La de hoy es una historia ingeniosa, una metáfora entre el nacimiento y la muerte. La comparación no es tan nueva, ya que la usaban algunos Santos Padres, pero la historia si es la primera vez que la leo:
Dos niños gemelos estaban en el vientre de la madre. Allí reían, jugaban, y hablaban de muchas cosas, aunque muchos crean que esto es imposible.
Un día, mientras Juan dormía, Antonio escuchó las siguientes palabras que llegaban desde fuera…
“Creo que vienen ya. En unos minutos, todo habrá terminado”
¿Terminado? Se preguntaba Antonio al mismo tiempo que se iba angustiando…
"¡Juan! ¡Despierta, despierta!…" Le dijo a su hermano
"¿Qué te pasa?, ¿Por qué no te duermes?" -Le preguntó Juan
"¿Tú crees que hay vida después del parto?" -Preguntó impaciente Antonio
"Sí, claro que existe vida después del parto. Nuestra vida aquí está planeada sólo para que crezcamos y para que nos preparemos para la otra vida…." - Respondió Juan muy seguro de sí mismo
"Pero yo acabo de escuchar que no... ¿Otra vida? ¡Qué tontería! ¿Qué cosas dices? Eso no puede ser posible. No puede existir. Cuentos para que no nos amarguemos… ¿Cómo puede ser la vida después del parto?" -Antonio decía cada vez más nervioso
"Yo tampoco lo sé muy bien. Pero seguro que será muchísimo más clara y más luminosa que aquí. Y a lo mejor comeremos por la boca, y podremos correr." -Reflexionaba Juan
"¡Qué bobo eres si crees en esas cosas! ¿Correr? ¿Comer por la boca? ¡Qué ridículo sueño! Aquí estamos bien amarrados… Tenemos nuestro cordón que nos alimenta, y no sería posible vivir sin él después del parto..." -Antonio decididamente veía descabellado que hubiera otra vida
"No, no es así. Seguro que es posible. Lo que ocurre es que todo será un poco de otra manera. No sé cómo, pero de otra forma" -respondió Juan intentando calmar a su hermano
"Además nadie ha vuelto después del parto al vientre de su mamá. La vida termina con él y es muy oscura. El parto es sólo un gran sufrimiento." - se jactaba finalmente Antonio
"Aunque no sé con precisión cómo será la vida después del parto, creo que veremos a mamá y ella nos explicará todo" - le insistía Juan con paciencia
"¿Mamá? ¿Qué mamá? ¿Tú crees que existe una mamá? ¿Y dónde está?" -Preguntaba Antonio poniendo a prueba a su hermano
"Mira. Aquí, en todo nuestro entorno. Estamos y vivimos en ella, por ella y a través de ella. Sin ella ni siquiera podemos existir." - Respondió Juan
"¡Tonterías! No he visto nunca a ninguna mamá. Así que no puede existir. Hermano, sino la veo, no creeré en ella..." -Antonio dijo con pesar
"¡Psssssst! ¡Escucha! ¿No te acuerdas? Algunas veces, cuando estamos quietos y en silencio, la podemos oír cantar, y sentir cómo acaricia nuestro mundo. Nuestra vida en plenitud empezará sin duda después del parto..."
La conversación se interrumpió unos segundos, ya que ambos se quedaron sin aire de repente. A duras penas, mientras se estaban asfixiando por la falta de aire, vieron como les cortaban el cordón que los unía a aquella oscura cueva y notaron como el líquido en el que estaban inmersos se derramaba por todas partes. De repente, hacía frío, mucho frío. Definitivamente era el fin.
Ambos lloraron, pero ese llanto, lejos de ser amargo, trajo consigo la sonrisa y la alegría de todos los que estaban alrededor en una sala blanca, llena de luces y de nuevas caras protegidas con una mascarilla….
Pues nada, a disfrutarla y a seguir el camino de la Cuaresma....
Precioso
ResponderEliminarLo he leído entero y me he quedado con ganas de más. Gracias
ResponderEliminarHola bendición
ResponderEliminarHola Jaime
ResponderEliminarJuan Manuel
Entendiendo que este relato es metafórico. Así habría que entenderlo porque el que dos fetos hablen y razonen dentro de la placenta materna pues no podría ser entendido de otra forma. Lo más discutible es la intención última con la que se escribió este relato que creo todos llegan a la misma conclusión: el paralelismo entre la conversación fetal y nuestro futuro tras la muerte.
