Hoy me vais a permitir que haga una entrada larga, pero creo que merece la pena. Os pido diez minutos de vuestras vidas para que os recreéis en los dos textos que os propongo. Os recomiendo relajación y concentración antes de afrontarlos. Si estáis acelerados o con prisas, no sigáis leyendo. Dejadlo para otro momento. Buscad esos diez minutos para que vuestra alma encuentre un merecido reposo. Si ya los habéis encontrado, podéis seguir leyendo...
El domingo pasado, mi hermano citó en su homilía una de los textos más bonitos y poéticos que existen en la Biblia: la descripción que San Pablo nos hace del Amor en su Primera Carta a los Corintios. Al mismo tiempo que escuchaba la cita en cuestión, acudía a mi memoria -como si estuvieran íntimamente relacionadas- la canción de José Luis Perales que de alguna manera parafrasea ese texto. Inmediatamente pensé “ya tengo otra entrada para mi blog...”, ya que ambos textos me parecen geniales. Salvo que uno es Palabra de Dios y el otro es palabra humana, son perfectamente intercambiables y compatibles. Ambos hablan de la perfección del Amor, ese que Dios nos entrega infinitamente y que los hombres a modo de espejo debemos reflejar en nuestras vidas. Sea como sacerdote, como religioso/a, como esposo/a, como padre o madre, como hijo/a, sea en la familia, en nuestro trabajo o en nuestras relaciones de amistad… -allí donde nos encontremos- estamos llamados a reproducir ese Amor que ambas letras nos cuentan y nos cantan.
Y aquí es donde viene una matización importante que la filosofía griega (de la que San Pablo se hace eco y que hoy no se percibe en las traducciones) establecía para el Amor. En la Grecia clásica se distinguía el Eros de la Charitas. El primero es el amor interesado, un amor imperfecto que espera y busca una respuesta humana para saciarse. La Charitas es, por el contrario, el amor que da sin esperar nada a cambio. San Pablo y Perales nos hablan de este último. Desgraciadamente en nuestro idioma hemos pervertido la palabra “caridad” dotándola de otros matices y otras connotaciones distintas al Amor de San Pablo. Cuando hablamos de caridad pensamos en la limosna o en el pordiosero, cuando en realidad se trata de la palabra que encierra la expresión más sublime de amor. Precisamente hoy, que más que nunca se confunden y entremezclan realidades tan diversas como el amor, el sexo, el afecto, los sentimientos… etc. viene mejor que nunca que repasemos y oigamos los dos textos. Ambos nos ayudarán a reflexionar y a rezar acerca de la forma más perfecta de amar que humana y cristianamente pueden existir
Lectura de la primera carta de San Pablo a los Corintios (13, 1-8. 13).
Queridos hermanos:
Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se alegra con la verdad.
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasará jamás.
.....
En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor.
Música y letra de Amor sin Límites
Ya podría yo tocar el sol
y vaciar el mar,
o inventar un lugar al sur
para la libertad,
conocer el principio y fin
de cada estrella
y si me falta el amor, ya ves.
Yo no soy nada.
El amor
es la espera sin límites,
es la entrega sin límites
y es la disculpa sin límites, sin límites,
no es egoísta ni se irrita, no.
El amor
cree todo sin límites,
aguanta todo sin límites
y es generoso sin límites, sin límites,
no tiene envidia ni sabe contar,
no pide nada.
Ya podría yo morir por ti
y luego despertar,
o pintar de color la luz
y hacer dulce la sal,
ser profeta del porvenir,
romper el aire
y si me falta el amor, ya ves.
Yo no soy nada.
El amor
es humilde sin límites,
es comprensivo sin límites
y es la justicia sin límites, sin límites,
es siempre tierno y dice la verdad.
El amor
cree todo sin límites,
aguanta todo sin límites
y es generoso sin límites, sin límites,
no tiene envidia ni sabe contar,
no pide nada.
el amor
es la espera sin límites,
es la entrega sin límites
y es la disculpa sin límites, sin límites
no es egoísta ni se irrita, no,
no pide nada.
Me encantó. Bendiciones.
ResponderEliminares increible el amor es Dios
ResponderEliminarTotalmemnte de acuerdo,El Amor no pide nada. ESO ES DIOS AMOR SIN LIMITES.Gracias Jose Luis,por definirlo tan perfecto.
ResponderEliminarNo es estraño que acudiera a su memoria esa canción, pues el mismo Jose Luis Perales,ya en su día, explicó que fue al escuchar esa lectura durante la celebración de una boda, cuando pensó en hacer una canción inspirada en ella, pues era la mejor definición de amor que había escuchado jamas
ResponderEliminarQue Grandioso Sin Amor somos solo materia... .
ResponderEliminarLa canción es basada en corintios.
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