sábado, 1 de septiembre de 2012

Pena de Muerte (Dead Man Walking, EEUU, 1995)

No entraba en mis planes comentar dos películas seguidas, ya que pretendo tener más variedad de repertorio, pero los acontecimientos se han precipitado. Esta semana ha salido a la luz en España la noticia de que tras diez meses desaparecidos, parece confirmarse la hipótesis de que presuntamente un padre ha secuestrado y quemado a sus hijos. Ya comentaba la semana pasada que no cabe mayor atrocidad, y que corresponde ahora a la justicia hacer su trabajo. Han sido varias las voces que han pedido cadena perpetua para el presunto asesino, pero me he sentido profundamente dolido cuando he oído a algún que otro exaltado solicitar la pena de muerte para este tipo de delito. Tal afirmación me parece una barbaridad y un paso atrás en nuestra sociedad democrática, por muy gordo que sea el crimen y muy enervados que estén los ánimos. Quiero creer más en la capacidad de perdón y de reconciliación que Cristo vino a traer al mundo, y ello no resta un ápice a la aplicación íntegra de las penas que imponga la  justicia. Toda esta situación me ha inducido a presentaros esta película.

El filme “Pena de Muerte” está basado en el libro “Dead Man Walking”, una historia real escrita por la Hermana Helen Prejean, en la que la religiosa católica narra cómo fue su relación de consejera espiritual de Patrick Sonnier, un homicida condenado a muerte en el estado de Luisiana en 1982 por asesinar a dos adolescentes. Curiosamente la Hermana Helen hace un cameo en el film, apareciendo como una de las activistas que realizan una vigilia de oración en contra de la Pena de Muerte en el exterior de la cárcel. El libro y posterior filme son un testimonio espiritual y profundamente conmovedor no exento de una sutil critica al sistema judicial norteamericano. El film obtuvo un Oscar (Mejor actriz principal) de los cuatro a los que estaba nominado. Tanto el libro como la película presentan una postura afín a la fe cristiana. Además de estar protagonizados por una religiosa en el papel principal femenino, se lanza un mensaje evangélico de amor, perdón y arrepentimiento. Es sin duda una película durísima, pero a la vez profundamente humanizante. En cuanto a lo artístico, merece una mención especial la canción  "Dead Man Walking", de Bruce Springsteen, la cual a pesar de estar nominada al Oscar no obtuvo la estatuilla, que recayó finalmente en una canción de Pocahontas

Vamos con el argumento de la película de Tim Robbins. El preso Matthew Poncelet (Sean Penn) reclama desde la prisión la ayuda de la hermana Helen Prejean (Susan Sarandon), quien trabaja en un gueto de negros en Nueva Orleans. Durante la semana anterior a la ejecución, Helen intentará que Matthew consiga la absolución y la paz espiritual, reconciliándose consigo mismo y pidiendo perdón a la sociedad y a los familiares de las víctimas. Sin embargo, a la hermana Helen no sólo le angustia la espantosa agonía del condenado, sino también el dolor de las familias de las víctimas. La película recoge las continuas visitas al corredor de la muerte para charlar con Matthew, así como a los destrozados familiares de las víctimas. Mientras tanto, con la ayuda de la defensa del recluso, se intenta desesperadamente evitar -o al menos retrasar- la ejecución, que lenta y angustiosamente aterrorizan a Matthew y a sus seres queridos.

Espiritualmente el film es muy aprovechable. Se recogen todas las posturas en este tema: a favor, en contra, dudosos... así como las diferentes posturas de los familiares de las víctimas: El sr. Delacroix simboliza a quienes (aún costándoles) están dispuesto al perdón, mientras que el matrimonio Percy representa a quienes no son capaces de perdonar. El capellán del Centro, la médico y los funcionarios aparecen como inflexibles e implacables en el cumplimiento de sus funciones, mientras que la Hermana Helen y su equipo representan a los que anteponen el valor de la vida (cualquier vida, incluso la de un asesino confeso) a la cultura de la muerte. Hay frases y diálogos para enmarcar. Vamos a resaltar algunos de ellos. 

