martes, 19 de marzo de 2019

San José

La Iglesia celebra hoy a San José (+?), el padre putativo (p.p.) de Jesús cuyo oficio era el de carpintero y que se ocupó de cuidar a la Virgen María y el niño Jesús hasta su muerte, que se cree que sucedió antes de la vida pública del Mesías. Los Evangelios hablan poco de él, de hecho aunque se dice de él que "era un hombre justo", no encontramos de él ni una sola palabra, por lo que se le conoce como "el santo silencioso". 

Para la meditación copio unos párrafos de los evangelios apócrifos, que sin ser admitidos por la Iglesia sí aportan más información de este santo. Posiblemente no sean datos históricos pero la tradición sí ha hablado en ocasiones de San José como viudo, mucho mayor que la Virgen María y posiblemente con hijos de su matrimonio previo que serían los que en el Evangelio se conocen como "los hermanos del Señor":


Cuando José contaba con cuarenta años de edad desposó a una mujer llamada Melcha o Escha para algunos, Salomé para otros, con quien convivió cuarenta y nueve años y con quien tuvo seis vástagos, dos hijas y cuatro hijos, el menor de los cuales era Santiago (el Menor, llamado “el hermano del Señor”). Un año después de la muerte de su esposa, cuando los sacerdotes anunciaron por toda la Judea que ellos deseaban encontrar en la tribu de Judá algún hombre respetable para desposar a María, de entonces doce a catorce años de edad, José, quien ya tenía en dicho momento noventa años, fue a Jerusalén entre los candidatos, un milagro manifestó la elección de José realizada por Dios, y dos años después la Anunciación tuvo lugar. 

Como fuente espiritual más fiable copio una meditación de Santa Teresa de Ávila sobre este santo:

Y tomé por abogado y señor al glorioso san José, y encomendéme mucho a él. [...] No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad; a este glorioso santo tengo experiencia que socorre en todas, y que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra (que como tenía nombre de padre siendo ayo, le podía mandar), así en el Cielo hace cuanto le pide. [...] Paréceme, ha algunos años, que cada año en su día le pido una cosa y siempre la veo cumplida. Si va algo torcida la petición, él la endereza para más bien mío. [...] Sólo pido, por amor de Dios, que lo pruebe quien no me creyere, y verá por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso Patriarca y tenerle devoción. En especial personas de oración siempre le habían de ser aficionadas, que no sé cómo se puede pensar en la Reina de los Ángeles, en el tiempo que tanto pasó con el Niño Jesús, que no den gracias a san José por lo bien que les ayudó en ello. Quien no hallare maestro que le enseñe oración, tome este glorioso santo por maestro, y no errará en el camino.

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