El fin de semana pasado pude por fin ver Calvario, un thriller irlandés que tiene como protagonista a un sacerdote, entremezclando sutilmente comedia ácida y drama a partes iguales.
La película está ambientada teniendo muy en cuenta el contexto religioso de Irlanda, el único país con mayoría católica del norte de Europa, y no evita abordar temas tan delicados como la pederastia, la homosexualidad, la eutanasia, las riquezas de la Iglesia o la posición excesivamente acomodada de la jerarquía. También aparece un retrato perfecto de la sociedad occidental actual y sus pecados más frecuentes, con un elenco casi interminable de vicios e inmoralidades cometidas por personas corrientes. En el film, junto a estos temas tan espinosos y controvertidos aparecen otros más espirituales como el perdón, la amistad, la vocación, el servicio, la fidelidad o la realización de la persona.
El argumento de la película es muy interesante: El padre James Lavelle (Brendan Gleeson), sacerdote católico, escucha en el confesionario un domingo a un feligrés que le dice que le va a asesinar al siguiente domingo. Comienza por lo tanto una semana intensa en la vida del cura en la que a través de su relación con la feligresía y con su propia familia tendrá que afrontar su propio "Calvario" espiritual y prepararse por si la amenaza llega a consumarse.
El film comienza con este impactante diálogo en el que no vemos quien es el que amenaza al sacerdote, en una escena hitchcockiana:
Padre James Lavelle: [mientras escucha la confesión] "¿Qué quieres decirme? Estoy aquí para escuchar lo que tengas que decir".
Amenazador: "Le voy a matar, padre".
Padre James Lavelle: "Sin duda, una frase inicial sorprendente".
Sobre le título del film, la palabra Calvario remite al monte en el que Jesucristo fue crucificado, en hebreo "Gólgota". Pasar un calvario se ha interpretado tradicionalmente como una serie de calamidades y desgracias que afligen a una persona. Esta será la situación que debe afrontar el Padre Lavelle, quien irá conociendo a una serie de personajes a cada cual más peculiar-depravado y que pueden ser su potencial asesino.
No voy a hacer de spoiler y revelar si finalmente el penitente cumple su propósito o no, pero sí voy a apuntar las personas con las que el Padre Lavelle toma contacto a lo largo de la película, ya que no tienen desperdicio.
Los primeros son aquellos que en función de su sexo o su cercanía al sacerdote no pueden ser sus asesinos:
- Fiona, hija del sacerdote (se hizo sacerdote tras enviudar), quien acaba de intentar suicidarse cortándose las venas tras un desengaño amoroso y pasa una temporada de recuperación con su padre.
- El obispo Montgomery, quien no se preocupa en exceso de las cosas espirituales pero sí de las materiales.
- El Padre Leary, El compañero sacerdote del Padre Lavelle, quien tiene dudas de fe y vive un sacerdocio acomodado y poco comprometido.
- Teresa, Una mujer francesa que acaba de perder a su marido en un accidente de tráfico. A pesar de su delicada situación será un ejemplo de fe y fortaleza fundamental para el sacerdote en sus momentos más difíciles.
- Freddy Joyce: Un preso que está en la cárcel por asesinato y canibalismo. El padre Lavelle mantendrá una interesantísima conversación con él sobre la naturaleza humana.
- Verónica, la mujer del carnicero del pueblo que reconoce abiertamente su adulterio y afirma que no es el único que ha cometido en su vida, no mostrando arrepentimiento alguno ni deseo de conversión, sino mostrándose provocativa en todos sus acercamientos al sacerdote.
A partir de aquí comienza la lista de candidatos a asesino:
- Inspector Stanton, Un policía homosexual poco partidario de la estrechez moral de la Iglesia Católica.
- Milo Herlihy, un joven marginado cuyo poco éxito con las chicas le he llevado a enrolarse en el ejército para -en sus propias palabras- saber que se siente al matar a una persona.
- Leo: Un homosexual que se prostituye, afirmando que su primera experiencia homosexual fue con un obispo.
- Frank Harte, Un médico ateo que dice haber perdido la fe en sus primeros años de ejercicio de la medicina al interpretar el sufrimiento y la muerte como ausencia de Dios. Desde entonces vive amargado ya que sabe que en su trabajo más tarde o más temprano siempre perderá su lucha contra la muerte.
- Jack Brennan, Un carnicero cuya mujer (Verónica) le es infiel con un africano. Su desencanto le lleva a tener sed de venganza contra todo ser humano.
- Simon, el africano, un mecánico que alardea de sus múltiples conquistas, entre ellas Verónica. Vive para el sexo y no entiende de normas que no se puedan traspasar.
- Brendan Lynch, El dueño de la taberna del pueblo, un budista violento que odia la Iglesia Católica.
- Michael Fitzgerald, El rico del pueblo, que reconoce abiertamente que ha ganado toda su riqueza de manera ilícita y sin escrúpulos, y a quien toda su familia ha abandonado por lo que se encuentra en un momento de vacío y de sinsentido existencial.
- Un anciano escritor (en la película no se menciona su nombre) fracasado que quiere suicidarse antes de sufrir más, pidiendo al sacerdote que le proporcione una pistola para ello.
Desvelar quien de los nueve es el posible asesino (y si cumple o no con su palabra) os lo dejo a vosotros; pero sí os adelanto desde ya que merece la pena ver la película y disfrutar de la trama y de lo característico de cada personaje...
Un apunte espiritual más. La película tiene varios diálogos interesantes, yo personalmente me quedo con este:
Padre James Lavelle: "Creo que se habla demasiado de los pecados y poco de las virtudes".
Fiona Lavelle: "¿Cuál sería tu número uno?"
Padre James Lavelle: "Creo que se ha subestimado mucho el perdón".
No hay comentarios :
Publicar un comentario