miércoles, 3 de marzo de 2021

La Aparición (L'apparition, Francia, 2018)

Es curioso que La Aparición es la cuarta película sobre apariciones marianas que he visto y comentado en un corto periodo de tiempo, siendo todas ellas además muy distintas entre sí. Tierra de María la podemos encuadrar como de un documental religioso sobre las apariciones aunque con formato de largometraje, Garabandal es un film bienintencionado pero de bajo presupuesto con actores inexpertos y Lourdes es un film con un presupuesto y un guion elevados, pero la temática es más bien una crítica satírica del fenómeno de las apariciones, sin entrar en la profundidad que merece este tema.

La película francesa que hoy comento, La Aparición (2018) podría bien ser una buena síntesis de todas ellas. Es un largometraje que trata en profundidad y con seriedad el tema de las apariciones, teniendo un director experto (Xavier Giannoli) y actores contrastados como Vincent Lindon y la novel Galatea Bellugi (nominada por este trabajo a la mejor actriz revelación en los Premios César).

El argumento es el siguiente: Jacques es un periodista de guerra que se encuentra de baja porque acaba de perder a su compañero en una misión. La Congregación de la Doctrina de la Fe vaticana le encarga la investigación de unas supuestas apariciones en Francia. Anna, de 18 años, es la vidente de esas supuestas apariciones y en torno a su ciudad están acudiendo multitud de peregrinaciones. Jacques se incorpora a la comisión de investigación e irá desentramando la verdad, verificando que nada resulta ser lo que parece en un principio.

Aunque por el realismo, el rigor y lo bien documentado que está el proceso de investigación puede parecer que está basada en hechos reales, lo cierto es que en realidad se trata de un thriller con connotaciones religiosas que te mantiene atrapado en la trama desde el principio hasta el final. Lejos de temas más manidos como el fundamentalismo religioso o los escándalos eclesiales, el film es un intento bastante sugerente de adentrarse en el mundo interior de los diferentes protagonistas, algo que no abunda en la cinematografía actual. 

Precisamente por ello, creo que la mejor manera de comentar la película -sin ser demasiado spoiler- es la de analizar cada personaje por separado, ya que aparecen bastante estereotipados sobre las diferentes posturas que podemos encontrar acerca de las apariciones. 

Jacques Mayano: Periodista que experimenta una catarsis interior a lo largo de la película. Es ajeno a la vida clerical y a sus vericuetos, por lo que se siente extraño y diferente a los demás, fascinado por lo que está pasando pero a la vez receloso por sus convicciones racionalistas. A través de una honesta búsqueda íntima y personal, va a pasar de centrarse en la búsqueda de pruebas tangibles a entender y valorar lo subjetivo de cada experiencia religiosa. No se trata de un camino fácil y tendrá que ahondar en el resto de personas y situaciones para quitar la "hojarasca" y penetrar en el "meollo" de los corazones.

Anna: Vidente de 18 años de la que la película nos ofrece una visión de la profunda sinceridad de su fe, con continuas penitencias, mortificaciones y oraciones. Inseparable de su rosario, entiende que está sacrificando su vida por la divulgación del mensaje divino. Algunos se aprovechan de ella, otros la creen ciegamente, otros dudan pero se inclinan a creer que es real.... Sus miradas y su complicidad con el Padre Borrodine y con Anton Meyer, sin embargo, hacen que uno mantenga la suspicacia durante todo el film, sin saber si aquello que dice Anna es verdadero o no. 

Padre Borrodine: Es el sacerdote protector de Anna, quien reconoce que al principio no la creía y luego sí. También parece ocultar algo, y da la impresión de querer manipular a Anna, o incluso tener un romance con ella. Es receloso de las autoridades vaticanas y del proceso de investigación, lo que no dice mucho en su favor. 

Anton Meyer: Es un sacerdote alemán que se está encargado de la divulgación del proceso a su país y a otras potencias como EEUU. Desde el principio es el personaje más oscuro, pues antepone la propaganda (y sus beneficios económicos) a la supuesta verdad de las apariciones. Es sin duda, el personaje más siniestro y manipulador de toda la trama, aquel que tiene un fin y haría lo que fuera por llevarlo a cabo hasta el final.   

La doctora De Villeneuve, el Padre Gallois, el Padre Ezeradot y Stephan Mornay. Son los otro cuatro miembros de la Comisión. Psiquiatra, teólogo, representante de la Diócesis y secretario -respectivamente- representan a aquellos que viven "un día más en la oficina". En general son presentados como aquellos que creen que lo saben todo, que ya han visto situaciones como esta en otros casos similares y por ello tratan el asunto con ligereza, casi con "frivolidad", no esperando que nada nuevo les sorprenda. Me parece una intuición muy válida ya que parece una actitud muy generalizada en parte de la curia que se sienten superiores al resto de los mortales y que ni siquiera dejan que Dios los sorprenda en su vida. No obstante es presentada como una actitud lógica en aquellos que están acostumbrados por su trabajo a desenmascarar falsas apariciones y montajes de todo tipo. Me recuerda enormemente al personaje de Ed Harris en la película El Tercer Milagro, en la que es llamado "El asesino de los milagros", trabajo que le ha conducido a una profunda crisis vocacional. 

A través de la mirada de todos estos personajes vamos viendo la investigación canónica en la que poco parece importar la decisión final, sino la evolución interior de cada uno de los personajes. A lo largo de la investigación aparecerán tres elementos que parecen ser la clave de todo. Una síndone con sangre humana, un extraño icono con un agujero de bala y una muchacha que ha desaparecido, Marianne, íntima amiga de Anna. Me temo que tendréis que ver la película para ver cómo encajan todos estos elementos hasta la resolución del caso. Una frase me impactó sobremanera en los diálogos de la misma, acerca de lo minucioso de la investigación y lo precavida que es la jerarquía en estos temas: "La Iglesia prefiere dejar pasar un fenómeno verdadero antes que validar un engaño". Mencionar por último que me encantó la BSO de la película, con composiciones de Arvo Pärt (la música del cual sirvió de inspiración para el director), George Delerue, Claudio Monteverdi y Jóhann Jóhannsson, que acompañan a la perfección los elementos humanos y divinos de la historia.

Espero que la disfrutéis tanto como yo.

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