El pasado fin de semana pude al fin ver Un lugar donde rezar, película americana avalada por haber sido el film más visto en los cines de ese país en septiembre de 2015, y que terminó recaudando más de 73 millones de dólares, lo cual no es moco de pavo para una película de tema religioso y sin un reparto mediático.
Se trata de una película netamente religiosa, producida y dirigida por Alex Kendrick, un pastor cristiano estadounidense que viene a ser la versión protestante de Mel Gibson en Hollywood para el mundo católico. El pastor y su Iglesia producen, financian y publicitan sus películas con sus propios medios, lo cual hace que tenga mucho mérito el dato anteriormente citado sobre su éxito en las salas y su recaudación. Kendrick cuenta en su biografía que decidió comenzar a hacer películas al leer en una encuesta del año 2000 que el Cine había desbancado a la Iglesia como la entidad que mayor influencia ejercía en los ciudadanos estadounidenses.
Hecha esta introducción, es evidente que las películas realizadas por Kendrick son proselitistas, defendiendo a ultranza valores cristianos como la fe, la oración, la Biblia, la fidelidad matrimonial o la caridad. Quien vea alguna de las 5 películas realizadas hasta la fecha (esta es la última a día de hoy) no debe esperar un debate objetivo sobre esos temas, sino un intento de evangelizar a través del canal cinematográfico.
El argumento es un poco de telefilm de sobremesa. Tony y Elisabeth son un matrimonio de mediana edad con una hija. Son aparentemente felices, realizados de cara a la opinión pública pero interiormente destrozados por la infelicidad y el vacío que les producen vidas estresadas dedicadas exclusivamente a sus trabajos y que repercuten en unas relaciones familiares tensas y conflictivas. Las relaciones matrimoniales se mueven entre la rutina, las discusiones y los escarceos extramatrimoniales, hasta que Elisabeth conoce a la señorita Clara, una anciana viuda que le propondrá un plan de guerra espiritual en su habitación (de ahí el titulo original War Room) para salvar su vida y su matrimonio.
La película me ha producido sentimientos encontrados, con cosas muy positivas y pero también otras negativas, que me gustaría compartir con vosotros.
Respecto a las positivas, la película aborda el tema de la oración como algo importante, urgente y que produce beneficios en quien se toma este tema en serio. Su base Bíblica está bien fundamentada: Buscar un lugar íntimo para rezar es un consejo dado por el propio Cristo (Mt. 6,6). Entender la oración como una batalla espiritual sin tregua es una imagen muy sugerente tomada de San Pablo (Efesios 6, 10-16) y la petición de orar sin cesar la repite el mismo apóstol en varias ocasiones (p.ej. 1ª Tesalonicenses 5,17). Pedir por nuestras necesidades, por nuestros seres queridos e incluso por nuestros enemigos es el abc del cristianismo, aunque a veces se nos olvide como a los protagonistas de la película al comienzo de la misma.
No obstante estas consideraciones, también encuentro temas discutibles. La película cae en un optimismo respecto a la oración que no me parece del todo objetivo. Da la impresión de que todo lo que le pidamos a Dios nos lo va a conceder. Cierto que hay que orar sin desfallecer, pero sabiendo que Cristo también nos dice que puede que lo que pidamos no nos sea concedido si no nos conviene. El "Hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo" del Padrenuestro debe ser el final de toda oración cristiana, y esa voluntad divina puede que no coincida con nuestras peticiones.
Por otro lado, el doblaje es pésimo, especialmente el de la señorita Clara. Ello es debido sin duda a que por los motivos citados anteriormente la película ha llegado a España por canales distintos a los habituales de Hollywood, dando un resultado final lamentable. Quien haya doblado a la protagonista debería dedicarse a otra cosa. Es una voz desagradable, estridente y sobreactuada que he tenido oportunidad de comprobar que no coincide en absoluto con la voz original americana. Una lástima porque desluce bastante el film y siendo malpensado no sería de extrañar que fuera incluso intencionado para que la película no tuviera en España el éxito que alcanzó en EEUU. Tratándose de la laicista industria cinematográfica española no hay que descartar esta apreciación ni mucho menos.
No obstante lo anteriormente dicho, creo que la película sí merece la pena, siendo más gratificante sin duda para quienes tengan la posibilidad de verla en V.O.
La oración no sirve de nada en ninguna sociedad.
ResponderEliminarHola Carlos. Es tu opinión y como tal la respeto, pero discrepo totalmente. Me parece que la oración es importante tanto para la persona que la realiza como para quien recibe sus beneficios. Un saludo
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