No obstante, siempre hay un motivo para la esperanza. Incluso el pesimista autor de este texto sagrado incluyó un par de versículos justo en medio de su desasosegado discurso. Me quedo con ellos, sin olvidar que el pecado nos acecha y que se nos quiere transmitir la idea de que Dios se desespera ante nuestra obstinación:
Amós, 5 14-15:
"Buscad el bien y no el mal, para que tengáis vida, y así el Señor, Dios de los ejércitos, estará con vosotros, como vosotros decís. Aborreced el mal, amad el bien, y haced triunfar el derecho en la Puerta: tal vez el Señor, Dios de los ejércitos, tenga piedad del resto de José".
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