La actitud de Judá, primero como un gran pecador pero después dispuesto a ofrecer su vida a cambio de la de Benjamín, no puede sino provocar admiración y empatía. Y un estudio aparte merece la capacidad de perdón del propio José, que lejos de guardar un rencor eterno a sus malvados hermanos es capaz de encontrar lo que de bueno hay en el fondo de sus corazones y considerarlos instrumento de Dios para que se cumplan sus misteriosos designios.
Esta es la segunda clave, ya que esta historia nos visibiliza como primer mensaje (y más importante) ese antiguo adagio de que "Dios escribe derecho con renglones torcidos", o lo que es lo mismo, que de las mayores desgracias (que tus hermanos te vendan) Dios puede sacar las mayores glorias (llegar a ser brazo derecho del faraón...). En palabras más bíblicas, como San Pablo afirmaba en su Carta a los Romanos "Por lo demás, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman" (8, 28). Creo que esta certeza se resume a la perfección en el diálogo final (inventado, por cierto) entre José y su hermano mayor Judá:
José: ¿Me perdonarás por pensar que soy un milagro de Dios?
Judá: Pero tú sí eres un milagro. Dios te envió para salvar a nuestra familia y a todo Egipto. Y tú lo hiciste.
En definitiva, me parecen dos claves espirituales muy interesantes. Ciertamente es una película muy inferior en cuanto a la calidad cinematográfica que "El príncipe de Egipto" pero igualmente aprovechable -me atrevería a decir que más- como recurso espiritual basado en la Biblia.
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