Matthew tiene una Biblia en su celda. La Hermana Helen le pide que se centre en un texto concreto. El versículo que será la clave de la redención de Matthew es del Evangelio de San Juan, 8, 32: "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres". Al principio Matthew cree que se trata de su libertad física, de esquivar la pena de muerte y quién sabe -si con un poco de suerte- librarse incluso de la cárcel. Poco a poco comprende la hondura de las palabras de Cristo y de la Hermana, quienes no le hablan de una libertad física sino mental. Ser libre reconociendo su participación en los hechos, pidiendo perdón a la sociedad y a los familiares de las víctimas y aceptando la entrega de su vida como compensación por las dos jóvenes existencias cercenadas, aún sabiendo que no es un castigo rehabilitador sino punitivo. La verdad que hace libre a Matthew es la que calma el espíritu aún en las horas de soledad y desasosiego, la que le hace avanzar hacia la cruz (la camilla tiene forma de cruz, no es casual, como tampoco que sus víctimas murieran con los brazos extendidos...) con la esperanza de que el arrepentimiento final le abra las puertas de la eternidad. 

Un diálogo muy interesante se produce entre la Hermana Helen y un guardia de la prisión. Ambos presentan argumentos, pero la postura de la religiosa es la que sale victoriosa...
 
Guardia: "Dígame algo, hermana. ¿Qué hace una monja en un lugar como este? ¿No debería estar enseñando a los niños? ¿Sabe lo que ha hecho este hombre? ¿Cómo mató a los muchachos?"
Hermana Helen: "En lo que se involucró es detestable. No lo apruebo. Simplemente no veo el sentido de matar a alguien para decir que matar gente está mal".
G.: "Ya sabes que la Biblia dice ´ojo por ojo´".
H.H.: "¿Sabe qué más pide la Biblia? La muerte como castigo por el adulterio, la prostitución, la homosexualidad, la invasión de terrenos sagrados, la profanación del sábado y el desprecio de los padres..."
G: "No voy a discutir  sobre citas bíblicas con una monja, porque sé que voy a perder...".

Otra frase lapidaria la pronuncia Poncelet en la defensa que hace de sí mismo. Es excelente, dejando clara de paso la postura que privilegia el film:

Matthew Poncelet: "Solo quiero decir que creo que matar está mal, sin importar quién lo haga, ya sea yo, ustedes o su gobierno".

La siguiente me parece sencillamente genial. No solo por el contenido, sino porque en los momentos de máxima tensión (el día anterior a la ejecución) consigue introducir un toque de humor para rebajar algo la tensión:

Hermana Helen: "Eres un hijo de Dios".
Matthew Poncelet (sollozando): "Gracias. Nunca antes me habían llamado hijo de Dios (sonríe un poco) Me habían llamado hijo de... muchas veces, pero nunca me habían llamado hijo de Dios".

Las despedidas finales tampoco tienen desperdicio. Tanto el consejo de la Hermana Helen al reo como las últimas palabras de este antes de dejar este mundo merecen ser resaltadas. Especialmente Matthew tiene palabras para todos, tanto para la familia más comprensiva como para aquellos que no pueden ocultar su odio y su rencor:

Hermana Helen: "Quiero que la última cara que veas en este mundo sea la cara del amor, por lo que quiero que me mires cuando lo hagan. Seré el rostro del amor para ti".

Guardia: ¿Quiere decir sus últimas palabras, Poncelet?
Matthew Poncelet: "Sí, lo haré. (pausa) Sr. Delacroix, no quiero dejar este mundo con odio en mi corazón. Le pido perdón por lo que hice. Fue algo terrible lo que hice, quitarle a su hijo".
Clyde Percy: (Susurra a su esposa) "¿Y qué hay de nosotros?"
M.P.: "Sr. y Sra. Percy, espero que mi muerte les proporcione algún alivio".

