Sobre los aspectos técnicos se puede decir que fue una de las primeras películas de Mateo Gil como director (aquí ya he comentado otra película muy interesante suya con contenido religioso, Proyecto Lázaro) y está basada en la primera novela del jerezano Juan Bonilla, quien ya había sorprendido al mundo cinematográfico español con los guiones de Tesis y Abre los ojos, los primeros títulos de la filmografía de Alejandro Amenábar.
La trama adopta el género de thriller. Simón (Eduardo Noriega) va descubriendo una serie de pistas que conducen a pensar que se va a producir un atentado en la última Semana Santa sevillana del milenio. Junto a su novia Ariadna (Paz Vega), los consejos de su compañero de piso Sapo (Jordi Mollá) y con la colaboración de la periodista María (Natalia Verbeke) intentará evitar una masacre en el centro de Sevilla.
Varias frases interesantes se pueden entresacar del film, las cuales aportan un contenido espiritual a la trama. Evidentemente no se trata de una película religiosa, pero sí se puede afirmar que tiene a la religión como telón de fondo. Precisamente la frase más profunda -dentro del tono distendido y de acción que tiene la película- es la que pronuncia Sapo:
“Hay que creer en algo, en la religión, en la política. O en un par de tetas, pero hay que creer en algo.”
Puede parecer vulgar, pero detrás de ella se oculta una realidad incuestionable ya denunciada en su momento por Juan Pablo II y Benedicto XVI. El ateo (bien sea una persona o una ideología) siempre termina sustituyendo a Dios por otra entidad a la que se termina adorando por igual. Puede ser una ideología política, el dinero, el sexo, el poder... pero lo cierto es que se termina divinizando un elemento antropológico. Escuchando a Sapo se me vino a la mente aquella otra frase del teólogo alemán Karl Barth que ya avanzaba el drama de este humanismo ateo: "Cuando el cielo se vacía de Dios, la tierra se llena de ídolos".
Junto a esta frase encontramos otras dos frases que me llamaron la atención y que hablan de lo bien hilvanado que está el guion. Una de ella está relacionada con el concepto de redención cristiana. Quién lo iba a decir en una película de entretenimiento...:
Película bastante entretenida. Efectivamente, nadie conoce a nadie. Cuando decimos que conocimos a alguien es una manera de hablar.
ResponderEliminarBueno, con el tiempo quizás puedas llegar a conocer bastante. Mucho, es difícil. Mucho mejor película Blackthorn, por cierto.
ResponderEliminarHola Luis. Muchas gracias por tus comentarios, que enriquecen al Blog. Blackthorn es efectivamente otra gran película de Mateo Gil, pero en este Blog no la comento porque no tiene contenido religioso. De este director sí lo tiene "Proyecto Lázaro", del que sí hice un comentario en su día. De nuevo, gracias por tus aportaciones. Te dejo el link por si te interesa: https://creoendios.blogspot.com/2021/02/proyecto-lazaro-espana-2016.html
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