miércoles, 12 de febrero de 2020

La fe de Santiago Cañizares y su mujer Maite García

Aún recuerdo a Santiago Cañizares llorando el día que el Valencia perdió la final de la Champions contra el Bayern de Munich en Milán en el año 2001. Yo estaba allí, sufriendo con la afición valencianista la decepción de haber tocado la gloria deportiva con la yema de los dedos pero  quedarse a las puertas del Olimpo por los malditos penaltis. Para un deportista de élite es posible que no haya nada más frustrante ni que cause más impotencia que quedarse con la miel en los labios.

Unos años más tarde, en 2013, la vida golpearía aún más duro a Santiago Cañizares y a su mujer, Maite García, cuando tras una enfermedad de 15 meses perdían a su hijo Santi, uno de los 4 hijos del matrimonio. Si enterrar a un ser querido es la experiencia más dolorosa que atravesamos los seres humanos no quiero ni imaginar lo que debe ser para un padre o una madre despedirse de un hijo, una criatura inocente que contraviene las leyes de la naturaleza cuando abandona este mundo antes que sus progenitores.  

Con una vida plagada de tantos golpes y tan duros, lo normal es desesperarse y perder la fe. En el caso de este matrimonio, sin embargo, las tragedias han sido el revulsivo para darse cuenta de qué es lo verdaderamente importante y transmitir un mensaje de esperanza y de consuelo para muchas parejas que estén pasando por momentos parecidos. Ambos han hablado en los últimos meses de sus experiencias personales, agradecidos de que por aquel entonces hubieran personas que les ayudaran a encontrar una luz al fondo del túnel, personas que los acompañaran y los guiaran espiritualmente por las sendas de la oscuridad y la tiniebla.

Algunas frases son sencillamente para enmarcar. Santiago Cañizares resume una parte de su experiencia religiosa en esta frase que le repetía a su mujer: “Tú te crees que es hijo tuyo, pero es mentira, ha nacido de tu vientre, pero es hijo de Dios”. Ahora que muchas mujeres reclaman el derecho a decidir sobre un hijo no nacido habría que recordarles estas sabias palabras. 

Maite, por su parte, ha escrito mucho sobre el tema. Voy a señalar algunas frases que me han impactado como testimonio personal de fe y de esperanza de una madre que ha descubierto el misterio de la vida:

“Siento que él me eligió como madre y no podia fracasarle. Ni a día de hoy me puedo permitir estar un día triste, porque si él no lo estuvo nunca, ¿cómo voy a perder la sonrisa que él me enseñó a mantener aun en los peores momentos?”

"Entendimos durante esos 15 meses que él se quedó para enseñarnos cuál era su misión en esta vida. Estoy superorgullosa, porque supo hacerlo perfectamente. Era un sabio en cuerpo de niño que vino a enseñarnos lo que de verdad es la vida para que nosotros pudiéramos enseñarlo al resto de la sociedad. Si para él su enfermedad no era un lastre, sino un canal para enseñarnos todo, y supo sonreír incluso en el peor día de su tratamiento, yo, ¿cómo no lo voy a hacer?" 

"Antes, cuando yo era jovencita, tenía pánico a la muerte, quizás porque no había entendido el sentido de la vida. Tampoco entendía el valor, el significado, que conlleva todo lo que es la fe. Como ser humano fracasaré mil veces, pero lo importante en volver a levantarse y seguir ese camino. Ya no tengo miedo a la muerte: sé que lo primero que me encontraré es a él."

Un testimonio de fe impresionante de verdad....

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