Bueno, se acabaron las fiestas navideñas y también de ellas hay que hacer balance. Concluyo con la sensación de que estas fiestas en las que celebramos el nacimiento de un Niño están hechas por y para el disfrute de los niños. Los que vamos acumulando años, las intentamos vivir con alegría, precisamente para que los niños que están a nuestro alrededor las disfruten de la misma manera que nosotros las gozábamos cuando teníamos su edad, pero para nosotros ni por asomo son iguales a aquellas de antaño.
En el plano humano, por lo tanto, la pérdida de seres queridos y la nostalgia han campado a sus anchas por estos días en los que se amontonan los recuerdos y cada detalle se repite en su ritual pero con las circunstancias cambiadas. También el consumismo y el materialismo han ocupado quizás el lugar que no debieran en nuestras vidas. Es, en definitiva un conjunto de tradiciones que se repiten como si nada cambiara aunque nosotros y nuestro entorno es distinto queramos o no.
En el plano espiritual es distinto. El nacimiento de Jesús es siempre una novedad y una alegría. Sin perder de vista que su nacimiento tuvo una fecha determinada, su recuerdo siempre debe ser motivo de fiesta y de esperanza. Hemos cumplido una Navidad más -o una menos según se mire-, y en el horizonte la gran fiesta del reencuentro con Dios y con todos nuestros seres queridos está un poco más cerca. Sin la alegría de la Pascua de la resurrección no celebraríamos las Navidades. Son, por lo tanto, un recuerdo de que el Salvador vino al mundo para redimir y rescatar a la humanidad.
Aprovechemos la vida, vivámosla intensamente, pero no perdamos nunca el norte de nuestra vida cristiana. Encajemos cada momento, cada alegría, cada tristeza, y cada instante de nuestras vidas en el plan que Dios tiene para cada uno de nosotros.
Y si alguna vez no entendemos algo, o estamos un poco desubicados, tomemos ejemplo de María, en el Evangelio de San Lucas, donde en su capítulo 2 versículo 51 se nos dice que "...Su madre, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón....".
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