Sugerente film el que hoy comentamos. Es cierto que el tema de los exorcismos está bastante manido, pero cada vez que se conjugan una buena dirección, un buen guion y buenas interpretaciones (aparte de una temática que sigue siendo rentable) el éxito está asegurado. Todo ello a pesar de ser una película española, poco dado en las últimas décadas a los temas religiosos. Ignoro si el motivo de esta escasez de films religiosos se debe a una reacción a los tiempos del nacional-catolicismo o a un convencimineto previo de que la crítica "especializada" va a atacar sin piedad a este género. Sea como fuere es de alabar el intento de tocar el tema de la fe de manera seria, sin frivolidades ni obscenidades.
Con la promoción "El diablo sabe como corrompernos" ("Y tú, ¿crees en el Infierno?" en Latinoamérica) se abordan varios temas que parecen agitados en un cocktail de 100 minutos. La relación entre Fe y Ciencia, la posibilidad de fenómenos paranormales, las dudas de fe, la educación religiosa fundamentalista o el despertar sexual en la adolescencia encuentran cabida en una cinta a la que quizás se le puede achacar que presenta demasiados temas sin profundizar excesivamente en ninguno. Su temática es más bien el thriller religioso que el cine de terror de antaño, si bien su metraje no está exento de algún que otro sobresalto.
La dirección de la película corrió a cargo de Jacobo Martínez, en su primer y último largometraje hasta la fecha. Al ser un film con protagonistas en su mayoría adolescentes, el reparto está compuesto fundamentalmente por actores con poca experiencia delante de las cámaras, como María Romanillos, Alícia Falcó o Daniel Arias. Rompen esta tendencia los "padres" de la protagonista principal Urko Olazabal y Ruth Díaz, así como un magistral sacerdote interpretado por José Sacristán, quien parece estar en el mejor momento de su carrera si es que alguna vez no lo estuvo. Todo lo que toca lo convierte en oro, cual rey Midas. A pesar de tocar el tema de la adolescencia, es de destacar que el novel director sustituye la sexualidad explícita por una sensualidad que da lugar a la imaginación, en una tendencia que comienza a ser normal en el cine español, el cual parecía desconocer en la generación anterior de cineastas que es posible realizar un buen producto sin que los protagonistas tengan que mostrar delante de la cámara cómo se realiza un coito.
Vamos con el argumento. Los hechos se sitúan en Orense, Galicia. Laura Villegas es una adolescente acomplejada por una educación religiosa opresora y fundamentalista. Tras escaparse de casa y participar en una sesión de espiritismo, comienza a escuchar voces en su interior, mientras que en su cuerpo y a su alrededor comienzan a pasar cosas extrañas. Sus padres, quienes ya han perdido a otro hijo, acuden a través de la profesora de religión de Laura al Padre Olmedo, un exorcista que tendrá que discernir si el caso es susceptible de la realización de un exorcismo o está solo en la mente de la joven.
Lo primero que hay que comentar del film es que juega con la ambiguedad de estar basada en casos reales pero interpretados libremente por parte de los guionistas. Al comienzo de la película el espectador puede leer en pantalla estas tres frases:
A día de hoy, en España, 15 sacerdotes están autorizados para realizar exorcismos.
Para que puedan realizarlos, la posesión debe ser verificada por el Vaticano.
Esta película es una obra de ficción inspirada en las declaraciones de los implicados en los últimos casos de exorcismos documentados en España
No obstante esta afirmación, la película recuerda enormemente la figura del exorcista Jesús Hernández Sahagún, fallecido en junio de 2023 y protagonista de un un polémico exorcismo a una joven de 17 años en 2014 en Burgos. El sacerdote fue denunciado por violencia física y psicológica, lesiones graves, tratos denigantes e inducción al suicidio. No fue condenado por ninguno de estos cargos. La joven terminó con su vida en 2019, años después del juicio.
Para cubrirse las espaldas al respecto y evitar posibles demandas, el film termina con otras dos frases que el espectador lee, incidiendo más o menos en lo mismo:
A día de hoy continúan realizándose exorcismos en España.
Esta película es una obra de ficción que no pretende reproducir fielmente lo sucedido en los casos que le sirven de inspiración.
Esta película es una obra de ficción que no pretende reproducir fielmente lo sucedido en los casos que le sirven de inspiración.
La película está plagada de referencias religiosas interesantes. Una de ella son las oraciones de la protagonista. No es habitual ver oraciones en el cine español, así que me he tomado la molestia de transcribir las que a mi juicio son las dos más interesantes:
"Padre, me declaro culpable, pido clemencia. Perdón por mis pecados. Me acerco a ti con absoluta confianza de que sé que prefieres la penitencia. Sé que a ti no te gusta la venganza ni el rencor. Tu corazón es compasivo y misericordioso, y sé que solo estás esperando a que tenga la humildad de reconocer mis pecados".
"Señor Dios todopoderoso, defiéndeme y protégeme esta noche de todo peligro y pecado. Permite que la luz de tu amor ilumine estas horas de sueño. Protege a mis seres queridos, ya estén cerca o lejos, te suplico señor que visites este hogar y lo liberes de las sombras del mal. o importa lo que tenga yo que sufrir solo importa te cuides y bendigas a los míos con tu eterno amor. Amén"
Laura es presentada como una chica que ha sufrido en el pasado anorexia y ansiedad, además de perder en un accidente a su hermano Adrián cuando tenía ocho años. De sus padres se alude que son "Miembros destacados de la Obra" sin mencionar más al Opus Dei. Influenciado por el ambiente de fundamentalismo religioso que la rodea. la madre llega a la conclusión de que Dios está castigando a la familia por los pecados del matrimonio:
"Sé que Dios nos está castigando. Primero lo de Jesús, luego lo de Adrián y ahora la niña. Nos desviamos del camino y perdimos un hijo".
