A lo largo de 10 capítulos se cuenta parte del reinado del rey persa Asuero. Comienza con la elección de Ester como sustituta de la reina Vasti, seguido de la conspiración de Amán para acabar con Ester, Mardoqueo y todo el pueblo judío. La narración termina con la intervención de Ester para salvar a su pueblo y conseguir la muerte de Amán y todos sus partidarios. Dentro de estas confabulaciones palaciegas, hay dos oraciones muy bellas, una de Mardoqueo y otra de Ester. De esta última selecciono dos versículos como los más relevantes de este libro sagrado. Estas oraciones no existen en el original hebreo pero sí en copias griegas acepatadas por la versión de los LXX. De ahí que en algunas Biblias se encuentre con la numeración 4, 17 pq y en otras como 4, 23-24bis. Me parecen muy representativos de este libro del Antiguo Testamento porque no solo imploran la misericordia divina, sino que piden la venganza sobre sus hostigadores, con ese carácter vengativo precristiano:
Ester 4, 17 pq:
¡Acuérdate, Señor, y manifiéstate en el momento de nuestra aflicción! Y a mí, dame valor, Rey de los dioses y Señor de todos los que tienen autoridad. Coloca en mis labios palabras armoniosas cuando me encuentre delante del león (Asuero), y cámbiale el corazón para que deteste al que nos combate y acabe con él y con sus partidarios.