Dentro de la lógica literaria se puede disfrutar el ingenio al poner palabras “sabias” en fetos nonatos. Pero de ahí a entender que semejante ejemplo puede explicar otras verdades por demostrar hay mucho trecho.
Primero este relato, peca de sesgo de confirmación. Inventar una historia ilógica, irreal, onírica para explicar, “para confirmar” pretendidas verdades. Y es lo que ocurre con las historias irreales que, lo mismo podrían explicar la confirmación del cielo eterno como la crítica a la postura de la Iglesia en cuanto a estar en contra con la fertilización in-vitro, por ejemplo. Sólo tengo que cambiar el diálogo de esos niños donde escuchan diálogos “ahí fuera” que muestran su contrariedad al matar hipotéticos “hermanos” que ni los propios fetos conocían. Así que el valor del relato, fuera del típico juego literario no tiene otra validez argumentativa.
No solo tiene sesgo de confirmación sino que también tiene el error lógico denominado falacia de la afirmación gratuita así como la falacia de la carga de la prueba.
El argumento lógico que aquí se desprende es el siguiente:
Si A conduce a B
(Si dos fetos nacen se encuentran en el mundo exterior)
Luego B conduce a C
(De nuestra vida al morir iremos a otro lugar)
Argumentativamente no se desprende nada:
Si a Pedro le gustan las lentejas a su hermano Juan también le tienen que gustar.
Donde no hay argumentos no hay razones.
La falacia es evidente y lo único que la sustenta es otra falacia, la del Sofisma populista, en el que tiene que ser porque muchos lo creen.
Lo dicho. Como ejercicio literario metafórico puede tener sentido, pero confirmar validaciones no argumentadas sólo puede ser ejercicio de creyentes: Credo quia absurdum
Hola Juan Manuel. Evidentemente no se trata de un relato que intente demostrar la existencia de otra vida, faltaría más. Como bien dices es metafórico y lo único que pretende, al modo poético-literario es contar una bella historia, irreal, por supuesto. Aplicarle la lógica filosófica clásica es ridículo, igual que sería estéril aplicársela al Quijote o a cualquier texto literario de ficción. No pretende demostrar científicamente la existencia de Dios o de la otra vida, cosa que ni siquiera Santo Tomás en su larga y prolífica vida consiguió. La suerte es que tampoco -y a pesar de que a más de un científico le gustaría- se ha podido demostrar lo contrario.
ResponderEliminarSaludos
Hola Jaime
ResponderEliminarJuan Manuel
Evidentemente no se puede demostrar lo que no existe. Además parece que para creer sólo necesitas que te lo hayan ensañado de niño y, sin embargo, quieres que te demuestren fehacientemente la no existencia: curioso. No hay equidad.
Pero con tu argumento caes, de nuevo, en otra falacia argumentativa: la carga de la prueba.
Si un astrónomo anuncia que ha descubierto un planeta con vida no basada en el carbono habrá de ser ESE astrónomo quien lo demuestre, no el resto de la comunidad científica.
Precisamente, en esta semana, hemos asistido a una asombrosa confirmación sobre una teoría anterior: el Big Bang.
Se enuncia una teoría como que el universo se formó con una explosión inicial. Todos los datos validan esa suposición. Incluso se esfuerzan en encontrar datos que no se ajusten a esa teoría. Pero aún así no hay datos que descarten el Big Bang. Aún así está dentro de la física teórica. Se plantean metas en las que si se consiguen darían validez al argumento… Y esta semana hemos asistido a eso. La confirmación física de la teoría.
Ese es el poder de la ciencia.
Un investigador forense encontrará multitud de pruebas que apunten a un sospechoso. En algunos casos muchas pruebas circunstanciales avalan la culpabilidad de esa persona pero, lo que busca ese policía es la prueba incriminatoria.
Es decir, si se dice que tras la muerte hay un más allá pues hay que demostrarlo. Esgrimir un libro de la Edad de Bronce lo asumís como prueba evidente y, sin embargo, exigís pruebas de la no existencia de esa otra vida. Va contra toda lógica.
