Pues sí, recuerdo haberla oído siendo niño y no encontrar en ella más
que lo que a primera vista hay: un montón de frases inconexas, sin sentido y aparentemente sin ningún lazo en común. Bueno, sí, todas eran palabras relacionadas con Dios… pero ¿se ocultaba bajo ese galimatías algo más…?
Sí, lo había. Al profundizar en lo escrito -con el paso de los años- veo con nitidez la
genialidad de Aute: fue capaz de poner letra, voz y música a 40 expresiones que
contienen la palabra “Dios” (en realidad 41, si incluimos el título de la
canción).
El número 40 es un número
muy simbólico en la Biblia: 40 años pasó Moisés en Egipto, 40 años fue rey Saúl,
Noé estuvo 40 días encerrado en el arca, Moisés esperó 40 días en el Sinaí la entrega de
los mandamientos, Jesucristo estuvo 40 días en el desierto…) por lo que
sospecho que Aute no escogió esas 40 expresiones sólo por casualidad. Desde esta nueva perspectiva, el caos va entonces tomando forma, aunque sea simplemente para hacernos
conscientes a través de la música de la cantidad de expresiones que utilizamos y en las que nombramos
a Dios (muchas de ellas inconscientemente) a lo largo de un día.
Es una canción sin argumento, pero con sentido. El título no puede
estar mejor escogido. Idiosincrasia se define como "los rasgos, el temperamento o el carácter
distintivos y propios de un individuo o de una colectividad". La canción es, por tanto, una prueba evidente e irrefutable de que
Dios está presente en nuestro lenguaje, en nuestra cultura y en nuestra
sociedad. Algunas expresiones -las menos- han caído en el desuso en estos 25
años, pero la mayoría sigue formando parte de nuestro acervo cultural y
lingüístico. Lo cual no es cuestión baladí, más aún si tenemos en cuenta los intentos fundamentalistas y totalitarios por ocultar todo lo concerniente a la religión en la sociedad actual."La religión pertenece al ámbito privado de la persona" es un axioma falso con el que intentan hacernos comulgar cotidianamente desde muchos frentes. Pues mire usted, no. La religión y el fenómeno religioso tienen una clara -e intrínseca- dimensión pública, le pese a quien pese y le duela a quien le duela.
Por dar un toque de comicidad al asunto, me jugaría el pescuezo a que incluso los más laicistas, los más
ateos, los más antirreligiosos de nuestra sociedad han olvidado ya su obsoleto despido de "Salud" y han vuelto al tradicional “Adiós”, aunque minutos antes hayan estado planificando las estrategias a seguir para la
retirada de los símbolos religiosos en los lugares públicos….
En fin, que por mucho que algunos quieran y gracias a Dios, Éste sigue estando presente en nuestra sociedad, nuestro lenguaje y nuestra
cultura. Sigo parafraseando a Aute para mi despedida: Hasta el próximo
post, si Dios quiere, con Dios, adiós y que Dios os bendiga…
Os dejo la canción y su letra:
Dios te ilumine,
si Dios quiere,
Con la ayuda de Dios.
A Dios rogando, y con el mazo dando,
Adiós,
Vaya por Dios,
Dios mío,
la de Dios es Cristo,
como hay Dios.
Dios mediante,
si Dios no lo remedia,
Los sin-Dios,
con Dios,
como Dios manda,
Palabra de Dios.
Aquí no se mueve ni Dios,
Castigo de Dios,
por Dios, por Dios...
Dios los crea,
los que Dios mande,
Dios proveerá.
Dios aprieta pero no ahoga,
A la buena de Dios.
La Madre de Dios,
en las manos de Dios,
Como Dios,
por esos mundos de Dios,
En nombre de Dios.
¡Dios Santo!
¡Dios no lo permita!
Dios te bendiga,
Pordiosero,
Vive Dios,
Dios se lo pague,
vive Dios,
Dios te oiga,
vive Dios,
Dios bendito,
vive Dios,
Dios nos pille confesados...
Aquí no se aclara ni Dios,
Gracias a Dios (60).
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