miércoles, 1 de agosto de 2007

Las vacaciones de un cura

Ya he vuelto de las vacaciones. A muchos les extraña que un cura tenga días libres, así me lo ha expresado mucha gente que me he visto por Sanlúcar y El Puerto; y así lo he comprobado también por algunas alusiones a mi último comentario... Por cierto, vistos los 28 comentarios, creo que voy a abandonar este blog de experiencias cristianas y abriré uno de fútbol, que creo que trae mas cuenta...

Sinceramente, volviendo al tema que hoy trato, creo que las vacaciones son más que nunca necesarias en la sociedad en que vivimos. Evidentemente, uno no deja de ser cura (se es sacerdote las 24 horas del día 365 días al año), pero si deja la labor cotidiana para hacer otras cosas que en el trajín de cada día es díficil realizar (pasear, ir a la playa, leer una buena novela, conversar distendidamente sin pensar que al día siguiente hay una obligación...) Todo ello humaniza y es sano. De paso se dejan de hacer otras cosas, como encender el ordenador o la Tv, gracias a que la programación televisiva en verano es más nefasta aún (si cabe) que durante el resto del año.

Pero sigamos haciendo apología de las vacaciones. Respondiendo incluso a un amigo anónimo (no nos quiso dejar su nombre...) que insinúa que Dios no toma vacaciones, le respondería que precisamente las invento él... ¿o no le suena aquello de "al séptimo día descansó..."?. Evidentemente no dejó ese último día (para los judíos el sabado, pera nosotros el domingo) de ser Dios, pero sí se tomo un merecido descanso después de la ardúa tarea de la creación...

Bromas aparte, todos nos cansamos. El trabajador merece su descanso, y así lo entiende nuestro sistema liberal capitalista. No son buenas unas vacaciones permanentes como tampoco es sano un trabajo asfixiante. Como en casi todo, en el término medio está la virtud. A un buen trabajo, gratificante y bien hecho (y remunerado) corresponden unas buenas vacaciones. Sólo así se reinicia de nuevo el ciclo laboral con ganas de volver al tajo.

Precisamente por el estado de cansancio de los últimos días no os comente dos actividades de las que de nuevo me siento orgulloso por la respuesta obtenida: La peregrinación al Santuario de Consolación de Utrera para ganar el jubileo (y unos Eurillos para la nueva Iglesia..) y la salida procesional del titular de mi parroquia, San Pedro; en el día de su onomástica, el 29 de junio. Muchas gracias a los que hicieron posible esos dos eventos, tan fructíferos personal y pastoralmente.

Bueno, para ser el primer día creo que basta con este alegato pro-vacacional, del que ahora espero que esté disfrutando mi amigo y colega del Barrio Bajo. Un saludo para él (si decide encender el ordenador, cosa que no le recomiendo) y para todos vosotros.

4 comentarios :

  1. ¡Hombre... un cura al que le gustan las procesiones! Me alegro como cofrade.

    Saludos.

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  2. Como dicen en los lugares de "alquiler" de mujeres de buen ver, QUE BUENO QUE VINISTES...
    Bueno, Padre, a la rutina cotidiana, y te aseguro que en una semana, las pilas las tendrás gastadas otra vez...la parroquia, catequistas, los lios de las hermandades, la parroquia nueva, las bodas, bautizos y comuniones, los sepelios, los turistas, las limpiadoras y los "porteros"...en fín, una odisea o un poema, como quieras, y despues te critican de las vacaciones...
    Bienvenido de nuevo pués, al mundo "laboral". Un saludo.

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  3. A ver como ver como te portas en éste nuevo curso.
    Ànimo y pa`lante, como la gente de alicante.

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  4. Jaime, nuevo tema porfa, que me aburro un monton.

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