He comenzado a ver la saga Expediente Warren, que en el momento en el que escribo estas líneas cuanta ya con 8 películas estrenadas y una novena anunciada para 2025. Nos centramos hoy en la primera de ellas, la que supuso la presentación del matrimonio estadounidense Warren, formado por Edward (1926-2006) y Lorraine (1927-2019), interpretados a partir de esta entrega respectivamente por Patrick Wilson y Vera Farmiga. Ambos estaban considerados como pioneros en el campo de lo sobrenatural y expertos demonólogos, un coto reservado para sacerdotes exorcistas en el que rara vez obtienen protagonismo católicos seglares. El director de las primeras películas es James Wang, quien posteriormente permaneció como productor de las mismas, lo cual es extraño pues a menudo los directores abandonan este tipo de proyectos al ver decrecer paulatinamente la calidad de las películas en las sucesivas secuelas. La primera entrega supuso todo un récord de recaudación para este tipo de películas, ya que con un presupuesto de 20 millones de dólares logró recaudar más de 320, propiciando así un inicio prometedor para la saga.
Basado en una historia real, vamos a dejar que la presentación del argumento de esta primera entrega la haga el narrador de la misma, quien dice lo siguiente en la primera escena del film:
Desde la década de 1960, Ed y Lorraine Warren han sido conocidos como los investigadores paranormales más renombrados del mundo. Lorraine es una clarividente talentosa, mientras que Ed es el único demonólogo no ordenado reconocido por la Iglesia Católica. De los miles de casos a lo largo de sus controvertidas carreras, hay un caso tan malévolo que lo han mantenido bajo llave hasta ahora.
A partir de ahí comienza a exponerse la historia del los Perron, un matrimonio con cinco hijas que habitan una casa supuestamente encantada y en la que en el pasado han sucedido múltiples acontecimientos macabros.
Como película es técnicamente muy buena. La sangre o los efectos especiales son en su mayoría sustituidos por un terror de tipo más psicológico, con toda una serie de ruidos, puertas que crujen, oscuridad, objetos antiguos... que crean un clima de angustia en el espectador. Lo visual es mayormente sustituido por lo auditivo, lo cual es bastante ingenioso.
Esta primera entrega, al menos, me da la sensación de querer tocar demasiados temas sin profundizar excesivamente en ninguno, conscientes probablemente de que se trataba del comienzo de una saga y de que tiempo habría de ahondar en diversos aspectos sobrenaturales. Hay prácticamente dos películas en una, con la situación que viven los Perron por un lado y la presentación de la familia Warren por otro.
Espiritualmente hablando, por ello, carece de una sistematización de los temas, que casi deben ser inferidos por el espectador, a pesar de que en su conjunto sí habla de una lucha contra el mal y lo demoníaco. Podemos entresacar abundantes diálogos interesantes, pues el carácter introductorio de este primer film se presta a explicaciones bastante detalladas de la labor de los Warren.
El primero de ellos hace referencia al número 3, pues los relojes de la casa se paraban a esa hora y se comenzaban a oír golpes con ritmo de tres:
Ed Warren: "¿Siempre de tres en tres?"
Roger Perron: "Si"
E.W.: "¿Paran al amanecer?"
R.P.: "Ajá"
E.W.: "Se considera un insulto a la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo"Los tres siguientes sirven para despejar dudas entre los protagonistas masculinos. Uno hace referencia a la posibilidad de exorcizar objetos, no solo personas o animales, el segundo a lo conveniente de estar bautizados para alejar al demonio, y el tercero al poder espiritual de los objetos religiosos:
Ed Warren: "Lorreine y yo creemos que lo que su casa necesita es una limpieza. Un exorcismo"
Roger Perron: "¿Qué? ¿Un exorcismo? Creía que… que eso solo se hace a las personas"
E.W.: "No necesariamente"
E.W: "¿Sus hijas están bautizadas?"
R.P.: "No, nunca llegamos a bautizarlas. No somos una familia practicante"
E.W.: "A lo mejor quieren replanteárselo"
E.W.: "La presencia de iconos religiosos provocará la reacción de cualquier cosa profana. Digamos que les cabrea. Los pondré por toda la casa, a ver si puedo caldear el ambiente".
R.P.: "¿Cómo enseñarle un crucifijo a un vampiro?"
E.W.: "Sí, exacto. Solo que yo no creo en los vampiros"
Las dos protagonistas femeninas, por su parte, también mantienen este interesante diálogo sobre la maldad del demonio una vez que posee a su víctima:
Carolyn Perron: "¿Cómo puede una madre matar a su propio hijo?"
Lorreine Warren: "Para ella nunca fue su hijo. Solo utilizó su regalo divino para hacerle todo el daño posible. Las brujas creen que ganan prestigio a ojos de Satán"
La intervención del sacerdote es escasa e irrelevante para el resultado final. En este sentido, se presenta a la Iglesia Católica como excesivamente precavida en estos casos, lo cual tiene aspectos positivos (no se precipita en sus decisiones) pero también negativos (los casos verdaderos sufren innecesarios retrasos). Una muestra de ello es este diálogo:
Padre Gordon: "Mira, Ed. Esto es complicado porque las niñas no están bautizadas"
Ed Warren: "Si ya lo sé"
P.G.: "...y La familia no son miembros de la Iglesia"
E.W.: "Venga, por favor"
P.G.: "...y tendría que aprobarlo directamente al Vaticano"
Lorraine Warren: "Padre, nunca hemos visto algo así"
P.G.: "Sí, bueno, yo tampoco"
La escena del exorcismo merece un comentario aparte. Realizada por un laico (el ritual no contempla esta posibilidad) es exitosa en cuanto consigue su propósito final, presentando elementos convencionales tales como levitaciones, fuerza descomunal, lenguaje blasfemo o vómitos de sangre. Comienza con la invocación a la Trinidad "En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" Seguida de la imprecación contenida en la oración de San Benito "Vade retro Satana". En su versión larga la oración dice: "Crux Sacra Sit Mihi Lux / Non Draco Sit Mihi Dux / Vade Retro Satana / Numquam Suade Mihi Vana / Sunt Mala Quae Libas / Ipse Venena Bibas" (Que la Santa Cruz sea mi luz / Que el dragón nunca sea mi Señor / Vete atrás Satanás / Nunca me tientes con cosas vanas / Lo que me ofreces es malo / Bebe tu propio el veneno). Se sigue con las letanías y a partir de ahí Ed Warren va saltando páginas de un libro de oraciones sin demasiada sistemática.
El film termina con unas palabras en pantalla sobre fondo negro atribuidas a Ed Warren:
"Las fuerzas diabólicas son extraordinarias, son eternas y en la actualidad existen. El cuento de hadas es real. El diablo existe. Dios existe. Y nuestro destino como personas depende de a quien decidamos seguir"
Como curiosidad esta primera entrega contó con un cameo de Lorraine Warren, quien aparece sentada en primera fila en la charla que el ficticio matrimonio Warren imparte en un aula universitaria en el minuto 44 del film. De la misma manera, la película termina con fotografías reales de los protagonistas de la historia, los Perron y los Warren. En los extras del DVD todos ellos dan incluso su versión de lo sucedido, si bien estos son posteriores a 2006 (fruto del éxito de la película) y solo Lorraine interviene por parte del matrimonio Warren.
Seguiremos viendo y comentando la saga, que de momento tiene muy buena pinta
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