Argumentando como los creyentes yo puedo decir que hay un monstruo espagueti volador que creó el mundo y nos vigila, cuida y nos juzgará tras la muerte y te pido que demuestres que no existe…. Te encontrarás en la misma posición que los ateos en cuanto a Dios.
Lo que sí es evidente es que cuando uno muere, se descompone. Pero para asumir eso hace falta ser muy humilde.
Saludos
Hola Juan Manuel: Ante todo decir que comparto muchon de lo que dices, pero aunque termines haciendo una apología de la humildad, hablas como si estuvieras en posesión de la verdad absoluta, lo cual no tiene mucho de humilde que digamos... Además caes en los mismos errores que la Iglesia, sólo que tú y muchos científicos lleváis 500 años de retraso: Tener un pensamiento único donde lo demás no tiene cabida. Un pensamiento cientificista, positivista y permíteme, rancio. También esta semana el más eminente matemático del mundo ha dicho que las matemáticas le acercan a Dios y no veo que me lo menciones. Te quedas con una ciencia de Sagan y Hawkins, una ciencia divulgativa pero poco seria, muy ideologizada y que para nada representa el sentir de la comunidad científica contemporánea. Yo no puedo demostrar a Dios porque los sentimiento no se demuestran, se muestran. Y por cierto, el Géne sis me parece un libro exactamente igual de alegórico que a ti. Ni por somo fundamento en él mi fe ni mi noción de creación, que por cierto, es compatible con el Big Bang.
ResponderEliminarUn saludo
Hola Jaime
ResponderEliminarJuan Manuel
Creo que yo muestro más humildad que un creyente cuando se cree tan "tocado por Dios" que no se conforma con saber que cuando muera acaba. No. Un creyente es tan "humilde" que considera que no puede ser que su vida acabe. No. Tiene que tener una vida infinita y rodeado de todos los que le han complacido en vida, incluso el perro.
Cambian lo que es por lo que quieren que sea.
Incluso los más altos hechos altruistas tienen como fin conseguir esa vida eterna junto a ese Dios.
Yo soy ateo porque no hay pruebas de la existencia de Dios. Punto. Esa es mi humildad. Si algo desconozco digo que no lo se. Pero lo que no haré es llamar Dios a lo desconocido.
No he escuchado, y he estado indagando por Internet a partir de tu comentario en cuanto a lo que mencionas que ha ocurrido esta semana sobre el acontecimiento matemático. No he encontrado nada. Te agradecería que me dieras el dato porque todo lo referente a la ciencia me interesa.
No sé si te refieres a Gödel en cuanto a lo del matemático eminente pero no ha sido esta semana:
Copiado del diario ABC (que no es una revista de rancios científicos) dice:
"A finales de los años 70 Gödel argumentó que, por definición, «no puede existir nada más grande de un ser supremo», y propuso mediante argumentaciones lógico-matemático la existencia de Dios. Su intención era demostrar que el llamado «argumento ontológico» de la existencia de Dios, es válido.
Ahora, los científicos han demostrado, con un MacBook ordinario, que su argumentación era matemáticamente correcta. En este sentido, los investigadores han subrayado que este trabajo, publicado en Arxiv.org, tiene «más que ver con la demostración de que una tecnología superior puede ayudar a la ciencia, que con la teoría de que Dios exista o no".
El hombre primitivo entendía al rayo como un acto directo provocado por los dioses. A medida que el hombre va descubriendo, los dioses se van escondiendo más atrás. En lo que se desconoce. Siempre habrá hechos que se desconozcan y siempre habrá creyentes que irán reculando buscando a Dios.
Y eso es lo que ha sabido hacer la Iglesia católica a diferencia de otras confesiones. Se ha adaptado y se refugia en ese desconocimiento. Las confesiones que creen en la literalidad de la Biblia, efectivamente, se limitan.
Si un científico rancio me avisa que se acerca un asteroide a la tierra... tiemblo. Si un religioso ha hablado con dios y dice que en Agosto se destruye el mundo... me río.
Y seguro que tú también confías más en la ciencia que en tus rezos. ¿O no?
Saludos
Hola Juan Manuel. Lo del matemático no lo encuentro, lo he leido esta semana pero no lo encuentro.
ResponderEliminarNo obstante te dejo un par de enlaces, uno actual y otro histórico para que veas que comunidad cientifica = ateísmo sí que es una falacia de esas que nombras tanto.