Clave para ello es la actitud de la profesora de Religión, Asunción, quien encarna al fundamentalismo más recalcitrante. Esta conversación entre ella y Laura es el mejor exponente de ello:
"Todos vamos a salvarnos. Nos lo has escuchado decir tantas veces que te parece que es verdad, ¿no? Pues es mentira. ¿Tú crees que Dios va a salvarte? … ¿Sabes lo que hizo Dios? Me castigó, me quitó la luz. Y tuvo que ser mi madre la que me hizo ver que Dios lo único que estaba haciendo era ponerme a prueba para no caer en la tentación de la carne. Que no te confundan con mariposas ni con palabras bonitas. Él se esconde detrás de todo esto. La sierva inútil echada en las tinieblas. Allí será el llanto y el crujir de dientes."
Ella junto al Padre Olmedo aparecen como los que convencen a la familia de que su hija está poseída. Para ello tienen que vencer las dudas de Tomás (nombre bien escogido, el del discípulo incrédulo...):
Padre Olmedo: "Creo que vuestra hija está poseída por el demonio. Mi deber es llegar donde vosotros no podéis llegar".
Padre Olmedo: "¿Qué podéis decirme de los exorcistas?, ¿Tú eres creyente, no Tomás? Eres creyente. Crees en Dios. Crees en Dios, ¿no?"
Tomás: "Sí"
P.O.: "Pues si crees en la misericordia de Dios… ¿por qué no creer en el odio y en la maldad del diablo?"
Como contrapunto se presenta la figura de Lola, la psicóloga del Instituto. Representa la negación del hecho sobrenatural, siendo capaz de explicar todo lo que sucede por causas naturales o por la auto-sugestión de Laura:
Laura: "¿Usted cree en el infierno?"
Lola: "No. No soy creyente"
L.: "Pues yo sí. Y me da miedo de que por lo que hice vaya a acabar ahí (el infierno)"
Laura: "Dios me está castigando. Me persigue. El demonio quiere matarme".
Lola: "No, no. Escúchame. No existe. Ni demonios, ni ángeles, ni cielo, ni infierno... No existen. Sea lo que sea lo que te está pasando está en tu cabeza".
Lola: "Su hija se está castigando en base a ciertas creencias religiosas"
A nivel de efectos especiales y signos paranormales tienen cabida casi todos los que aparecen cuando se alude al fenómeno "posesiones": Voces, silbidos, heridas en la piel, agua sucia, vomitos de pelos y de sangre, demostrar una fuerza sobrenatural, conocer secretos de los que participan en el exorcismo, crucifijos en el interior de la víctima, contorsiones, voces guturales, temblores en la casa, velas y luces que se apagan solas... todo de manual. La fotografía se redondea con escenas nocturnas y una lluvia gallega que aparece en momentos determinantes.
Laura: "Es el demonio. Dice que no piensa dejarme".
Padre Olmedo: "La Iglesia, como madre, tiene el deber gravísimo de procurar la paz para sus hijos. Y eso incluye cuando es necesario la práctica del exorcismo. Pero no debéis tener miedo. Dios está de nuestro lado y lo único que nos pide a cambio es confianza y fe. Y esa fe debe ser inquebrantable si queremos ayudar a Laura".
"Es imprescindible que sepáis esto: el diablo sabe cómo corrompernos, hará todo lo posible para alimentarse de nuestras debilidades. Por eso os pido que estéis atentos. Dios sabrá cómo hacernos fuertes, como salvar a vuestra hija".
"Pensar en esto como una pelea. Dura hasta que el poseído pierde el conocimiento y eso significa que algo vamos ganando".
Carmen: "¿Cuántos exorcismos van a ser necesarios?"
P. O.: “No se sabe, pero no debemos pasar de los trece”
P.O.: "Manifiéstate"
Demonio: "¿Me buscabas, cura?"
P.O.: "En el nombre de Dios te lo ordeno ¿Cómo te llamas? En el nombre de Jesucristo, te lo ordeno ¿Cómo te llamas? Bestia inmunda, dime tu nombre ¿Cómo te llamas?"
D.: "Nunca"
P.O.: "Te lo ordeno ¿Cómo te llamas? En el nombre de Jesucristo te lo ordeno ¿Cómo te llamas?
D.: "Lucifer"
P.O.: "Alabado sea Dios. ahora lo sabéis. Es el mismísimo Satanás".
Vamos con las pifias, que también las hay. En primer lugar, y a pesar de que se supone que Laura acude a un colegio privado religioso (las paredes tienen cruces y sus padres supuestamente son del Opus) no lleva uniforme, lo cual no se corresponde con la normativa de ese tipo de escuelas. También en las habitaciones del hospital al que es llevado hay crucifijos, lo cual tampoco es creíble a no ser que se trate de un hospital privado. Precisamente durante la convalecencia de Laura, las enfermeras se dirigen a su madre como "Señora Villegas", lo cual no es una costumbre española sino anglosajona. Y por último, incomprensiblemente pues el párroco de Santa Eulalia de Lians (La Coruña), D. José Carlos Alonso Seoane aparece en los títulos de crédito como asesor en las cuestiones religiosas, los exorcismos se realizan con una estola verde, en lugar de la morada que prescribe el ritual.
A pesar de estos fallos (y algún otro que se me habrá escapado) en su conjunto el film es creíble, convincente y aporta abundante material para la reflexión espiritual posterior.
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