La película no termina con  la ejecución del condenado, creo que hubiera sido demasiado dramático. Termina con una imagen de Earl Delacroix y la Hermana Helen rezando juntos en el interior de una Iglesia. Precioso colofón bajo mi punto de vista.  

"Pena de muerte" es por tanto un alegato contra la pena de muerte, una historia de dolor humano, de injusticias entre ricos y pobres, de política… pero también de la capacidad de perdonar, ser perdonado y comprendido. Yo destacaría de esta película que consigue su objetivo (sensibilizar al espectador en contra de la Pena de Muerte) desde el respeto al sufrimiento ajeno. Una cosa no quita la otra. La justicia debe ser impartida, pero una sociedad que no encuentra otra fórmula de acabar con la violencia sino con más violencia nunca podrá ser una sociedad que se llame justa.

Termino con un par de anexos, la postura oficial de la Iglesia Católica en esta materia y la situación a día de hoy en los diferentes países del mundo: 

Anexo I:
Doctrina de la Iglesia Católica sobre la Pena de Muerte

2266 A la exigencia de la tutela del bien común corresponde el esfuerzo del Estado para contener la difusión de comportamientos lesivos de los derechos humanos y las normas fundamentales de la convivencia civil. La legítima autoridad pública tiene el derecho y el deber de aplicar penas proporcionadas a la gravedad del delito. La pena tiene, ante todo, la finalidad de reparar el desorden introducido por la culpa. Cuando la pena es aceptada voluntariamente por el culpable, adquiere un valor de expiación. La pena finalmente, además de la defensa del orden público y la tutela de la seguridad de las personas, tiene una finalidad medicinal: en la medida de lo posible, debe contribuir a la enmienda del culpable.

2267 La enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte, si esta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas.
Pero si los medios incruentos bastan para proteger y defender del agresor la seguridad de las personas, la autoridad se limitará a esos medios, porque ellos corresponden mejor a las condiciones concretas del bien común y son más conformes con la dignidad de la persona humana.
Hoy, en efecto, como consecuencia de las posibilidades que tiene el Estado para reprimir eficazmente el crimen, haciendo inofensivo a aquél que lo ha cometido sin quitarle definitivamente la posibilidad de redimirse, los casos en los que sea absolutamente necesario suprimir al reo «suceden muy [...] rara vez [...], si es que ya en realidad se dan algunos» (Evangelium Vitae, nº 56)


Anexo II

La Pena de Muerte en el Mundo

Amnistía Internacional clasifica los países en cuatro categorías:

Sesenta aún mantienen y aplican la pena de muerte en su legislación.
Noventa y uno la han abolido completamente. (En España abolida en 1978 por su Constitución).
Once la mantienen para crímenes cometidos en circunstancias excepcionales, como, por ejemplo, crímenes cometidos en tiempo de guerra.
Treinta y cinco mantienen leyes que permiten la aplicación de la pena de muerte para crímenes ordinarios, pero han legislado que la pena no se use durante por lo menos en 10 años.
Listado completo en: http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Pena_de_muerte_por_pa%C3%ADs

3 comentarios :

  1. HOLA MUY BUENA PAGINA TE AGREGO A LA LISTA DE BLOGS EN WWW.DIRECTORIONYE.TK, AGREGAME ASI SOMOS MAS EN CRISTO Y MARIA.

    DIOS TE BENDIGA

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  2. Preciosa película. Un saludo y siga con sus reflexiones

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  3. a mi esta película me ha gustado y me ha parecido muy entretenida. La parte que más me gustó fue sobre todo el final cuando el condenado dice: "Matar es un error, lo haga yo, vosotros, o el gobierno". me ha llamado la atención ya que pienso que tiene mucha razón, nadie tiene derecho a quitarle la vida a otro ser vivo.

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