viernes, 14 de junio de 2013

La alegría de Francisco I y Juan XXIII

Decía San Francisco de Sales que “Un Santo triste es un triste Santo”, haciendo alusión a que el cristiano debe vivir alegre y transmitir alegría a su alrededor. El Papa Francisco ha actualizado esa sentencia afirmando que “Algunos cristianos tienen cara de pepinillos en vinagre” (homilía del 10 de mayo de 2013). Por frases como ésta, algunos ya han empezado a ver claras sintonias entre las maneras de entender la vida del Papa Francisco y la del Beato Juan XXIII (El Papa Bueno).

El pasado 3 de junio se cumplieron 50 años de su fallecimiento, ocasión que podemos aprovechar para conocer algunas anécdotas de Angelo Roncalli. Yo no tuve la suerte de conocerlo, pero todo lo que he leído de él y sobre él es bueno. Quienes lo conocieron destacaban su espontaneidad, su naturalidad y su ingenio.

La primera (y para mi gusto más genial ocurrencia de Juan XXIII) fue cuando en una entrevista, le preguntaron: “Santidad, ¿Cuántas personas trabajan en el Vaticano?” a lo que el Papa Bueno respondió: “Más o menos la mitad”… Creo que sobran los comentarios, se comenta que las risas de los periodistas todavía hacen eco entre las columnatas de Bernini….

Cuentan también que una vez salió del Vaticano a escondidas (en plan Cirilo Lakota en “Las Sandalias del Pescador”) a visitar a un amigo sacerdote enfermo. Al llamar a la puerta del Hospital del Espíritu Santo, la portera fue a avisar a su Superiora, quien se presentó diciendo: “Santo Padre, soy la Madre superiora del Espíritu Santo”. Ante tal afirmación, la respuesta de Juan XXIII fue “¡Qué carrera ha hecho usted, Madre! Yo sólo soy el siervo de los siervos de Dios!”. Esta costumbre de andar sólo por las calles de Roma para visitar enfermos, presos, vagabundos, hizo que se ganara el sobrenombre de una famosa marca de Whisky: “Johnny Walker” (Juanito el caminante…).

Otra anécdota curiosa la contó el Rabino Jefe de París. Ambos fueron presentados en una recepción y entablaron una amistosa charla. Cuando fueron reclamados para sentarse a la mesa, al ir a pasar por la puerta de entrada, el Rabino le indicó al Santo Padre que pasara primero, a lo que éste respondió: “No, por favor, el Antiguo Testamento va antes...”.

También contaba en tono jocoso su condición de Papa. En su biografía escribió: “Con frecuencia me desvelo a media noche y empiezo a pensar en un algún problema grave y decido que a la mañana siguiente se los expondré al Papa. Después, me despierto completamente y ¡me acuerdo de que yo soy el Papa!”. En ese mismo escrito y en un tono sarcástico afirmaba: “Todo el mundo puede ser Papa. La prueba es que yo lo soy”.

Como veis el buen humor y la espiritualidad no están enfrentadas, más bien al contrario, deben ser complementarias la una de la otra.

Quizás con el declive de su progresiva enfermedad la imagen del Beato Juan Pablo II la tenemos un poco distorsionada. Muchas personas, tienden más a recordarlo achacoso y torpón en la última y dolorosa etapa de su vida que con la jovialidad y alegría que caracterizaron su extenso Pontificado. Sin embargo, esto no se corresponde con la realidad. Juan Pablo II destacó sobremanera por sus “puestas en escena”, su naturalidad, su sentido del humor y por su sonrisa. Para muestra, os dejo este vídeo con el testimonio de Japo, el payaso español que todos los años actuaba para Juan Pablo II







Son 5 minutos espectaculares... Sencillamente, para enmarcar

3 comentarios :

  1. Gracias, una vez más,muy oportuno. Ya conocía el video del payaso Japo. Los que disfrutamos de la Fe, siempre estaremos alegres. Sólo las situaciones mundanas nos entristecen, porque le damos más lugar que a Dios. El día que sepamos tener a Dios en todo y para todo, seremos felices y alegres, "como Dios manda".

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  2. Gerardo Chávez16 jun 2013, 12:52:00

    Es bueno conocer lo que piensan los altos jerarcas eclesiásticos. Gracias por el post. Namaste!!!

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  3. Jesús Martínez16 jun 2013, 12:59:00

    GRACIAS POR COMPARTIRNOS ESTO. ES INCREÍBLE QUE NOS OLVIDEMOS DE LA IMPORTANCIA DE LA ALEGRÍA EN LA VIDA DEL SER HUMANO.
    YO SÍ CREO QUE ES BUENO QUE LA GENTE SEA ALEGRE Y QUE CONTAGIE CON SU BUEN HUMOR A LOS DEMÁS.

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