lunes, 21 de octubre de 2024

La Misericordia eterna de Dios: 1 Crónicas

El Primer Libro de las Crónicas se compone de 29 capítulos históricos (de lectura bastante aburrida) en la que proliferan interminables listados de nombres de la historia sagrada de Israel. Su contenido espiritual pasa por reconocer una lectura de la intervención de Dios en los diversos acontecimientos que se suceden a lo largo de los siglos del pueblo elegido, desde Adán hasta Salomón

En medio de esas tediosas listas de descendientes encontramos algunas oraciones con un contenido más espiritual, atribuidas casi todas ellas al Rey David, con unos temas y contenidos que se repiten la mayoría de ellos en el Libro de los Salmos. De una de ellas, en concreto del capítulo 16, he escogido un versículo que cualquier creyente se sabe de memoria, repetido hasta la saciedad en la recitación del Salterio o en los salmos responsoriales. Pese a su presencia abundante en la Liturgia -o precisamente gracias a ello...- no se debe ocultar la belleza de este simple versículo que nos habla de la infinita misericordia de Dios.

Su contenido, por sí solo, es una preciosa oración de alabanza:

1 Crónicas 16, 34:

¡Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia!

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