Saludos
http://cnnespanol.cnn.com/2014/03/21/el-hallazgo-sobre-el-big-bang-ofrece-pruebas-de-dios/
http://www.aleteia.org/es/religion/noticias/la-fe-confesada-por-genios-de-la-ciencia-5815155703152640
Hola Jaime
ResponderEliminarJuan Manuel
Gracias por los links. Pero creo que no me he expresado bien. No digo que los científicos sean ateos (aunque en norteamérica el 90% se declara o ateos o agnóstico) Lo que sí que digo es que "ser científico", el método científico, es totalmente incompatible con el pensamiento religioso.
¿Que existen científicos creyentes?. Por supuesto. Y según la especialidad en la que trabajen unos más que otros.
Pero eso se debe a no evaluar de la misma forma su pensamiento científico con sus convicciones religiosas. Las separan. Son escépticos pero con sus creencias no lo hacen.
Un ejemplo. Sólo es un ejemplo. Y tómmalo como tal. Como curiosidad.
Francis Collins, imagino sabrás que es nada más y nada menos que el director del proyecto genoma humano. En una entrevista, (lo siento, pero no consigo encontrarla, pero si lo deseas insisto sobre ello) le preguntan sobre su cristianismo y dijo que observando a sus enfermos, leyendo un libro del autor de Las crónicas de Narnia y en una paseo en una tarde de otoño decidió convertirse al cristianismo.
El que le entrevistaba le preguntó cómo un hombre analítico y que tiene que ser escéptico a la hora de escrutar y poner a prueba sus descubrimientos es creyente.
Collins contestó que le diga algo que no sea escrutable y racional en el cristianismo.
El entrevistador le dice que los Evangelios lo escribieron gente que no llegaron a conocer a Jesús.
Collins se queda callado y dijo "eso no lo sabía".
¡Por supuesto que eso cortocircuita!.¿Como se puede decir: "Y Jesús dijo..."?
Si un astrónomo considera que tras lo desconocido está la idea de Dios, pues es cuestión de creer.
Saludos Jaime
Me quedo con tu última frase. "Es cuestión de creer". Evidentemente. Sino, la fe sería ciencia, y no. La fe es fe y la ciencia es ciencia. Aunque la fe tenga componentes de un acto racional y la razón (incluso la científica) también exige un acto de fe. Pero son independientes.
ResponderEliminarMe explico mejor: Cuando tú por ejemplo te crees la teoría del Big Bang, a menos que seas el que la ha descubierto, estás haciendo también un acto de fe. En la persona que te lo cuenta, en la teoría e incluso en el método cientifico. Sin un acto de fe previo (y no hablo de fe sobrenatural, sino de fe racional) no puede haber conocimiento. E incluso quien la haya descubierto ha necesitado un acto de fe en los descubrimientos que le han servido de base.
Así que la fe en Dios no es sino una fe más de las muchas que utilizamos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.
No veo entonces porqué he de creer a alguien que me dice cómo comenzó el mundo y no voy a creer a quienes me cuentan que una persona que ellos consideran el Hijo de Dios resucitó hace 2.000 años. Ambos merecen mi confianza o desconfianza por igual. Pero si quienes me cuentan lo segundo además lo hacen con una coherencia en sus vidas (los primeros cristianos convertían a los demás no tanto por sus palabras sino por su testimonio de vida) me convencen más aún.
Saludos
Hola Jaime
ResponderEliminarJuan Manuel
Son fes muy diferentes y lo sabes. Si vas a comprar un coche usado no confías en el hombre que te dice que tiene 1 año y funciona perfectamente.
Imagino que le pedirás que te lo deje conducir, pondrás atención a si hace algún ruido, e incluso, si tienes algún amigo que es mecánico, le pedirás que te acompañe al escrutinio.
¿cuál es la diferencia?
Pues en el ejemplo de la religión, tu crees que el vendedor es de confianza porque alguien dijo que le dijeron que le dijo que decían que habían oído que ese hombre es honesto vendiendo. Esa es la Biblia.
Yo prefiero confiar del mecánico
Es muy diferente Jaime.
Saludos
Hola Juan Manuel: Te paso este link donde se afirma que más del 50% de los científicos son creyentes en EEUU para que revises las cifras que ponías un poco más arriba.
ResponderEliminarUn saludo
http://www.tendencias21.net/La-mitad-de-los-cientificos-es-creyente-y-casi-todos-aceptan-la-teoria-de-la-evolucion_a4037.html
Me lleno esta Hermosa reflexion....creo que Juan Manuel se equivoco de blog
ResponderEliminarhahahaha locos peleando :D la historia esta buena ... punto.
ResponderEliminarDisculpe, si le parece colaborar, quisiera saber cómo hizo ud. para que aparezcan las estadísticas de los países de donde lo ven. Por su atención, gracias.
ResponderEliminarBuenos días: No existe un gadget para ello, lo tengo que hacer manualmente. Añado un gadget de imagen y ya lo que hago es copiar y pegar la página de mis estadísticas. Espero que te ayude, un saludo
EliminarAmigos:
ResponderEliminarHago referencia a la historia de los dos fetos que discuten si existe o no Madre y si hay vida después del nacimiento el cual se ha ido extendiendo mucho en la red en varios idiomas.
Al principio me sentía halagado y no me preocupaba mucho el que fuera presentado como “Anónimo” o "Autor desconocido", pero me he encontrado con 10 o más personas diciendo ser los autores (¡de exactamente las mismas palabras!) o que otras personas los señalan como autores porque de esa manera les ha llegado el relato.
Pero también porque tanto la versión más extendida como algunas otras variantes (como la de este blog) contienen muchos errores (propio de malos escritores) por quererla “enriquecer” con un más destacado matiz religioso.
Escribí este cuento hace 35 años cuando nació mi hija menor y está incluido en mi libro "Morfogenia". En él solamente intenté crear un paralelismo con las cuestiones respecto a Dios, la muerte y la vida después; pero sin resaltar nada, eso se lo dejo al lector. En mi relato, tanto el que cree como el que no cree acaban ambos teniendo razón. Aunque a muchos no les va a gustar el final.
En mi libro “Histérica Historia” muestro en qué el creyente está equivocado y en qué lo está el ateo.
Pueden leer el relato completo en www.pablomolinero.com. Así como también mis comentarios sobre los errores cometidos en la versión más generalizada de ese plagio.
Pueden considerarse libres para usar el relato original en ejercicios, cursos o como consideren más oportuno (también invitando a que entren en mi blog y lo lean entero), pero siempre, por favor, indicando que el autor es el filósofo, escritor y compositor Pablo J.Luis Molinero.
Esto es de justicia porque parece mentira que un guía espiritual húngaro, una psicóloga checa (Dra. Jirina Prekop), el rabino Haïm Korsia (Francia), el responsable de la iglesia ortodoxa rusa en Saint-Michel-Archange en Cannes y varias otras personas, todas ellas de responsabilidad psico-espiritual se adjudiquen una autoría que no les pertenece.
Muchas gracias
No soy religioso ni Científico y mucho menos filosofo, pero me gusta lo que dice el Señor PABLO J. LUIS MOLINERO. Pienso que la lucha por tener la verdad es como dos personas que viendo un número en el piso, uno dice que es 6 y el otro dice que es 9. Me parece muy cierto lo que dicen, de que nadie tiene la verdad Absoluta.Les sugiero que compartamos los que nos acerca, lo que tengamos en común y que promueva la amistad.La lucha entre Religiosidad y Ateísmo, a mi manera de ver, deja poco beneficio y me parece una pérdida de tiempo.
ResponderEliminarMuchas Gracias Sr. Pablo J. Luis Molinero por aclarar lo de la autoría. Voy a leer el Texto Original.
Gracias
Saludos desde Lima, Perú
Pablo Moisés Sakamoto Díaz
Sin cera mente me gusto este relato de los dos fetos. Por que yo soy una persona que siempre e creído que hay vida en otro mundo. pero en un mundo espiritual y para venir a nuestro mundo terrenal, tenemos que venir en un vientre de una mujer y me imagino esa conversación en mi mente de esto dos feto preocupados por nacer. a si también es igual hoy. que estamos vivo en esta tierra. me imagino que cuando muramos como sera nuestra vida en el otro mundo que es espiritual. .osea este relato me a hecho reflexionar. que hay vida en otra vida
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